4.
Su mañana inició en la comandancia, luego del asesinato de Momo Yaoyorozu, tuvo que quedarse a dormir en su escritorio, para esperar los resultados de la autopsia. Shoto estaba acostado en los sillones de espera, como compañeros, deben quedarse juntos para la investigación. El teléfono sonó, haciendo que ambos se despabilaran.
—Tengo los resultados— el forense se escuchaba bastante cansado también—Pueden venir ahora.
Shoto estaba un poco despeinado, parecía que todavía no despertaba por completo, pero ya estaba arreglando su apariencia para ir al laboratorio. Izuku se consideró bendecido por el cabello naturalmente revuelto, sólo se estiró.
—Espero que esto nos acerque más.
Una vez llegaron el doctor les condujo hasta la mesa de trabajo—Fue envenenada, pero no sé qué tipo de veneno fue utilizado—Eso no los hacía sentir mejor, necesitaban saber el tipo, eso podía reducir la zona de la búsqueda.
—¿Cómo es posible? — Shoto fue el primero el salir del shock.
—Usaron un veneno que no deja rastro, sé que fue es la causa de muerte, porque el cuerpo se descompuso a gran velocidad, no llevaba tantas horas de muerte cuando ya presentaba rigor mortis, además de que presenta una coloración violácea en la punta de sus dedos que no es producto de la lividez cadavérica. —esperó por alguna reacción de los agentes, pero ambos lucían decepcionados— Puedo enviar una muestra del contenido de su estómago y algo de saliva a otros laboratorios. —La mención de aquello les dio esperanza.
—Manténganos informados, doc— Izuku le estrechó la mano.
—Claro.
Regresaron a la oficina, donde la sirvienta de la señorita Momo les esperaba, vestía de negro y lloraba como una magdalena.
—¿Sucede algo? — Shoto se acercó a ella, tomando su hombro y ejerciendo un poco de presión reconfortante.
—No aparece el collar de oro de la señorita, siempre lo deja en el alhajero al lado de su cama, pero hoy hay nada allí.
—En la evidencia etiquetada no hay ningún collar— intervino Midoriya—Nosotros no lo tenemos.
—¿Eso puede ser una pista? ¿Y si la mató un ladrón?
—Tranquila señora, la investigación sigue en curso, nada da indicios de que fuera un robo.
—¿Cuándo nos darán el cuerpo de la señorita Momo?
—Una vez que el forense recolecte las muestras necesarias y la cierre— lo dijo con una sonrisa dulce, libre de malicia, con la intención de calmar a la mujer.
—¿Cerrarla? — ella comenzó a llorar fuertemente
Midoriya se marchó, bajo la premisa de que debía darse un baño y desayunar algo. En su camino decidió parar en el minisúper cercano a su casa, compraría algunas cosas para preparar su desayuno, el interior estaba casi vacío, tomó una canastilla y se adentró entre los pasillos. Observó las cajas de huevo, viendo cuál era mejor, tomando finalmente los orgánicos, luego fue por un galón de leche, entraría al pasillo de las galletas, quería una de esas saldas con queso, pero se detuvo al darse cuenta de que allí estaba Bakugou Katsuki.
—Pero que sorpresa, oficial— su tono desinteresado le hizo arrugar la nariz.
—Sí, una sorpresa— se irguió y pasó a su lado para tomar su preciado snack.
—¿Ya cerró el caso? Porque creo que se vería bien en mi cama.
—Pero qué cosas dice— le sonrió—No sea guarro, esas líneas tan trilladas pueden incomodar.
—No, si el coqueteo es mutuo.
—¿Usted cree que le estoy coqueteando? — Batió las pestañas con dulzura—Yo dije que no podíamos salir si seguía siendo sospechoso.
—Nadie tiene que saberlo, podemos tener un secreto.
Se miraron fijamente durante un momento, al menos hasta que Izuku apoyó su mano en su mentón y comenzó a murmurar cosas mientras miraba el suelo—Las consecuencias son altas para mí, podría perder mi puesto o ser degradado, no quiero volver a hundirme en el montón de policías malolientes que sólo saben archivar papeles y llegar tarde a los llamados, sin embargo no puedo negar...— y comenzó a bajar y pegar más las palabras.
—¡Oye! — Izuku dirigió sus ojos a los contrarios
—Pero quiero una cita romántica.
—Te voy a matar con mi romanticismo— aseguró con una sonrisa torcida.
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