Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7


Efectivamente, estuve de acuerdo cuando dudé de que Nagore fuese a estar bien conmigo.

Pasé el resto de la semana con Kyle y Damian debido a que ella estaba enfadada por motivos que (obviamente) no me había dicho. Según ella, debería de saberlo, pero el problema es que no tenía ni la más remota idea de qué le pasaba. Si no le había hecho nada, que yo sepa.

Ya había llegado el fin de semana, y estaba bastante emocionada porque hoy me iba al parque de atracciones. Hacía mucho tiempo que no iba, y me moría de ganas.

Había quedado con Sam y Taylor (porque Nagore había dicho en el último momento que no podía) y estaba esperándolas en la parada de autobús escuchando Demons, de Imagine Dragons.

De repente dos manos me taparon los ojos, y sólo por el olor supe quién era.

-¡Sam!- dije, quitándome los cascos. Ella me quitó las manos permitiéndome ver y me dedicó una sonrisa mientras me abrazaba.

-¡Hola Ali!- respondió ella con alegría. -¿Lista para montarte en todas las atracciones?

-Por supuesto- dijo Taylor llegando a la parada y uniéndose a la conversación.

-¡TAYLOR!- chilló Sam, y la envolvió en un abrazo. Cuando se separaron le sonreí a Taylor y ella hizo lo mismo.

Sí, se notaba que no éramos tan cercanas.

-Más os vale a las dos montaros en todo, que hay que practicar para el viaje de fin de curso de cuarto- advirtió Sam.

Es verdad, casi lo había olvidado, y eso que lo llevaba deseando desde primero de la ESO.

Al finalizar cuarto de la ESO (o sea, cuando terminemos el año que viene) el instituto organiza un viaje a uno de los parques de atracciones más grandes del país. Estaba deseando ir, ya que no había ido nunca.

-Ah, por cierto...- retomó Sam la conversación. -Tengo que deciros algo.

Le miré la cara. Estaba muy seria, así que tenía que ser importante.

Por favor, que no sea nada grave

-A Nagore ya se lo he dicho- continuó ella todavía muy seria -Pero... es que...

-¿Qué pasa?- preguntó Taylor, un tanto alarmada.

-El año que viene me voy del colegio- soltó.

¿Qué?

Espera un momento... ¿qué?

No, no, no, no te puedes ir, Sam.

-Ya, eso mismo le dije yo a mi madre- suspiró Sam, y me di cuenta de que eso último lo había dicho en voz alta.

Me giré hacia Taylor y vi que ella tenía los ojos llenos de lágrimas.

Ella se levantó y abrazó a Sam fuertemente susurrándole cosas que no llegué a oír, pero sonaba desesperada.

Se me encogió el corazón por ella, por las dos. 

Se me empañaron los ojos a mí también, pero me obligué a esfumar las lágrimas. No me podía poner a llorar ahora, Taylor es la que necesita consuelo ahora mismo, yo no. 

Yo me las apañaba sola, siempre lo he hecho.

Cuando Taylor se separó, vi que Sam también estaba llorando un poco. La abracé y dejé que llorara en mi hombro durante unos minutos.

Cuando todas estuvimos más relajadas, nos subimos al autobús y le preguntamos a Sam todas nuestras dudas.

-¿A qué instituto vas a ir?- preguntó Taylor, iniciando el interrogatorio.

-A uno de cerca de mi casa- respondió.

-Te quedas el año que viene, ¿no?- pregunté.

-Sí, el año que viene es mi último año.

-Seguiremos en contacto, ¿verdad?

-Claro que sí- dijo Sam con cara rara, como si fuera demasiado obvio.

-Y quedaremos. De nosotras no te libras en un futuro cercano- afirmó Taylor. Aún le temblaba un poco la voz, pero estaba mejor.

Sam esbozó una sonrisa y cambiamos de tema.

Llegamos al parque de atracciones unos minutos más tarde y pasamos un buen día.

Pero todo lo bueno se acaba, lamentablemente.

Volvimos a casa ya que Sam tenía baile temprano mañana (sí, iba a baile, y era muy buena) y yo tenía planes.

Iba a ir a casa de una amiga mía de la infancia, Jaidy, que vivía algo lejos. Hacía tiempo que no la veía, y tenía muchas ganas. Por muchos años fuimos mejores amigas, hasta que llegó Nagore. 

Jaidy y Nagore se conocían, y se llevaban muy bien. Las presenté yo en un cumpleaños, y ahora quedamos juntas de vez en cuando. En cambio, a Sam no le cae bien, ya que en otro cumpleaños la dejamos de lado por estar con Jaidy, que no conocía a nadie. Aún me arrepiento de eso. Le había pedido perdón mil veces, pero el pasado no se puede cambiar, lamentablemente. 

Si tan solo pudiera cambiar cosas del pasado, mi vida iría mucho mejor.

Me fui a la cama con esa idea en mente, y estuve dándole vueltas de lo fácil que sería sobrevivir con ese don hasta que me quedé dormida.


-Ya llegamos, Maddison- le dije a mi hermana en el coche, quitándole un auricular de golpe. Ella siempre se ponía los cascos en el coche, porque decía que la música de papá era horrible. Pero ¿cómo va a ser horrible si son grupos como The Offspring, Linkin park y Queen?

A veces no la entendía.

Ahora mismo estaba sonando Welcome to the jungle, de Guns n' Roses, y mi padre la iba tarareando mientras mi madre se movía al ritmo de la música.

Sonreí al ver a la hermosa familia que tenía. Estaba muy orgullosa de ellos y cada día agradecía que el universo me hubiese mandado con ellos.

Aguanté la risa al ver a Maddie poner una cara de asco por la música que sonaba, y al ver que me reía de ella en "secreto" me hizo una peineta. Yo le saqué la lengua y me asomé a los asientos delanteros.

-¿Ahora puedo poner yo una?- pregunté. Mi padre asintió y yo le robé el móvil para poner My Blood, de Ellie Goulding.

Justo cuando la canción finalizaba, llegué a la puerta de la casa de Jaidy.

Salí del coche en cuanto este se detuvo y Maddie hizo lo mismo pero con su habitual cara de "me la suda todo".

Agarré la correa de mi bolso y respiré hondo. Luego, fingí una sonrisa, lo cual me preocupó. 

Aunque, bueno, últimamente fingía sonrisas todo el rato.

¿Por qué ya no tenía ganas de sonreír como antes?

Caminé hacia la puerta haciéndome esa pregunta mientras mis padres se bajaban del coche, y llamé al telefonillo cuando llegué.

Me contestaron al instante y me dijeron con alegría que pasase, y les sostuve la puerta a mis padres y luego entré yo, con una sonrisita de satisfacción al ver que Maddie ponía una mueca porque no le había sujetado la puerta.

Llamé al timbre de la casa y la madre de Jaidy, Rose, me recibió con un abrazo enorme que me reconfortó bastante, aunque no sé por qué.

Cuando Rose vio a mi madre, chilló como una loca, cual adolescente.

-¡SHIRLEY!- vociferó Rose.

-¡Rose!- dijo mi madre, un poco más bajo.

Mientras tanto, los padres se saludaron con una palmada en la espalda y a correr.

Definitivamente, los hombres son unos insensibles.

Pasé a la casa y busqué a Jaidy con la mirada. La encontré en el sofá jugando al Mortal Kombat y sonreí.

Siempre que iba a su casa, jugábamos alguna partida al juego. Su personaje favorito era Raiden, mientras que yo era fan de Kitana por el simple hecho de que se parecía a Chun-Li, del Street Fighter.

-Hola- dije. Ella pausó el juego y se levantó para abrazarme.

-Hola, Ali- dijo. Señaló el sofá con la cabeza y dijo -¿Jugamos?

Asentí con la cabeza y me senté junto a ella para jugar.

Hicimos unas cuantas partidas, turnándonos con Maddie para que ella también jugara, hasta que llamaron a la puerta.

-No sabía que venía más gente- dije confusa.

-Sí, Nagore viene también- respondió Jaidy

Espera, ¿qué?

Mierda, el ambiente iba a estar algo incómodo.

Me levanté para comprobar que Nagore estaba en el marco de la puerta, pero algo diferente de como me la imaginaba.

Estaba... ¿sonriéndome?



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro