n/a: Holis, buenas, lamento no actualizar la semana pasada sin embargo mi internet andaba fallado (estúpido Megacable) perooo, aquí andamos. espero les guste >-<

Alrededor de una semana había pasado desde que Kim Namjoon llegó a su vida, y a decir verdad estaba encantado con el chico. Compartían muchas cosas en común además de haber congeniado tan bien con él. 

Claro que esto no había pasado desapercibido, el chico nuevo, es que se hizo amigo de los profesores, aquel  chico inteligente, era uno de los rechazados mas debido a que se juntaba con YoonGi. Una verdadera estupidez. 

Pero pues en fin, los días fríos seguían en pleno apogeo lo cual significaba que una bolita de ropa caminara con dirección a su salón de clases, claro hasta que un cuerpo alto y fuerte se interpuso en su camino. Alzo la mirada notando que Namjoon le sonreía de manera cálida. 

---Sabia que eras tú, parecer una bolita en épocas de frío, es lo que acostumbras.—-YoonGi arrugó su nariz de botón ante lo mencionado.

---Yo no parezco una bolita, además es mi madre la qué insiste en que me abrigue mucho, soy una persona friolenta. ---menciono quedito, manteniendo su mirada fija en el chico alto.

---No pasa nada, vamos ¿Vas a clase?

--- ¿A donde más se supone que vaya? --- sonrió levemente al chico, quien sonrió igualmente debido al sarcasmo y a que la sonrisa del mayor definitivamente hacia querer sonreír.

Ambos caminaron levemente, par llegar al salón de clases, donde oh sorpresa, Park JiMin estaba besando a la chica, mientras esta tenía sus brazos enrollados en su cuello.

"¿A que sabrán sus besos? "

Tal vez a miel, o tal vez a fresa, probablemente melocotón, no lo sabia y realmente quería averiguarlo. Sacudió su cabeza entrando al salón, sentándose en su vacía silla con Namjoon siguiéndole de cerca.

---¿Porque no simplemente te acercas? Creo que sería más sencillo qué estarte martirizando la cabeza con hubieras --- El rubio fijo su mirada en el chico que se encogía levemente de hombros por su expresión.

---No puedo, no es tan fácil.

---Es fácil, te acercas le enseñas quien eres y listo.

---No quiero ser la persona que interfiere en su relación, no... No va conmigo. ---musito despacito, llevando su mirada nuevamente al cúmulo de gente que había rodeando a los novios.

---No debería ir con nadie de hecho, pero es que te dije que te acercaras no qué lo conquistaras. Además de que si llegará a pasar, no sería tú culpa puesto que no tienes control de tus emociones. ---Definitivamente era un chico listo. Joder, ¿acaso Namjoon era perfecto? YoonGi a bulto sus labios en un puchero pensativo, bueno, tenia razón.

Pero tenerla no significaba qué se acercaría. Nop, definitivamente no, y no lo mal entiendan, quería, deseaba acercarse sin embargo había grandes razones para no hacerlo.

La principal, era qué no quería ser qué siguieran juzgado a todo aquel que se acercara.

---También creo que las cosas por las que eres juzgado no deberían de ser sinónimo de límites, sino más bien de superación. ---Volvió a mencionar, el chico le caía bien y quería poder ayudar.

---Pues deberían, pero que remedio tengo que todo mi círculo social es juzgado porque es cercano a mi, es decir, mírate ahora también eres un foco de abuso.

---Efectivamente, sin embargo no dejo que me afecte, puesto que yo decido mis amistades y con quien me junto. La gente es estúpida y juzgará por todo, tómalo con calma. ---La plática termino ahí. La maestra entró en el salón de clase, haciendo qué automáticamente todos guardarán silencio.

Durante gran parte de la clase YoonGi se vio enredado en sus pensamientos, lo que decía su amigo era cierto. De pronto subió su cabeza de manera inesperada. ¡Eso era! lo tenía, si quería mostrar seguridad, necesitaba ser seguro y claramente su actitud no era así. 

Era hora de sacar su mejor arma, era hora de sacar su alter-ego.

Y no, no cambiaría para agradarle a nadie, sin embargo siempre quiso ser como los modelos o chicas de los dramas, seguras de si mismas, irradiando belleza. Y bueno, si quería ser como ellas, lo mejor era empezar a creerse el papel y hacerlo. 

Los limites te los pones tu mismo, y era hora de derribarlos. 

Una linda sonrisa se poso en su rostro, mientras sus ojos brillabas. Bien mundo, prepárate para el nuevo Min YoonGi que se avecina.

Tan perdido  estaba en sus pensamientos, que no noto cuando la mirada gris que tanto amaba se posaban en su persona, sonriendo también. Park JiMin se sentía bien con solo ver al chico reír de manera gloriosa, joder era tan bonito. 

"Sonríe, lo mereces... Y aun si no soy dueño de esa sonrisa, la amaré simplemente porque es tuya. "

JiMin despegó la mirada, volviendo su mirada a la profesora que seguía dando su clase, mas seguía nadando en una nube donde los prejuicios no le aterrorizaban, uno donde podía ser él mismo y podría amar a quien quisiera, sin miedo, solo siendo feliz. Pero no podía, necesitaba seguir siendo el fantasma de lo que las personas querían. 

Apretó la mano de Hye-Jin y ella sonrió. Si, así era como debía de ser. Mas no como quería.