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II


Este sería un gran día, hoy haría que Taehyung encontrara a su futura esposa. Jungkook se dio la tarea de buscar mujeres exactamente del tipo ideal de Taehyung, estaba casi seguro de que alguna de ellas sería la elegida.

--Sé amable, por favor. Este es el último paso que tienes que dar para llegar a tu meta. --Le dijo a Taehyung mientras conducía hacia un restaurante de comida italiana.

Taehyung rodó los ojos.

--Bien, no me trates como un niño.

El pelinegro sonrió ligeramente sin darse cuenta, es cierto que ya no era un niño pero a veces sí lo parecía. ¿Cómo es que iba a casarse tan pronto? Estaba ligeramente preocupado por cómo manejaría Taehyung todo este asunto.

Estacionó el auto frente al restaurante y se despidió de Taehyung diciéndole que lo estaría esperando ahí. Reclinó el asiento y le subió el volumen a la radio, probablemente pasaría unas cuantas horas allí. Pero obviamente Taehyung siempre tenía que arruinar sus planes.

Una hora más tarde alguien tocó el cristal del auto, Jungkook saltó del susto y acomodó el asiento antes de ver quién era. Abrió la puerta y pudo ver a Taehyung y a la chica con la que le había reservado la cita mirándolo atentamente.

--Jungkook, llevanos al motel más cercano. --Dijo sin más subiendo al asiento trasero.

Jungkook hizo una mueca cubriendola rápidamente con un asentimiento, se guardó sus palabras e hizo lo que le dijo.

"Maldita sea, Taehyung".

Solo Dios sabe el disgusto tan grande que Jungkook sintió cuando dejó a Taehyung con esa chica en un motel, por lo menos era uno de los mejores de la zona.

Nunca había pensado en la vida sexual de Taehyung, pero estaba claro que era muy activa. Esta no era la primera vez que le pedía llevarlo a un lugar así y acompañado además. Jungkook estaba pegado a Taehyung durante todo el día como una goma de mascar, pero durante la noche lo dejaba completamente solo al igual que los fines de semana casi todo el día, así que no sabía qué clase de cosas hacía el rubio y tampoco quería saber.

Jungkook no sabía si debía irse o esperar a Taehyung. La verdad no tenía ganas de esperarlo así que fue al restaurante italiano anterior y almorzó allí pacíficamente, fue como un premio por trabajar tanto durante esos días.

¿Jungkook también debería pensar en su vida amorosa? Ya lo había pensado antes, pero con la vida que llevaba no era posible. Jungkook no era virgen, una vez Taehyung lo llevó a una fiesta de la facultad y tuvo sexo con un chico y una chica esa misma noche mientras Taehyung estaba divirtiéndose en alguna otra parte. Aunque luego se enteró que Taehyung se había agarrado a golpes con el anfitrión de la fiesta y nunca más lo volvió a dejar solo en lugares así.

Y cuando empezó a trabajar se dio cuenta de que sentía una ligera atracción más fuerte por los chicos, así que folló con un chico de la oficina para confirmarlo. Luego ese chico fue despedido sin motivo alguno , sin embargo, Jungkook estaba muy agradecido con el muchacho porque había logrado encontrar su preferencia sexual gracias a él. Después de esa ocasión había estado completamente solo porque poco a poco Taehyung empezó a dejarle más trabajo hasta que se encontró enterrado en papeleo.

Los pensamientos de Jungkook se esfumaron cuando su teléfono sonó repentinamente y en la pantalla apareció el nombre del rubio.

--¿Joven Kim?

--Jeon, llevo quince minutos esperándote aquí. Date prisa si no quieres que te asesine cuando te vea.

Jungkook buscó su billetera y pagó la cuenta apresuradamente antes de trotar hasta su auto. Se dejó llevar por sus sentimientos y ahora Taehyung iba a matarlo. Qué pasó, por qué lo llamó tan pronto.

Estacionó el auto y Taehyung se sentó en el asiento del copiloto con el ceño fruncido, en otra vida definitivamente había sido uno de esos gánsters tenebrosos.

--Te dije que debes esperarme en el lugar hasta que la cita termine.

--Pensé que la cita había terminado cuando salieron del restaurante, el resto ya son tus asuntos. --Jungkook se dejó llevar y no contestó de la manera más amable.

--La cita termina cuando yo te diga que terminó. Lo que tú piensas no importa, ya deberías saberlo. --Escupió lo último con todo el veneno que pudo.

Aunque Taehyung no lo notara, cada una de esas palabras se clavaban en el corazón de Jungkook. El contrario no contestó, fijó su vista en la autopista. No debió hablar, mas nunca lograba controlarse y tenía que soltar algún comentario aún sabiendo que la respuesta de Taehyung se enterraría en su corazón dolorosamente.

Jungkook abrió las ventanas al notar el perfume de mujer empezar a esparcirse, sintió el almuerzo revolverse en su estómago.

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Esa noche Taehyung volvió a meterse en la cama de Jungkook, el pelinegro lo notó y también se dio cuenta del repugnante olor que aún tenía impregnando. ¿Ni siquiera el jabón de avena podía quitarlo? Iba a cambiar el jabón de baño, quizá uno con esencia de vainilla funcionaría mejor.

Taehyung trató de acurrucarse cerca de Jungkook nuevamente, pero éste lo apartó perezosamente.

--Olvídalo, hueles a mierda. Vuelve a tu cama o quédate lejos. --Definitivamente Jungkook era más valiente cuando estaba medio dormido.

Escuchó un sonido de indignación del otro lado de la cama y luego algo tiró de su camisa, Taehyung sujetaba su camisa nuevamente pero esta vez el resto de él estaba a una distancia prudente del cuerpo de Jungkook.

Y definitivamente Taehyung era más obediente cuando tenía sueño.

----🍂----



Por la mañana, Taehyung estuvo insoportable en la oficina, y Jungkook había perdido toda la valentía de la noche anterior cuando llevó al rubio a la segunda cita.

--La chica de ayer era tonta, no podía mantener una conversación con ella. No solo te fijes en el aspecto, busca el historia del estudios y esas cosas.

--Busqué el historial de estudio de todas ellas, la jovencita de ayer era estudiante de enfermería. -- "Lo sabrías si hubieran hablado de verdad y no solo te hubieras centrado en tener sexo con ella".

--Da igual, espero que la de hoy sea mejor.

Si Taehyung empezaba a ver esto divertido no encontraría una esposa pronto, y la idea de tener que llevar Taehyung a moteles semanalmente estaba volviendo loca la mente de Jungkook.

--Esfuérzate, por favor. --Le dijo cuando se estacionaron en el mismo restaurante que el día anterior.

--No te muevas de aquí. --Esta fue una advertencia.

El pelinegro asintió, esta vez había venido preparado, trajo algunos papeles que debía rellenar, así no iba aburrirse además de unos snacks por si le daba hambre. Esperaba que Taehyung intentara tener una conversación tranquila con la señorita Soomin, cuando la escogió le pareció la más interesante.

Soomin había terminado sus estudios un año adelantada y además ya tenía un doctorado en administraciones bancarias. Y físicamente, la mujer era muy atractiva, cara perfilada, ojos grandes y nariz pequeña. A Taehyung le encantaría de seguro, cumplía totalmente con sus estándares.

Jungkook estaba empezando a bostezar cuando vio a una mujer que se le hacía conocida saliendo apresuradamente del restaurante, se frotó los ojos para poder verla mejor y "¿La señorita Soomin?". Tenía el ceño fruncido y daba fuertes pisadas con sus tacones altos mientras se iba de allí.

--Ay, no puede ser. --Su mirada viajo a Taehyung, quien salió del restaurante unos segundos después con una mano estampada en la mejilla sonrojada. --¿Qué le hiciste a esa pobre mujer? Se veía furiosa.

Taehyung se abrochó el cinturón y se miró en el espejo retrovisor, sobandose la mejilla.

--Cuando estábamos saliendo le dije que fuéramos a un motel y me golpeó.

El pelinegro abrió la boca en un gesto de indignación y golpeó su cabeza contra el timón del auto.

"Si fuera ella hubiese hecho lo mismo".

--Por supuesto que te golpeó, ¿Sabes de qué familia viene la señorita Soomin?

--Creo que lo mencionó pero no lo recuerdo. --Respondió tranquilamente revisando su teléfono.

Jungkook suspiró, este no era el momento de perder la paciencia.

--Es familia de los Wang. Debería tener cuidado con ellos en el futuro. --Encendió el auto y manejó hacia la empresa sin mirar a Taehyung para evadir las ganas de golpearlo igual de fuerte que Soomin.

Para las siguientes citas, Jungkook tendría que explicarle algunas cosas que Taehyung no debía hacer si no quería terminar con una mejilla roja de nuevo. Las mujeres que Jungkook había seleccionado para las citas, venían de buenas familias y se encontraban en una situación parecida a la de Taehyung. Si el rubio se tomaba en serio esto, quizá podría congeniar bien con alguna.

Al llegar al edificio, Jungkook fue directamente a sentarse fuera de la oficina de Taehyung, en el revoltijo de escritorio que tenía Jimin.

--¿Fue otro mal día? --Preguntó el más bajo mientras tomaba un sorbo de café y luego se lo pasó al pelinegro.

--No tienes idea. --Tomó el café y se puso una mano en la frente sintiendo una punzada de estrés en la zona, pronto empezaría a sufrir de migraña, lo presentía.

--Hey, tú estás haciendo tu trabajo, deja de sufrir. --Puso una mano sobre el hombro de Jungkook--. Que Taehyung arruine todos tus esfuerzos ya es otro tema. Tu deber es acompañarlo y mantener el orden aquí, eso es todo. Deja de abrumarte por problemas que no son tuyos, amigo.

Pero cómo iba dejar de preocuparse por Taehyung. Taehyung era su vida literalmente, lo que sea que le pasara lo afectaba también.

--Iré a la cafetería, ¿Quieres algo?

Jungkook sacudió la cabeza saliendo de sus pensamientos.

--No, gracias. Debo volver al trabajo antes de que Taehyung note que no estoy allí.

--Te voy a comprar algo igual. Mira lo delgado que estás --Se puso de pie y se arregló el traje--. Te compraré rollos de canela, están buenísimos y también un sándwich de jamón y queso...

El pelinegro sonrió y asintió dejando a Jimin con sus opciones de comida. Taehyung ya lo estaba esperando con una pila de papeles que organizar, Jungkook se sentó a su lado y lo ayudó a rellenar algunos. Más tarde tenía una reunión con el jefe de una compañía de autos, aún no estaba seguro de si era conveniente comprar esa compañía, pero esperaba que Taehyung supiera qué hacer.

A pesar de todo los líos en los que siempre estaba metido, Taehyung era muy bueno en su trabajo. Jungkook podría decir que era una de las personas más brillantes que había conocido en su vida. Por eso solo necesitaba un pequeño empujón para cumplir con cualquier requisito que pusiera su padre.

Al terminar de organizar todos los papeles, los envío a fotocopias y luego respondió algunos correos pendientes. Cuando había terminado con la gran parte de su trabajo, el teléfono de Taehyung sonó, era el señor Kim.

Jungkook se hizo el desinteresado pasando las hojas de su carpeta mientras escuchaba la agresiva conversación que el rubio estaba teniendo con su padre.

--Lo estoy intentando. --La vena en la frente de Taehyung parecía estar a punto de explotar--. No es tan fácil. Si me sigues presionando te juro que renunciaré a todo esto y ya verás tú a quién le embaucas tu jodida empresa.

El pelinegro pasó saliva, viendo a Taehyung removerse el cabello y caminar de un lado a otro como un cavernícola.

Sintió que su nariz picaba, se avecinaba un estornudo y trató de retenerlo con pánico, no quería delatar su posición hasta que Taehyung se calmara. Pero no pudo hacerlo y estornudó incluso más fuerte de lo que esperaba.

Los ojos de Taehyung se movieron al instante hacia él.

--Ese viejo hará que muera de cólera --Apartó la mirada para gritar--. Qué más espera de mí, por qué está tan impaciente. Tú no le has dicho nada. ¿O sí?

Jungkook negó con la cabeza frenéticamente, no le había dicho nada al señor Kim todavía, ni siquiera habían hablado.

--Cálmate, Taehyung. --Dejó los papeles sobre el escritorio y se levantó del asiento--. Los empleados no pueden verte tan alterado.

El pecho de Taehyung subía y bajaba, estaba furioso, Jungkook podía verlo en sus cejas fruncidas y esos ojos afilado. Desearía saber qué le había dicho el señor Kim exactamente pero no se atrevía a preguntar.

--Quiero un cigarrillo.

--No voy a contribuir a tu vicio. --La respuesta de Jungkook provocó que Taehyung le enviara una mirada asesina. El pelinegro lo ignoró dándole la espalda, sacó de su bolsillo una pastilla para el dolor de cabeza que había utilizado minutos antes también y sirvió un poco de agua fría en un vaso descartable. --Pero sí puedo ofrecerte esto.

Taehyung tomó ambas cosas de mala gana y al cabo de unos minutos su semblante se volvió más tranquilo. Jungkook sabía algunos trucos para apagar la ira ardiente y exterminante de Taehyung, lo principal era nunca adoptar una postura inferior a él, sin titubear. No sabía todo sobre el rubio, y quizá nunca lo sabría, pero definitivamente era la persona con más conocimiento sobre Taehyung en el mundo y sospechaba que Taehyung también lo conocía de la misma manera.



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Por si quieren saber cómo se ven lo chicos en esta historia, aquí les dejo las imágenes en las que me inspiré:

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