- Keito, debes hacer amigos de tu edad, no puedes estar todo el día con los videojuegos

- Pero mamá, ya soy amigo de Felix, además hacer amigos es muy difícil, siempre que lo intento se alejan de mi

- Es que siempre tienes esa cara de desinteresado tuya, te ven y parece como si los odiaras

- No es eso, es que no hay nada que me interese

- ¿Y que paso con Felix? El sale a jugar, esta de aquí a allá todo el tiempo...

- Lo se, pero no le caigo bien a sus amigos

- ¿Porque sera?

- Ni idea, creo que iré a jugar Mortal Kombat

- Claro que no

Me agarra de remera como si fuera un gatito y me deja afuera

- ¡Que haces!

- Ve a jugar a fuera, no te abriré antes de las 6, te quiero chau

Y sin esperar mis quejas cerro aquella puerta. Tan solo me fui quejando en el camino.

- Tienes cara de desinteresado ñeñe - Decía burlandome de mi madre

- ¡Le dijimos a tu hermano que no pasaran por aquí, es nuestro territorio!

De un momento a otro unos gritos me obligaron a mirar hacia la esquina de aquella cuadra. Dos chicos mayores estaban peleando con un chico que aunque era un poco más bajo que yo, parecía tener mi edad.

- ¡Pero que culpa tengo yo, no soy mi hermano!

- Que mierda me importa, siempre andan juntos, así que si no te dijo es su culpa

De la nada uno de ellos lo patea atrás de la rodilla provocando que se callera y quedara con las rodillas y manos en el suelo

Lo que veía me daba tanta bronca, quería ir y defenderlo, pero... tenia miedo.

- ¡Te castigaremos por desobedesernos mocoso!

Su compañero prepara su pie y lo lanza hacia el chico con fuerza para pegarle en la panza. Pero no fue su panza lo que golpeo... Fue la mia.

Por un momento había olvidado el miedo y me interpuse. Retrocedí por el dolor y por causa de la posición del chico de mi edad provoco que callera al suelo de cabeza.

- Aaah  - Aquel golpe había sido fuerte

- ¿¡Para que te cruzas mocoso!?

- Chico, chico ¿Estas bien? - Aquel niño me miraba preocupado

Jamás me habían visto con esa cara, en su mirada se encontraba el miedo y las ganas de llorar, pero... vi algo más. Cuando lo veía sentía que tenia que protegerlo... Sentía interés por su mirada, su cara, por su existencia, por él. Mi corazón latía fuerte en mi pecho.

- Como sea niño, vete de una vez, no te metas

- ¡Por favor dejenos en paz! - Dijo aquel chico

- Jaja, obvio que no, debemos castigarte

- Dejenlo

- Callate tu no te metas y ve a llorar con tu mami - Dijo uno de ellos

- ¿Como crees que nos divertiremos con él?

- Debe ser de una forma tan dolorosa que hasta a su hermano le de miedo meterse con nosotros

- Esa es buena idea

- No me ignoren - Dije molesto

- Agh te dije que te calles mocoso

Me pare con dificultad por aquel dolor intenso que me había dejado aquella fuerte patada.

- ¡Niño! - Dijo aquel que tenia al lado

- Cuando un dios habla... ¡ATIENDE!

No se porque dije esa frase de Raiden de Mortal Kombat, pero tome valor y fui a encararles de frente. Sabiendo que jamás había peleado, el resultado fue obvio.

En ese piso frio, mientras era pisoteado, y aquel chico intentaba separarlos de mi sin lograr nada, fui sintiendo como todo empezaba a dar vueltas y mi vista se volvía cada vez más borrosa.

Cerré mis ojos, el dolor era tremendo, y sus gritos no paraban. Hasta que los gritos ya no vinieron de aquel chico, sino de los dos abusones que me atacaban. Cayó uno y después otro. Al parecer un chico más grande les estaba dando su merecido. Me relaje por un segundo, hasta que vi al mismo chico llevarse a rastras al menor, mientras que este lloraba eh intentaba zafarse extendiendo sus brazos hacia mi dirección.

Con mis ultimas fuerzas logre levantar mi brazo hacia su dirección, pero eso no sirvió de nada.

(...)

- Keito, Keito, oye Keito despierta

Alguien estaba tocando mi hombro con la intención de que despertara.

- ¿Eh?¿Felix?

- ¡Vaya amigo eres genial!¡Derrotaste a dos brabucones! - Dijo emocionado viendo a los dos mayores aun desmayados en el piso

- No fui... ay ay ay - El dolor de sus golpes era horrible

- Vaya, pero también te dejaron mal herido - Me ayuda a pararme

- Vámonos de aquí antes que despierten - Dije aun con algo de miedo

Fuimos a una plaza cercana donde pude mojarme las heridas con el agua de los regadores, mientras le contaba lo sucedido.

- Oh, yo pense que tu los habías vencido para proteger a alguien y se te acabo el poder y te desmayaste - Ya estaba delirando creyendo que yo era el héroe que aparecía en su programa de televisión favorito

- Hubiese querido que fuera así - Dije algo enojado

- ¿Esta todo bien?

- Si, no es nada

- Vamos dimelo, si me ocultas un secreto me enojare contigo

- Tsh, no es nada solo que quisiera haber podido hacer algo, me sentí tan inservible - Dije apretando mis puños

- Ya veo, sabes yo quiero ser un futbolista profesional ese siempre fue mi sueño

- ¿Y eso que? ¿Para que quieres saber lo que me pasa si vas a empezar a hablar de ti? - Dije algo molesto

- Ser fuerte para poder proteger a los demás es tu sueño ¿No?

La verdad era que no deseaba proteger a cualquiera, desde que lo vi, algo en mi solo quiere proteger a aquel chico. Si era raro, lo conocí hoy y no puedo dejar de pensarlo.

- Es probable, pe... pero ¿A donde quieres llegar?

- Mi sueño es ser futbolista profesional... Y si quiero cumplirlo no me puedo rendir, al menos eso es lo que siento en mi corazón ¿Entiendes?

De pronto, su cara vino instantáneamente a mi, y mi corazón volvió a latir de la misma forma que cuando lo vi.

Desde ese momento cada vez que recordaba su cara mi corazón parecía que saldría de mi pecho.

Meses después fui obligado a empacar aunque no quería irme de allí. El trabajo de mi papa nos obligaba a tener que mudarnos varias veces para que él lo pudiera sostener y nosotros tengamos para comer.

Pasaron días, meses, años y ya estaba en la edad de entrar a la universidad, debía elegir una carrera, en mi ciudad habían buenas opciones, pero la verdad era que nada me importaba más que volver a mi ciudad natal.

Irresponsablemente para mi futuro, pregunte a donde iba a empezar Felix la universidad, y tan solo me uni a esa. Pensaba que al estudiar en esa ciudad capaz tendría la suerte de volverlo a ver.

Y así fue, empeze en esa universidad. Después de todo arquitectura no me fascinaba mucho, pero como siempre fui buen estudiante, eso no seria nada difícil. Y mi plan funcionó el doble de bien cuando me entere que aquel chico seguía mi misma carrera.

Nunca supe si fue un milagro o algo más, pero cuando lo vi lo reconocí. No importaba si habían pasado ya más  de 7 años, mi corazón latia fuertemente cuando lo veía.

No se si me recuerde, no se si tenga oportunidad, no se si hay un lugar en su vida para mi, pero no me pienso rendir... haré lo que sea para cumplir mi sueño... es lo que mi corazón me dice... es lo que deseo.