XVIII
Terminaron con esas dos pobres mujeres en solo unas jugadas más, ambas se rindieron y se fueron de allí desoladas. Jungkook se preguntó cuánto habían perdido.
Tomaron asiento frente a los franceses, Taehyung abrazó su cintura y se acomodó en el asiento airosamente, viéndose despreocupado mientras les traían las fichas que usarían. Intentaron igualar la cantidad que tenían los franceses.
Jungkook aguantó hasta que fue suficiente y desenredó la mano del rubio de su torso.
───No es necesario. ───Le susurró.
───¿No lo es? ───Deslizó su mano devuelta adonde había estado. ───¿Tenemos que imitarlos, no? Sería algo vulgar que le susurraras al oído a alguien que no sea tu pareja, o en este caso tu amante.
Jungkook sopló por la nariz y lo dejó ganar, cruzó las manos sobre la mesa y se dedicó a contar las fichas que tenían. En silencio, Taehyung sonrió engreído.
Luego de unos segundos, el teléfono del rubio vibró en su bolsillo un par de veces, Jungkook se percató curioso. Taehyung tomó el aparato y lo silencio antes de dejarlo en su bolsillo de vuelta.
───El señor Kim debe estar molesto. ───Murmuró arrimándose cerca del rubio para que nadie más pudiera escucharlos.
───Debe estar apunto de asesinarme. ───Afirmó, viéndose tan tranquilo que Jungkook quiso zarandearlo para que se diera cuenta de la gravedad.
───Tendremos grandes problemas si se entera que te fugaste a un casino. Vas a tener que darle muchas explicaciones. Tienes suerte de que haya una política de discreción, aunque algunas ratas podrían no cumplirlo. ───Le envió una mirada a Damien, quien estaba igual de distraído tonteando con Matilda.
───Terminemos rápido. ───Levantó su mano libre para peinar el cabello oscuro ajeno con una delicadeza que Jungkook jamás había visto en él, su corazón se calentó por un momento. La amabilidad repentina fue producto de algún impulso, ni el mismo Taehyung se dio cuenta de lo impropio de esta acción en él. ——Tendré que reanudar mi plan de boda con Haeso después.
La mención de la boda hizo que Jungkook saliera de su ensoñación, asintió y despegó la mano de su cabello sutilmente, sonriendo para que la pareja frente a ellos no lo notara.
Haeso estaba sola en esa reunión con un montón de víboras que la picarían con preguntas venenosas, debió hacer algo para que Taehyung se quedara.
——Ganaremos en un santiamén.
Pronto se encontraron con las fichas que pidieron completas y puestas a un lado del tablero, esperaron a que el croupier diera la señal para las apuestas.
——Tu cara se me hace conocida. ——Damien, señaló a Taehyung, mientras recogía sus fichas. ——... Claro, Kim Taehyung eh.
——Sí, aunque yo no soy el rostro público dominante, sino mi padre.
Jungkook escuchó la conversación, al mismo tiempo que recogía las fichas de la mesa y comenzaba a maquinar su apuesta. Los gastos corrían por la cuenta de Eunwoo, no podía fallar o perdería su dignidad frente al hombre perfecto.
——Estás comprometido... ——Esa afirmación llamó la atención de todos los presentes en la mesa, el francés sabía lo que estaba haciendo. Jungkook se distrajo de la apuesta por fijarse en él. ——Así que tienes un amante. ——Se carcajeó ronco.
Toda la nación estaba enterada del compromiso, eso era definitivo. Jungkook suspiró.
——Digamos que lo es. ——Respondió desvergonzadamente, apresando el cuerpo de Jungkook contra el suyo. El pelinegro dio un respingón y posó una mano en el pecho de Taehyung, fingiendo una risita.
El francés se rio junto a Taehyung, como si fueran amigos de toda la vida compartiendo bromas. Jungkook se enfocó en la francesa cuando se dio cuenta de que ella estaba muy callada, la mujer seguía poniendo ficha sobre ficha sin inmutarse.
Luego se ocuparía de silenciar al francés, lo primero sería echarlos del casino. Eunwoo debía estarlos viendo por las cámaras de seguridad, el croupier estaba informado de que necesitaban al francés fuera del casino, pero ya había intentado desarmar a la pareja de franceses varias veces poniendo las peores cartas en su baraja, sin embargo, los oponentes no supieron qué hacer con la baja del equipo y la francesa logró hacer que se recuperaran.
───Matilda es solo mi compañera de juego, con quien me gusta divertirme. ───Apretó más su brazo en el torso de la mujer sentada en su regazo, ella sonrió abiertamente con esos labios teñidos de rojo vino.
───Y sí que nos divertimos. ───Dijo la francesa.
Jungkook sonrió, pero no pudo evitar sentir cierta inquietud al notar que había un anillo de matrimonio en la mano del hombre. Entonces, Matilda era como su compañera para pasar el rato. Si eran nuevos en el casino, posiblemente su residencia estaba en Francia y viajaban como turistas. Por qué más recurrirían a la caja de apuestas de un casino siendo personas adineradas. Simple. Para no hacer movimientos en su cuenta bancaria que por cierto compartía con su esposa. Ella podría ver los movimientos extraños y delatarlo. Jungkook chasqueó la lengua, ya sabía cómo podría destruirlos.
La primera apuesta inició, Jungkook se aseguró de verse confiado empujando las fichas hacia el pozo. Eran muchísimas, los franceses no se abstuvieron al ver el monto y los igualaron. Matilda se veía calmada, más que Damien, quien no parecía seguro de lo que estaban haciendo. Por supuesto que poner un monto tan alto en la primera ronda fue una jugada para intimidarlos, mostrar lo seguros que estaban.
───Quién corre con los gastos. ───Taehyung le cuestionó.
───El dueño del casino me ha permitido gastar lo que sea necesario. ───Respondió rozando sus labios con el oído del rubio, sin quitar la mirada del francés, quien ordenaba algo de ron para todos.
El croupier repartió las cartas y allí empezó el juego verdaderamente. Taehyung bebió un poco de ron, mientras veía las cartas que Jungkook acomodaba en su mano. Tenían un as y un diez del mismo palo.
───Mismo palo, pero estamos algo lejos de concretar. ───Le secreteó, bebiendo un trago de ron en el transcurso. ───Me gustan más los números iguales. ¿Estas seguro que el croupier está de nuestro lado?
El pelinegro miró a los franceses y dibujó una sonrisa.
───Subiré mi apuesta. ───Puso otras diez fichas en el pozo. Damien y la francesa no titubearon e hicieron lo mismo.
Taehyung lo miró neutral sin querer desmentir a su compañero.
───Te encanta jugar al faro.
───Puedo hacer de esto una escalera real de color. ───Jungkook siseó.
───Apuntas muy alto.
───Ya verás. Por algo el croupier nos dio estas cartas. ───Tomó el vaso de ron servido y bebió hasta el final. Hizo una ligera mueca por el picor antes de seguir adelante con la revisión de sus cartas.
───Recuerdo que estas cosas siempre te han emocionado. ───El rubio lo miró de reojo. ───Papá nos adiestró para ganar, pero estoy seguro que tú aprendiste más que yo.
───El señor Kim es insuperable en este juego, intento imitarlo. ───Le entregó las cartas al rubio tal como hizo la francesa, así Taehyung y Damien quedaron con las cartas en mano como si fueran ellos los jugadores que tenían la batuta en la mesa, cuando en realidad era más la fuente bancaria en el caso de Damien y el rostro reconocido en el caso de Taehyung. En realidad los cuatro estaban seguros de que todos estaban maquinando.
ChanYeol práctico con él. Le ganó un par de veces, sin embargo, Jungkook tuvo varios golpes de suerte que lo hicieron vencerlo.
Subió la apuesta y la duplicó luego de la segunda ronda, Taehyung empujó las fichas al pozo escuchando sus susurros atentamente. Cuando su cabeza estaba mareada aún pensaba más rápido de lo normal extrañamente, eso fue de gran ayuda para darse cuenta de las pequeñas cosas. Como que Damien y Taehyung no habían parado de bromear, hablar sobre sus vidas y reírse, también notó que la mano de Taehyung lo acariaba cada cierto tiempo y lo dejaba descansar su espalda contra su pecho mientras revisaba las cartas, notando que estaba algo mareado. El rubio se veía más lúcido que él.
Decidió alejar el ron de sus manos por su propio bien. También verificó que Taehyung no estuviera ebrio, olisqueó cerca de su aliento mientras el rubio hablaba, olía a alcohol, pero no demasiado.
───Qué sucede. ───Cuestionó el rubio al verlo acercarse a su rostro.
───¿Por qué ríes tanto? ¿Estás ebrio?
───Todos lo estamos. ───Interrumpió, Damien. La francesa lo tenía abrazado del cuello, tenía la risa fácil y sus mejillas estaban rosadas. Ellos estaban mucho peor.
───Me emocioné tanto con las apuestas que creo que me pasé de copas. ───Se carcajeo, Matilda. Acariciando la mejilla de Damien para pegarla a la propia. ───Es la mejor partida que hemos tenido hasta ahora.
Jungkook sonrió con los labios juntos, estaban por acabar el juego, había armado su mano mientras Taehyung distraía al francés con bromas, jamás había visto al rubio ser tan amigable con alguien y no estaba seguro si era solo una actuación o sentía verdadera afinidad por el francés.
Taehyung con cinco cartas en mano, había conseguido la carta diez de espadas, una jota y un as, todos del mismo palo, las otras dos cartas eran un corazón y un diamante, pero Jungkook no les tomó importancia porque apuntaba directamente a la escalera real.
En el transcurso del juego se dio cuenta de algo muy interesante, Matilda estaba más concentrada en la baraja ajena, siempre miraba las manos de Taehyung, tratando de adivinar sus cartas y buscando las que estaban puestas en la mesa. Lo usó a su favor, hizo que Taehyung tomara cartas inservibles para marear un poco a la francesa y copió su estrategia.
Estaba casi seguro de que Damien tenía planeado armar una escalera de color y que sus cartas eran corazones o diamantes, así que si su teoría era correcta, estaban amarrados y no dejaría salir la última carta hasta que viera una reina de espadas en la mesa.
───Son diamantes. ───Le susurró el rubio. Jungkook frunció las cejas y negó.
───Yo creo que son corazones. ───Murmuró, viendo las cartas en las manos de Damien.
───Explícate. ───Taehyung lo empujó levemente hacia él, a pesar de que Jungkook estaba al límite de su espacio personal.
El pelinegro apoyó su cabeza contra el hombro de Taehyung y le explicó susurrando:
───Tomó una carta de diamantes en la última jugada como segunda opción, pero en cuanto lance este corazón, podría intercambiar la carta y tener una mano casi lista, podrían lanzarla así y estaríamos acabados. Ellos piensan que ya ganaron, por eso se están tomando el tiempo de escalar un poco más.
───Créeme, son diamantes. ───Aseguró el rubio, viendo fijamente a Damien y a Matilda, quienes también estaban discutiendo. ───Han estado jugando con la misma mano desde el inicio, lo ví mover sus cartas desde la primera jugada y solo ha cambiado dos, no lanzó un solo diamante.
Jungkook resopló por la nariz, miró alrededor para averiguar si podría hacer algo de trampa con el croupier cerca, justo en ese momento se dio cuenta de que había más de una mesa que los estaba vigilando con atención, el resto jugaba en parejas pero eran más de tres o cuatro, ellos eran los únicos jugando de dos parejas. Volvió su mirada hacia Taehyung, esto era perfecto para humillar a los franceses.
───Siempre he sido mejor que tú en este juego, por qué te iría mejor que a mí justo hoy.
Taehyung levantó una ceja ante esa respuesta.
───¿Quieres retarme? ───El rubio lo miró con las cejas alzadas.
El contrario asintió luego de admirar los ojos ajenos un rato.
───Apostemos. El que gana puede pedir lo que sea, puede ser dinero, ropa, lo que sea. ───Le extendió su mano sin dejar de mirarlo, Jungkook estaba confiado en que serían corazones.
───Como quieras. ───Aceptó el rubio, sellando el trato. ───Pero nos estaremos arriesgando a perder.
——Oh, claro que no. Nunca dije que arriesgaría. ───Se levantó de golpe, agitando su mano hacia el mozo que servía el licor. ───Traiga un vino por aquí, por favor.
Damien se giró hacia el mozo, levantando su copa.
───Me has leído la mente.
El empleado dejó la bebida en medio de la mesa. Jungkook volvió a sentarse, tomando la botella antes que alguno de los franceses lo hiciera. Taehyung lo observó, mientras el pelinegro terminaba de servirse vino, derramó solo poco y se rio de sí mismo.
───El alcohol me pone algo torpe. ───Soltó un suspiro y puso la botella sobre el charco de vino. ───Será mejor que encedamos la luz antes de que haga un desastre aquí.
Levantó la mano hacia el croupier y este asintió, subiendo el interruptor que estaba a un lado de la lámpara. La luz amarilla le dio un aspecto más tradicional a la mesa.
───A ti no te gusta el vino. ───Taehyung le susurró. Jungkook asintió sonriendo traviesamente.
Esta vez no empujó la botella hacia los franceses, si no que la extendió hacia Damien, quien la tomó con la mano izquierda, la que no sostenía la baraja. Este fue el momento en el que Jungkook puso toda su concentración en el cristal de la botella, viendo a Damien servir su copa, poniendo la baraja delante de esta. Bingo.
Se acercó a Taehyung nuevamente, posando ambas manos sobre su pecho y se inclinó para susurrarle.
───Ganaste, son diamantes.
El rubio lo miró con las cejas arrugadas.
───Cómo lo sabes.
——El reflejo de la botella de vino, la botella es tan oscura que permite distinguir todos los reflejos si hay una luz fuerte y estás atento a la trampa. ¿Por qué pediría vino si no? ───Se alejó para sonreírle triunfante a Taehyung, quien lo miró incrédulo.
───¿Eso también te lo enseñó papá?
───No creías que nos ganaba solo con su habilidad, verdad... ───Casi rio al ver a Taehyung pestañear desconcertado.
Hace un tiempo que no veía a Taehyung dibujar una expresión así en su rostro, no pudo evitar sentir un ligero cosquilleo. Le gustaba reconocer los momentos en los que Taehyung salía de su personaje, en los que su disfraz se rompía y se daba cuenta de que no podía controlarlo ni entenderlo todo, que a veces Jungkook estaba un paso adelante de él. No lo pensaba en un contexto de rivalidad, pero le gustaba poder bajarlo de su nube cuando menos se lo esperaba, ya que casi nunca tenía la oportunidad.
Ni siquiera se dio cuenta de que estaba tan cerca del rubio hasta que pudo sentir que su respiración chocaba con la suya. Taehyung estaba atento y sereno, esperando a que Jungkook fuera el primero en derretirse ante él y acercarse para terminar su martirio, claramente olvidaba que Jungkook no estaba de humor.
───Bueno, me gustaría hacer una última apuesta. ───Anunció apartándose del rubio con facilidad.
Taehyung pasó saliva y su expresión embobada volvió a ser una máscara de seriedad, carraspeó y empujó lo que quedaba de sus fichas al pozo.
Damien y Matilda se miraron entre ellos, ya no les quedaba más que unas cuantas fichas. Matilda alargó una sonrisa y asintió hacia Damien, dándole la confianza de que hiciera su siguiente movimiento.
───Hemos apostado demasiado. Tendremos que pedirle prestado al casino esta noche───Damien, levantó la mano hacia el croupier, quien asintió y le extendió un dispositivo para autorizar el préstamo.
Jungkook miró hacia otra parte para no sonreír, sobre todo para no mirar a Taehyung, quien se dio cuenta de que el objetivo ya estaba cumplido. Los franceses definitivamente no podrían volver apostar en el casino a menos que Eunwoo se los permitiera.
───Lanza el corazón y si tenemos suerte, ellos se van a deshacer de lo que estoy pensando. ───El pelinegro lo secreteó sin mirarlo a la cara, Taehyung hizo lo que le pidió y la próxima carta en salir fue la reina de espadas.
Perfecto, pero no tan perfecto porque el siguiente turno era de ellos, sin embargo, viendo lo confiada que estaba Matilda sentía que tenían oportunidad. Lanzarían la carta inservible de diamantes y guardarían la carta al azar de 10 de corazones por si su plan no funcionaba, el resto solo dependía de la suerte.
Así que dejó que el rubio tirara el ocho de diamantes, el cual robó Damien. Los siguiente fue pura tensión y la larga espera de saber qué carta saldría primero.
Por supuesto su pequeña trampa no fue en vano, la siguiente carta en salir fue un rey de espadas. Taehyung miró a Jungkook con una sonrisa triunfante y puso las cartas sobre la mesa.
───Parece que el juego ha terminado. ───Anunció el rubio.
Matilda y Damien se quedaron congelados un par de segundos y luego Damien le envió una mirada fulminante a su compañera, quien aún parecía desconcertada.
───Si hubiera lanzado el diamante primero hubieran tenido una oportunidad, pero no lo hice por pura suerte. ───Comentó Jungkook.
Taehyung resopló, poniendo una mano sobre el muslo ajeno para apretarlo. "Mmh sí, pura suerte".
Damien era el más descontento en la mesa, los franceses parecían no haber aceptado su derrota. Con los puños apretados bajo la mesa y los ojos puestos en la baraja, Matilda suspiró:
───Vaya, hasta ahora nunca nadie nos había ganado en este casino. ───Buscó los ojos de Jungkook un momento e inocentemente hizo la siguiente petición: ───¿Qué te parece una segunda ronda?
Jungkook sintió la presión, como si todo dependiera de sus próximas palabras. De reojo miró al rubio y el reloj en su muñeca... la reunión en casa de Chanyeol.
───Lo lamento, Taehyung tiene un compromiso. De hecho, ya no puede quedarse más tiempo. ───Respondió naturalmente. Se levantó y extendió su mano hacia ellos con toda la simpatía posible. ───Fue un gusto jugar con ustedes.
El primero en engancharse a su mano fue Damien, tomándolo en un agarre fuerte, definitivamente no lo dejaría ir fácil.
───Será una partida contra el tiempo. Es una pena despedirnos tan pronto. ───Comentó el francés, todavía tomando su mano.
De inmediato, buscó a Taehyung para que lo ayudara con su escapatoria. Sin embargo, no fue necesario cuando escuchó la voz conocida de su compañero.
───Los estaba buscando. ───Un JaeBum sonriente se acercó y apoyó las manos sobre la silla en donde aún seguía sentado el rubio.
───Te estaba esperando. ───Respondió entre dientes, Jungkook, consiguiendo soltarse de Damien. ───Deberías llevar a Taehyung de una vez al evento o podría hacerse más tarde.
JaeBum arrugó su expresión y miró al rubio antes de volver la mirada hacia Jungkook, este entornó los ojos. JaeBum comprendió que debía seguirle la corriente por alguna razón.
───Claro. Lo llevaré. ───Carraspeó. ───Vuelvo por ti luego.
Jungkook asintió y le dio un patada muy suave a la pantorrilla del rubio. Taehyung no se veía contento para nada, se levantó a regañadientes. Forzó una sonrisa rígida hacia los franceses, en un intento de disimular su molestia por la retención del pelinegro.
───Fue un buen juego. Ojalá pudiera quedarme más tiempo. ───Enfatizó su última oración. ───Pero tengo un compromiso importante. ───Extendió su mano y tomó la de Damien, seguidamente la de Matilda.
───Es una lástima, ¿Jungkook va quedarse? No será justo para él. ───Puchereó, Matilda.
───Me las apañaré. ───Jungkook la cortó prontamente y deslizó una mano por el hombro del rubio, empujándolo fuera de su lugar.
Taehyung se giró en el último momento y apoyó una mano en la espalda de Jungkook.
───Seguro que sí. ───Respondió, relajando su expresión, cosa que tomó desprevenido al contrario, quien tarareó una afirmación con su mano todavía sujeta al hombro ajeno. ───Nos vemos más tarde.
Creyó que eso sería todo, que se daría media vuelta y caminaría impotente hacia la salida, resignado a seguir órdenes de su ex—familiar. Sin embargo, Taehyung lo empujó más cerca y estrelló sus labios contra los de Jungkook sin titubear, fue fugaz y suave, como una caricia, se sintió más íntimo de lo que hubiera querido. Luego se separó y caminó hacia la salida, siendo seguido por un JaeBum que los había contemplado con una mueca secretamente confundida.
───Tenía mala cara. ───Dijo, Damien.
Jungkook finalmente se fijó en él y cayó en cuenta de que aún seguía frente a ellos, parado como un tonto, además de que media segunda planta los miraba.
───Ah, sí. ───Carraspeó, acomodándose en el asintió que ahora se sentía vacío. ───A él le gusta mucho jugar al póquer. ───Tomó las fichas que estaban en el pozo, arrojandolas hacia su propiedad.
───No debe estar feliz de dejar a su amante solo con dos desconocidos. ───Reconoció, Matilda.
Por un segundo, Jungkook había olvidado el papel que estaban desempeñando para ellos. Miró a la francesa y asintió con una sonrisa apenada.
───Al parecer no le agrada la idea.
──────🌱──────
JaeBum decidió ser obediente y llevar a Taehyung de vuelta a la casa del Altísimo, después de todo, seguro ya había causado suficientes problemas su ausencia. Diabólicamente, pensó que estarían haciendo un revoltijo para encontrar al rubio y que apenas llegara a la entrada estallarían bombas de preguntas.
───Qué impresionante, no sabía que te tomarías tan a pecho el trabajo. ───Comentó, todavía sosteniendo el cigarro entre sus labios en el transcurso.
───Ganamos. Él debería estar bien allí dentro. ───Taehyung bajó el cristal del auto para que el olor a cigarrillo saliera. Estaba intentando dejarlo.
───Jungkook se las apaña bien solo. Diría que cuando está acompañado es más problemático. ───Rio entre dientes, recordando que el señor Lee lo había llamado para quejarse del "mocoso despreciable" que Yoongi había contratado de asistente.
Taehyung se mordió el labio, no quería tener que hablar demasiado con ese tipo, pero... tenía que preguntar.
───Cómo le va... ───Cuestionó suavemente, JaeBum frunció las cejas. ───Siempre lleva un arma con él, cree que no lo he notado, pero allí está.
JaeBum se carcajeó.
───Trabaja con mafiosos todos los días, no jugamos a las tacitas de té. Necesita un arma con él todo el tiempo. ───Tiró el cigarrillo por la ventana y sacó una mano por la misma. ───Jungkook es observador.
El rubio apretó los labios y asintió. Su cabeza llena de pensamientos que ocultó con su expresión despejada, mirando por la ventana.
───Él nunca está relajado. ───Contempló, recordando todas las veces que había estado cerca de Jungkook, lo suficientemente cerca para tocar sus hombros y sentirlos tensos. ───Calcula, planifica y lo hace todo en un instante. Piensa tanto que a veces puedo ver lo que piensa en sus ojos.
Esta última parte hizo que los ojos de Taehyung viajaran al conductor, porque durante toda su vida siempre había dicho lo mismo: "puedo ver lo que piensa en sus ojos".
───Y es increíble esta imperturbable devoción hacia ti y hacia el Altísimo. Es como si su devoción lo moviera... pero hay un problema con él.
Los ojos ajenos lo observaron expectantes, ¿una excepción en Jungkook?
───No logra desprenderse de lo que cree correcto. ───Le dio un vistazo a Taehyung y le explicó: ───En este negocio, debes olvidar lo que está bien y lo que está mal. Tienes que aprender a fijarte solo en tus propios intereses, el resto no importa. Jungkook no lo consigue con facilidad, su corazón tiembla cuando tiene que levantar un arma. Él es extremadamente fuerte porque a pesar de todo puede empujarse para levantarla, pero no es parte de él, se fuerza. No fue hecho para esto.
Por supuesto que Jungkook no estaba hecho para apuntar un arma o agarrar a golpes a alguien. Jungkook era bueno usando sus manos para proteger y cuidar, si eso implicaba hacerle daño a alguien, claro que le costaría.
───Sinceramente, pienso que él ya estaría muerto si no estuviera atado a esa devoción.
Taehyung frunció las cejas y miró a JaeBum con cierta molestia.
───Si sabes que no está hecho para ese trabajo, ¿entonces por qué no lo mandas de vuelta a Yoongi como un asistente común?
───Porque está mejor conmigo. Jungkook es un buen compañero. Y Yoongi ya está encariñado con él, no necesito que profundicen su lazo. ───Respondió con ligereza.
El rubio frunció las cejas, abrió la boca para preguntar, pero no pudo terminar porque ya estaban frente a la mansión y JaeBum ya se había bajado del asiento del conductor. Se tocó el puente de la nariz, exhalando antes de bajar del auto. Caminó hacia la puerta, dando fuertes pizotones.
Se tragó todas las preguntas que tenía para JaeBum e ingresó a la mansión, con el susodicho siguiéndole el paso.
JaeBum se escondió entre las sombras, tomando la primera copa que encontró sobre la mesa. Vio a Taehyung hablarle a Haeso, quien le dijo que su padre aún no había llegado, lo cual le resultó extraño a toda la familia. A JaeBum le extrañó hasta que notó qué Yoongi no estaba en la sala. El maldito había encontrado la manera de frustrar sus planes.
Apretó la copa y se fijó en Taehyung, quien le explicaba a su prometida junto a las personas alrededor qué había estado haciendo. Su expresión confiada y pacífica, nadie podría adivinar que hace un momento estaba en un casino jugando al póquer con Jungkook y dos franceses. Y que además había besado al primero antes de irse, para luego ahogarse con las preguntas que quería hacer sobre él. Una vez más escondió lo que realmente quería hacer para poner primero lo que tenía que hacer.
"El temblor de sus corazones es similar". Contempló luego de un rato mirando a Taehyung.
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Mucho actualizo ya, esto tiene el doble de palabras que todos los capítulos anteriores.
De aquí me desaparezco por un mes jajsjsjaja q
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