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Tu eras la chica de las trenzas y el cabello de fuego,aún recuerdo verte desde lejos brincando hacía el lago junto  a tus hermanos.

Tus hermanos eran grandes amigos con los míos en especial tu hermano Jase y mi hermano Thomas pero a pesar de ello,nunca me atreví a hablarte,sentía que no te caería bien ,que no tenía nada especial que ofrecer como los chicos que te rodeaban o las chicas con lazos tonos pasteles.

Yo solo era un lienzo en blanco.

Pero tu te acercaste a mí con tu lazo amarillo,lo entrelazaste entre mis cabellos negros y me sonreiste.

Dijiste que mi color era el amarillo y debería lucirlo más junto con la frase que simplemente hizo que mis mejillas combinarán con las rosas de aquel campo ,"el sol es amarillo, bueno,según eso dice mi mamá pero yo creo que es amarillo de día y quizás unos tonos neutros de noche,tu eres muy neutral y por ello  no te olvides de ser amarillo de vez en cuando ".

Desde ese día fui neutral con otros pero contigo me volvi amarillo.

Tu paleta de colores era diferente a la mía, siempre decías  que todos somos una paleta de colores diferente;algunos son verdes y naranjas  ,y otros son negros y grises pero que ello nos convierte en nosotros mismos.

¿Porque quien más podría pintar nuestro  lienzo si no somos nosotros mismos?.

Eras maravillosa, aún con tus tropiezos,aún con tus risas escandalosas, aún cuando despertabas a la mañana y decías tus chistes sin sentido.

Tu eras necesaria,eras mi café de las mañanas y mi vino de las noches.

   Aurore.