Señor.
Sé exactamente cuándo voy a tomar decisiones estúpidas que me llevaran a un camino estúpido con un trágico y para nada entretenido final, en palabras corta, un final estúpido también, lo había vivido con mi madre, lo había vivido con mi hermano, lo había vivido con mi propia vida y aun así no aprendía, todo siempre era un suceso estúpido que pasaba y giraba en un espiral sin retorno, sé que en aquel instante algo había suspirado a mi oído, soltando suaves y esclavas palabras que me sacaban escalofríos conformen se volvían más coherentes, nada bueno saldría de todo aquello, me cuestionaba sobre las ideas de Taehyung y más atrás replicaba ¿Cuándo Kim Taehyung había tenido una idea que valiera de verdad la pena?
Lamentablemente para mí que le conocía desde hace mucho tiempo, sabía que nunca habían buenas ideas con ese rubio oxigenado que se negaba aceptar que nunca seria natural, si hubiera sabido el circulo vicioso en el que caería y la fatalidad que acompañaría mi trágica vida hubiera dicho no, dando paso hacia atrás y guiando mi vida en otra dirección, pero no, no había sido lo suficientemente inteligente para evitar la desgracia, desviar la muerte, confundir el deseo, deslumbrar la pasión y transformar el dolor, mi vida había cambiado y todo había sido en un periodo tan corto que parecieron años, milenios, siglos. En aquel preciso instante en que su mirada se cruzó con la mía supe que aquello que corría y se mostraba como si fuera lo común en ellos era el familiar en insulso peligro, tenía experiencia en ello, mi madre se había encargado de manchar el pequeño historial emocional de mi cabeza, sus constantes recaídas era un juego de ajedrez del cual ya sabía sus piezas, movimientos, jugadas y jaque mate, pero aquello no era precisamente por lo que me veía atraído, su soltura de mostrar lo obvio era algo que causaba las mismas ansias de seguir ahí, como un adicto, como mi madre, la singularidad con la que cambiaba aquella nitidez maligna era para sorprenderse, constantemente pensaba que me gritaba y exigía mantenerme alejado, pero la pasión, la lujuria y el deseo era algo que un ser mortal como yo no podía obviar.
Quizá tendría que haberlo evitado.
Quizá tendría que haber salido corriendo como los demás, después de todo no sería el primero ni el último en huir y maldecir su salida con cada improperio que se le adecuara a la perfección, no era precisamente un hombre agradable que dejara solo buenos deseos en la lengua de sus empleados o en mí mismo, a veces paso las noches rogando a quien fuera, que su vida fuera tan mierda como la mía, que su cuerpo muriera como yo lo había hecho, que su corazón se detuviera y así eliminara su existencia de la faz de la tierra, pero para su suerte y para la mía, yo mismo me encontraba tiempo después rogando que siempre estuviera bien, que su corazón fuera cuidado con la misma delicadeza con la que yo había intentado protegerle, que el próximo en su cama amara su cuerpo como alguna vez yo lo había hecho.
Hubiera corrido si sabía que perdería el corazón en este trabajo, pero no lo hice.
Lo deseaba.
Lo necesitaba. Al hombre y el deseo abrumador que encendía en mi interior, Vi en él la misma necesidad que la mía, un alma donde caer y reposar después de caminar tan perdido y desorientado, él me conocía y yo a él, por eso nos necesitamos y por eso fue que todo se volvió tan complicado y prohibido.
Ese fue el momento exacto en que cambió todo. Yo, sobre todo, ya no era aquel insulso muchacho que había entrado a aquella empresa en busca de una oportunidad, la que fuera, solo necesitaba la suerte de conseguir algo y con ello pagar todas mis cuentas y las que habían quedado atrás por culpa de mi familia, ahora solo era una versión construida de pedazos y retazos, era un Min Yoongi totalmente diferente
Incluso en una clínica de rehabilitación mi madre se encargaba de echar más arena al pequeño costal que cargaba y ya no sabía que tanto duraría, Kim Taehyung y yo habíamos llegado a la resolución corta de que era más el dinero que perdía aportándolo todo a la clínica que me aseguraba la mejoría de mi madre que lo que ella gastando en drogas cuando estaba en libertad, estaba viviendo la vida al límite, con la sensación de que en cualquier momento seria desalojado de mi pequeño y asqueroso departamento.
Sabía que no podía seguir viviendo como lo estaba haciendo, pero los trabajos eran precarios y bastante escasos cuando no se tenía la educación media totalmente terminada, había abandonado cualquier idea de estudiar cuando todo en mi vida se vino abajo, la muerte de mi padre y la desaparición de mi hermano habían dejado un hueco profundo y difícil de llenar, de los dos únicos miembros de la familia que quedábamos a mí me había tocado ser el fuerte y el que llevara la cabeza en alto por los demás.
Debido aquella tragedia mi madre no se había podido recuperar, había decidido destruir su vida hasta que la muerte viniera por ella, dejándome a mí como el único responsable y con la idea de la consciencia lastimada y perturbada.
Por ello Taehyung y yo habíamos decidido vivir juntos y llevar los gastos de nuestras vidas de forma compartida, creíamos que si los dos uníamos el poco sueldo que ganábamos y nos repartíamos los gastos de forma equitativa la cantidad de dinero que quedara en nuestros bolsillos sería suficiente como para ayudar a mi madre y pagar la colegiatura privada de Kim en una universidad y poco prolija, pero lo habíamos resuelto todo demasiado rápido como para que fuera verdad, el dinero era escaso y ningún local en una buena zona de Seúl se arriesgaba de contratar a jóvenes cualquieras que ni siquiera habían ingresado a una universidad.
Cada noche y cada día nuestras labores cambiaban, el único trabajo fijo que se mantenía era el de catering en una empresa pequeña de fiestas y eventos, la paga era una mierda de la cual vivíamos quejándonos constantemente cuando no lográbamos llegar a final de mes y teníamos que recurrir a ramen de estación y una bebida energética que lograba mantener nuestros cuerpos todo un día.
Los turnos que manejábamos siempre iban de noche y rara vez participábamos de eventos diurnos, los cuales Taehyung siempre pedía, aunque no durmiera nada y tuviera que estar de un lado al otro, se empeñaba en que su belleza no había sido creada solo para estar oculta en la oscuridad rellenando copas y ofreciendo canapés a los viejos estirados de elegantes trajes.
Yo por lo contrario solo buscaba tener la menos cantidad de quejas posible y la oportunidad de cubrir cualquier trabajo fuera en el público o dentro, necesitaba el dinero a costa de todo.
Los fines de semana trabajaba en una cafetería 24/7 aumentando mi sueldo con las propinas que dejaban los clientes o con las horas extras que cubría de mis compañeros, estaba explotándome, constantemente llevaba mi capacidad al límite, pensando que el día de mañana no lograría comprar comida, pagar renta o cubrir la clínica de mi madre, solo así seguía adelante y dejabas el cansancio atrás.
- Otra bandeja bonito - espabile apenas la voz de Tae me trajo a la realidad y no a mi auto iluminación, la noche estaba por lo mucho alejada de terminar, el evento que se estaba llevando era una recolecta de fondos para una beneficencia, como era de esperarse ni Kim ni Yo negamos el turno cuando se nos dijo la cantidad de dinero que estaba en juego, la renta estaba próxima a vencer y la llave de la ducha había dado su último suspiro siendo su momento para dañarse y golpear la frente de Tae, el pobre hombre había salido maldiciendo del baño mientras el jabón se introducía en sus ojos y su cuerpo húmedo y desnudo aparecía por el pequeño pasillo, la decisión era clara, no más duchas de agua caliente hasta que no lográramos pagarle a un fontanero que arreglara la tubería.
- ¿Qué tal la fiesta? He visto que Lia no te quita los ojos de encima - conforme iba colocando las copas una a lado de la otra, llenas con diferentes licores y tamaños, Taehyung viro sus ojos mientras limaba sus uñas con el pequeño traje negro que se nos obligaba a usar para los eventos pijos.
- Estoy a nada de tatuarme la frente "soy malditamente gay"... no se si es que no entiende o de verdad es estúpida como para no notar que un culo es los mío - sonreí apenas cuando el desespero de mi amigo se amortiguaba con el odio, a pesar de lo pacifico que se viera en ocasiones Taehyung prefería dar un paso atrás cuando su humor se veía involucrado, tenía la mecha demasiado corta y la lengua muy larga como para siempre estar metido en problemas, y con problemas, me refería a hacer llorar a las personas inadecuadas en el momento equivocado.
- Contrólate un poco, necesitamos el dinero de hoy si queremos bañarnos con agua caliente a partir del jueves - Taehyung giro hacia mi sonriendo como si hasta hace un momento no estaba despotricando todo su repertorio de groserías hacia Lia, la cual aún no quitaba sus ojos de mi amigo, aunque estuviera a mitad del salón ofreciendo una bandeja repleta de pequeños aperitivos.
- Siempre me controlo amor, por quien me tomas - bufe bajo dejando la última copa y observando como Taehyung la acomodaba y dominaba como un total experto, girando su muñeca sin perturba ninguna copa y además sin hacerlas tintinear una con otra.
- Te conozco - dije como final a nuestra charla, otro camarero se acercaba a la barra para ser renovado en bebidas.
- Me ofendes Min Yoongi, enserio que me ofendes - omití aquello solo para concentrarme en la nueva bandeja de aluminio que había sido colocada a mi disposición, eran las 8 de la noche apenas y la fiesta duraría por lo mínimo hasta las 3 de la madrugada o hasta que los invitados se cansaran de verse unos con otros y desfilar su dinero y compañías.
Toque mi cuello y sobe toda la extensión, llevaba días largos sin dormir lo suficiente, de la clínica habían llamado para avisarme que habían encontrado a mi madre con suministros médicos, todo era un desastre, a ese punto solo quería unas horas de sueño y la seguridad plena de que toda aquella gente de trajes y vestido caros se iría porque ya no tenían más que hacer.
Servi y remplace bandejas vacías por llenas, repuse copas y atendí a quien fuera que se acercara a la barra, cambie puesto con algunos compañeros y volvía de nuevo a mi lugar inicial, Taehyung se había acercado más veces de la que quería a mí, sus copas de alguna forma se acababan más rápido que las demás y siempre que regresaba lo hacía con alguna sonrisa petulante con la cara larga.
Era un hombre atractivo, le viera con los ojos que fuera, amante, amigo o desconocido... era casi imposible ignorarle cuando su presencia era deslumbrante, incandescente, estelar.
- El hombre de la mesa 13 quiere un Martini seco, dos aceitunas, un aro de cebolla y por favor que sea en vaso hondo - alce mi ceja cuando su voz se volvió muy fina al final como si intentara imitar a otra persona, no pude evitar reírme y tapar mi boca cuando varios comensales a mi alrededor voltearon a vernos, Taehyung y yo no podíamos aguantar la risa - joder, te juro que cuando ese Ken coreano me ha hablado he quedado tan perdido que ha tenido que repetirme dos veces su pedido.
Rei con más ganas mientras preparaba el Martini seco bajo la atenta mirada del rubio, mordía su labio mientras mis dedos ágilmente se deslizaban entre las botellas y embaces. Conocía esa mirada, sabía que en cualquier momento soltaría un comentario demasiado grotesco para estar con tanto público presente, no lo mire mientras realizaba la bebida, tenía la idea de que entre menos le viera a la cara la oportunidad de salir ileso ante su lengua seria definitiva para mí, el rojo de mis mejillas no sería expuesto y divulgados así porque sí.
- Martini seco para la mesa 13...- Taehyung tomo la copa riendo, su cuerpo inclinado y la vaga sonrisa pícara de sus labios me soltaban que no me había salvado por completo - por favor cállate.
- Oh amor no me pidas eso - negué intentando obviar sus palabras - Te ves tan calient...-
- Una copa de wishky negro, el que sea, tres ron con coca cola, un tequila con limón, Vinotinto en media copa y un vaso con un cubo de hielo y Whisky de Bourbon del que tienes detrás - tanto Kim como yo retuvimos cualquier comentario y cualquier repuesta, el chico que se había acercado tenía la cara manchada en cansancio, su traje era elegante pero la Tablet en su brazo daba la sensación de que no era precisamente uno más de los pijos que atendíamos sino más bien alguien que no había podido evitar traer a su secretario al evento.
Señale a Taehyung para que se fuera, el Ken coreano tendría de todo menos paciencia, este se alejó sin decir más mientras yo rellenaba los vasos uno por uno, intercalando de vez en cuando miradas con el chico que maldecía a todo Dios, sus ojos no paraban y la Tablet que había sido ignorada en su momento ahora era un objeto vital de atención.
No envidiaba al hombre en lo más mínimo, aquello eran horas extras que no estaban siendo pagadas, era tiempo que no volvería y el fingir que eras parte de todos estos riquillos era una cosa que jamás lograría a cumplir sin terminar vomitando en algún baño debido a los nervios y la presión.
Dejé todo en orden a medida que iba terminando con las bebidas, el chico no había vuelto a mirarme y a mí me parecía increíble como podía estar tan concentrado en su trabajo cuando todo ahí era para ser admirado y ser acto de distracción "Mierda" Inspiré con fuerza y miré el exquisito cuaderno de aspecto antiguo expuesto en el interior de la vitrina de cristal y cromo que estaba en todo el centro del salón. El ejemplar encuadernado en piel era una copia perfecta de un cuaderno de Leonardo da Vinci descubierto hacía poco. Se titulaba Bestiario y constaba de dieciséis páginas con bocetos de animales. Estaba abierto por la mitad, lo que dejaba a la vista un impresionante dibujo realizado por el joven maestro: el boceto del famoso, aunque jamás localizado, emblema del dragón.
Me había parecido maravilloso como cada obra expuesta en dicho lugar fueran ignoradas por estos seres como si ya les aburriera, me parecía fascinante y había tenido la pequeña oportunidad cuando habíamos llegado para preparar todo, de observa, cada cuadro, escultura y ese cuaderno me habían dejado petrificado, aquello era la mejor ilusión vivida, fuera Rembrandt, Rauschenberg o Da Vinci, simplemente todo era impresionante. Cuando le pregunté a Taehyung porque habían elegido una sala de exposición para el vento de caridad, simplemente se encogió de hombros y me respondió que a los hombres de poder les gustaba comparar sus riquezas con lo más caro que existiera en el planeta tierra, fuera oro, diamante o pinturas, nada les impedía ser mejor o más valiosos que eso.
Lo gracioso era que entre tanta opulencia y riqueza la falsificación también estaba presente, el libro centrado y el cual parecía ser la manzana de aquella cesta de frutas era una copia exacta y echa a la perfección por un restaurador de arte europeo, el juego de lo que era real y lo que no... estaba echado, las cartas habían sido repartidas y todos habían sacado su mejor truco para quedar como el libro, expuesto aun sabiendo que eran una copia.
- Lleva esto a la mesa 27 y que ninguna gota de alcohol se manche fuera del recipiente - mi boca se abrió de la impresión y antes que de ella saliera una queja ya el secretario se había alejado lo suficiente como para dejarme con una tarea extra a mi labor, suspire hondo y con la misma determinación que todos ahí dispuse a hacer mi trabajo, Lia llego justo a tiempo para cubrirme mientras llevaba la bandeja de bebidas a la mesa más alejada de todas.
Algunos personajes preferían la discreción y evitar el ojo público y aquella mesa con sus comensales no era diferente, mis piernas dolían y mi cabeza estaba a nada del colapso, quería que las horas pasaran a la mayor velocidad posible, el deseo palpitante de mi cama era una fantasía ya usual.
Rodeando a las personas que se cruzaban en mi camino me detuve y espere a que se me concediera el permiso de dejar las bebidas, todos en la mesa observaban y escuchaban lo que sea que estuviera diciendo un hombre en particular.
Quizás aquella fue la primera vez que lo vi, quizás mi corazón aun no estaba acto para admirar lo que alguna vez reclamaría como mío, pero en su momento simplemente me pareció un hombre cualquiera, demasiado joven para estar en una fiesta de viejos gordos y trajes sudados con el líquido de la avaricia, su cuerpo esbelto era definido por un traje hecho a medida, las puntadas en las muñecas y tobillos hacían de las extremidades un punto de partida para perderse, su silueta derecha, refinada y altanera tenia a todos comiendo de su mano.
A medida que rodeaba a las personas depositando cada copa, note como los dedos largos y perfilados del caballero encantador no dejaban de jugar con lo que parecía un reloj de bolsillo, el gesto era hipnótico pero la hoja en el jardín era cuando sonreía, aquellos labios al parecer pocas veces abarcaban dicho gesto, la expresión no se veía como suya, como algo propio sino como una máscara constante que usaba cuando no tenía más opción, fingía, él al igual que todos jugaban la carta de la falsedad.
Podía entenderlo, la mayoría ahí sonreía por compromiso y demás, nunca porque fuera algo de ser expresado con sinceridad, rodee a la única mujer en aquel grupo de hombres antes de llegar a mi punto focal y el que se volvería mi eje central y el universo que controlaría mi norte y sur.
Su piel nívea, mandíbula cuadrada y la altivez de sus ojos no decían nada, no gritaban nada, solo eran un bosque profundo sumergido en la oscuridad de la noche, rece para no cometer ningún error mientras dejaba el whisky en su frente, gracias a Dios había prestado la debía atención en las copas a medio consumir de cada una de las personas sino hubiera sido demasiado vergonzoso para mi preguntar para quien era cada bebida.
Cuando el ultimo vaso toco la tela, pude sentir aquel aliento, aquel respiro que me seguiría en mi vida hasta el son de hoy y que marcaría mis memorias de una forma dolorosa, el mismo que alguna vez me había advertido que me alejara de aquel juego peligroso, no estaba lo suficientemente cerca pero estaba casi seguro que el hombre se había movido lo suficiente como para cruzar lo que yo llamaría mi espacio personal, mi cien sudaba y mis ojos rogaban ser movidos solo un milímetro para ver que tanto hacia el extraño pero mi cuerpo y cabeza se estaban cuestionando que tanto hacia yo como para estar tan sumergido en aquella mesa.
Silenciosamente y con una lentitud que hasta a mí me desquiciaba alce mi cuerpo, teniendo solo una fracción de segundos para cruzar mis iris con los suyos, solo con eso comprendí que ya no había para mí un "y si..." lo que tenía que ser, estaba volviéndose y yo no había sido exactamente el mejor ser humano para controlarlo.
Con un asentimiento de cabeza me aleje de la mesa, dejando atrás lo que yo denominaría la experiencia más cruda de mi vida.
Taehyung apareció una hora después, parecía increíble como el tiempo se filtraba cuando solo estabas sirviendo copa y fingiendo aceptar el coqueteo de una que otra mujer borracha, a pesar de mi labor y de lo rápido que la barra había sido ocupada como centro de atención para un coma elíptico la sensación e imagen de aquel hombre no desaparecía, aun podía sentir las respiración pausada y cálida en mi nuca, la oscuridad de sus ojos y la vista periférica de sus rosados labios, entreabiertos, fulminantes, como una invitación a ser probados. Batí mi cabeza espantando la idea, solo era un invitado más y yo solo era un empleado más, el que fuera deslumbrado por un hombre rico y su belleza no era algo de otro mundo, en mi vida había conocido muchos tipos de hombres y variedades de bellezas las cuales ninguna tenían que envidiar de la otra, pero él, justo él había sido lo más impactante que había conocido, era como si tan solo hubieran pasados segundos de aquello pero las horas y los rostros ya habían volado y ahora solo quedamos nosotros, los infelices que arreglábamos y limpiábamos el desastre abandonado.
Había quitado mi pajarita y los botones de la camisa blanca en las mangas dejando estas desabotonadas para permitir más movilidad y que el alzar mesas y correr sillas no fuera tan complicado. Cuando las 5 de la mañana quiso marcar el día por fin una furgoneta blanca con el logo de la empresa nos dejaba a Taehyung y a mí en nuestro edificio.
Solo pensaba en dormir y morir en el proceso, mi cuerpo pedía a gritos un descanso significativo después de una jornada tan extensa.
Taehyung fue el primero en abrir la puerta de nuestro pequeño departamento en el piso ocho, el chirrido hizo de mis oídos canciones y el olor a humedad fue un arrullo para mi cuerpo agitado, en algún punto Kim había gritado que no me durmiera con la ropa mientras él estaba en la cocina, pero ya era demasiado tarde, prácticamente me había tirado a la cama solo sacándome los zapatos en movimientos lentos y descoordinados.
- Te dije que no te durmieras con la ropa - gorgoje en silencio, quejándome cuando los largos dedo del rubio volteo mi cuerpo para desabotonar la camisa, podía sentir el peso de su cuerpo en mi cadera, la presión de sus piernas en mis muslos y su mirada penetrante en mi rostro pero a ese punto yo solo pensaba que estaba siendo muy entrometido como para no darse cuenta que lo importante no era si arruinaba la camisa o el pantalón de vestir, sino que habíamos trabajado más de 14 horas sin descanso y aquel momento era lo más cercano a un orgasmo - vamos amor colabora conmigo.
- Taehyung, por Dios solo déjame...- susurre antes de recibí unos labios tibios en mi mejilla y el calor cómodo de un cuerpo a mi costado, obligándome a ser la cucharita pequeña en aquella jodida cama individual.
Conseguí una forma de actualizar Wattpad mientras toy de cirugía dental o sea, acompañando a mi mami... En Patreon aún no sé cómo copio y pego de la laptop al tlf (siendo que la laptop no tiene internet pero ajá, creo que actualizaré eso ya la otra semana)
Disfruten la nueva versión de Sí, señor y aganme saber si les gusta la nueva versión.... (Lean hasta la descripción del fin, cambié absolutamente TODO)
Re-subiendo 2022/02/05
Nueva versión publicándose 24/08/2022
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