Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

26. Verdad o reto

Dejé la bolsa con mi ropa fuera de la casa, no iba a quedarme con ella dentro. Entre más lejos la tuviera mejor. 

—Veamos, ¿por qué no jugamos verdad o reto? — le propuse. 

—¿Cómo se juega eso? 

—Si eliges “verdad”, debes responder la pregunta que te haga con nada más que la verdad. Si eliges “reto”, tendrás que hacer lo que yo diga sin protestar. 

—Suena interesante, pero ¿quién de los dos comienza? 

—Comenzaré yo para romper la tensión. ¿Verdad o reto?

—Verdad.

—¿Cuántas novias has tenido? — indagué.

—Vaya, son ese tipo de preguntas. 

—Quise comenzar con algo sencillo, no vaya a ser que te espante. 

—Solamente una; creo que ya conoces de quién se trata. 

Entonces, ¿ella fue la primera? Eso confirma el hecho de que nunca ha intimado con nadie. Aunque, no sé por qué la considera su primer novia, a fin de cuentas, ni siquiera se tomaron de las manos. 

—Te toca — le dije.

—¿Verdad o reto?

—Verdad. 

—¿Hay alguien importante en tu vida ahora mismo? 

¿Alguien importante? Me salió más avispado de lo que pensé. Le dije que me gustaba, ¿esta es su forma de asegurarse de que es el único en mi vida? 

—Sí.

—¿Quién es esa persona? 

—No hagas trampa. Solo es una pregunta por turno. 

—No lo sabía. 

—¿Verdad o reto?

—Esta vez opto por un reto. 

—Se me vienen a la mente tantos, que ahora mismo no sé cuál elegir — levanté las cejas varias veces seguidas.

No debes ser cruel con él, ni exigirle más de lo que puede dar, pero ¿qué hago cuando he estado haciendo cerebrito con su cuerpo? 

—Muéstrame tus manos.

—Con la expresión que me estabas dando, pensé que me pedirías algo peor. 

—Créeme, no querrás saber todas las ideas que se cruzaron por mi cabeza. 

Pasó saliva, enseñándome de cerca sus manos.  

—Por ambos lados.  

No me cansaré de decirlo. Tiene unas manos perfectas; musculosas, grandes, suaves, bien proporcionadas y moldeadas, y esos dedos largos que traen a mi mente cientos de ideas. 

Me temo que estoy perdido. Este hombre es el pecado hecho persona. Con sus manos pecaría una y otra vez. Mis fantasías se han salido de control. Tal vez esta obsesión y fascinación que tengo por sus manos, sea porque lo prohibido atrae y tienta hasta al más santo. 

Me puse el cojín en las piernas, intentando a toda costa ocultar la emoción que me provocaron sus manos. Y eso, que solo fue viéndolas. No puedo imaginar si recorre con ellas todo mi cuerpo. 

—¿Verdad o reto? — me cuestionó.  

—Reto. 

—¿Puedes ponerte de pie y dar una vuelta?

—Este es el peor momento para eso, créeme — le avisé.

—Dijiste que no se vale protestar. 

El muy desgraciado acaba de tirarme una carta de reversa, usando las palabras que dije en mi contra. 

—¿Con que así vamos a jugar? Perfecto. 

Me puse de pie, dando la vuelta que tanto quería, pero obviamente no se la iba a poner fácil. Sabía que al haber estado sentado, la camisa se había subido un poco de atrás, por eso di la vuelta de forma pausada y moviéndome levemente de manera atrevida. Por último, bajé las mangas de la camisa, dejando los hombros al descubierto. Por fortuna, pude encontrarle un acomodo temporal a mi erección o le hubiera mostrado la Torre Eiffel.

—¿Estás contento? 

Su sonrojo era más que evidente, las orejas lo delatan fácilmente.

—S-solo era una vuelta — tartamudeó.

—Pero no especificaste cómo querías la vuelta. ¿No era esto lo que querías? ¿Me dirás que no te gusta lo que ves? 

Guardó silencio por unos instantes, en su expresión noté como si hubiera tenido algo que responder, pero no dijo nada. 

—¿Es la primera vez que ves la mitad del trasero de un hombre y sus hombros? — volví a cubrir mis hombros. 

Esta vez fue él quien se puso el cojín en las piernas. Si está así solo con la imaginación, sufrirá un paro cardíaco cuando logre ver este escultural cuerpo que guardo debajo de esta camisa. 

—¿Verdad o reto? 

—Verdad — respondió. 

—¿Qué sentiste cuando me viste dar la vuelta? — le sonreí al darme cuenta de su expresión de sorpresa, pues no pudo liberarse del contraataque. 

Aunque no haya podido vengarme de él con el reto, no iba a dejar las cosas así. 

—Estoy esperando tu respuesta. 

—Calor; mucho calor — confesó, con la mano en la nuca.

No aparenta la edad que tiene en ninguno de los aspectos, y eso es lo que me enciende de todo esto. A veces actúa como un hombre inexperto, y en otras, como el hombre ideal para dominarme. Ambas facetas las encuentro adictivas y fascinantes. Temo dejarme llevar demasiado y termine asustándolo. 

—¿Por qué no hacemos otra cosa? Algo menos interactivo — le propuse.

—Alexa nunca me responde nada. Si le hubiera cuestionado sobre esto, probablemente estaría repitiendo lo mismo. Nunca tiene una respuesta a mis dudas. 

—¿Alexa? ¿Hablas de la asistente virtual? 

—Sí, esa misma. 

—¿Por qué sales hablando de ella de repente? 

—Debe ser motivo de burla para ti, el que un hombre como yo desconozca tantas cosas. Siempre viví alejado de todos, huyéndole hasta a mis propios padres. Supe lo que era tener una “novia”, tener una cita, casarme, ahora que soy un cabro viejo. No he estado en contacto con nadie, a excepción de ti. Ni siquiera a Steven, que estuvo tantos años trabajando para mí, fui capaz de tocarlo, pero contigo es diferente. No puedo descifrar lo que me pasa contigo, porque son demasiadas cosas. Me siento tan cómodo con tu compañía, no tengo que fingir, puedo ser yo mismo. Mi cabeza es un desastre ahora mismo— suspiró desanimado—. Por supuesto que siento y reacciono como tú. No soy un “alienígena”, aunque lo parezca para ti. Soy anticuado, retraído, reservado y aburrido. Así es como me describen quienes creen conocerme. Y tal vez tengan razón. Todavía hoy desconozco muchas cosas de mi entorno e inclusive de mí mismo. 

—En ningún momento me he burlado de ti. Sería incapaz de hacerlo. Cuando propuse hacer otra cosa, no lo hice por ti, lo hice por mí. Vivo constantemente con temor; temo a hacer o decir algo que te espante y luego no quieras saber nada de mí. Solamente quiero tu bienestar. Me gustas por ser quién eres y cómo eres. No está mal ser diferente. Si fueras igual al resto, no me atraerías tanto como lo haces. Eres único a tu manera y eso te hace especial ante mis ojos. 

—Entonces, si me gustas y te gusto, ¿por qué no sales conmigo? Hablo de tener una relación seria, conocernos mejor y esas cosas. 

No puedo creer que de él haya salido eso. Este hombre no deja de sorprenderme e impresionarme cada segundo que pasa. Me gusta su honestidad, va de frente y sin rodeos.

—Sí, salgamos. Siempre y cuando me prometas que pondrás de tu parte para recuperarte.

—Lo prometo — dijo sin titubear.

Es difícil estar cerca de él y no poder tocarlo como quisiera, pero voy a vestirme de paciencia y esperaré a que se sienta más cómodo conmigo. Todo sea por su bienestar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro