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✨8✨

—Karelin...—sollozo mientras la sostengo entre mis manos— Vas a estar bien, te lo prometo...

Lágrimas caen por sus mejillas. Intento darle fuerzas. Pero la verdad es que hasta yo misma las he perdido.

¿En qué momento sucedió todo esto?

¿Por qué ella?

No es su culpa.

Siento como sostiene mi mano con la poca fuerza qué todavía le queda, llenándome de su sangre, pero no me importa. La estrecho de vuelta, dándole a entender que todo estará bien. O eso quiero que sienta...

La rapidez con la que la ambulancia nos lleva al hospital es delirante, me muevo de aquí para allá, así que aferro mis pies al suelo del auto, intentando no caerme en éste vaivén.

Hace ademán de retirar esa torpe mascarilla que le proporciona oxígeno, acerco mi oído hasta sus labios y escucho lo que tiene para decir:

—¡S-Sam! Está... M-Muerto. 


Abro los ojos de golpe.

Solo fue una tonta e idiota pesadilla.

¡Gracias a Dios!

Me consigo a Camila Regalado observándome, está sentada en una de las butacas del avión privado de Sam. Es algo... ¿Perturbador?

¿Por qué me observa dormir?

—¿Pesadilla?

Asiento.

A pesar del frío del avión, estoy sudando a causa de ese horrendo sueño.

—Un mal sueño—, aclaro lo obvio—demasiado escalofriante...

Ella traga saliva.

—¿Estás mejor? —Jarón se sienta a mi lado.

Asiento.

Aunque estoy un poco aturdida. Él no ha notado que he soñado una cosa terrible, menos mal.

—No es que me complace mucho el hecho de saber que, mi padre es un asesino. Y menos que su esposa es tu hermana.

Me dirijo a Sam.

—Yo lo sabía —Sam se une a la conversación— pero, no sé porqué no lo recordaba.

Bufo.

Sam sabía que mi papá le había disparado. Claro, por eso fue que desapareció de mi habitación hace meses, y regresó de nuevo a ocupar su cuerpo. Esa era la tarea que tenía pendiente. Descubrir quién le hizo daño.

—Cabe aclarar que yo nunca supe que el esposo de Sofi era tu papá. Ni siquiera quise ir a esa boda. Pero algo me dice, que sabía que él era mi asesino. Solo no lo recordaba. Es como cuando bloqueas algo de tu cerebro y de golpe viene a ti.

—Yo menos... Jamás estuve de acuerdo con semejante locura.

—Entonces... Ustedes dos tienen más cosas en común de las que creí —Jarón coloca su mano derecha sobre sus labios.

—Creo que puedo comprender entonces, porqué Karelin se fue a entregar la memoria USB.

Expresa Camila, quien no ha articulado mucha palabra.

Y sí... 

La tarea que Lady Caramelo le asignó a esa chica fue esa. Que ella misma hiciera entrega de la memoria, claro está, en un lugar que ellas escogerían. Para tenderles una trampa.

Nos hicieron ir a New Orleans, porque sabían que Sam y yo no estaríamos de acuerdo con un plan tan tonto.

¿En qué cabeza cabe hacer esto sin meter a la policía?

Arriesgarse así... Y más sabiendo que el enemigo vive en tu misma casa.

—Estará bien —sostengo por pocos segundos la mano de Sam.

Éste asiente.

Pero su expresión es clara. Está preocupado. No puede dejar de pensar en ella, incluso yo que no soy nada de ella, estoy angustiada. No puedo imaginarme a Sam.

—¿Cuánto falta para llegar? —espeto.

Siento que tengo toda mi vida en éste avión.

—Media hora, apenas —responde Jarón, observando su reloj de pulsera.

Rodeo los ojos.

—Despiértenme cuando lleguemos, por favor.

Los cuarenta minutos más largos de mi vida. Se han multiplicado por dos. Ida y vuelta.

Resulta que Lady Caramelo y Karelin, nos mintieron para que mi novia fuera a ver a los "secuestradores" y entregarles una copia de la USB. La original está con Camila, bueno ahora la posee Angélica, de nuevo. Y en ésta oportunidad dudo que deje su ventana abierta. La pondrá en un lugar completamente seguro. 

Nos enteramos de que Camila mientras huía intentaba avisarle a Angélica qué clase de persona es Jackson, así que entró a su habitación por la ventana. La cuál estaba abierta. Algo le llamó la atención mientras esperaba a que la chica rosa regresara a su casa, y fue aquella memoria USB, que tantas veces vio en la habitación de Steve. Por ende la tomó.

—Llegamos —los enormes ojos marrones de Camila me observan.

No es ni la mitad de lo que era en la secundaria. Bueno, lo poco que compartí con ella, la recuerdo un poco más escuálida, ahora su cuerpo ha cambiado mucho, está muy guapa. Y no era una ladrona de memorias USB.

🏣

No fue difícil deducir dónde estaban los dichosos secuestradores...

Bueno, creemos que están aquí.

—¿Seguro qué irás solo? —la voz de la chica rosa suena con algo de nerviosismo, está en la parte trasera de mi auto.

Junto a Camila.

Las observo por el espejo retrovisor central. Asiento.

—Puedo ir contigo—ofrece Jarón.

Niego de inmediato.

—¿Quién las va a cuidar?

—No tenemos dos años, ¿sabes? —replica Angélica.

Rodeo los ojos.

—No se trata de eso, así tengan ochenta años, se trata de que nadie puede saber que tu también sabes la verdad, o intentarán hacerte daño. Y eso no me lo perdonaré jamás. Ya es suficiente con el peligro que está corriendo Karelin por mi culpa.

No me puedo permitir que la lastimen a ella, jamás. 

Hace diez minutos y quince segundos que Sam bajó del auto, y entró a la casa vacacional donde murió hace unos meses. Y reencarnó. 

Lo sé porque activé mi cronómetro. 

Aunque creo que esos no son buenos términos, puesto que el único que ha muerto y resucitado es Jesús...

Y Sam Yivcoff.

Curioso.

—Cálmate—me pide Jarón al verme con las manos sudando, pero es que... ¿Cómo podré calmarme?

—¿Es en serio?—espeta Camila.

Por alguna extraña razón me hace recordar a esa graciosa chica que era en la secundaria, ¡Cuánto hemos cambiado!

—¿Qué?—reclama Jarón.

—¿Cómo le pides que se calme?

—Bueno pero es que nada hace angustiándose si...

Mejor dejo de prestarles atención a éste par. 

Una cosa llama mi atención y es cierta sombra que se mueve en las afueras de esa hermosa y lujosa cabaña, que todavía tiene las cintas amarillas de "escena del crimen".

Es una persona, está merodeando por el lugar, achino la mirada a través del vidrio de la camioneta de Sam, con la esperanza de intentar ver mejor. Ya que dejé mis anteojos, y me consigo con una figura no identificada, no sé si se trata de un hombre o de una mujer. Puesto que viste de negro y sus zapatos son unisex.

Me giro hasta Jarón y Camila para confirmar si ellos también ven a esa persona, pero ambos están tan concentrados en pelear por lo que puedo o no sentir yo, que no se dan cuenta de ésta escena tan curiosa. Así que abro la puerta del auto, y como puedo, me escabullo entre los arbustos para ver de quién se trata. 

¡Ptsssss!—Camila me está sisando. 

La ignoro.

¡Angélica!—medio susurra, pero también grita.

Ocasionando que la persona dé vuelta hasta nosotros y por fin puedo ver su rostro.

Se trata de una mujer.

Y no cualquiera.

Es Nashell.

Corro hasta ella, y al notar que sostiene su teléfono, puedo deducir que está tomando fotografías de lo que sucede allí adentro.

Nerviosa corre.

—¡Oye...! ¡Nashell! ¡Espera!

Pero mi llamado, lo que hace es alterarla más, y corre aún más fuerte.

Necesito una explicación, ya estoy cansada de todo éste embrollo. No la puedo dejar ir así por así.

—¡NASHELL!—grito a viva voz, desesperada.

Y es ésta misma desesperación la que hace que todo se derrumbe.

Nunca, jamás... Se dejen llevar por la desesperación del momento, no lograrán nada.

Lo siguiente que puedo escuchar, es la voz de Sam gritar mi nombre. Salió de la cabaña ofuscado y viene en dirección a mi. 

No sé más, porque estoy viendo la oscuridad del cielo, las plateadas y brillantes estrellas que se reflejan en el y aunque no son muchas... 

Aunque ésta noche es un poco cálida que las anteriores...

Siento mucho frío.

Sostengo mi estómago al sentir el frío del césped rodear mi espalda, y sonrío al observar aquel líquido carmesí emerger de mi.

Ustedes dirán que soy inconforme, tanto quise perder la vida antes hace unos meses y ahora resulta que estando a segundos de dejar éste mundo, la verdad es que no quiero hacerlo.

La verdad es que no quiero morir. 

No quiero saltar al vacío de la muerte.

¡Ayúdenme! No quiero morir. No quiero saltar...



🚿

Hola, me dijeron que pusiera una regadera para una señorita llamada Karelin. 

Saludos a todos, soy amigo de Andrea. Como sabrán, ella vive en Venezuela (yo también pero ahora vivo en Perú) y cuando no es una cosa, es la otra para actualizar. Hoy cumple un mes sin haber podido actualizar sus novelas, de manera que me dio sus claves de Wattpad y el correo (soy el único al que le tiene ese nivel de confianza XD) y pues, aquí estoy haciéndole el favor. Ella les dijo esto:

¡Espero que les guste ésta maratón de SS,YS! Los jamo con el alma, perdonen si hay errores, pero quería publicar cuánto antes... Mi amigo Norber publicará los capítulos que le indiqué poco a poco, ya que no tiene ni idea de cómo hacer esto, pero es que ya saben... No tengo Internet, estoy abarrotada con el trabajo, la vida me consume, entre otras cosas. Pero debo asumir siempre mis responsabilidades y cumplir con ustedes, y más allá de eso, escribir para mi no es una "obligación" si no un placer y pues... Estaba esperando a que llegara la musa para no redactar barbaridades. Los amo en serio. No olviden votar y decirme qué les parecen estos cambios dramáticos y suspensosos (ni siquiera sé si esa palabra existe jajajaja 💖)

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