Tiempo.
–Terminemos, cariño.
–¿Qué quieres decir?–Respondió sin alterar la expresión en su rostro.
–Que dejemos esto. Es algo estúpido salir con alguien con un trabajo como el mío.
–Sans, de veras no entiendo lo que dices.
–Conste que traté de ser amable.-El esqueleto guiñó una cuenca.– Veras, cariño, es sólo que... La cosas entre nosotros se enfriaron.
Grillby's ya sabía cómo iba esto.
–Sans.–Intentó pararlo, pero ahora era imposible. El pequeño esqueleto creía que todos debían oír su genialidad.
–Creo que... La llama del amor se apagó.–Rio divertido mientras daba pequeños golpecitos sobre la mesa.
Grillby's sujetó sus manos y lo miró fríamente, parecía enojado.
–No, no es por ti, tú estás que ardes, pero...
–¿Es por el humano?–Concluyó el bartender.
–¿Frisk? Por cierto, ¿Sabes dónde está Frisk? La estuve buscando todo el día.–Respondió evasivo.
–Está en mi habitación, ve a recogerla luego. Por ahora responde, Sans. ¿Es por eso que me dejas?
Sans no respondió, porque realmente no sabía que responder, solo sonrió.
–No lo sé. Pero de cualquier forma sabíamos que esto pasaría, solo está pasando un poco antes.
–Sans, no te hará caso, solo pierdes el tiempo. Es un ser humano, sabes cómo son los humanos, solo te hará daño.– Explicó tratando de hacer entrar en razón al prostituto confundido.
–Oh, no, no creo que me haga más daño que tú, cariño.– Murmuró amargamente.–Ahora suéltame.
–Sans, sé que te hice daño, pero sin mí no te irá mejor.–Sans no comprendió si eso fue una disculpa o lo estaba tentando a golpearle la cara.
–Por favor, para. Estás siendo un idiota.
–Sans, no lo hagas.
–Lo haré si quiero.
–Sans, por favor.
–¿Por qué debería hacerte caso?
–Sans... Te quiero.
Sans lo miró incrédulo, luego su expresión varió entre indignación y molestia.
Rio, safándose del agarre de su ahora ex novio.
–Ah, ¿Qué no hubiera dado por oír esas palabras hace 2 meses? Tarde, cari. Tarde.
El pequeño esqueleto se levantó de su asiento y caminó rumbo al "área permitida solo para personal autorizado" a recoger a Frisk.
–... Ese idiota siempre fue lento.–
Musitó intentando sonreír. Pero fue en vano, algunas lágrimas cayeron al suelo, sin que pudiera detenerlas. La sensación de impotencia y dolor lo hacían sentir como mierda.
Igual que siempre.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro