➡️Cap.17🔙
Mi nuez de Adán se atora a mitad del recorrido sobre que percibe la inminente cercanía de su rostro.
No pregunten como es que me las apaño para terminar siendo un chiquillo ante su hombría, al cual deben cerrarle la campera para que no se muera de frío y colocarle el bendito casco como si fuera un pequeñito... Pero en fin... Aquí estamos, él maniobrando a su antojo mi cuerpo y yo, y yo dejé de respirar hace tiempo.
—¿Está todo bien, bebé? —cuestionan sus finos labios que no me dejan pensar más que en tratar de razonar con la cabeza de abajo.
"Bebé". Es un maldito desgraciado que no tiene perdón en lo absoluto porque tiene a mis piernas flaqueando como si fueran gelatinas, y les juro por mi vida, que estoy a nada de subirme a su regazo para restregarme a lo gatito necesitado de mimos.
—¿Y Jimin? —sale sin pensarlo desde mis temblorosos labios. Queriendo -inconscientemente- que esta situación se límite a tan solo una posible amistad, en todo caso.
¿Porque ustedes saben que si cedo, por obra y gracia de alguna fuerza sobrenatural? Me quedaré llorando como un muñeco de trapo, viejo, sucio y pisoteado...
Jung Kook, me observa con su ceño fruncido durante un buen tiempo hasta que larga: "En su casa, durmiendo" . Como si fuera lo más normal del mundo, dejar a tu novia en su casa media borracha, en vez de quedarte a cuidarla.
Porque eso hacen los novios, ¿no? Y no sé porqué se me llena el pecho de condenadas mariposas cuando lo observo de nuevo, terminando con mi arreglo y emitiendo luego un "sube" con esa voz ronca y profunda que hace llenar mis bolas en cuestión de segundos.
Su espalda... Su cálida espalda me envuelve en un mantra necesitado de afecto que quiero recordar durante vastas noches de insomnio en donde jalarme en su nombre sea mi único escudo y remedio.
Y me dejo llevar por lo que dicta mi cuerpo aunque mi razonamiento esté más alerta, envolviendo mis brazos a lo koala sobre el hacedor de mis deseos.
"Te sientes tan bien".
Medito perdido en lo que me genera su aroma, pero la rigidez repentina de su cuerpo me indica que capaz lo largué para mis afueras en vez de retenerlo en pensamientos. Aunque pensándolo bien, un susurro a esta velocidad y con el casco puesto, es imposible de escuchar. Entonces, ¿podría ser que se tense ante mi desfachatez absoluta?
A esta altura, no sé si lo obligué a besarme al acosarlo con miradas y pensamientos o si él, realmente está interesado -de alguna manera- en mi ser. Porque él, es supuestamente hetero (o eso creo).
—¡Sosténte fuerte! —anuncia con elevada voz y girando su rostro hacia mi dirección. Y les juro que puedo ver un intenso destello de alguna especie de anhelo que asoma desde la ventanita de su casco.
¡Condenado infierno! Que en vez de irme para arriba, descenderé derechito con la sarta de pensamientos lujuriosos que se evocan en su nombre, el día que mi cuerpo parta de este plano de existencia.
Pero Luego, haciendo a un lado mis calientes recuerdos, me dedico a disfrutar de su grata compañía en un viaje que -posiblemente- sea el último.
"El último" el último antes de que despierte porque parece ser un puto sueño todavía, estar aquí, aferrado a la caliente musculatura de su espalda con mi vida.
La máquina de correr se detiene abruptamente y no quiero abrir nunca más mis ojos. Es que se siente tan bien, tan correcto, que les juro que lloraría solo por el confort que me genera esta ridícula situación.
—Bebé, no puedo respirar bien — anuncia con ronca voz. Y cuando elevo mi cabeza, me encuentro con su rostro a escasos centímetros del mío. Y si no fuera por el condenado casco que traigo puesto, estaría lamiendo su barbilla como si fuera una dulce paleta.
De inmediato, me deshago de mi agarre diciendo un apenas audible "Lo siento" que no logra decir en verdad todo lo que siento.
Solo me queda dejarme ser y ver a dónde me llevará todo esto, tratando de no desfallecer en el intento de hacerlo.
Ya adentro del simulacro de cafetería, (porque la mesa en donde esperas por tu café es una barra de plástico donde te acodas a lo borracho) observo para todos lados estantes repletos de amados snacks y diferentes chucherías.
—Escoge alguna, la casa invita —anuncia JungKook.
Y por un segundo, estoy tentado de pararme y caminar hasta su lado para degustar de su pecaminosa boca... Pero contra todo pronóstico, me contengo y doy dirección a mis piernas hasta las diversas chucherías.
Luego, regreso con un par de paquetes de patatas fritas y un llavero de peluche con forma de una tierna pollita que hace pucheros con su boquita.
—¡Pero si es el calco tuyo, este tierno pollito! —suelta el tarado.
—¿Pero qué dices, idiota? ¿Acaso tengo cara de polla? —le suelto pseudo ofendido.
"De chupa polla seguro" se me viene como flash a mi memoria. Y río por dentro, por mis condenados pensamientos. Pero al elevar mi visión, me encuentro con la oscurecida mirada de sus ojos puesta sobre mi boca.
Y como era de esperarse le suelto: —¿Acaso, me estás imaginando chupándote la polla?
Y la cara de JungKook se descompone en blancos y rojos atragantándose con el sorbo de café que estaba dando y escupiendo todo en el proceso.
Escupiendo sobre mi condenado rostro, sería mejor detallado. Menos mal que conservo puesta su gran campera de cuerpo o de lo contrario, me hubiera empapado.
—¡Lo siento! —anuncia angustiado y decidido a limpiar mi rostro con las diminutas servilletas de la mesa.
Pero sobre que me pasa con sumo cuidado la servilleta que quema como si fuera un condenado brasero, mi rostro se vira inconsciente hacia su toque. Atrapando parte de la palma de su mano en un suave e imperceptible roce.
De inmediato, se detienen sus movimientos y mi condenado cerebro en el proceso de darme cuenta de mis actos. Él, me observa profundamente sin emitir ni un solo vocablo.
Solo respirando algo profundo y yo... Yo me dedico a besar -despacio- la palma de su mano sin perderme ni un segundo de la intensidad de su mirada.
Haw!! Maldita sea que estos dos me calientan la pava😏🤣
Gracias por pasarte🥰
Los amito mucho♥️
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