➡️Cap.55🔙
¡Dios mío! A mí solo se me ocurre decirle que sí a Tae y juntarnos en un antro.
Es que entre las intensas luces y el espeso humo, creo que no respiro. Encima a mi querido novio se le ocurre fumarme al lado... "Novio..." tan real que pareciera inventado. Estoy como en una nube de corazones que se me salen por todos lados mientras él, habla y yo lo miro, completamente embobado.
El, sonríe y yo sonrío como un nabo, totalmente prendado a cada movimiento de su cuerpo que hasta la sensual forma de echar humo me trastoca. Todo un chico malo con enorme corazón de pollo (y enorme polla, dicho sea de paso). Y eso, es lo que me tiene completamente embelesado.
Y si a eso le sumamos que su cuerpo de dios griego viene revestido en cueros, les juro que no se como me las aguanto de meterle mucha mano cuando observo como se le marcan esos firmes glúteos trabajados o esas tonificadas piernas.
¡Dios! Debería ser considerado inhumano, tener que observarlo desde lejos con esas prendas. Espero que mi seguro médico cubra la muerte por calentura extrema.
—Jim, se te va a trabar la mandíbula si sigues mirándolo de esa manera —suelta la gringa a mi lado, a medida que esperamos que se acerquen nuestras citas con la ansiada cerveza.
—Pero gringa, ¿viste ese culo de infarto? —largo y luego me enojo conmigo mismo por no poder contener mi comentario hacia aquel que la dejó, ni más ni menos, que por uno del sexo contrario.
—Tú lo tienes más bello y más grande Jim... Ahora, en cuestión de paquetería, ahí sí que está bien dotado —anuncia como si nada mientras sigue mirando para todos lados y yo siento hervir mi sangre, segundo a segundo, como un maldito caldero.
¿Pero por qué me enoja tanto escucharla? ¿Si yo sabía que estos dos se daban, y no precisamente consejos?
—¡Hay por favor Jim! Cambia esa cara, que a JungKook solo le falta mear alrededor tuyo para marcarte cómo suyo.
Articula la gringa entre risas mientras siento llenar mi rostro de abundante vergüenza por quedar expuesto, una vez más. De seguro que mi trompa llega al suelo y mi cara debe ser un maldito poema, porque la idiota me dice que celoso y calladito soy más que bonito.
—Vos celosa, que te robé ese condenado pedazo —le suelto empoderado en una bruma de celos irracionales a esta altura.
-¡Pero que malvado resultase ser condenado culo salvaje! —me exclama entre empujones y risas.
Naa... si yo debería recibirme de idiota y darme solito el diploma al más patético de todos los tiempos. ¿Cómo puede enojarme tanto, el que haya degustado lo que tanto a mí me gusta?
—No quise decir eso... —suelto y de inmediato, me pego mentalmente.
Porque, seguramente, le basta con ver mi cara para saber que le estoy mintiendo. Porque no lo siento una mierda, y por eso más me enervo ¡maldición!
En eso, resuena una contagiosa melodía de esas que hacen que muevas las piernas aunque tengas dos izquierdas. Y a los gritos de pura emoción, la susodicha me arrastra hacia el medio de la pista.
¡Y la culebra es poco hermana! La gringa se enrosca cómo bicha sobre mí tomo, y no sé si seguirle el ritmo y bailar o llamar a un condenado exorcista. ¡Es que hasta los ojos se le dan vuelta! O bien está drogada y no me ha dicho nada.
—¿Te encuentras bien? —Cuestiono observando el reflejo de sus ojos a través de la humareda y la escasa luz que nos rodea.
Tú solo disfruta y relaja bonito, y deja de arrugar la frente como mi padre... Y hablando de papitos...
Y arrugo aún más la frente cuando observo la dirección de sus ojos y me doy cuenta de a quién va dirigido eso. Pero me dura un suspiro cuando siento un enorme y caliente cuerpo, como las entrañas del mismísimo infierno, adosado a mi espalda.
—Que hermoso culo que te cargas bebé -susurra profundamente sobre el lóbulo de mi oreja -. Me dan ganas de guardar en las yemas de mis dedos, cada una de tus increíbles reacciones. O tal vez, mirarte desnudo con la firme marca de los mismos.
¡Y por todos los condenados demonios! Que me hable sexi y ronco al oído ya es un puto problema. Pero que a eso, le agregue alguna imagen indecorosa de mi culo rojo por sus dedos... Me trastorna.
Así que haciendo uso de mis pocas facultades mentales para mantenerme al margen de manotear su ganso en pleno baile, me giro tomando la cerveza de su mano para darle nuevamente la espalda.
¡Buenísimo genio! ¡No si eres todo un crack! Darle mi retaguardia a ese paquete listo para la entrega a domicilio, me hará actuar como actúo cuando pienso con mi amigo "el paspadito": un desvergonzado total.
¡Porque hermana! Me toma de la cadera de una manera que siento que se me aflojan las piernas y ni siquiera está haciendo algo. Pero eso no es nada, a comparación de cómo reacciono cuando se acopla a mis nalgas y marca la cadencia de un agonizante ritmo para mi pobre corazoncito.
Sus manos... Sus manos queman en donde la posa y ni siquiera se está moviendo, pareciera que me prepara lentamente para la siguiente batalla. Lucha en donde, seguramente, más de uno terminará todo rasguñado y en pelotas.
En eso, el ritmo cambia drásticamente a uno más festivo y me relajo. Por ahora zafo de andar con mi amigo acogotado y podré disfrutar, sin atragantarme, de la cerveza.
A nuestro lado, el par de más que amigos se rozan como Aladino a la lámpara mágica, es más, creo que el culo de la gringa ya sacó brillo. Pero me saca de pleno chisme, la gran mano de JungKook.
—¿No me regalas un besito? —cuestiona a medida que atrapa mi mentón entre sus dedos mientras me observa de arriba hasta abajo con sus renegridos ocelos.
¿Besito? ¡Te entrego todo querido! Porque verlo como me come con sus ojos, me hace sentir el infierno en mi cuerpo y el hombre más sexi del condenado planeta.
Gracias por leer, comentar y votar 🥰
Los amito mucho♥️
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