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Despedida






Bien, esta vez actualice antes porque este mes quiero estar relajada, no quiero estar estrezada pensando en que tendré que publicar otro capítulo. Primero, porque mi trabajo se pone cada vez más pesado y agotador, y segundo, porque ya no estoy teniendo el tiempo de antes para escribir, últimamente solo se me ocurren one short, pero no he podido escribir algo más largo. Y luego de acabar este fic (sí, ya esta en su recta final) me tomaré un pequeño descanso, para luego volver con más nuevas historias.

No dudo que muchas querrán asesinarme luego de leer esto, (en realidad creo que solo las chicas del grupo de wahatsap) pero espero qu disfruten-sufran de este nuevo capítulo, y nos estamos leyendo con más LawLu el próximo mes.

Kida D. Eirhin



Tras aquella noche, en que Law al fin era honesto con sus sentimientos, Luffy por primera vez en mucho tiempo se sentía aliviado, ya no tenía que lidiar contra nada ni nadie, y aunque Law le había anunciado que se marcharía de la ciudad, ahora su tristeza era como hacer para tener la fuerza para decirle adiós, sabiendo que, al fin Law correspondía a sus sentimientos.

Marco fue dado de alta al día siguiente de que Sabo le mostrara el video a Luffy, y Luffy fue dado de alta el mismo día en que Law dejaba la ciudad, de hecho, había sido él quién había ido a buscarlo. No había querido decirle el día exacto en que se iría, así que, para no ponerlo triste, fue por él a la clínica para llevarlo a casa, pero Law sin querer mencionó que luego de ir a dejarlo a casa de Sabo, debía tomar el bus que lo llevaría al aeropuerto.

Tras esa noche, no habían hablado sobre el tema de sus sentimientos por el otro, pues les preocupaba más despedirse del otro y separarse quién sabe por cuánto tiempo.

—¿Puedo acompañarte hasta la parada del autobús al menos? — preguntó Luffy.

Law llevaba todas las pertenecías del menor en un gran bolso deportivo, que colgaba de su mano, y a su espalda llevaba otro en llevaba sus propias pertenencias.

—Claro... te pediré un taxi para que te lleve luego a casa — ambos se detuvieron bajo un cielo que amenazaba lluvia, y se miraban intensamente. Law perdido en esos hermosos orbes negros como la noche, acarició aquel semblante entristecido frente a él.

"¿Cómo se supone que debo dejarlo ahora?" se decía mientras la mano de Luffy se apoyaba por sobre la del mayor.

—Por favor cuídate...— dijo y retomaron sus pasos.

Iban lento, pues ninguno quería apartarse del otro. Al llegar a la parada, se sentaron, Luffy con la ayuda de Law.

—Llamaré un taxi para que te lleve a casa — dijo y se sentó junto a Luffy luego de sacar su móvil.

—Sí... gracias— sonrió con tristeza.

—Te llamaré todos los días después de clases, quisiera saber cómo va tu recuperación...—

—Yo estoy bien... pero mi corazón no, ahora que sé que sientes lo mismo que yo debo dejarte ir...—

­—Luffy—

Lo llamaba por su nombre por primera vez desde que lo conocía. El menor lo observó con sus ojos anegados en lágrimas, pero con una radiante sonrisa.

Ante ese gesto, Law no resistió y se levantó con el móvil colgando de su mano. Cubrió su boca sin poder creer que cuando al fin ya no había secretos ni terceros interfiriendo entre ellos, debía alejarse de él por sus estudios.

No se le había pasado por la mente que asumiría sus sentimientos, y había pedido el traslado hacía un tiempo luego de una de las tantas discusiones que había tenido con Luffy por culpa de Monet y sus tretas para separarlo de él.

Sus lágrimas descendían por sus mejillas como la lluvia cuando resbalaba por el cristal. Intentó consolarse con que Luffy volvería a los escenarios y que eso lo mantendría con la mente ocupada en su trabajo y no en él.

—Torao...— lo llamó y su voz sonó quebrada.

La lluvia comenzó a caer primero suave y poco a poco fue aumentando en intensidad.

Estaba deseando que Luffy lo detuviera, pero él había sido lo suficientemente claro al decir que no estorbaría en sus estudios.

Se levantó con algo de dificultad. Cojeando se acercó a Law y tomó la mano en que ésta tenía el móvil, y cortó la llamada.

Luffy apoyó su cabeza en el pecho de Law y lloraba mirando los tenis de este.

Law por su parte, no parecía importarle dejar caer sus lágrimas y abrazar al menor, y sentir su calidez antes de abandonar la ciudad.

Estuvieron así bajo la lluvia unos minutos hasta que el rugido del motor del bus, los sacó de la burbuja de dolor y pena en la que se hallaban.

Law alzó el pequeño rostro que escondía su tristeza en su pecho, y acercó su boca queriendo al menos poder sentir los labios del otro antes de dejarlo.

Cuando estuvo a centímetros de la boca contraria, el golpe de las puertas del bus al abrirse los sobresaltó, y el intento de besarse se desvaneció con rapidez.

Luffy le dio la espalda para ir a resguardarse de la lluvia, mientras Law se echaba sobre el hombro su bolso para luego subir al bus.

Este echó a andar y cerró sus puertas, pero Law podía aun verlo a través del empapado vidrio, y al ver que el joven no hacia el menor intento por querer detenerlo, cubrió su rostro y fue hasta un asiento, junto a la venta.

Allí alcanzó a ver por última vez a Luffy que mantenía su cabeza fija en el concreto mientras la lluvia caía sobre él.

"No intentaste detenerme"

Una vez que se sentó tras dejar su bolso en la parte superior, sacó sus auriculares mientras oía una de las tantas canciones que "Lucy" había compuesto y que estaban dedicadas a él.

Mientras oía aquella canción, empezó a llorar sin un consuelo. Y miraba a su alrededor como esperando a que Luffy apareciera de la nada y le pidiera que se quedara.

Por lo visto, no era el único que sufría de amor. Dos asientos más adelante, había visto a otro muchacho también que lloraba. Por lo visto ese día iba a ser largo no solo para él sino también para quién sabe cuantos más que estaba pasando por una situación difícil.

Cuando llevaban ya casi veinte minutos de viaje, la bocina de un coche llamó la atención de todos los pasajeros. Estos curiosos se pegaban a la ventana para ver a que se debía todo el escándalo.

Del lado opuesto al de Law, un lujoso y caro coche insistía en tocar la bocina.

El bus acabó por detenerse, cuando el coche se puso frente al mismo para detenerlo, y apenas se detuvo del todo el vehículo, bajó rápidamente para subir al transporte.

La situación parecía sacada de una película de romance. Pues el hombre que subía al bus y se disculpaba con el chofer y los pasajeros, de inmediato comenzó a buscar a alguien hasta que dio con su objetivo.

Aquel alto e imponente hombre buscaba al joven que Law había visto llorar cuando había subido al transporte.

Law se quitó sólo uno de los auriculares y observaba la escena.

Aquel hombre jalaba con cuidado al muchacho y lo estrechaba entre sus brazos mientras le rogaba que no lo dejara, y que lamentaba de corazón haber jugado con sus sentimientos.

Del bolsillo de su saco, sacó una cajita negra y la abrió ante la mirada del muchacho y los pasajeros.

­—Quiero que estés junto a mi el resto de tu vida... ¿te casarías conmigo? —

Hubo un momento de silencio tan tenso que daba escalofríos. Solo se oía la lluvia golpeando el techo del bus.

—Sea cual sea tu respuesta, la aceptaré... —

Al menos ese hombre había ido a buscar a quién tanto amaba, y estaba pidiendo que estuvieran siempre juntos.

En su mente Law tomaba la escena como una lección. Había casos en que las cosas no resultaban siempre como se es deseado, pero también sabía que las cosas podían salir bien. En su caso, aunque Luffy le había dicho que seguía amándolo, la decisión de irse a terminar sus estudios a otra ciudad, le estaba pareciendo el peor error de su vida. Su carrera podía terminarla perfectamente en su universidad, pero en un arrebato de enojo y furia, había cambiado sus planes. Ahora estaba dejando a Luffy, cuando pudo haberlo tenido mucho tiempo antes, si no hubiese negado sus sentimientos por tanto tiempo.

Volvió a poner atención a la pareja, y el muchacho quitando sus lágrimas de sus ojos asentía a la propuesta del otro.

—Si quiero...— lloró — si quiero compartir mi vida contigo...—

En el bus, los pasajeros estaban emocionados, algunos habían grabado la situación en sus teléfonos celulares, otros tomaban fotografías, pero todos estallaron en ovaciones al escuchar la respuesta del joven.

El hombre puso la argolla en el dedo del menor y jalando con cariño de él lo acercó a su cuerpo para rodearlo por la cintura y unir sus bocas en un tierno beso, mientras el mayor quitaba con sus manos, las lágrimas de su prometido.

Solo entonces Law entendió como debió sentirse Luffy cada vez que le confesó sus sentimientos y él lo rechazaba una y otra vez.

La pareja terminó descendiendo del bus y subieron al lujoso coche que había frente a este. Con su corazón apretado y con un dolor en el pecho, el bus continuó con su recorrido.

Mientras tanto, en la parada, Luffy no dejaba de llorar luego de que el bus se perdiera de vista mientras se alejaba.

Tomó su bolso, y empezó a caminar lento y cojeando, pues aún no se recuperaba del todo. Iría a casa de Sabo, necesitaba estar con los suyos y olvidar a Law por un momento. La vida simplemente no estaba siendo justo con él.

Le tomó casi todo un año el poder enamorar a Law para que luego, por una pelea estúpida, sus vidas tomaban caminos diferentes.

Las calles estaban casi vacías, pues la lluvia los obligaba a estar en sus casas abrigados y calientitos.

"Pude detenerlo... y no lo hice..."

Tampoco quiso llamar a nadie de su familia para que fuera por él. Quería simplemente estar solo unos momentos y el caminar, le daría tiempo de llorar todo lo que quisiera.

Al cruzar un paso peatonal, un coche negro se detuvo para cederle el paso y de reojo vio que los ocupantes del coche, se besaban mientras esperaban a que cruzara, y luego el joven apoyaba su cabeza en el hombro del otro.

Luffy se quedó unos segundos de pie, en medio de la calle observando a la pareja que esperaba que el cruzara el paso peatonal.

Quiso llamar a Law, pedirle que no se fuera, pero nunca había sido egoísta, siempre pensaba en el bien de los demás antes del propio, entonces al fin cruzó hasta la acera.

¿Porque las cosas habían terminado de esta manera? Había sido todo culpa de sus propias palabras, al no haber escogido las correctas y simplemente haber soltado lo primero que les vino a la mente.

Ahora, pagaban su error estando lejos el uno del otro.

Se sentía mal y nada tenia que ver con el dolor físico, pues todo a su alrededor era extraño. Era una sensación que no se podía explicar. Se sentía como si todo estuviese fuera de lugar, y le costara encontrar su norte otra vez.

—¿Qué debo hacer? — se decía mientras continuaba arrastrando su boldo bajo la lluvia — ¿te dejo ir... o intento detenerte? —

La poca gente con la que se cruzaba en su camino, lo miraban extrañados, otros hasta sentían pena, y otros solo miraban sin mostrar interés real en él.

Por más que lo pensara, en su mente no estaba claro del todo que debía hacer, y le daba vueltas al asunto tratando de encontrar la respuesta a su actual situación.

—¿Qué es lo que debería hacer? — se dijo y se detuvo para quitar sus lágrimas de sus ojos.

Casa de Sabo:

Había pasado aproximadamente quince minutos desde que Luffy había llegado a cada de Sabo, pero no se había atrevido a entrar. Sabía que Sabo le preguntaría que le pasaba, y una vez más él no podría responder ¿o tal vez sí? Quizás era momento de contarle lo que estaba ocurriendo, pues ellos y Koala eran su familia y tenían el derecho de saber la verdad.

No había dejado de llorar desde que había dejado a Law en la parada del autobús, en aquel parque. Antes amaba ese lugar, ahora lo aborrecía, pues se había vuelto el lugar de discusiones de ambos.

Tocó el timbre de la casa a pesar de que tenía llaves para entrar cuando le viniera en ganas.

Segundos después Sabo abría la puerta para recibir a Luffy. Este iba vestido con un pijama de estrellas azules, y una bata.

—¿Luffy? — preguntó el a ver a Luffy envuelto en su abrigo, pero este se inclinó y rodeó sus rodillas para dejar salir al fin el llanto que había reprimido por tanto tiempo.

—¡Luffy! — repitió Sabo y se inclinó también para abrazar al menor que lloraba sin consuelo alguno.

Koala al oír a Sabo gritar apareció también en la puerta y no solo ella, Marco y Ace estaban ahí también.

Sabo al verlo llorar con tanta pena y desconsuelo se contagió también de ese lamento y sus ojos se anegaron en lágrimas.

—Vamos adentro Luffy— dijo él y levantó al pequeño del suelo para llevarlo al interior de la casa y sentarse con él en el sofá de la sala. Koala mientras tanto había ido por una toalla y una bata para Luffy, y se la dio para que se cambiara la ropa antes de que pillara un resfriado.

—¿Qué ocurre Luffy? — pregunto Sabo aun teniendo entre sus brazos al menor.

—Sabo...—

—¿Qué pasa Luffy? —

—¿Existe alguna pócima o algo que pueda quitar los sentimientos y emociones de un humano?

Sabo y Kola se miraron unos a otros sin entender aquellas palabras.

—¿Es posible quitar tus emociones y ya no sentir nada por nada ni nadie? —

—¿Qué estás diciendo Luffy? — se preguntaba perplejo el rubio.

Luffy apretó la bata que Sabo llevaba.

—¿Cómo me olvido de Torao? ¿Cómo lo quito de mi corazón? ¿Cómo hago para dejar de amarlo?

A diferencia de Sabo, nadie más parecía sorprendido por esa última frase.

—¿Amar... a Law? —

—Ace, debo volver, hay algunas cosas que quiero terminar antes de que salgamos a cenar esta noche... te llamaré amor— besó tiernamente al joven mientras este lo acompañaba hasta la puerta.

—Te veré esta noche mi amor— dijo Ace un tanto extraño y se aferró a Marco de una manera que él no recordaba.

Mientras se despedían los otros tres iban hasta la sala.

—¿Estas bien? — dijo y tomó entre sus manos aquella carita pecosa. Ace asintió para luego ocultar su rostro en el pecho del mayor.

­—¿Qué ocurre? — preguntó Marco, pero Ace no respondió. Dejó que Ace lo abrazara de esa manera y él también hizo lo mismo y beso su cabello.

—Estas actuando extraño, no sé qué es lo que te pasa, pero si necesitas algo no dudes en llamarme—

—Lo haré— dijo Ace con la voz ahogada en el pecho del contrario.

Ace al fin lo dejó libre para verlo marcharse y regresar a la sala con los demás.

Al llegar vio que el ambiente se había puesto algo tenso.

—...Luffy se enamoró de Law...— decía Koala justo cuando Ace entraba en la sala.

—¿Es eso cierto Luffy? ¿En serio te enamoraste de él? — dijo Sabo.

A Luffy no le quedo más que admitir ante sus hermanos que estaba enamorado de su mejor amigo.

—Acepté el trabajo que Cora-san me había ofrecido... era un trabajo de sólo unas horas en la que debía vestirme como una chica porque su empresa buscando talentos femeninos en canto. Pero al no encontrar a alguien que fuera buena en ello me propuso el empleo y yo lo acepté. El trabajo sólo duraría unos meses pero fue tal el éxito que tuvimos en la disquera que decidí seguir interpretando a Lucy... luego de eso, aproveche que Torao me ponía más atención como "Lucy" que como yo mismo... así que empecé a vestirme como una chica para acercarme a él... sólo había dos personas que sabían de mi doble vida por así decirlo... esos eran Koala y Cora que sabían hasta lo de "Lucy" nadie más sabia que me vestía así por mi trabajo y de que amo a Torao... pero lo de "Lucy" jamás lo supo hasta que Monet le enseño ese video, yo le pedí... le suplique a Koala que no te dijera nada Sabo, así que no te desquites con ella...-—

¡PAF!

Una fuerte bofetada, le daba vuelta la cara a Luffy.

Sabo acababa de golpear a su hermano.

—¡SABO! — gritó Koala levantándose del sofá cubriendo su boca y dirigiéndose al menor al mismo tiempo que Ace se interponía y apartaba a su hermano de Luffy.

—Oye cálmate...—

—¡Cómo pudiste Luffy... ¡¿porque nunca nos contaste nada de esto? Podíamos haberte ayudado y lo sabes ¿verdad? ¡Pero decidiste apartarnos y pasar por todo esto tu solo! ¿Cuándo será el día en que confíes en nosotros? ¡¡En tu familia!! Ace y yo sabíamos lo de tu trabajo con Cora y lo aceptamos, ¿pero crees que fingiendo ser alguien que no eres lograrías tener el corazón de ese chico al que heriste? ¿Por qué no nos dijiste que estabas enamorado de tu mejor amigo? ¿Qué fue lo que paso en ese momento por tu cabeza para mentirnos así Luffy? ¿Porque siempre haces todo a tu maldita manera?! —

— Miedo...— murmuró el joven que era envuelto en los brazos de Koala — miedo a que Torao se alejara de mi... a que pasara todo esto... tenía miedo que no pudieras soportar tener a dos hermanos como nosotros... no creas que no sé qué en la empresa peleabas con tus socios por eso... solían insultarte por tener hermanos como Ace y yo... y lo único que quería era que ya no se metieran en nuestras vidas y menos que tuvieras que defendernos de todos esos que sólo hablan sin siquiera conocernos... no quería darte problemas...

Ace seguía sujetando con fuerza a Sabo, pero se había vuelto a mirar a Luffy por sobre su hombro mientras este hablaba.

—¿En serio pensaste que eso me importaba? ¿De verdad creíste que me importaba si amabas a un hombre o no? ¡Me tiene sin cuidado lo que el mundo diga y por supuesto que los defiendo a ti y Ace! ¡Son mi familia y es lo que importa! ¡Por mi puedes enamorarte de una rana... pero seguirás siendo mi querido hermanito! Y lo que menos quiero es que te hagan daño... no quiero que te lastimen... pero tú sólo has conseguido alejar de ti a Law y estabas alejándote de nosotros...

Ace miró a Sabo, a quién soltó lentamente. Ace había empezado a llorar también, y Koala no tenía palabras para consolar a ninguno de los tres hombres que dejaban caer sus lágrimas.

—No vuelvas a decir una cosa como esa Luffy... — dijo Sabo entre sollozos, luego de que Ace lo soltara.

Ace no decía nada porque pasaba tan inmerso en su trabajo que muy pocas veces notaba lo que ocurría en el trabajo o en la vida diaria de sus hermanos. Pero no pudo reprimir sus lágrimas al oír las palabras de Sabo...

Koala al fin dejo a Luffy y se quedó mirándolo un momento. El joven tenía la cara roja y húmeda, pues sus lágrimas habían acabado en la ropa de la muchacha.

—¿Estas bien...? —

—No te enfades con ella Sabo... no tiene la culpa de nada...— dijo, se apartó de la muchacha y empezó a caminar hacia la puerta.

—Ah... ¿dónde vas Luffy? — pregunto ella.

—A cualquier parte, necesito estar solo un momento...

Salió de la casa llorando.

—Sabo cariño puedo explicarlo...— comenzó ella, pero Sabo la interrumpió besándola tiernamente.

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