Principio de Incertidumbre
—<ZAPHKIEL>
La voz de Kurumi resonó en toda la sala. Su llegada a la residencia Itsuka no estaba anunciada, pero aún así, Itsuka Shidou le dio la bienvenida.
—Kurumi... ¿Es bueno verte?
—Ara, ara. Parece ser que vengo en mal momento—dijo, notando así las prendas que el chico estaba usando—. Tacones de dieciocho centímetros... Nada mal.
Shidou no pudo evitar sonrojarse por esto. Era viernes, día en que Itsuka Shiori pasaba tiempo con las chicas.
Ellas aún estaban arreglándose en el edificio de al lado, por lo que no llegarían hasta más tarde. Observó de reojo a Kurumi, notando así que se trataba de ese clon suyo que parecía no tener vergüenza al hablar.
Ya antes había estado en la casa, le ayudó a darle un mensaje a la original. Desde ese momento, su relación con Kurumi mejoró, hasta el día en que esta decidió dejar de contestar sus llamadas.
—¿Quieres acompañarme?
—¿A dónde, sí se puede saber?
—A la cocina. Preparé un pastel y no creo que sea correcto comérmelo yo solo—respondió Shidou, invitando así a este clon de Kurumi a ingresar mucho más adentro de su hogar.
Kurumi pensó por un momento dicha propuesta. Sabía que su tiempo estaba en juego, pero aún así, el amor que su original sentía por este chico era algo que ella aún no llegaba a experimentar del todo.
—Bien, un pastel no le hace daño a nadie—respondió ella.
El peli azul no pudo evitar sonreír por esto. Hace tiempo que no pasaba un rato a solas con Kurumi, y ahora, parecía ser un sueño hecho realidad.
—Ven, por acá queda la cocina y-
—¡Shidou-san! ¿Estás bien?
—¡C-Casi me mato con estos zapatos! —exclamó, notando entonces que su cuerpo estaba pegado al de Kurumi—. Eh... Yo...
La usuaria de <ZAPHKIEL> no parecía molesta. Al contrario, ella estaba feliz de sentir su cuerpo pegado al suyo.
Con cuidado, Shidou se incorporó nuevamente, sintiendo entonces como sus mejillas ardían por el sonrojo que se coloreó en su rostro.
—Aún no lo dominas—comentó Kurumi.
—Es difícil lograrlo cuando tu centro de gravedad es muy distinto a cuando eres una chica.
—¿Por qué no usas el ángel de esa chica llamada Natsumi? Sería mucho mejor si te transformas en Shiori-san.
Shidou se limitó a negar con las cabeza. En esta ocasión, las chicas solicitaron que él se vistiera sin traer a la vida a Shiori-san, declarando que hace tiempo no pasaban un rato divertido entre todas.
—En esta ocasión, ellas quieren que me vista como Shiori—declaró—. Es por eso que ando practicando. Olvidé como se hacía todo esto siendo un hombre.
Para Kurumi, esto sonó divertido. Tal vez las chicas querían regresar a la nostalgia de ser ellas quienes lo ayudaban a vestirse con ropa le favoreciera a él y también a ellas.
—Lo mejor será que te pongas ropa adecuada, Shidou-san—indicó ella, ayudándole a ponerse de pie nuevamente—. Ven, vamos a tu habitación.
—¿Eh?
•
—Kurumi, solo tenía que quitarme los...
—Necesito hablar contigo... A solas.
—Kurumi...
Shidou miró directo a los ojos de Kurumi. Esta tenía su vista centrada en una fotografía que adornaba la mesita de noche.
En ella, se podía ver a él junto a una Kurumi. Ambos estaban vestidos para una boda —su boda— y la alegría era palpable en sus rostros, algo que no parecía ocurrir con el resto de fotografías que tenía con las chicas.
—Ella en verdad te amó, ¿no es así? —dijo, recordando por un breve instante la actitud temeraria de su hermana—. Y tú también te enamoraste de ella... La sigues amando.
—Sí, la sigo amando. A ti también te sigo amando—confesó.
—Shidou-san
Esto era lo que ella necesitaba. Escuchar sus palabras le devolvieron la esperanza que creía perdida.
Miró nuevamente a Shidou, notando así su rostro preocupado. Era muy lindo verlo, pero aún así no entendía cómo terminó enamorada de él.
Quería acercarse a él, sentarse a su lado y abrazarlo. Era un sueño, su sueño, uno que se había ido formando desde la primera vez que se encontró con él.
Ella era su esposa, lo era gracias a ella.
Su clon tenía un sueño, una ilusión de llegar con él todos los días mientras intentaba formar una familia. Ese era el sueño que Tokisaki Kurumi tenía muy dentro suyo, mismo que intentaba entender al estar junto al chico que todas ellas amaban.
~Ara, ara... Creo que ya entiendo este sentimiento.
—¿Kurumi?
—Shidou-san, ¿te puedo hacer una pregunta?
—¿Eh? Claro—respondió Shidou, esperando que no se tratara de una boda.
—¿Qué soy para ti?
•
—¿Qué somos para Shidou-san?
Aquella pregunta comenzó a rondar en la mente de varios clones de Tokisaki Kurumi.
Todas estaban alertas, esperando a que la original despertara de su sueño. DEM ya había atacado antes y no se podían dar el lujo de otra incursión, al menos su yo más poderoso fuera de combate.
—¿Alguien ha visto a nuestra "yo" del pasado? —preguntó uno de los clones con duda.
—No puede estar lejos—respondió una de ellas, acomodándose en una silla cercana—. Nunca lo está.
—¿Y sí está con Shidou-san? —cuestionó otro clon, siendo una de las más jóvenes, nacida después de que la original se acercara a Itsuka Shidou.
Tal afirmación tenía que ser una tontería. ¿Por qué ella...?
—La discusión que tuvieron hace un momento—dijo la Kurumi que se había sentado—. Ellas estaban peleando por la decisión que nuestra original tomó, pero eso...
—Eso es lo que haría un clon rebelde—terminó de decir el clon más viejo, cuyos pensamientos estaban centrados en el joven de cabellos azules—. Ella y Shidou-san son...
—¡Debemos ir por ella!
—¡Sí!
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