Décimo sexto capítulo
Décimo sexto capítulo
-Lo siento, lo siento -Pete se aferró a los brazos de Ae mientras sollozaba- por favor... perdóname... no quería que me vieras así... no quería que lo supieras...
Ae no podía soltarlo, pero tampoco quería escucharlo pedir perdón, así que lo tomó del rostro y delante de aquellos desconocidos le besó los párpados húmedos, las mejillas y luego le dejó pequeños besos en los labios.
-Shhhh -un beso más- tranquilo...
El silencio dentro del espacio hizo que miraran alrededor, todos los ojos puestos en ellos dos.
-Ahora entiendo porque estás tan enamorado -dijo uno que estaba sentado en una de las mesas- es muy guapo.
Ae sintió el calor por el cuello y la pequeña risa que escapó de Pete hizo que algo muy dentro se encendiera, algo que casi tenía olvidado, ese sentimiento de compartir algo suyo, algo que no era de nadie más.
-Pete -se acercó alguien con uniforme- puedes utilizar el patio si lo quieres.
Vio al castaño asentir y lo siguió cuando salió y avanzó a través de un pasillo largo con varias puertas de madera oscura a los laterales, cruzaron varias personas que los miraron con interés sin decir nada. La puerta al final les dio salida a un patio amplio de tapiales altos, los bancos y mesas se distribuían formando un círculo bajo la sombra de lo que suponía árboles frutales, a un costado había un serco con carteles que indecaban que había plantado allí. Se sentaron bajo un naranjo en flor que llenaba el ambiente de perfume de azahar.
Los hombros de Pete permanecieron bajos, sus ojos perdidos en el cesped del lugar.
-Le pedí a Maisha que no dijera nada... -colocó las manos bajo sus piernas como deteniéndose a sí mismo- no quería que lo supieras.
-No fue Maisha.
-¿Qué? Entonces...?
-Earth.
Observó el pequeño temblor en su cuerpo y el llanto otra vez hacerse presente.
-No quería que lo supieras -llevó las manos a la cara para cubrirla- entonces sabes todo... sabes de lo que fui capaz.
-Escucha -le sacó las manos para que lo viera a los ojos- lo que se, todo lo que se, es que hiciste lo que pudiste para defender a tu hermano, los dos eran unos niños.
-Pero si yo...
-No hay peros Pete -le besó la frente- eras un pequeño que defendió a otro inocente, no hay nada que se te pueda reprochar.
Lo vio asentir, pero estaba seguro que se necesitaba mucho más que esas palabras para que las creyera y entendiera la verdad.
-Cuando quedé embarazado de Niko... estaba aterrado, no porque no lo amara, sino porque sabía que debería dejarlo, que un día lo que había hecho volvería a destruir mi vida -llevó una mano al pecho y con la mano golpeó allí mientras se mecía hacia delante y atrás- fue lo más difícil y tomé la decisión que pensé era la mejor, tenía la esperanza de volver pronto, y todo sería solo una pesadilla, tienes que creerme... lo amo, pero si no me entregaba, iba a vivir huyendo, esperando que la policía golpeara a nuestra puerta.
-Tendrías que haber confiado en mí -aunque no quiso las palabras sonaron a reproche.
-Tenía miedo que sintieras asco.
-Ohhh dioses Pete... -lo abrazó con fuerza- cuando salgas de aquí, vamos a tener mucho de que hablar y arreglar entre nosotros, pero tienes que tener en claro que nunca sentiría otra cosa que no sea admiración por tí.
-¿Aunque haya hecho que me odies?
-Mira, no voy a mentir y decir que todo será perfecto, pero si aún me quieres, trabajaremos y haremos que funcione.
-Te amo -sorbió el agua que le escurría por la nariz- lo amo a los dos y solo quiero que podamos ser una familia.
Ae lo llevó a sus brazos y lo mantuvo apretado mientras inspiraba el leve perfume a shampoo que desprendía su pelo.
-Pete, lo que te hice la otra noche...
Necesitaba pedir perdón por ser brusco al tener sexo, sentía vergüenza de haber querido dañarlo cuando no lo merecía.
-Fue lo más real en estos cuatro años -las mejillas de Pete se encendieron- me hiciste sentir vivo.
-No creo que eso se así...
-No puedes disculparte por algo que yo quería tanto como tú.
No se atrevió a decir nada más y se quedó allí, aferrado a la persona que había sido el paraíso y su infierno personal. Quería preguntar y contar miles de cosas, pero el tiempo era limitado y no sabía por donde empezar.
-Pete, necesito saber todo, cuanto tiempo estarás aquí, como hiciste para poder visitarnos y si volverás a hacerlo, si puedo venir las veces que sea necesario, no lo se... tengo miles de preguntas.
-Pedí un permiso especial para poder viajar y verlos, cada día se me hacía más dificil, tanto que pensé en huir, pero eso habría sido un gran error.
-No entiendo la condena, tu hermano me dijo que son cinco años.
-Aún defendiendo a Earth, tomé una vida y huí, eso solo agravó todo.
-Eras un niño...
Ae observó las sombras que se proyectaban a través de las hojas de los árboles y hacían dibujos caprichosos alrededor.
-Pete... pensé mil cosas, que estabas muerto, que no nos querías -suspiró- traté de hacer lo mejor al criar a Niko.
-Es un niño maravilloso...
-Él te ama aún sin conocerte, te adora.
-Pero ahora...
-Ahora es pequeño para entender, pero un día, cuando sea mayor, le diremos la verdad -buscó las manos de dedos finos y blancos para apretarlas entre las suyas- no voy a mantenerlo alejado de tí, nunca, encontraremos la forma y haremos lo mejor para él.
-No quiero que me vea así...
-Dime algo de este lugar, ¿Hay personas peligrosas?
Negó con la cabeza.
-Hay algunos casos como el mío, hay personas que se vieron envueltas en situaciones que no querían y hoy pagan las consecuencias -bajó la voz- aún así, no me gustaría verlo en este entorno.
-¿Y de otra forma?
-Los fines de semana, puedo salir dentro del pueblo.
-Entonces lo haremos así.
-¿Enserio?
-Si, tendremos que manejarnos con cuidado con Niko, a veces es un poco, no se como explicarlo.
-Lo se -bajó la mirada- se que sufrió por mi culpa.
-Todo va a estar bien y cuando nos demos cuenta, ya habrá pasado el tiempo y estarás en casa.
Hablaron poco tiempo más, el horario llegando a su fin con un timbre que alertó que debía retirarse.
-No te lo pregunté antes-dijo llevándolo con él al levantarse- ¿Puedo besarte? No quisiera hacerte sentir incómodo.
-Soñé cada noche con tus besos, fue el recuerdo de ustedes dos lo que me dio fuerzas para seguir adelante.
El beso inició algo tímido, el sabor de las lágrimas en los labios mezclando con lo que era solo suyo, la dulzura que había añorado hasta la locura.
-Te amo Pete -dejó un beso en la nariz- y te agradezco que me hayas dejado acercarme cuando nos conocimos.
-Fuiste por demás de insistente.
-Y tu muy valiente -llevó las manos al pelo castaños fijando los ojos en los del otro- y que permitieras estar a tu lado, amarte... solo puedo imaginar lo difícil que debe haber sido, así que voy a agradecerlo siempre, aún con la separación, tú y Niko son lo más hermoso de mi vida.
Volvió a besarse hasta que la voz de un guardia les recordó que el tiempo había llegado a su fin.
Ae salió sin poder ocultar la sonrisa mkentras caminaba por el pasillo al exterior y aún en lo incierto,tenía una certeza, este recién era el comienzo de una nueva historia juntos.
〰️🖤〰️
Hola!
Cómo están?
Aquí algo para ustedes, de a poco vamos a tener cosas bonitas de esta pequeña familia.
Cuénteme que les pareció. Les dejo un beso inmenso. Saludos.
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