Capítulo 6.5: Weyden Street
Capítulo de regalo porque mañana es mi cumpleaños.
¡Disfrutadlo, patitos!
— ¡Despierta ya, hostia!
Me gustaría decir que me despierto de forma inmediata y cómica como en las películas a causa del berreo. Pero siento mi cuerpo moverse con pesadez mientras me incorporo. La voz de Erza se escucha lejana a pesar de estar a medio metro de distancia.
— ... creer que hagas esto... —escucho mientras estoy viviendo una experiencia extrasensorial, también conocida como la resaca de las pastillas con morfina. —... cualquier cosa. — Veo a Erza hablar entre ondas acelerando y frenando segura de que es cosa mía. — ¿... han sido? ¡Jude! ¡¿Has bebido?! No llega a ser por Casian y...
En cuanto ese nombre abandona sus labios siento como un cubo metafórico de recuerdos me cae encima.
— ¿Qué? —Inquiero alerta.
— Que te podrían haberte hecho cualquier...
— No. Rebobina — La interrumpo llevándome las manos a la cabeza y forzando a mi cuerpo para mantener los ojos abiertos y enfocados. —. Antes de eso.
Erza frunce el ceño como cada vez que no comprende algo y prosigo.
— ¿Qué has dicho de Casian?
Ese hijo de la gran puta.
— Que me ha llamado diciendo que pasaba por aquí para ir a no sé dónde y te ha visto durmiendo a través del cristal.
Siento mi boca desencajarse.
— Pero, ¿qué coño me estás contando, Erz?
Erza se sienta junto a mi en el sillón y posa una mano sobre mi hombro. Me aparto un poco mientras intento recordar.
— Jude, sé que últimamente todo está siendo muy difícil para ti, sabes que solo me preocupo. No quiero que... —Traga en seco.
Está bien. Eso me acaba de sentar fatal. Como un puñetazo en la cara. Como un puñetazo que llevaba los dedos repletos de anillos gruesos y pesados. Me siento como si The Rock me acabara de partir la cara con su enorme mano repleta de anillos con cara de caballo.
Respiro hondo para no soltar algo de lo que me pueda arrepentir.
— Erza. :Pronuncio su nombre con calma. —¿De qué exactamente conoces a ese Casian?
Erza deja caer la mano de mi hombro y me mira con seriedad.
— Joder ¿Me escuchas cuando hablo? —Inquiere cruzándose de brazos.
— Sí. ¿Y tú? ¿Te escuchas cuando hablas? —Pregunto con el cabreo en aumento. —Estás evadiendo mi pregunta ¿De qué conoces a ese tío?
Se lo piensa por un momento.
— Pues no sé. Es amigo de éstos. No he hablado mucho con él, pero, parece buen tío. —sus ojos marrones varios tonos más claros que los míos me observan similares a los de un cervatillo. Tiene las putas pestañas kilométricas, pienso. —. Jude.
Que recalque tanto mi nombre, en parte es para afirmarse a sí misma que esto es real. Que ahora esta es nuestra vida. Que ella ya no es Amanda ni yo Danielle.
— ¿A qué vienen tantas preguntas sobre Casian? —Pregunta mientras una sonrisa se extiende por su diabólico rostro.
—No empieces a hinflarme los ovarios ¿quieres? —Bufo tumbandome boca arriba en el sillón.
Erza alza ambas manos a modo de rendición, para después dar una palmada sobre mi rodilla y ponerse en pie.
— ¿Tailandés? —Pregunta refiriéndose a la cena.
Me encojo de hombros y después de recoger y apagar todo salimos del estudio.
🕷🕷🕷
Tras la cena, Erza propone que veamos una serie juntas en el comedor para no perder la costumbre y pasar tiempo juntas. Chloe votó por Los Bridgerton. A medida que el capítulo avanza, ambas se quedan dormidas. Cuando finalmente acaba son las doce y media de la madrugada.
Erza tiene la cabeza echada hacia atrás contra el respaldo del sillón, y Chloe ronca levemente con la cabeza sobre el regazo de la rubia. Para ser honesta no he prestado mucha atención a los capítulos. En mi mente no paraban de repetirse fugaces recuerdos sobre lo ocurrido en el día.
Con que Casian me encontró dormida en el trabajo y como buen samaritano tuvo que informar a mi mejor amiga.
Y una mierda.
Que alguien le diga eso a mi cabeza que sigue dando vueltas como si me hubiera acabado una botella de vodka yo solita. Cosa que ya no hago.
— ¿De dónde diablos ha salido este tío? —me cuestiono en un susurro poniéndome en pie.
Horas atrás sopesé la posibilidad de contarles a las chicas lo que realmente ocurrió. Pero ¿Cómo cuentas algo que ni tú misma sabes si ha sido real? Quiero decir, últimamente tengo ese impulso por creer que la gente no es tan... Dios. La gente es gilipollas. Y yo más aún.
Suspiro confundida y cansada. Me pongo en pie y cruzo el estrecho espacio entre la mesita de cristal y la televisión para llegar a la terraza.
Me escabullo en esta con cuidado asegurándome de no cerrar del todo. Chloe ya se quedó una vez atrapada ahí.
Alzo la mirada al cielo y me apoyo en la barandilla con los codos. Podríamos haber denunciado a los capullos de la otra noche, o eso es lo que no deja de repetir Chloe. Pero ella vive en su mundo y yo no creo que esos tíos sigan ni en la ciudad, o en el... mundo.
El cielo estrellado me transmite calma mientras algún que otro coche pasa por la calle. Ha llovido hasta hace un rato, y el olor del asfalto mojado, el cielo nocturno ligeramente grisáceo por las nubes que se expanden por él, y mi cigarro me devuelven a ese estado de paz momentáneo.
El Otoño siempre será mi estación favorita.
Esta última semana ha sido una locura. Entre el juego incierto de Shanne, la posibilidad de que Alexander esté cerca, las pesadillas sobre el mismo y que hayan entrado unos locos a casa... Estoy paranoica.
Una vez más mi mente disocia viajando a otro momento de mi vida. A ese segundo encuentro. E incluso el aire parece colaborar con mi mala suerte para darle ambiente.
《Me habría gustado decir que no lo hice pero su mirada y toda su esencia eran como una droga. Algo dentro de mí me suplicaba obedecerlo y a pesar de considerarme un alma indomable deseaba con todas mis fuerzas seguirlo.
Alexander comenzó a avanzar hacia la salida mientras yo me debatía en una lucha interna entre el orgullo y la curiosidad. Dediqué una última mirada hacia atrás y finalmente suspiré resignada.
Tampoco es que tuviese mucho que perder. La vida en todo caso, pero con el poco aprecio que le tengo a la mía...
Lo seguí sin volver a mirar atrás. Nadie parecía echarme de menos y mi lado curioso era mucho más fuerte.
¿La curiosidad mató al gato? Con un poco de suerte seguiría teniendo alguna vida de reserva.
En cuanto el aire frío y húmedo del exterior me refrescó el rostro pude distinguir la figura de Alexander sobre un reluciente y claramente lujoso Jaguar. En medio de la pasada reciente lluvia parecía brillar como un rubí.
—¿Crees que me voy a subir ahí? —Pregunté con una carcajada. —Estás muy loco.
— ¿Te doy miedo? —No sonreía y eso sí que me acojonó.
— Asco, más bien.
—Te doy miedo, iubire -afirmó cruzándose de brazos. Y me estremecí ante el apodo—Sabía que eras una cagada.
— Creéme que estoy curada de espanto. —bufé sin gracia, aunque sonó más bien como una tos.
— Bien. —Chasqueó la lengua pulsando el mando del coche. Los faros se encendieron y él abrió la puerta. —. Demuéstralo.
Dios, te pido que sea una muerte rápida.》
Sacudo la cabeza para despejarme. Un gato negro atraviesa la calle de un extremo a otro corriendo.
Genial, la ansiedad frente a la anticipación ha empeorado y un extraño me ha drogado seguramente con mis propias pastillas. Como si fuera lo más normal del mundo.
Me encojo dentro de la camiseta negra de manga corta por la brisa nocturna.
Rota. Esa es la palabra para definirme. Siempre lo ha sido. Pensaba que ya lo había asumido.
Por más que pasen los meses nada mejora. Me asfixio sólo con pensar en toda la gente a la que he arrastrado a esto.
Siento el impulso de llamar a mi madre, pero me detengo.
Entre el cambio de horario y que no quiere saber nada de mi... mejor no.
Vuelvo al interior al sentir la piel expuesta de mis brazos congelada.
El vago recuerdo de Casian inclinado sobre mí en el sillón del estudio no deja de aparecer en mi mente.
— ¿Quién mierda eres tú ahora?
Camino por el pasillo y entro a mi habitación cerrando la puerta detrás de mí.
Me siento en la cama con los codos apoyados en las rodillas y hundo mi cara entre las manos dejando escapar un suspiro.
— A ver ¿Cómo consigues información sobre alguien en pleno siglo veintiuno sabiendo solo su nombre? —Susurro pensativa.
Exacto. Redes sociales. Me siento sobre la cama con las piernas cruzadas y el portátil sobre ellas.
Inicio sesión en mi cuenta de instagram. No subo nunca nada con mi cara, obviamente, y el nombre de usuario no es más que el del estudio de tatuajes.
Al borrar todo rastro de nuestras anterior vida, desactivamos todas nuestras cuentas iniciales. No me he vuelto a crear otra hasta hace un par de meses porque me gusta hacer fotos a todo lo que veo y a nis trabajos. Un par de destacadas; una sobre paisajes o cosas, y otra con los trabajos.
Doy una palmada cuando la pantalla se llena de fotos.
Ignoro las de Chloe en la terraza de Prada tomando un café, y Erza en bikini. Ella sí sube fotos de su cara, pero teniendo en cuenta que solo tiene veinte seguidores y la cuenta privada no creo que sea un riesgo. Principalmente porque conoce a todos los que la siguen. Me dirijo al buscador.
Tecleo *Nsnws.ttj* Alias, Jhett Swenson.
Aparece el primero. Entro en el perfil y busco algún rastro se Casian, sin embargo, nada. Ni fotos, ni etiquetas...
Voy directa a sus seguidores y con un simple *Cas aparece el cuarto.
— Con que Casian Hayes. —Susurro concentrada. — Bonito apellido, cabronazo.
Coloco los mechones sueltos detrás de mis orejas y tecleo sobre el perfil.
Privado.
— Me cago en... — hinflo las mejillas con todo el aire que puedo y lo expulso con un ruidito indignada — Cómo no.
Por curiosidad busco a alguien más.
Shanne.
Con éste tengo algo más de suerte. Su cuenta es pública. Y mira por dónde, está transmitiendo en directo.
Me incorporo al directo y lo primero que veo es el rostro de Shanne desde abajo.
"Y así queridos fans es como se hace" Dice riendo y ahora enfocando a un grupo de tíos que beben sin limite de vasos rojos de plástico. "A mis chicas les encanta."
Shanne ríe y bromea, incluso parece un chico normal. Demasiado guapo. Pero normal.
Y es entonces cuando algo atrae mi atención. Una palabra impresa sobre su espalda en la camiseta, vista en el reflejo del espejo que tiene detrás.
Police.
No me puto jodas.
Casian sentado en uno de los sillones forrados de cuero marrón, con la misma camiseta. Está mirando algo sobre la mesa. Cartas. Deja una sobre la mesa, y algo parece llamarlo, porque deja caer la cabeza hacia adelante riendo. Me sorprendo sonriendo a mi vez. No es feo para nada. Entonces veo que se gira sobre sí mismo buscando algo.
Un pitido me indica que tengo un mensaje nuevo.
Me tiembla el estómago pensando que alguien... Alexander...
Pero no. Lo que me encuentro es lo último que me imaginaba.
*@Hayes.cass*
"Es de mala educación espiar"
-¿Cómo mierda...? -Empiezo
Otro mensaje.
*@Hayes.cass*
"Weyden Street. En media hora"
Instintivamente busco su mirada por encima de Shanne y ahí está. Mirando fijamente a la pantalla. Como si pudiera verme. No estaba buscando algo, estaba mirando el móvil.
🕷🕷🕷
Me siento patética a las cuatro de la mañana en una calle que apenas conozco esperando al tipo que horas atrás me ha drogado.
¿Qué mierda hago aquí? ¿ Y cómo sabía que era yo quien estaba espiando?
Definitivamente este tipo es sospechoso y sabe más de la cuenta.
La única solución que veo es acabar co...
— Que puntual, pequeña cotilla. —Una voz grave habla detrás de mí.
En cuanto me doy la vuelta me encuentro de frente a Casian. Tan alto e imponente como las pocas veces que lo he visto.
Tan cerca, en medio de la calle iluminada solamente por escasas farolas, por un momento temo haberme metido en otro berenjenal.
Quiero preguntarle... exigirle muchas cosas. Sin embargo me quedo en blanco observando como sus hombros lucen relajados y una sonrisa cruza su rostro de labios cerrados...
Lleva unos pantalones cortos azules y una sudadera gris con la capucha bajada. Tiene buenos gemelos, y pecho, y si se diera un poco la...
Sacudo la cabeza.
— ¿Qué mierda crees que haces? —Las palabras salen de mi boca antes de que pueda controlarme.
Los ojos verdes de Casian se iluminan con diversión. Me dan ganas de sacarme un zapato y arrearlo hasta desfigurar su perfecta cara.
— ¿Te han dicho que te pones sexy cuando dices groserías, Jude? —Noto un atisbo de acento que no consigo identificar. —Me dan ganas de follarte hasta que pongas esos preciosos ojos de víbora en blanco.
Mis preciosos ojos de víbora se abren tanto que estoy segura que en cualquier momento se van a caer.
— Pero... —Entrecierro los ojos. —¿Pero tu de que vas? —Inspiro con fuerza para no explotar. —. Mira capullo, no sé que pretendes, pero te estás...
Ignorándome completamente avanza un par de pasos sosteniéndome la mirada.
— Que mona. —Finge un puchero. —¿Intentas meterme caña?
— Si quisiera meterte caña me estarías besando el culo. —Le dedico una sonrisa de boca cerrada. —Deja de acercarte a mí, y no me hará falta hacerlo.
¿De verdad piensa que soy indefensa? Eso es un punto a mi favor y sonrio ampliamente.
— No eres mas que un idiota que piensa saber cosas. ¿De verdad pensabas que me iba a quedar de brazos cruzados después de drogarme, imécil? —Me rio en su cara.
Avanzo unos centímetros y me pongo de puntillas para que pueda verme con más claridad.
—No sabes donde te has metido... —Paso la mano por su cuello y giro su cara bruscamente para alcanzar su oído. —Si vuelvo a ver tu culo cerca de mí... —Pronuncio cada palabra con precisión. —Volverás a la alcantarilla de la que has salido y dejaré que esas ratas de Jayden Street te despedacen como la basura que eres. Eso, si no lo hago yo antes.
Al soltarlo de forma brusca, de la misma forma que lo he agarrado me mira con el ceño fruncido y la mandíbula apretada.
Ya no hay rastro de burla en su expresión.
— Eso es. —Sonrío triunfal mientras prosigo. —No eres el único que se ha estado informando.
N.A:
Esta vez no tengo nada que añadir. Creo que queda claro que Jude no necesita que la defiendan.
Pido perdón por adelantado por si se me ha escapado alguna falta ortográfica. Éste capítulo lo he escrito con el móvil y no es muy cómodo para mí.
Si habéis llegado hasta aquí me gustaría que dejarais vuestra opinión sobre el capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro