Veintiuno: ¿Valió La Pena?
HOLA OTRA VEZ, ES QUE ME SIENTOOOO Inspirada, no les dije el cap anterior, pero solo queda este y el epílogo, ¿Preparados?
Otra cosaaa, ¿Creen que YoonGi quede con Jimin?
°^°
Ptt: Ojo no es spoiler, solo quiero saber q opinan.
Ptt#2: No saben lo feliz que me hace que les este gustando esta cosa, ¡Me hace feliz! Además, leo los comentarios que dejan y también me hace feliz pensar que quieren otra actualización, eso me motiva a escribir, jaja, sigan haciéndolo, plis. 🤪
Amor. ¿Qué es el amor?
Actualmente Min YoonGi, no lo tenía claro. Si se lo hubieran preguntado días antes, incluso horas antes habría dicho que amor son esas mariposas en tu estómago, que te hacen estar borracho pero
al mismo tiempo sobrio. Probablemente hubiera dicho que el amor se siente como si fueras en una gran montaña rusa donde todo es felicidad.
Sin embargo las cosas no eran así, porque actualmente se sentía enfermo de un amor que lo había apuñalado por la espalda, estaba jodidamente destrozado por ese amor. ¿Donde estaban las mariposas y la risa? La montaña rusa se apago y lo dejó justo en el borde de una situación que no sabía manejar.
Muchas veces se sentía egoísta, pero el amor lo mantenía en pie, sin embargo ahora, ¿Había valido la pena?
"Dime, cariño, ¿Valió la pena tanto sufrir?"
Realmente, sentía que no. No merecía esto, no merecía de ninguna manera esta situación, odiaba la sensación en su pecho, oprimente y dolorosa, odiaba que su cara aún ardiera debido al rasguño que tenía en su pómulo, odiaba que sus ojos no dejaran de llorar.
Estaba acostado en su cama, abrazado fuertemente la almohada, mientras sus sollozos resonaban en la habitación. Simplemente no podía evitarlo, aún si intentaba detener el llanto, sus ojos azules no le hacían caso. Dios, se sentía tan destruido, su vida se había ido en picada, tal vez estaba exagerando, porque se sentía así en ese momento, como si su corazón se hubiera roto en mil pedazos, y era un efecto colateral de esa enfermedad inevitable.
Se sentía una mierda de persona, pero aun pese a que lo sabía, era inevitable pensar lo que las personas de su escuela haría en su contra, de por sí era una jodida mancha negra entre el perfecto tapete blanco, ¿Qué sería ahora? ¿Una mancha de vino imborrable? Estaba genuinamente preocupado. Pero eso sería algo que su yo del mañana resolvería.
Realizó en octavo suspiro del minuto cinco, estaba
parado frente a la escuela, decir que intento de todo para no asistir será una mentira, porque en
realidad no lo intento, no porque no estuviera preocupado, sino porque podría brincarse uno o dos días, pero aun le quedaba algunos meses para terminar sus estudios y alargar el momento solo sería un golpe bajo incluso para él.
Al parecer el día estaba de acuerdo con su sentir, puesto que la neblina y el frío estaban presentes, haciéndose chiquito en la ropa, suspiro con enecima vez y entró al instituto.
Rápidamente las personas lo notaron y comenzaron a susurrar, una tras otra, las miradas de todos estaban en él. ¿Como no notarlo? El rasguño que tenía definitivamente era profundo y era probable que le quedara alguna marca. Además que su ropa lo hacía ver entre todos, debido a esa sudadera negra que portaba, tal vez era un eufemismo, porque en realidad todos las malditas personas cual sabuesos lo habían detectado desde el inicio.
YoonGi camino bajo las miradas, porque no suficiente con lo que había dicho el día anterior, Park se encargo de pregonar cual maldito cobarde una y mil palabras feas con respecto a YoonGi, se convencía por dentro que le dolía decir todas las malas palabras de su chico, pero era mentira, porque era tan egoísta que ni eso le importo con tal de salvarse el pellejo.
Las palabras vulgares directas como balas a su sensible ser, lo hacían cuestionarse una y otra vez porque debió aceptar aquel beso, aquella persona que antes amo y ahora era parte de su maldito calvario.
---No puedo creerlo, la maldita zorra se atrevió a venir, se atrevió a volver a pisar el instituto, dime maldito vulgar, ¿Quién de nosotros es el siguiente para estar entre tus piernas? ---mencionó uno de los malditos entrometidos. YoonGi subió la mirada, arrugado su ceja, eso le había sonado como una propuesta, sabía que era un insulto pero a su parecer no le supo, porque claramente eso sonaba más como un "Dime, que sigo yo".
---No sé a qué te refieres, ¿Quieres ser tú el siguiente? ---balbuceo ligeramente cohibido al notar que estaba en medio de seis mastodontes, oh no, por favor otra vez no.
---Tú.. Maldita puta ---él rey de la manada le soltó un golpe, al parecer demasiado ofendido por el comentario sarcástico y con él, los demás también se le fueron, mientras las palabras humillantes seguían saliendo de sus bocas sucias.
Intento defenderse pero eran seis contra uno, definitivamente quería aún peor de lastimado. Para su bendita suerte los golpes dejaron de llegarle y cuando levantó la mirada noto a sus tres amigos defendiendolo. Sonrió ligeramente al verlos, se levantó y cuando los tres notaron eso, un claro "Corran" se vio inmiscuido, sin pensarlo más, los ahora cuatro chicos salieron disparados hacia donde algún profesor estuviera.
---Tenemos que evitar dejar solo a Gi-Hyung, no vamos a estar a los golpes. ---mencionó JungKook, una vez todos habían salido de ahí. Ninguno tenía un golpe realmente serio, solo un par de rasguños y uno que otro punto rojo que desaparecería con el tiempo.
Namjoon asintió ante esa situación, mientras pasaba un brazo sobre el casi bajo YoonGi, quien sólo escuchaba, pero podía jurar que estaba llorando.
---Hey, Yoon-Hyung, no se atormente aún si debemos patear traseros eso haremos. ---Habló Taehyung, abrazándolo también. Aún con el sollozo en sus labios, sonrió ligeramente abrazando a los dos chicos que lo tenían entre sus brazos.
Caminando lentamente, notaron prontamente que en los casilleros había hojas pegadas, deteniéndose del paso de los demás, Min se acercó despacio, el papel tenía una foto de él, mientras que con letras rojas y grandes ponían "Maldito rompe relaciones" y algunas más, con la palabra "zorra puta" casi en mayúsculas.
Su corazón latió rápido, en todas y cada uno de los carteles solo estaba su cara, ¿Donde quedaba Park? Aquel que también tenía parte de la responsabilidad.
---Él se encargo de decir, que solamente tú tuviste la culpa, al seducirlo y meterte con él. ---Nam, habló, respondiendo su gran duda. Volvió a bajar la cabeza, esto no sería el fin de sus problemas y lo sabía.
Una agotadora semana había ocurrió tras el altercado, lamentablemente las cosas no iban nada bien, su cuerpo tenía golpes de chicos que lo habían acosado y golpeado, carteles con su cara, siempre cambiando de fotos, los balbuceos no había cesado y realmente comenzaba a cansarse.
Estaba cansado mentalmente y físicamente. Siendo sinceros no sabía como continuar, decir que de alguna manera Park lo busco y trato de pedirle perdón, era un sueño demasiado difícil. En toda la semana no le había hablado, lo había visto, incluso parecía más enamorado de Hye-Jin que en otra cosa.
Dios, hubo días en los cuales lloro hasta que su nariz quedaba rojiza y sus ojos hinchados, otras veces simplemente se arrepentía y fingía que estaba bien. Caminaba lentamente por los pasillos, las voces volvieron a sonar y era patético, que casi se pusiera a rezar para que sus amigos aparecieran.
Siguió y suspiro aliviado cuando llegó al salón sano y a salvo. Sus clases comenzaron con regularidad, y aunque deseaba arrojarse por la ventana, para así acabar con su sufrimiento, era un idea patética. Justo como él.
A su lado, vagamente noto a Namjoon quien se tronaba los dedos, y lucia claramente ansioso, sin embargo, se abstuvo de opinar al respecto, aunque la duda quedaría en su mente.
En cuanto el timbre del almuerzo sonó, se quedó sentado en su silla, puesto que por mera precaución necesitaba que no hubiera mucha gente para poder salir del aula.
---Oye, Yoon... Quiero decirte algo. ---Namjoon hablo, llenando el momentáneo silencio que reinaba en la aula azul.
---Claro, ¿Qué pasó? ---Respondió prestando atención a su compañero.
---Resulta, que, me ofrecieron un traslado a una de los institutos de Estados Unidos. ---dijo, saltando la noticia como si de una bomba se tratara, YoonGi abrió sus ojos bonitos, sorprendido.
---¡Eso es genial! ¿La aceptaste? ---al segundo siguiente se retracto, era obvio que la aceptaría, es decir, era una oportunidad que pensaba que sólo en películas sucedía.
---Esa es la cuestión, sabes bien, que cuando llegue aquí fue por una beca, yo ya hice que mis padres se mudaran aquí, por mi. Pero... ¿Irme nuevamente a otro lugar? Es genial, sí, pero simplemente no puedo aceptarla. ---Respondió, YoonGi notó como volvía a jugar con sus dedos:--- El segundo a elegir es uno de los mejores de la clase, y por recomendación mía es obvio que será elegido....
El silencio gobernó unos segundos bajo la incredulidad de YoonGi, oh...--- ¡Felicidades, Yoon! Tienes que ir a dirección ha firmar los papeles para que el traslado sea exitoso.
Si se pudiera describir de alguna manera lo que sintió, la sensación de felicidad que experimento, los nervios, fueron tantas emociones que solo atinó a negar con la cabeza, balbuceando palabras simplemente derivadas de los nervios que producían.
---Es cierto, solo debes ir hasta allá y volver a nacer, necesitas olvidarte de alguna manera de los que ocurrió aquí. Los amores son enfermedades incurables, que solo tienes que aprender a vivir con ellos. Es cierto, que no deberías huir, pero, ¿Por qué no ser egoístas un poco más? ---Y sonrió. Esa maldita sonrisa solo hizo que YoonGi gritara emocionado y abrazara fuertemente a Namjoon, quien como siempre alguna vez se dijo, sus brazos eran tan cálidos que incluso ganas de llorar le dieron.
---¡Muchas gracias! Yo, yo..
---No me des las gracias, corre antes de que se arrepientan. ---Y con la última sonrisa, salió corriendo derechito a dirección.
Los pasillos se hicieron gigantes, el corazón latía rápidamente y en cuanto entró a aquella habitación, la esperanza volvía a nacer en su pecho, la montaña rusa en la cual fue atrapado volvió a funcionar haciéndolo caer de una manera extraordinaria.
---Veo que ya fuiste informado, Felicidades, Min YoonGi, tienes la oportunidad de poder obtener un traslado.
Sus últimos días en ese pueblo que marcó parte de su vida, fueron encerrado en casa acomodando cosas, su madre y padre habían llorado cantidades, sin embargo estaban orgullosos de su bebé. Todo marcaba un nuevo comienzo, que si bien, nunca debió haber aceptado aquellos besos llenos de veneno, aquella mirada que significa el todos pero que también lo hundió en las miserias, no se arrepentía.
Los errores son los más juzgados, y han de tener razón, pero el primero, aquel que arruina por primera vez la línea temporal, son los más válidos. Es por ellos que YoonGi no se culpaba mucho, no sentiría mucho tiempo la culpa, pero jamás olvidaría.
De alguna manera, alguna parte de él aún deseaba volver a encontrarse con aquellos ojitos de luna, pero no sucedió. Y a su vez, agradecía que eso no sucediera, puesto que no sabría controlar su atolondrado corazón, era capaz de arrodillarse y rogar otra oportunidad. Era estúpido, pero era capaz.
Pero pudo respirar tranquilo, cuando estando arriba del avión, no vio a nadie más que a su familia y sus amigos, sonrió y por primera vez se sintió tan pleno.
Sin saber, que de alguna manera, alguien seguía pensando en él, que seguía cuestionando sus decisiones, ese alguien seguía siendo egoísta porque quería tenerlo de vuelta con él.
"Dime, cariño, ¿Si te vuelvo a ver me perdonarás?"
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