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04. Karma

—Ya, en serio. Deja de acosarme —le digo a BaekHyun por... ¿trigésimo tercera vez en el día? ¡Dios! ¡Este tipo sí que es intenso!—. ¡Basta! Deja de seguirme.

—No puedo —responde, su voz suena ahogada como si le doliera. Ruedo los ojos, claro que le jode perseguirme por todo el campus—. Habla conmigo, SeHun.

—Tengo clases.

—¡Me importa una mierda tu clase! ¡El bebé es más importante!

Me detengo a medio caminar y me froto el puente de la nariz. Respira, SeHun. Yo sé que puedo tolerar a este Alfa. Claro que sí. Incluso aunque ha estado persiguiendo mi trasero durante todo el día y lo único que quiero hacer es patearle el rostro hasta que deje de ser tan jodidamente guapo.

—Está bien, hablemos —accedo. Retuerzo mis dedos para contenerme de darle un golpe en lo que llego hasta la puerta del salón. Ya casi todos mis compañeros están dentro, joder, voy tarde—. Pero después de mi clase.

—Te estaré esperando aquí mismo.

—Sé que lo harás —mascullo entre dientes.

Él me mira seriamente, no hay ningún tipo de reacción en su rostro. Ruedo los ojos y me largo.

Cuando me huelen los Alfas y Omegas en el aula, voltean hacia mí como si fuera una bomba de olor andante. Seguramente se han dado cuenta al instante de que hay algo raro con mi aroma. Los Betas probablemente se mantengan indiferentes hasta que alguien les comente, eso es un hecho. Yo solo agacho la cabeza y voy hacia el fondo, cerca de las ventanas, donde circula más el aire, a sabiendas de que tengo los ojos de la mitad de los alumnos sobre mí.

—¿Acaso nunca vieron a un tipo embarazado? —les gruño, metiendo las manos en los bolsillos de mi sudadera. Aún no termina el invierno y es una mierda.

Suspiro y soplo mi flequillo mientras veo mi reflejo en la ventana del aula. No puedo concentrarme en la clase, no sabiendo que BaekHyun me está esperando afuera. Desde que se enteró de lo del bebé —al menos, después de que se despertó ya que se desmayó en cuanto le dije que era el padre—, no ha parado de perseguirme para hablar. Y yo no quiero hablar. No quiero tener absolutamente nada que ver con él, pero de todos modos sé que estoy siendo un bastardo egoísta porque somos dos en este barco, ya que el bebé es de ambos. Solo que quien lo lleva en el vientre soy yo. Y es complicado. Ni yo estoy seguro de cuál exactamente es mi problema, o al menos el más grave de todos.

Sinceramente, me estoy volviendo loco. La idea de tener un bebé es hermosa, pero no en este momento. Aún me queda todo un año de cursada para terminar mi carrera. Dios. Quiero graduarme, quiero conseguir un trabajo, quiero, quiero, quiero. No necesito un bebé en el medio. De verdad. Pero la mera idea de desprenderme de él se siente como si me estuvieran arrancando prácticamente el alma, así que está descartada.

Niego para apartar eso de mi mente. Muerdo el lápiz hasta que algunos pedacitos de madera quedan en mi boca, y los quito. Luego, encuentro mi libreta y la abro en una hoja sin usar, comenzando a anotar algunas cosas que vienen a mi mente en ese momento en una lista. Son cosas que voy a tener que ir pensando para el futuro.

− Lugar para vivir (¡no permiten bebés en los cuartos de la uni!)

− Conseguir trabajo para cubrir gastos (ma y pa descartados)

− Cosas para el bebé

− No morir en el intento de ser padre

− Qué pasó exactamente esa noche?!!!

− Baekhyun ?????!??!?!

Dios. Esto es imposible. No se suponía que BaekHyun y yo... Mierda. ¡BaekHyun! ¿Es eso siquiera posible? ¿Cómo es que él accedió a tener sexo conmigo, o yo con él? Es... argh. Soy frustrante. Iría al pasado solo para golpearme por ser tan estúpido, por beber, por estar en celo (incluso aunque eso no tenga que ver del todo conmigo). De todo el mundo y las personas existentes en este planeta, ¿por qué demonios tenía que ser con él?

A ver, no estoy negando que Byun sea malditamente caliente, porque sí, lo es... pero... es complicado. Aún tengo muchos sentimientos encontrados con él... así como un poco de resentimiento. Puede que sea infantil, pero está ahí todo ese odio desde hace mucho tiempo, y no se va tan fácil. Yo debía ser un Alfa como él, y en cambio me tocó esto: ser una decepción para mi familia. Ser Omega. Llevar un bebé que es fruto de un gran error con la persona que menos quería relacionarme en el universo, lo cual es lo que menos necesito ahora mismo.

Y volvemos al mismo punto.

¿Qué voy a hacer con BaekHyun? Él también es el papá del bebé. Y yo no soy un hijo de puta como para prohibirle que lo vea. ¿Entonces?

El timbre que anuncia el fin de la hora suena y yo me hundo en el asiento mientras todos se van. ¿Ya pasaron las dos horas? ¿En qué momento? ¡No es posible!

Hundo el rostro entre mis manos y luego me golpeo la frente contra la mesa muchas veces. No puede ser. Tengo que hablar con BaekHyun, sé que ya no puedo posponer esta conversación, pero no quiero. Me niego a pensar ahora mismo en el futuro, porque eso lo implica a él, lo quiera o no. Un futuro con un bebé, maldita sea, ¡un bebé! ¡Una vida! ¡Un ser completamente dependiente de mí, que está viviendo y latiendo ahora mismo dentro mío!

Tengo miedo. Siento las lágrimas comenzar a bajar por mis mejillas y dejo que fluyan todas. Estoy llorando, soy débil, sí. No me gusta llorar, pero me siento muy frustrado y no sé qué hacer, y... Dios. Necesito hablar con JongDae, pero también lo he estado evitando y tratando mal, ¡a mi mejor amigo! Pero es que es un Alfa y sus feromonas no me dejan pensar correctamente.

Definitivamente doy asco. No puedo contenerme, suelto todo. Estoy enojado con todo y todos. Odio esto.

—Deja de llorar.

Cuando escucho la voz de BaekHyun, lloro más fuerte. No quiero que esté cerca mío. No quiero hablar con él. Por favor, que se vaya. Mi orgullo ya no soporta esto.

—Le hará mal al bebé.

Ruedo los ojos y froto mis antebrazos contra mis mejillas, intentando tranquilizarme. No quiero que vea mi rostro, así que me quedo echado sobre el pupitre mientras trato de calmarme y respirar por la nariz otra vez.

—¿Vamos a hablar, o no?

—¿Qué es lo que quieres de mí? —pregunto.

Hay silencio. Hace que me remueva incómodo y que quiera desaparecer. Siento retortijones en el estómago y creo que voy a vomitar.

—En vistas de que tienes a mi hijo en tu vientre, segundo, que vives en un cuarto de la Universidad donde los bebés no están permitidos bajo ningún punto de vista, tercero, que yo no puedo quedarme calmado si no te tengo a simple vista para saber si estás bien y cuarto, que yo tengo un departamento cerca de aquí donde hay espacio para dos personas más, creo que los dos sabemos qué va a pasar.

Me levanto abruptamente de la mesa y lo miro, retrocediendo en el asiento lejos suyo.

—No iré a vivir contigo.

Él me mira sin expresión alguna.

—Claro que lo harás.

—No lo haré.

BaekHyun me toma de la muñeca y me atrae hacia él. Su rostro está más que serio y muy cerca mío. Su cabello castaño anaranjado cae sobre su frente y de algún modo le dan un aspecto tenebroso a su palidez.

Por un momento, pienso que utilizará su voz Alfa conmigo, pero no es exactamente lo que sucede.

—Vendrás a vivir conmigo, así sea que tenga que atarte a una silla con cinta, mantenerte medio dormido durante todos los días y alimentarte mediante intravenosa.

Vaya. Entonces es medio psicópata. ¿Quién lo hubiera dicho?

En realidad sé que ese es su lado Alfa hablando por él, ya que si por algo se identifica BaekHyun es por ser una persona extremadamente racional. Sé que él nunca se dejaría llevar por un impulso así. Aún así...

—Esa es una forma muy hostil de anunciar que prácticamente vas a secuestrarme si no te obedezco.

Él parece reaccionar y suaviza un poco su expresión. Afloja el agarre en mi muñeca y la gira para ver la marca roja que ha dejado. Tampoco me ha dolido, solo que cortó un poco la circulación. Suspira y la acaricia para que se disipe el color rojo. Yo me quedo sin aliento. No esperaba eso.

—Ven a vivir conmigo —dice, su tono es mucho más amable que antes—. Será más fácil para los dos. Te lo estoy pidiendo porque no quiero que hagas esto solo. Además, tampoco es como si pudiera controlar mis instintos. Tienes a nuestro hijo en tu vientre y eso despierta cosas en mí que jamás he experimentado. Estoy seguro de que cosas extrañas también te suceden a ti con respecto al bebé. Así que debemos pasar por esto juntos. —Suelta mi muñeca y me mira a los ojos—. Lo resolveremos, SeHun... Así que por favor ven conmigo.

Sé que no hay forma de que pueda negarme después de esto. Es algo que necesito... que él cuide de mí. Es así como funciona nuestra naturaleza. Y sé que BaekHyun necesita hacerlo: proveer, cuidar. Es más poderoso que nosotros, está en nuestro instinto. Un Omega necesita de su Alfa... aunque BaekHyun en realidad no sea mío.

—Está bien, pero solo con una condición —advierto, antes de que él pueda expresar su felicidad—. Sin marcas.

Su rostro se vuelve serio, y hasta parece herido.

—Lo sé, SeHun. Sé lo mucho que odiarías que yo te marcase.

No es por eso, pero tampoco tengo la necesidad de aclararlo.

Yo solo dejaré que me marque la persona de la que esté enamorado y con quien quiera pasar toda mi vida. BaekHyun no me quiere de ese modo, así que, ¿por qué dejaría que él me marcara? Sería una maldición muy pesada para los dos.

—Si te ves tan herido me haces creer que en realidad sí querías marcarme —digo para molestarlo.

Él se levanta y gira al mismo tiempo en que responde, así que no puedo ver su cara.

—No, no en realidad.

Antes de que pueda marcharse, lo tomo de la mano. Él voltea a observarme con una mueca que no puedo descifrar en el rostro.

—¿Cuándo puedo mudarme contigo?

*

Después de que ChanYeol hiciera el escándalo de su vida porque no me quería dejar ir de la habitación, nos subimos dos días después al coche de BaekHyun y vamos hacia su departamento con mi maleta llena en el baúl. Es extraño compartir espacio vital con él, pero sé que será para bien, o al menos eso espero.

Cuando llegamos al destino, bajamos del coche y subimos por el ascensor. BaekHyun vive en un quinto piso, es un edificio moderno y sin vecinos a la vista. El barrio en sí es bonito. Y más el interior de su departamento.

—Deja de mirar todo como si quisieras encontrar alguna cucaracha u hongos en las paredes. Es un lugar limpio.

Me sobresalto al escuchar su tono. No es eso lo que estaba haciendo, sino apreciando las decoraciones modernas, todas en tonos grises claros y blanco.

—Solo estaba inspeccionando —me defiendo, dejando que él tome la maleta que yo firmemente me había negado a que cargara. Solo que no sé dónde debo dejarla.

—Bien. No inspecciones más. Te llevaré a tu habitación.

Pero qué humor, señor.

Camino detrás de él a través de un corto pasillo, mientras observo sus hombros anchos ataviados con una camiseta azul francia. La puerta del fondo es su cuarto, no hay necesidad de que me lo aclare porque recuerdo perfectamente esa mañana en la que luego de que le hice una mamada él me mandó prácticamente a la mierda.

—Este es tu cuarto —señala la puerta justo en diagonal a la del final.

Está pintada de blanco, la puerta, el marco, el interior. Y no hay nada más que una cama, un escritorio y una ventana. Oh, y hay un armario. Es linda.

Yo asiento y entro mientras lo veo dejar la maleta sobre la cama. Él ocupa todo el espacio con su presencia, incluso aunque es un buen par de centímetros más bajo que yo. Se ve seguro. No imponente, pero sí muy confiado.

—¿Cuánto tengo que pagar por mes? —pregunto mientras miro afuera de la ventana. Hay una calle, por la misma que vinimos en su coche. No circula mucha gente. Y llueve apenas.

—No tienes que pagarme. Ahora vives conmigo.

—Pero...

—Tengo dinero, SeHun. Guarda el tuyo. Soy yo quien cuidará de ustedes de aquí en más.

Un escalofrío recorre mi espina dorsal y hace que mi piel se ponga de gallina. Mi parte Omega se ha deleitado ante sus palabras, la forma en que dijo ustedes, pero mi parte racional no quiere saber nada de eso.

Es una batalla interna en la que llevo todas las de perder.

—Encontraré una forma de pagarte.

—Está bien, pero no con un trabajo. Concéntrate en tus estudios y en aprobar todo hasta que ya no puedas ir a clases por el bebé. Te servirá para cuando te vuelvas a reincorporar, poder aprobar todo lo que te quede pendiente.

—Gracias —murmuro tímidamente. Él sí que ha tenido en cuenta toda esta mierda de mis estudios.

Pero BaekHyun no responde nada, entonces me doy cuenta de que él ya se ha ido de la habitación.

Genial.

Miro mi calendario en el teléfono, solo quedan unos doscientos diez días juntos aproximadamente, hasta que nazca el bebé. Pero ahora mismo no quiero ver a futuro, así que con la mente en blanco, comienzo a desempacar todo para ponerme a gusto en mi nuevo lugar.

* * *

Nunca pensé que diría esto, pero extraño a ChanYeol. O bueno, su presencia en el cuarto.

Dormir solo en la habitación es un suplicio. A ver, sé que técnicamente no estoy solo aquí, porque el bebé está en mi vientre y además BaekHyun está en el otro cuarto, pero igual. Es solitario, porque no se escucha otra respiración que la mía. A veces me pongo la playlist de ChanYeol que tiene en mi cuenta de Spotify solo para poder pensar que él está ahí, estudiando en una esquina del cuarto, o tocando su guitarra electroacústica con los auriculares puestos.

Giro en la cama y me muerdo el labio. ¿Así van a ser todos los meses que quedan? Literalmente falta más de medio año.

Y este último mes, ha sido uno de locos.

Voy a contarles lo que pasó, o al menos lo más importante de este último tiempo. Podríamos empezar con el hecho de que no es tan mierda vivir con BaekHyun, pero sí es una mierda las cosas que estoy sintiendo por él debido a lo que hace por mí. Aunque no todo es bueno, eso es verdad, porque ¡huye de mí como si yo tuviera lepra! Literalmente no se atreve a tocarme, pero de todos modos está siempre rondando cerca mío y protegiéndome de los demás.

No debería gustarme. Esto no tiene un buen final. Solo es mi lado Omega haciendo cosas conmigo que no debería. Pero joder, me encanta. Saber que él está ahí para tomar mi espalda si caigo hacia atrás es una maldita bendición.

—Estás jodido —afirmó JongDae justo en mi cara.

Nos habíamos juntado a estudiar una semana atrás, después de haber aclarado todo lo que pasaba entre él y yo. Le pedí que tomara un supresor de feromonas para poder estar tranquilo a su alrededor, y él lo tomó con muchas sospechas. Al final le conté que estaba embarazado, y que BaekHyun era el papá del bebé... sí, BaekHyun, quien estaba sentado "estudiando" en la otra punta de la biblioteca, con un ojo encima mío y otro en sus libros. Como dije, él me estuvo sobreprotegiendo todos los días, siguiéndome ahí a donde yo fuera excepto cuando tenía que ir a sus propias clases.

—Dios, míralo, SeHun. Está ahí como tu perro guardián o algo así. Va a ser inevitable que te enamores. Porque eres un Omega y él es el Alfa papá de tu bebé.

—Me niego a enamorarme de él solo por eso —gruñí entre dientes, volviendo la mirada a su libro al notar la de BaekHyun sobre mí—. Él no me toca siquiera. ¿Cómo podría enamorarme? Que sea un Omega no me hace un iluso ni un estúpido.

—Comenzarás a tomarte todos sus gestos como formas de amor hacia ti.

—No lo haré.

—Que sí. Un Omega sin Alfa y un Alfa sin Omega son la peor combinación para vivir juntos, más si estás embarazado de él. Yo solo te estoy advirtiendo.

Le saqué el dedo del medio.

—Como siempre, dando consejos de mierda.

JongDae me miró, la preocupación bañando sus facciones.

—No es un consejo de mierda —dijo tomando mi mano. Si JongDae me gustara y él de mí, él podría ser un padre perfecto para el bebé. Cualquier Alfa sería un padre potencial. Pero ninguno era el verdadero, ninguno era BaekHyun, quien se había tensado ante nuestro contacto y se había levantado disimuladamente de la mesa, acercándose a nosotros con un libro en mano, haciendo que yo dejara de respirar—. Realmente estoy preocupado por ti, SeHun. Ustedes prácticamente se odiaban antes de que pasara todo esto, y realmente me concierne el tema.

—Él no me quiere de esa forma —susurré un tanto dolido, sabiendo que era cierto.

—Da igual, esto va más allá de lo racional. Siento que pasarán cosas que tú no quieres en el fondo que sucedan.

¿Y qué si tal vez yo sí lo quería?

Antes de que pudiera responder, sentí la mano de BaekHyun en mi hombro. JongDae de inmediato me soltó y se le quedó mirando.

—Vamos a casa, SeHun —dijo BaekHyun, su voz arrulladora y dulce.

Yo solo obedecí, y cuando me despedí de JongDae —quien tuvo una estúpida guerra Alfa de miradas con BaekHyun— no fui capaz de mirarlo a los ojos. No pude porque sabía que su preocupación era sincera y que no había ni una mentira en sus palabras. Tenía miedo en ese momento y lo sigo teniendo ahora, ¿saben por qué?

Porque hoy me dijeron algo que hizo que mi parte Omega se quebrara en mil pedazos.

Para empezar, BaekHyun no llegó a tiempo para salvar mi trasero, si vamos a ser sinceros, porque él no estaba conmigo ahí y me da mi tiempo cuando debo hacer cosas personales. Me cuida, pero no es mi escolta personal... digamos.

Así que, antes siquiera de poder darme cuenta, varios Omegas me habían acorralado en los baños y comenzaron a olfatearme y a mirarme como si fuera mala hierba.

"No tienes marca y estás embarazado. ¿Qué está mal contigo? Eres una vergüenza de Omega".

Sé que no debería haberme afectado, pero lo hizo. Y también, sé que me merecía que me lo dijeran. ¿Por qué? Es fácil: durante toda mi vida no he sido más que cruel con las personas que no me agradaban. Odié siempre que las personas me miraran y me juzgaran por las razones que sean, así que siempre ha sido la única manera que encontré de defenderme. No culpo a esos Omegas por haberme dicho eso, porque los entiendo, y en el fondo siento lo mismo.

Sé que soy una vergüenza de Omega.

Desde la forma en que me comporto hasta las cosas que odio hacer, soy consciente de que nunca he encajado exactamente en el molde rol ejemplar de un Omega. Esas cosas han quedado atrás hace tiempo, es decir, es el siglo veintiuno, pero de todos modos esas creencias siguen aún presentes en la sociedad y seguirán así hasta que las generaciones de nuestros padres se mueran. Lo sé. Ellos te juzgan y le transmiten eso a sus hijos: el molde. Uno en el que no encajo ni encajaré nunca, ya que no quepo ni en el de Alfa ni en el de Omega. Es decir, mis padres podrían haberse quizás conformado conmigo si yo llegaba a ser un Omega ejemplar, pero no pude ni podré ser ni siquiera eso.

Me imagino a esas personas recitando las creencias de su molde. El Omega debe ser pequeño y sumiso, el Omega debe obedecer todo lo que los Alfas le digan, el Omega debe quedarse callado y no replicar, el Omega debe hacer las tareas domésticas y dejar que su Alfa lo cuide. El Omega esto, el Omega lo otro. Se ha perdido ese pensamiento cerrado con el tiempo, pero aún está presente en la memoria, y nuestros instintos aún desean que nosotros, los Omegas, seamos de esa forma. Y eso me persigue.

¿Por qué sé que no debo avergonzarme de no llevar una marca de un Alfa, pero mi lado Omega la necesita terriblemente? Puede que esté malinterpretando las señales. Como dije antes, mi lado Omega no siente. Quizás solo quiere estar protegido, y no es porque necesite exhibir delante de otros la marca. Quizás tener la marca solo hará que me sienta seguro, al menos yo y el bebé. Pero es extraño porque es como si estuviera dividido en dos.

Es confuso como la mierda, sí. Ni yo consigo descifrar todo lo que pasa por mi mente.

Y de todos modos, aunque yo realmente quisiera que BaekHyun me marcara, él ya me ha dejado claro antes que no quiere hacerlo, así como yo puse la condición de que no podía marcarme, ni temporal ni definitivamente. Sería loco si cambiara de parecer con tan solo un mes de convivencia, porque siento que ya no puedo confiar en mi juicio. Y que él no quiera, por otro lado, marcarme, es un alivio, ya que que aplaca un poco las necesidades provenientes de mi instinto de Omega. Sabe que este Alfa siente rechazo por mí, y eso hace que desee menos una marca suya. Y yo definitivamente no quiero que el bebé nos una de otra forma más que por el hecho de que ambos somos padres del niño.

Sin marcas, sin sentimientos, sin ataduras.

Pero esa distancia entre nosotros implica muchas cosas, que aunque ahora mismo no quiera pensar en ellas, vienen a mi mente igual.

Si no es con BaekHyun, ¿quién querría estar con un Omega embarazado? Porque JongIn ya me ha dicho que deberíamos tomarnos un tiempo, incluso aunque ni siquiera hayamos estado saliendo oficialmente. Él dijo que pueden oler en mí la esencia de BaekHyun, y sé que es verdad porque todos me lo han dicho. JongIn no puede soportar eso y, hasta que al menos termine la última etapa del embarazo, probablemente me suceda lo mismo con cualquier Alfa. Y sé que es culpa única y exclusiva del bebé el hecho de que yo huela a BaekHyun, ya que después de todo yo no llevo la marca del Alfa y tampoco nos tocamos nunca. Y eso lleva, en conclusión, a que me voy a morir bien solo.

Realmente odio llorar. Lo odio con mi alma. No me gusta sentirme débil. Pero tengo miedos, inseguridades, y las lágrimas se escapan solas. El tema de ser una vergüenza de Omega realmente me pegó en el orgullo. No es como si yo hubiera elegido ser Omega, pero estoy intentando sentirme bien con lo que soy, ahora mucho más que debo llevar a un bebé en mi pequeña barriguita abultada. Y duele como la mierda saber que nadie puede sentirse orgulloso de mí por estar haciéndolo bien o al menos intentándolo, por estar aprobando las materias incluso sin dormir muy bien, por estar soportando el trato frío de BaekHyun y por sentir todas estas emociones contradictorias dentro mío por su culpa. Pero no. Nadie me quiere ni me dice que lo estoy haciendo bien. Todos me miran como si fuera un bicho raro. Sé que me lo gané en parte, y que el karma es una mierda, pero me duele mucho. Muchísimo. Quiero que alguien me quiera, que cuide de mí, y por eso quizás me contento con las miguitas de protección que día a día BaekHyun me da, incluso aunque él no lo haga porque quiere sino que para satisfacer su lado Alfa.

La verdad es que estoy muy solo. Y temo que siempre sea así. ¿Acaso no me merezco el amor de nadie?

Antes de siquiera saber qué está pasando, BaekHyun está conmigo en mi cama y me encuentro hundiendo mi rostro en su pecho y a él susurrándome que todo está bien.

Sé que ahora que estamos compartiendo espacio, ya no estoy tan solitario en este cuarto blanco, al que no le he puesto nada mío personal por miedo a encariñarme con él, porque no quiero apegarme a este sitio y luego tener que marcharme de nuevo. Es una de mis peores inseguridades. No deseo sentir apego a nada de aquí, ni siquiera a BaekHyun, porque sino será muy difícil marcharme después.

Pero sé que estoy perdiendo lentamente esa batalla en contra de mis verdaderos sentimientos, en este instante en que sus manos delgadas acarician mi cabello y mi espalda. Duele, y me hace sentir muy solo a pesar de que está aquí conmigo porque, una vez más, BaekHyun no está haciendo esto por las razones que a mí me gustarían. Él no siente nada por mí, y yo no quiero sentir nada por él y agradezco que las cosas sean así. Creo. Pero, muy adentro mío, una voz grita que ojalá todo esto fuera diferente y nosotros estuviéramos atravesando esto realmente juntos.

Como una pareja.

Solo que eso, justamente con Byun BaekHyun, es el sueño más imposible que alguna vez voy a tener, y es todo mi culpa. Así que solo cierro los ojos y prefiero soñar.

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