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Llegaron a la entrada de la pequeña casa, dieron un vistazo por los lados, en caso de que hubiese posibilidades de que Katsuki Bakugou escapara, luego tocaron, un hombre en camiseta de tirantes negra, les abrió con una expresión de molestia.
—¿Qué quieren? — Les miraba tratando de analizar que hacían dos extraños frente a su casa.
—¿Usted es el señor Bakugou Katsuki? — Shoto mostró su placa.
—Sí— frunció las cejas con confusión.
—Está arrestado por su presunta participación en el homicidio de Minoru Mineta, —sacó las esposas y le tomó del hombro para girarlo, Katsuki no opuso resistencia—Tiene derecho a guardar silencio y a negarse a responder preguntas. Cualquier cosa que diga puede ser usada en su contra en un tribunal judicial. Tiene derecho a consultar a un abogado antes de hablar con la policía y a tener un abogado presente durante el interrogatorio o más adelante. Si no puede pagar un abogado, el tribunal le asignará uno antes del interrogatorio si así lo desea. Si decide responder preguntas sin un abogado presente, tendrá el derecho de dejar de contestar en cualquier momento hasta que hable con un abogado. —Shoto estaba un poco sorprendido, lo llevó hasta su auto y le hizo sentarse en los asientos traseros.
—Eso fue más sencillo de lo que imaginé— dijo cuando Izuku llegó a su lado.
—Tienes razón, yo esperaba otro tipo de reacción— torció un poco los labios y comenzó a frotar su mentón. —No importa lo extraño que esto sea, todavía tenemos que ir a interrogarlo, eso es lo que puede ponerse feo.
Entraron en el coche y arrancaron sin mirar mucho al hombre que traían atrás, aunque ambos sentían la mirada penetrante del hombre. Cuando llegaron a la comisaría, le llevaron directamente a la sala de interrogatorio, el capitán esperaba desde el cuarto de cámaras.
—Señor Bakugou— Izuku se sentó frente a él, le miraba atentamente, leyendo cada movimiento, Shoto había ido por las fotos para incrementar la presión y que pudiera confesar.
—Señor policía— le habló en un tonó burlesco.
Su compañero entró con un fólder color crema, tenía una etiqueta roja que decía "Evidencia", lo puso frente al esposado hombre y lo abrió—¿Reconoce a este hombre? — preguntó, Katsuki miró las fotos sin expresión alguna—Porque fue asesinado y bajo sus uñas pudimos extraer restos de su piel, señor, Bakugou.
—Claro que lo conozco, yo me pelee con él hace unos días—retiró sus ojos de las fotos y los dirigió a los heterocromáticos—Pero yo no lo maté, ni siquiera sé su nombre.
Shoto miró a Izuku, en busca de que le dijera si el sospechoso decía la verdad o no, el peliverde analizó el discurso emitido y la postura con la que fue recitado, era verdad, nada en él parecía culpable de homicidio, desinteresado sí, pero culpable no.
—¿Tiene testigos? — preguntó, Katsuki se giró hacia él— Esto pinta mal para usted, su ADN está en un cuerpo que fue brutalmente masacrado, como un acto barbárico y bruto.
Se quedaron en silencio durante un minuto, el rubio apretó un poco la quijada, Shoto no sabía la razón por la que ambos se miraban tan tensos.
—Claro, lo golpee fuera de un restaurante frente al museo de historia nacional—se encogió de hombros con despreocupación—Ahora, ¿puedo irme? O tienen cargos reales contra mí.
Los oficiales se miraron entre ellos, Izuko negó con una sonrisa dulce—Lo dejaremos ir una vez que confirmemos que no participó en el homicidio.
—¿Dónde estuvo el pasado domingo a las diez de la noche? — preguntó abriendo su libreta y preparado para anotar lo que creía y lo que pasaba.
—Cogiendo deliciosamente con el novio de mi amigo— Shoto abrió sus ojos con sorpresa. —Pueden preguntarle, su nombre es Kirishima Eijirou— se tiró hacia atrás –como las esposas se lo permitían- se recargó cómodamente en la silla y sonrió socarronamente—Parece que se están quedando sin sospechoso.
—Eso se decidirá hasta que confirmemos lo que dice.
Izuku le hizo una seña con la cabeza a Shoto para que ambos salieran de la sala, fueron al cuarto de cámaras, allí el capitan parecía algo frustrado.
—Confirmen su coartada y la pelea.
Era una orden clara, tenían que apresurarse. La primera parada sería el restaurante, mientras el oficial Shinso encontraba el domicilio de la coartada. No había pierde, sólo había un restaurante frente aquel museo, era uno muy sencillo, entraron y mostraron su placa al cajero.
—Necesitamos hacerte algunas preguntas— el muchacho asintió algo preocupado—¿Trabajaste el domingo?
—Sí, todos los días estoy aquí.
—¿De casualidad viste a este hombre pelear con este otro? — Mostraron una foto de Katsuki y una de Mineta –obviamente no la de su cadáver-
—Sí, el hombre de cabello morado dijo algo que pareció provocar la ira del rubio, le tomó el cabello y lo golpeó fuera del restaurante, el pobre enano parecía querer defenderse, pero sólo conseguía arañarlo como un gatito, luego regresó y tomó a su acompañarte del brazo para irse.
—¿Cómo era su acompañante?
—Tenía el cabello teñido de rojo, pocos centímetros más bajo con el otro.
—Gracias por su participación.
Cuando llegaron a su patrulla recibieron la dirección a la que tenían que dirigirse y en su radio se escuchó un "De nada" de parte de Shinso. La casa no estaba tan lejos del restaurante, por lo que llegaron bastante rápido, había un coche aparcado en el frente, por lo que asumieron que estaban en casa. Cuando timbraron, tuvieron que esperar un poco, pero al final abrió un hombre de cabellos rojizos y mirada amable.
—Buenos días— Izuku le sonrió con amabilidad—¿Es este el domicilio de Kirishima Eijirou? — las expresiones dulces de Midoriya siempre servían para hacer que otros se sintieran más cómodos.
—Sí, son de la paquetería ¿Cierto? Llevo esperando el juego para mi novio desde hace un mes.
—Lo sentimos señor Eijirou, pero somos de la policía— mostró su cartera con la placa y esperó la reacción del joven.
—¿Hice algo malo? —preguntó.
—¿Quién es, amor? — por detrás del chico apareció otro, era rubio sostenía un vaso de refresco en la mano.
—A mí me parece que sí— se inclinó un poco para que sólo él pudiese escuchar lo que iría a decir— Es sobre, Katsuki Bakugou, tu amante— aquello salió casi hostil, con ciertas notas de burla, un escalofrío recorrió el cuerpo de Kirishima, pero cuando vio la expresión dulce de Midoriya, su corazón se relajó un poco.
—Es la policía, cariño— cerró un poco la puerta— Sólo vienen a preguntar sobre el robo del que te hablé, el de mi oficina.
—Oh, entonces te dejo para que te concentres—el rubio desapareció en la cocina y el pelirrojo suspiro con algo de alivio
—No es mi amante, sólo fue algo de una vez y fue un error— su tono de voz ahora era un poco bajo. —¿Qué hay sobre él?
—¿Estuvo con usted el domingo de las diez a las doce de la noche?
Las mejillas se sonrojaron furiosamente, como si recordar aquello, fuera como vivirlo otra vez—Sí, él estuvo conmigo toda la noche, ¿por qué?
—Es sospechoso de asesinato— Midoriya sonrió como de costumbre y tomó un poco de aire—Tenga un buen día señor Eijirou, gracias por participar en el proceso de investigación— lo dijo un poco más alto, pero lo dicho era un poco ambiguo.
En la comandancia esperaba Katsuki, parecía tranquilo y miraba fijamente sus manos, cuando vio a al oficial Shoto, sonrió de lado, sabía que sería liberado, estiró las manos hacia Shoto.
—Le recomendamos que no salga del país, señor Bakugou. — una vez libre se dirigió a la salida con las manos en los bolsillos.
—¿Qué le dijo el joven Mineta? — pegó un pequeño salto al escuchar la voz del detective Midoriya, detrás suyo.
—Maricón.
—¿Escuchó hablar alguna vez de Ronnie Kray?
—No, ¿va a usar esto en mi contra o algo?
—No, sólo era curiosidad, buen camino de regreso a casa, señor Bakugou.
—No soy un señor, soy joven y soy soltero, por si le interesa, oficial.
Escuchó una risa muy tierna provenir de los bonitos labios del detective, quien diría que encontraría a alguien tan hermoso en un día que apuntaba a ser malo.
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