Heridas y cicatrices
La madre de Forrest Gump afirma que la vida es una caja de chocolates y nunca sabes qué te va a tocar. Eso no aplica a mi vida, que por lo regular, sigue un patrón de causa y efecto que no suele favorecerme.
―¡Ay, por Dios!―exclama la orientadora al verme en el suelo, encima de los demás chicos―.Señorita Anabel ¿usted otra vez?
Valeria suelta una carcajada malévola mientras me toma una foto y también a Chino y Alex. Chino se le queda mirando.
―Esto va directo a Facebook―sentencia.
El guardia y un par de maestros logran separar a los chicos. Una vez que Chino es sometido, Alex cae al suelo sobre una rodilla, resbalando de los brazos de los maestros.
Me arrodillo a su lado. Su camisa está llena de sangre y tierra.
―¿Te duele mucho?―poso mis manos en él.
―¡Auch! Ahora sí―responde sacudiéndose la sensación de choques eléctricos.
―Perdóname, se me olvidó―contesto, insensible a la descarga por el susto.
―No es para tanto.
―Alex, qué horror, lo siento mucho mucho―dice Carmina.
―Debeŕias ver que esté bien―le sugiero haciéndome a un lado. Esto de no poder tocarnos sin repelernos resulta muy molesto.
Carmina lo abraza y le habla al oído.
―Se terminó la función―dice la orientadora―. Alex, Anabel, luego de la enfermería quiero verlos a los dos en mi despacho.
―¡Me las vas a pagar Alex!―se revuelve Chino―¡Tu sabes lo que hiciste!
No sé mucho sobre amenazas de muerte, pero creo que esta es lo más parecido a una que he escuchado. Carmina ayuda a Alex a levantarse y luego, cuando nosotros dos volvemos a la escuela, ella se acerca con el guardia y Chino.
La enfermera cura hábilmente las heridas de Alex y cuando está a punto de coserle las puntadas, me volteo hacia el otro lado.
No hay prácticamente nadie en la escuela, así que hemos robado una hora de la vida de la enfermera.
El bote de basura se va llenando con bolitas de algodón ensangrentadas.
Alex parece un niño chiquito, sentado sobre la camilla con la espalda encorvada.
―Quita esa cara Tyson―me dice con ojos tristes―¿No has oído que la sangre en la cabeza es muy aparatosa?
―Si lo es―confirma la enfermera.
―Y lo mejor es que me va a quedar cicatriz―presume tocándose alrededor de la sutura encima de la ceja―.Me voy a ver más sexy.
―¿Quién te dijo que lo eras?
―Eso se sabe―responde guiñándome un ojo.
―¿Estás coqueteando conmigo?
―Parece que sí ¿verdad? Los golpes me afectaron más de la cuenta.
―Mejor te espero afuera.
Hay una fila de sillas en la estancia del consultorio y tomo asiento. La luz blanca de las lámparas y el aire acondicionado demasiado alto producen una sensación sobrecogedora.
No quiero que nada malo vuelva a pasarle a Alex. Ver cómo lo golpeaba Chino sin poder hacer ayudarlo ha sido una de las cosas en las que me he sentido más impotente.
Mi ángel de la guarda debe haber estado muy atento para que sólo me lastimara un poco el brazo. Aún así, creo que le he dado mucho trabajo últimamente y no ha tomado las suficientes precauciones.
―Entonces ¿cambio de planes?―dice Alex muy sonriente con sus gasas y costuras en la cara.
―Ni siquiera sé si todavía tenemos un plan.
Alex suspira.
―Era mi mejor amigo.
―¿Qué?
―Chino. Aunque apenas es un año mayor que yo, me cuidaba de los más grandulones. Ya sabes, mi vecindario no era un lugar tranquilo.
―Oh, pero él... ¿Carmina tiene algo qué ver?
―Tiene todo que ver. Carmina me gustó siempre, pero ella no parecía sentir lo mismo. Éramos muy amigos los tres. Crecimos juntos y eso.
―¿A ella le gustaba Chino en vez de tí?
―No estoy seguro de que le gustara ninguno en serio y tampoco que no le gustáramos. Es complicado.
―Claro que no. Es muy fácil, te decides por el que más te gusta y punto.
―Si quisieras a dos personas, si te gustaran dos personas a la vez, a lo mejor lo entenderías.
―¿Y tú lo entiendes?―espeto.
Va a decir algo y no lo hace, en cambio sus orejas se ponen coloradas.
―Cómo me imaginaba―contesto cruzándome de brazos.
Hace una mueca y luego prosigue.
―En fin, se puso de novia con Chino y cada vez que tenían problemas me buscaba.
―Aaaaah.
―No es lo que te imaginas, malpensada. Al principio la escuché y estuve ahí cuando me necesitaba, es todo. Hasta que una cosa llevó a la otra y...
―¿La besaste? ¿Lo hicieron? ¡No, mejor no me digas!
―Lo único que necesitas saber es que llevábamos algún tiempo así, no cruzamos tanto la línea. Hasta que al inicio del semestre me cansé de que no pudiéramos estar juntos, y bien. Yo quería decírselo a Chino.
―Pero todavía es su novia.
―Es la cosa. Terminan, vuelven. Ya no sé en qué andan ahora.
―Tienes que arreglarlo Alex,vas a perder a tu amigo para siempre. Si es que no lo mandaron directo a la correccional.
―Nada de lo que haga cambiará lo que hice.
―Deja de verte con Carmina, y pídele perdón a él. Tú traicionaste su confianza.
―¿De parte de quién estás?
―De la que nos libre de problemas. Si Carmina te gusta mucho deberías hacer algo definitivo, o asegurarte de que siente lo mismo ¿no será que estás confundido?
―Me ha gustado por mucho tiempo, no me puedo confundir.
―Si puedes. Tal vez te gustaba quién era, y crees que todavía es así. Todos cambiamos y los sentimientos también.
Alex me mira como si no me conociera, es extraño y prefiero no señalarlo.
Debe ser momento de ir por nuestro propio pie al despacho, pero no quiero. ¿Todavía alguien creerá que es un caso aislado?. Estamos demasiado cansados como para soportar un sermón. Aunque sé que lo merecemos.
La pelea no es mi culpa, sin embargo estuve ahí. Lo mismo que con el baño de café. ¿Creeran que todo es coincidencia?
Estar en el mismo equipo no parece tan malo ahora si consideramos todos los factores. Quizá si lo aceptáramos los problemas se acabarían. Pero esto ya es personal. Nosotros contra el mundo.
Con seguridad mis padres se enterarán de todo con lujo de detalles.
Ellos no estarán felices.
* * *continuará***
Hola a todas, viendo el dibujo de arriba creo que ya dibujo un poquitín mejor en digital.
Oigan tengo que ponerme un límite de tiempo para releer la novela, sigo sin decidirme si hacer una parte dos o ya mejor avanzar con otras historias. Creo que estar tan indecisa me ha tenido estancada sin hacer ninguna de las dos cosas, ay. Pero en parte es porque pienso mucho si ustedes realmente se podrían interesar por una segunda parte, cuando pregunté creo que los votos estaban divididos.
Tengo qué pensar...o quizá actuar más que pensar. Ay, ignoren mis dilemas, nos vemos el miércoles.
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