➡️Cap.47🔙
—Tendría que tomar agua.
Se escucha en el inminente silencio que se formó por minutos eternos, luego de gozarnos al extremo y vestir, por suerte, lentamente nuestros ardorosos cuerpos, que más que de humanos parecieran de animales en continuo celo.
Y me río cuando giro y observo a mi querida Hana Teresa, parada a un costado y con sus ojos firmemente tapados. "Pero bien que te morirías de vergüenza si hubiera llegado un par de minutos adelantados" me dicta mi traicionera conciencia. Pero, como a esta altura de conciencia tengo poco, le suelto:
—Pasa ma, que ya no estoy más en bolas —recibiendo un duro coscorrón que dejó doliendo mi costado.
Maldito desgraciado que poco le importó dejarme en pelotas sabiendo que, tal vez, podrían atraparnos. Así que mal intencionado le suelto: —¿Ahora te haces el santo?
No tarda ni dos segundos en inundar el recinto, las sonoras risas de mi madre mientras veo al hacedor de cada una de mis locuras, hervir como tetera de agua.
—¿Te quedas a dormir querido? Pero por favor les pido, que no hagan tanto ruido que tengo guardia temprano —suelta mi madre ante un casi carbonizado Jungkook.
Y es totalmente irónico verlo todo reprimido, cuando hace unos momentos era un toro embravecido. Duro y dominante del asunto y ahora, todo un lindo gatito escondido detrás de mi desfallecido cuerpecito.
¡Porque sí! Siento que me tiemblan las piernas y si no fuera por su firme tacto a mi cadera, estaría en el suelo tirado a lo borracho balbuceando por otra ronda nueva. Aunque pensándolo bien, llevarlo hasta mi alcoba me da más de una idea, y aunque mañana debamos levantarnos temprano, mi cabeza no deja de dar una y otra maldita vuelta.
Estoy destinado a terminar chupado a lo presa del conde Drácula. ¡Y malditamente me encanta! Más si esa alimaña viene en forma de un duro y dominante fortachón, con un blando corazón en sus entrañas.
Entonces, me saca de mi trastornada mente, un pequeño sonido afirmativo, pareciera que desde los labios de JungKook y sonrío maligno: —Bien que hace un rato estabas todo parlante, señor dominante.
Y sería un placer que puedan ver los ojos de mi madre cuando se atora con el agua, mientras a mi media naranja se le mueren las condenadas palabras a mitad de su garganta. Porque lo único que sale desde sus labios, son pequeños quejidos y algún que otro imperceptible hilo de baba.
—Nos vemos ma, hasta mañana, que te sea leve y descansa, nos vamos a mi cuarto y a portarme como santo, lo prometo —suelto acercándome hasta ella, dejando un sonoro beso y rodeando su cálido cuerpo con mis brazos —. Te amo, aunque no lo demuestre tanto —le suelto fuertemente aprisionado y recibo como pago, un afectuoso abrazo más un húmedo beso en mi frente que da asco.
A otro perro con ese hueso pero hagamos que te creo, yo también te amo, bebé de mami —y a continuación, susurra despacio: —Y espero que te portes medio medio, porque lo mejor que puede pasarte es recibir nalgadas de ese papi.
Me alejo arrastrando conmigo a un mudo Jungkook, mientras no puedo contener mis sonrisas al recordar las palabras de mi querida madre, que de seguro soñará con recibir y no consejos.
"Ojala la vida me la bendiga con un buen compañero" medito a medida que me interno en el pasillo y siento como se aferra a mi espalda un fornido ropero.
—¿Reaccionó al que le comió la lengua el ratón? —suelto risueño al ver los gestos de JungKook.
—Eres un descarado y tu madre, otro tanto. Y aunque yo me hago todo el machito, la vergüenza me invade de a ratos —dice mi compañero de cuarto, al que pienso dejarlo dormir, solo si es en pelotas.
—Eres un cara rota, no puedes decirme eso amor cuando actuaste en la cocina, a lo Dom en plena sesión.
Mis palabras parecen que tienen una doble intención, cuando ingresamos a mi habitación y me levanta desde mis glúteos hasta apoyar mi espalda contra la puerta cerrada de un solo jalón.
—Espero que esta mierda tenga traba, porque te juro que no me resisto si sigues usando así tu descarada boquita —anuncia como el maldito toro bravío que tuve la bendita suerte de observar en plena facultad de mis actos.
Así que, mordiendo mis labios, lo observo lujurioso aunque no me corra una gota de esperma así me escurrieran las bolas a lo esponja del lavado.
—Te gusta duro demonio... Y a mí, por suerte, me gusta hacerme el santo y comerme un diablo.
¡Y maldita puta vida! Que los ojos del adonis frente a mis ojos, parecen mutar del renegrido al rojo en cuanto las venas de su cuello se marcan ante lo que sea que se está conteniendo en decir. Y les juro que podría realizar un juramento, de servir eternamente su mandato.
—No tientes a la bestia bebé, que bien podría hacerte daño.
¿Desde cuándo todo esto se convirtió en un maldito juego de dominio y sumisión? Pero juro por lo que más amo, que para nada siento disgusto.
Es más, mi cuerpo reacciona como si fuera innato recibir de su presión o de su impronta... Sintiendo que podría dejar hasta mi vida entre sus manos.
—Bésame Kook, marca mi boca...
"¿Qué watafac me está afectando?" Me cuestiono cuando escucho como fluyen las palabras de mis labios y en vez de ponerme alerta, percibo como mi cuerpo se calienta a pasos agigantados.
A este maldito paso, dejaré a mis pobres nalgas como una vieja muñeca de trapo. O a mi ganso, como fideo mostacho recontra recalentado...
—Pequeña mierda codiciosa...
Suelta mi adonis personal, trasformado en una fiera en cuanto arrasa con el escaso aliento de mi boca y me estampa sobre la manta que fue testigo de varias jaladas.
Su calor, su maldito calor inunda cada parte de mi descontrolado soma. Y el aroma que expide como feromonas de macho Alfa en plena acción, solo hacen que me sienta protagonista de alguna mierda de esas que lee mi querida madre. (Solo falta lubricar por mi cuenta y que me anude luego de la intensa sesión).
Sus manos recorren despacio mi pecho y mis brazos, hasta unir nuestros dedos en perfecta comunión... Y justo ahí, se detiene todo acto de barbarie, cuando eleva su rostro y observa a mis vidriados ojos repletos de incontenida pasión.
—Eres tan malditamente hermoso bebé —anuncia sin perder el resguardo de mi anhelada visión —tan adictivo y por demás precioso, que temo excederme en lo que me haces hacer... Solo... Solo dime que pare y siempre pararé.
Finaliza con cierto brillo especial en sus ojos y aunque no entienda un choto a lo que se refiere realmente, le suelto, perdido en lo que siento:
—Tú solo hazme tuyo, del modo que sea y como sea, que yo te recibiré gustoso.
Y en ese momento, él abre sus ojos como dándose cuenta de alguna mierda que no tenía en cuenta y se aleja, enderezando su cuerpo y agarrando su cabeza.
—¡Es que ese es el maldito problema bebé! Quiero hacerte cosas que capaz se sienten feas, y lo que menos deseo es hacerte daño por dejarme llevar como una maldita bestia sedienta de cada porción de tu cuerpo... Lo siento... No sé dónde mierda tengo la cabeza últimamente.
De inmediato me incorporo para acercarme hasta su estremecido cuerpo. De su impronta de aguerrido, solo queda un débil despojo.
—¡Hey! —intento con toda la fe del mundo, de darme a entender que todo está más que bien y que sólo debe confiar en esto, tan genuino que tenemos —. No te hagas la cabeza Jungkook, yo estoy más que bien con lo que se dé. Si te soy sincero, nunca se me dió por el sexo demasiado rudo pero eso no significa que no esté a gusto. Es más, me hiciste provocar más de un pensamiento retorcido y para nada fue disgusto. Tómalo con calma y ten por seguro, que si en algún momento algo me parece desubicado, de inmediato te lo diré... Solo... Solo confía en tu instinto, que el mío fue genéticamente diseñado para acoplarse con el tuyo.
Mis palabras como mantra, sacaron una genuina risa del hombre que siempre quise para mí y no para otra. Y saberlo afectado por como me pude o puedo sentir, o percibir su eterna preocupación hacia mi persona; solo hace latir más fuerte a mi enamorado corazón.
—Eso sí, cuando mi padre te vea, evita hacer algún comentario al respecto, él no es mi Hana Teresa. A la primera de cambio, te crucifica. Es que te cree alguna especie de hombre malvado que hizo sufrir a su indefenso chiquito cuando él, fue el primero que me dejó tirado. En fin, hipocresías de la vida aunque yo, ya lo haya perdonado. Porque como dice mi madre, todos merecen segundas oportunidades ¿no lo crees?
—Ven aquí —tira de mí, cayendo sobre su pecho mientras me aprisiona fuerte entre sus brazos. Y percibo al instante cómo deposita un cariñoso toque sobre mis renegridos cabellos.
Y mi último pensamiento, antes de caer preso de los brazos de Morfeo, es que suene el despertador a tiempo para sacarnos la viscosidad pegada de nuestros cuerpos.
Erecito mi bebé JK, teme hacerle daño a su pollito, y el otro quiere que lo parta como un rayo 😈🤣
Gracias por leer, comentar y votar 😍
Los amito mucho♥️
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