Capítulo 14:"El loco mueve su pieza"
En cuanto la fachada de la urbanización queda ante mí presencio un cuadro mental en el cual no recuerdo cómo ni de qué forma he conseguido llegar hasta aquí. En coche sería una buena respuesta, si recordase haberme subido a él, claro.
Divaga luego, por favor.
Empujo las puertas dobles de cristal sin ningún cuidado y dejo en segundo plano el ascensor para subir escalón tras escalón y después de dos en dos. Jadeando frente a la puerta del apartamento en el pasillo doble las llaves me tiemblan entre los dedos.
— Mierda. Joder. Vamos —noto la nariz empapada y la frente cubierta por una capa de sudor. Lucho contra el impulso de abalanzarme contra ella, aunque de nada serviría. –¡Vamos hostia!
Y entonces cede ante mí abriéndose de par en par. Jhett con el pomo aún en la puerta traga en seco dejando ante mí a Erza. Lleva el pelo largo y rubio suelto y enredado, seguramente de tanto hundir las manos en él como cada vez que está estresada. Su rostro está pálido y tiene los ojos rojos y llorosos, con el rímel corrido.
Sin una palabra la abrazo y ella me aprieta conteniendo un sollozo. Al soltarnos me adentro en el piso y me encuentro con una escena que provoca que mi cuerpo, ya de por sí tembloroso por la situacción, empiece a estremecerse.
Jhett se pasa ambas manos sobre la cara una y otra vez dirigiéndose hacia el sillón individual del comedor ,con una mano se rasca la barbilla tomando asiento y sus largas piernas estiradas. En cuanto nota mi presencia justo frente a él alza la mirada y sé que esta de los nervios.
Por otro lado, Axon se encuentra de pie junto a los altavoces de la televisión. No deja de dedicarme miradas furtivas y el corazón se me oprime.
– ¿Qué coño ha pasado?
Erza me interrumpe pasándome un papél. No me hace falta leer la nota, solo con verla reconozco la perfrcta caligrafía de Alexander.
"Se han acabado tus vacaciones. Una vida por otra. Tic tac, Iubire."
Mi estómago se retuerce y siento que voy a vomitar en cualquier momento. No puedo controlar el temblor de mis piernas y los ojos se me aguan nublándome la visión.
Lo sabía. Sabía que no iba a durar para siempre pero esperaba poder rascar un poco más de tiempo. Solo un poco... Aunque ahora mismo lo único que quiero es la garantía de que nada le pasará a Chloe. Y conociendo a Alexander esa garantía es inexistente. He tenido la misma pesadilla durante un año entero. Siempre he sido consciente de lo que implicaba que Alexander me encontrara, pero lo que realmente he temido desde el principio ha sido esto. Que embistiera contra las personas a las que aprecio.
Y finalmente se ha hecho realidad. Ni dos años después de escapar, me ha encontrado. Ni dos malditos años.
–Hay que ir a por ella. –Digo finalmente con las manos en los bolsillos traseros de los vaqueros, tratando de que mi voz no suene tan desesperanzada como me siento. – Hay –suspiro y el temblor sale entre exhalaciones –. Voy a ir a por ella. Voy a encontrarla. Voy a...
– De eso nada. Nos ha dejado la dirección en la parte de atrás. –Dice Jhett poniendose en pie con violencia. – Voy yo.
– Espera tío – Ax avanza un par de pasos pero basta con una vuelta rápida de cuello de Jhett hacia él para que se detenga.
– ¿Qué puta parte de "de eso nada" no os queda claro? ¿Estoy hablando en puto chino, ahora?
Lleva el pelo negro sobre la frente y sus brazos completamente tatuados quedan a la vista. Tiene la mirada fría como de costumbre. Pero hay seguridad, él siempre derrocha seguridad. Aunque sí una sola cosa tengo clara es que no va a ponerse en peligro. No hoy. No otra vez.
– Siéntate –cierro los ojos mientras un leve zumbido hace acto de presencia en la parte derecha de mi cabeza. –. No vas a ir a ningún lado.
– Es mi prima. No puedes decidir sobre mí cuando... –empieza, pero dejo de escucharlo y me giro hacia Erza.
– Cuando acepté su hospitalidad. Cuando ambas lo hicimos, la regla era una sola. Protegerla. Chloe pasó a ser mi responsabilidad en el mismo momento que crucé esa puerta con una maleta en la mano.
– En realidad la maleta la llevaba yo.
Me giro con brusquedad hacia la voz para descubrir a Zed saliendo del baño. Al notar la tensión alza ambas manos en el aire retrocediendo hasta volver a entrar en el baño.
– Tu no vas a ninguna parte. –Niega Erza con seguridad. –Iremos nosotros. Jhett y yo podemos hacerlo. Tú métete en tu cuarto y no salgas hasta que...
Siento ganas de llorar por primera vez en meses. La pobre Chloe no se merece nada de esto. Es demasiado inocente para cargar con algo así. Siempre he tratado de alejarla de mi mundo y ella seguía insistiendo en descifrarme, curarme... Si le ocurre algo no me lo podré perdonar en la vida.
– No la entregará. ¿Os olvidáis de con quién estamos tratando? –bufo con el nudo en la garganta negándose a bajar – Tengo que ir yo.
Jhett se acerca a mí con la mirada cargada de frialdad. Cuando su figura se inclina cubriendo mi campo de visión me estremezco.
– ¿Se puede saber qué puta mierda te pasa ahora? – puedo verle los dientes de lo apretados que tiene los labios contra estos al retraerlos. —No volverás a acercarte a él. Por encima de mi cadáver vas a volver a los brazos de ese hijo de puta.
– Además. –interviene Erza junto a la encimera de la cocina americana. –No tenemos ninguna garantía de que la deje ir si te entregas. Ni hablar.
Si fuese por mí saldría a pie hacia donde sea que haya que llegar. Pero la he cagado al entrar en casa.
– Vale.
– ¿Vale?
Jhett suspira aliviado y me hundo en sus brazos. Mi mejor amigo me rodea con los suyos y besa mi cabello.
– Vale ya de dar por culo. –Susurro contra su pecho.
Antes de que pueda reaccionar llevo la mano a la parte de atrás de su pantalón y tiro de la pistola que seimpre lleva encima. No le da tiempo a detenerme cuando salgo corriendo.
– ¡Mierda! –Grita tratando de agarrarme pero lo esquivo. – ¡Jude vuelve aquí!
Al llegar frente a la puerta agarro las llaves del mueble y todo parece ir a camara lenta mientras mis manos tiemblan buscanto el pomo de la misma. Finalmente la abro y salgo a toda prisa cerrandola detrás de mí e introduciendo la llave para encerrarlos por fuera.
– ¡Joder, Jude! ¡No me jodas!
– Jhett –creo escuchar a Erza.
Un golpe hace temblar las bisagras.
– ¡Abre la puta puerta!
Los gritos y golpes al otro lado son intensos cuando me apoyo contra la puerta y todo mi ser se rompe en un llanto inaudible. Le doy un suave golpe a la puerta con la nuca, suspiro y empiezo a caminar.
Bajo las escaleras a toda prisa y una vez en la calle corro hacia el coche con la vista nublada por las lágrimas.
Abro el coche con el mando a distancia y entro encendiendo el motor. No me doy tiempo. No tengo dudas.
Esta noche es él o yo.
Arranco y el coche sale disparado calle arriba a doscientos en apenas segundos. Mientras conduzco parece que el camino es interminable. Reviso otra vez el papel que me entregó Erza y memorizo la dirección del encuentro. Durante el camino trato de calmarme pero el rostro de Chloe en todas las situaciones posibles no deja de aparecer en mi mente y le doy golpes al volante frustrada.
Si no lo conociese tan bien...
Grito mientras la velocidad sube a doscientos cuarenta y todo a mi alrededor se vuelve borroso. Estoy conduciendo en modo automático y guiándome por mera memoria muscular.
No siempre he sido así. Hace años, cuando apenas era una cría enamorada ni se me habría pasado por la cabeza que llegaría a estar al otro lado de los intereses de Alexander. Que el amor de mi vida sería mi peor verdugo.
Freno de un bandazo cuando consigo llegar a la calle. Es un almacén abandonado. Jhett suele hacer trapicheos y carreras en este sitio. Hasta yo he entregado una o dos placas meses atrás.
Suspiro otra vez tratando de montar un plan sobre la marcha y dándome golpecitos con la pistola en la frente, pero me es imposible en estas condiciones.
Me golpeo la nuca contra el cabecero del asiento hasta conseguir despejar mi cabeza de los pensamientos intrusivos provocados por la presión y el TOC.
Putos trastornos...
Respiro hondo y salgo del coche pistola en mano. La cargo y camino con fijeza en el objetivo. El hueco oscuro que permite la entrada al edificio.
Todo está oscuro y en silencio y lo único que se escucha es mi respiración agitada y el viento que ruge, simulando terroríficos susurros. Es la clase de panorama que me recuerda a las temáticas de Tim Burton. Solo que ahora mismo preferiría que me apareciese el puto conejo blanco de Alicia en el País de las Maravillas y me llevase a tomar por culo por una alcantarilla.
En cuanto entro la oscuridad me engulle,y no hablo solo de la penumbra del lugar. Se extiende por mi cuerpo como una pesada masa negra envenenandolo todo. Escucho las tuberías temblar y el agua rancia correr por estas. Me estremezco cuando una rata del tamaño de una comadreja salta del interior de una pared de yeso.
– No me lo puedo creer. Danielle.
La voz a mis espaldas me hace estremecerme cuando pronuncia mi verdadero nombre. Me doy la vuelta quedanto frente a Maximilian.
– No me jodas.
A pesar de la poca claridad puedo ver un cuerpo sollozar junto a él. La reconozco de inmediato.
Chloe.
Tiene manchas oscuras en la cara y se que son moratones. Un retortijón en el abdomen me desestabiliza por un milisegundo en el que tiembla toda mi anatomía poniendo al sistema en alerta.
Mi cuerpo tiembla sin control para explotar en una erosión de furia cuando alzo la pistola.
Max chasquea la lengua negando con una sonrisa y entonces veo el cuchillo que sostiene bajo la mandíbula de mi psicóloga.
Esta suelta un braznido en su intento por no llorar y Maximilian se rie provocando eco en el espacioso interior en ruinas.
Unos brazos me rodean por detrás con fuerza y por la oscuridad no consigo identificar al individuo. Forcejeo con todas mis fuerzas, las pocas que me quedan tras el impacto y los nervios. Pero retrocedo con el sujeto a cuestas y finalmente un disparo hace eco por todo el lugar, seguido de otros dos.
La pistola tiembla en mis manos cuando me libero y el extraño cae al suelo.
– Le estás pillando el gustillo a dejarme sin hombres. – Max. Se ha movido.
Instintivamente mi mirada busca a Chloe. Está de rodillas ante él de cara a mí y veo sus mejillas completamente empapadas. Se me encoge el corazón.
– He de admitir. –Empieza Max. –Que no me esperaba esto. Has conseguido librarnos mucho tiempo. Y ahora me encuentro con que tienes unas amigas... preciosas. – el arma blanca se desliza por la mandíbula de Chloe sin cortar, distraídamente. – Hay un buen precio en juego por esta en en concreto. Hasta le tengo dueño.
Suelta otra risotada y yo me encojo. Le propina una patada a Chloe que cae de cara al suelo. Escucho como vomita contra él, sobre los zapatos de Max, y éste se aparta con una mueca de asco. Alza la mano libre y veo sus intenciones incluso antes de controlarme.
– ¡No! –Grito lanzándome de rodillas hasta ella. –¡No la toques!
Tiene un hilo de sangre saliendo de su boca y resbalando por su barbilla.
– Así te quería tener. – Siento la boca de una pistola contra mi frente y alzo la mirada. –De rodillas, ca curva care esti. (Como la puta que eres)
–Dute dracu. –Escupo. (Vete al diablo)
Cierro los ojos cuando Max pretende apretar el gatillo. Pero un disparo se le adelanta en paralelo y este baja el brazo. Una enorme mancha tiñe su camisa y se extiende.
Girlo la cabeza encontrándome con Jhett, pistola en alto.
Erza y Axon entran después de él. La rubia se tira de rodillas a mi lado. Revisa con nerviosismo a Chloe, para después colocar las manos a ambas partes de mi cara y acercarme a ella estrechandome entre sus brazos.
Pero es apartada de un movimiento brusco y veo que Maximilian ha tirado de su pelo tumbándola.
Lo más impactante son los enmascarados detrás de él. Camina encogiendose por el dolor, y su mueca es de puro odio.
Giro la cabeza hacia Jhett y Axon que me devuelven la mirada.
Lo siguiente pasa demasiado rápido. Max tira de mí levantándome por el pelo y suelto un grito cuando lo retuerce en su puño.
– Hija de puta. –Escupe en mi cara. – Tendría que haberte tirado al puto pozo de la mansión.
Los enmascarados se alejan hacia Jhett y Axon que se encuentran espalda contra espalda, cada uno apuntando con la pistola en una dirección al encontrarse rodeados. Max tira de mí arrastrándome detrás de él y el tiroteo me ensordece mientras el corazón me va a mil por hora.
– No sabes como te odio. – Dice con un quejido. – ¡Siempre arruinas todo!
Erza aparece de golpe y hunde algo en el cuello de éste que empieza a salpicar sangre como un aspersor y me suelta. Los gritos, forcejeos y dolor nos inundan cuando miro a Chloe quien tiene el rostro lleno de manchas rojas por la sangre de Max y un cuchillo en la mano. Respira con dificultad y entonces aparecen más enmascarados.
Estámos completamente rodeados y no hay salida.
– Toma. –Erza me tiende el cuchillo.
Y sé al instante qué pretende. En cuanto me doy la vuelta lo siento como una extensión de mi brazo.
No me toma mucho embestir al descubierto contra todos y cada uno de los que se me interponen por delante. Me gustaría decir que no lo difruto. Pero en cuanto hunto el filo, lo retuerzo y rasgo en las entrañas de cada tipo sin que puedan detenerme me llena de euforia y excitación.
Lo hundo una y otra vez. Rasgo la piel y tiro hacia abajo hasta que viscosas masas de órganos resbalan por el suelo a mis pies. Propino tantas puñaladas que la piel desgarrada se desprende y deja caer lo que no distingo entre estómago o páncreas.
Respiro con pesadez y la sonrisa que se extiende por mi cara es inevitable de controlar.
Al fin. La sensación de control sobre la vida de alguien.
No sé se a cuantos he matado ya. Solo se que los órganos y miembros amputados están por todas partes y la sangre me cubre completamente.
Quiero más. Necesito más.
Veo a Jhett hacer lo mismo y su sonrisa es tan amplia como la mía. Su rostro está repleto de sangre al igual que el mío.
Y entonces. Su voz...
– Danielle.
Ese acento tan marcado...
En cuanto Alexander pronuncia mi verdadero nombre me giro en todas direcciones para encontrarlo detrás de mí. Mi corazón se acelera.
Su imponente figura, su altura y su rostro marcado me sonríe.
No se que es lo que siento. Una mezcla de dolor y miedo que me paraliza.
– ¿Me has echado de menos? –Pregunta con su voz ronca.
No soy capaz de articular palabra. Estoy paralizada en el sitio con la mirada clavada en la suya, tan oscura como recordaba y aquella sonrisa sádica...
Entonces todo se queda en silencio a excepción de las respiraciones agitadas a nuestro alrededor. No me hace falta darme la vuelta para sentir a Erza, Axon, Chloe y Jhett de la misma forma que yo. Estáticos.
– Ven conmigo. –Pide Alexander extendiendo la mano en mi dirección.
No puedo hacer nada. Es como si me acabaran de quitar la movilidad del cuerpo.
-¡No! -Ruge Erza detrás de mí.
Quiero alzar el cuchillo y hundirlo en su interior. Pero no puedo... Su aroma llega a mí y la familiaridad es tan absoluta que no se que hacer. Mis sentidos ya no están en funcionamiento.
– Ven, Dan. –Su voz es tranquila como de costumbre. –Dame la mano, iubire .
– ¡No la toques! –Habla Jhett haciendo ademan de acercarse.
Sin embargo Alexander sin apartar la mirada de mí alza el otro brazo y apunta con la pistola en dirección a Jhett.
–Jhett –Lo advierte Erza.
Él para en seco y Alexander vuelve a hablar.
– Has perdido el control cariño. Vamos. Puedo hacer que pare.
Por alguna extraña razón la voz de mi cabeza no deja de pedir a gritos su ayuda y mi cuerpo avanza inconscientemente.
–Suelta la pistola Petrovik. –Dice una voz familiar.
La figura de Casian aparece detrás de Alexander apuntando a su cabeza con la boca de la pistola.
¿Qué...?
N.A:
MAMÁ PATO AL APARATO:
Lo siento por la tardanza pero aquí estamos.
No tengo mucho que decir hoy, pero os recuerdo que los personajes tienen cuentas de Instagram.
Y en Tik Tok podéis encontrar contenido exclusivo de las novelas e interactuar conmigo.
(@alerta.casian)
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