Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1: Los cambios son buenos

El chasquido al abrir la lata de Burn sobresalta a Erza, quien está limpiando con cuidado profesional los utensilios esterilizados para la próxima clienta. Lleva seis dilataciones en lo que llevamos de mañana y empieza a perder la paciencia. Sonrío al notar como se le hincha la vena de la frente.

— Sé lo que estás haciendo. No vas a cabrearme hoy —cuchichea dedicándome una sola mirada de advertencia. Y vuelve a su labor, pero sigue hablando. — Chloe ha llamado. —Dice sin apartar la vista de las agujas esterilizadas.

Trazo el contorno de la lata sin mirarla. Al ver que no reacciono prosigue.

— Esta noche habrá fiesta en la fraternidad de la Universidad de Reed.  He pensad... —mientras habla se traba varias veces. —. He pensado que podríamos ir. Es junto a la playa y me apetece mucho.

Empiezo a darme cuenta de por donde van los tiros y no sé si me está gustando lo que insinúa. He notado su nerviosismo desde que hemos abierto a las diez de la mañana.

— No. —Niego dándole un sorbo largo a la bebida energética.

Mi mejor amiga suspira dejando sobre la mesa lo que tiene en la mano girando la cabeza en mi dirección. El pelo largo y rubio del color del trigo soltándose del moño recogido. Esta vez me mira fijamente.

— Jude...  —Protesta. —. Llevamos meses en casa. No salimos si no es para venir aquí, al estudio. O sino hacer la compra. Ni siquiera hemos ido a tomar un café.

Pongo los ojos en blanco mientras me siento en mi silla rotativa. Tiene razón, y lo sé. Pero el simple hecho de pensar en ir a un sitio lleno de personas me genera ansiedad. Además estoy irascible desde mi último encontronazo con el Zolpidem.

— No.

Erza tiene un alma hiperactiva. Desde la primera vez que la conocí en el instituto supe que era especial, y la puedo querer un mundo, pero no va a hacer que cambie de opinión. No puedo hacerlo...

— Si quieres ir, ve — Me encojo de hombros —. No tienes que quedarte en casa por mí. No eres mi niñera. Pero no pretendas que vaya a una fiesta de esas. Ya no tengo edad.

Escucho la horrible manera en que chirria los dientes disgustada.

— Tienes solo veintiséis años, no sesenta. —gruñe a la defensiva. — Sé que te gusta tirarte en el sofá y devorar por enésima vez Supernatural, pero no va a matarte salir de casa un fin de semana, Jude. Es más. Hasta ella te lo ha recomendado.

Eso ha dolido.

— Que haya aceptado que Chloe me dé terapia no significa que vaya a hacerle caso al pie de la letra. — Empiezo mirándola fijamente. — Es más. Recuerdo haberlo hecho solo para que dejéis de darme por culo. Así que no —me levanto pasándome una mano por la cara con frustración por sacar este tema otra vez. Ahora es a mí a quien se le escapa un mechón rubio de la coleta y tengo que pasarlo detrás de la oreja con impaciencia. —. No voy a ir a ningún lado porque tengo una cita con dos hermanos buenorros y con un poco de suerte algún ángel salidorro.

Un pitido anuncia la llegada de clientes y ambas nos callamos girándonos hacia la puerta.

— ¿Está abierto? —Pregunta una voz dulce atravesando el umbral. Las visagras chirrían y eso sólo aumenta mi nerviosismo.

— Sí. —contesta Erza echándome un último vistazo.

Estupendo. Se ha enfadado otra vez. No es precisamente la persona más paciente del mundo, pero siempre ha dicho que yo he tenido que llegar a su vida para enseñarle el significado de la palabra.

No quiero ser la amargada del grupo, sin embargo no estoy de humor para salir por ahí. No ahora. Y menos cuando do acabo de superar un episodio. Otro más.

Me pongo en pie y me acerco al mostrador donde una chica menuda de cabello largo y oscuro interactua con mi amiga de forma animada.

— El del ombligo duele menos que el de la lengua, te lo digo por experiencia. —Ovacina mi amiga levantando un poco su camiseta mostrando el vientre. —. Varía de una persona a otra, pero queda guay asique...

— Me lo pensaré. —Confiesa con una sonrisa tímida al entrar en su campo de visión. —. Hola.

— ¿Ya sabes lo que quieres? —Pregunto colocando mi mano sobre el hombro de mi amiga.

Erza me da un pisotón con fuerza y trato de disimular el dolor mientras se va.

Está enfadada. No hay duda.

— ¿Entonces? —Hablo recuperando la voz.

— Bueno, he pensado... —La chica frunce los labios de manera tímida. — Quería un tatuaje pequeño en...

Su forma de actuar es extraña, y adivino que es por la zona. Parece tímida. Levanto una ceja divertida de repente por la situación.

— ¿En...? —La apuro.

No tengo intención de quedarme aquí encerrada todo el día.

— En los bajos, Jude. Por Dios. —señala Erza volviendo a aparecer a mi lado.

La sorpresa en mi rostro debe ser obvia porque la chica se sonroja exageradamente. Me esperaba una teta, el el culo, o yo qué sé, qué ovarios.

— Mira, tenemos estos disponibles. Si te decides lo podemos hacer ahora mismo. Y te irás a tu casa con un precioso tatuaje nuevo. —Mi amiga le estira el catálogo de chiquitattoos y ella empieza a pasar páginas.

Finalmente se acaba decidiendo por una frase «Eat me» En la Venus.

Joder con la tímida...

La guío hasta el pequeño estudio y le indico que se tumbe sobre la camilla, mientras me lavo las manos para después ponerme los guantes.

Cada vez que me toca trabajar con algo así me siento como una ginecóloga.

— Tengo a un chico que quiere un pircieng en el pezón. — Habla Erza asomando la cabeza por la puerta. —Necesito guantes.

Me muevo arrastrando la silla y le lanzo los guantes. Suspiro quitándome el blazer para quedar con un top blanco de tirantes.

De vuelta a la chica, esta parece una loli de anime. Una de esas muñequita que tanto les gusta a los japoneses para que cualquier pajero no tenga que tirar de imaginación.

— Relájate, -La tranquilizo esbozando una sonrisa divertida. —. Te quitas el pantalón y solo tienes que bajarte un poco las...

Ella se sonroja nuevamente y yo me siento como una pervertida.

Pero la sorpresa llega cuando de los baja hasta las rodillas justo a sus bragas.

Pestañeo varias veces y tengo que contener la risa.

— No... —Empiezo, pero me interrumpe.

— Lo he pensado mejor. —Habla con una firmeza que me sorprende. Aunque su tono ha bajado varios decibélios para que solo la escuche yo. —Lo quiero en el interior del labio.

La tos se apodera de mí y tengo que tomarme unos segundos antes de proseguir. Ella cierra los ojos y coloca las manos detrás de la cabeza poniéndose cómoda mientras me dispongo a empezar.

— ¿Está segura? —pregunto no muy convencida. — Te va a doler...

—No te preocupes. Es la clase de dolor que me gusta. —añade separando las piernas y dejándome a la vista toda su intimidad. —. Toca con cariño, por favor. —bromea.

La miro. Miro detrás de mí. Y vuelvo a mirarla a ella. Me guía un ojo pasándose una de las manos por...

Esto no está pagado.

🕷️🕷️🕷️

— ¿Enserio? —Chloe, nuestra compañera de piso, dueña de este, y mi psicóloga se recoge el cabello en una coleta castaña mientras se abanica la cara con una mano. —¿El coño? ¿Te ha pedido una araña tatuada dentro del coño?

Erza suelta una carcajada cuando asiento.

—Técnicamente en los labios. Pero joder... Empezó a —gesticulo —temblar, y a gritar y...

— Deberías haber visto su cara de concentración. —Erza me imita de forma cómica y yo abro la boca indignada.

— Tenía que estar concentrada, no sabía si le dolía o estaba teniendo un orgasmo. — Me defiendo.

Ambas se echan a reír en mi cara.

De acuerdo, tuve una noche loca con un par de chicas hace un año y me lo siguen recordando a día de hoy. Mi heterosexualidad resultó dañada. Bueno, heterosexualidad que ya dudo de tener.

— Ya os he dicho que son mis hormonas... —Murmuro. —. O feromonas.

— Claaaro —Se ríe Erza alargando las sílabas. —. A ella le gustabas. Te lo digo yo.

Chloe está sentada en una esquina del sofá riéndose cuando su móvil suena.

— ¿Diga? —Pregunta esperando la respuesta. — Pues no lo sé... Espera. —Sofoca el altavoz contra su clavícula y habla. —. Reed quiere saber si vamos a ir a la fiesta, van a estar sus amigos de tercero.

Erza me observa interrogariva y yo niego con la cabeza.

— ¿Por qué? — Pregunta Chloe con un puchero.

— No me apetece. Fin. —Digo levantándome del sofá para ir a la cocina.

Judith Elizabeth Drake. — Erza ponuncia mi nombre lentamente. —Si vas a seguir encerrada por el resto de tu vida...

Ya estoy en la cocina con la puerta de la nevera abierta y una lata de Burn entre las manos.

Escucho la puerta de la entrada y segundos después una cabeza de cabello oscuro y un tatuaje en el mentón asoma por esta.

Jhett.

— ¿Interrumpo?

Está completamente serio y yo entorno los ojos suplicando por ayuda.

— ¡Jude no quiere salir! —me acusa la rubia. —. Jhett, eres su mejor amigo. Haz que salga. Por favor.

Jhett avanza cuan largo es sin mucho interés por la cocina. Se sitúa a mí lado apoyándose en la isla de la cocina y me quita la lata de las manos.

— ¿Por qué no quieres ir?

— Porque no. ¿Y a ti qué te importa? —Le vuelvo a quitar la lata y echo la cabeza hacia atrás. —. Podría ser peligroso.

Jhett ha apoyado el codo tatuado en la isla y ha apoyado la cara sobre la mano también tatuada. Todo él es delgaducho, alto y cubierto de tinta. Los ojos azules son de un tono demasiado vivo que contrasta con su personalidad gris.

— ¿Vas a quedarte en casa toda la vida porque es peligroso?

Erza niega con la cabeza, frustrada.

— Dejando de lado las coñas... Jude. Enserio. Tienes que empezar a superarlo. Y si no lo haces por ti misma, da igual cuánto queramos ayudarte.

Jhett se echa hacia atrás, ahora apoyando la espalda contra el mueble.

— Si te quedas más tranquila voy con vosotras.

Las dos lo miramos estupefactas. Incluso Chloe quien acaba de llegar del comedor.

— ¿Tú?

— Sí. ¿Qué pasa?

Jhett me perfora con la mirada y me contengo para no meterle un cabezazo.

— No voy a ir. Y tú tampoco. Id vosotras, de verdad. —Me encojo de hombros. —. No quiero que estéis las veinticuatro horas del día detrás de mí. Tenéis una vida y... Vividla, joder.

—Ni hablar. Si tu no vas, nosotras tampoco. — Replica Chloe negando con firmeza. Y Jhett va con nosotras. Fin de la conversación.

Muevo la cabeza crujiendo los huesos. No puedo con esto. No me gusta sentirme acorralada.

— Jude, vamos...¿No querías volver a empezar? Es el momento.

Tiene razón. Quería una nueva vida. Pero... No aún. No puedo empezar tan pronto.

— Sabéis que no es mi ambiente. —Protesto. —. No quiero ir y quedarme en un sillón toda la noche mientras vosotras no podéis pasarlo bien porque yo no lo hago. Además, éste —señalo a Jhett con el pulgar —. Va a estar peor que yo. Desentonamos ahí.

— Jude, es una fiesta. —Susurra Chloe rodeándome los hombros con el brazo. Apoya la cabeza sobre la mía ya que es varios centímetros más alta. La larga melena castaña oscura cae en cascada a su espalda rozandole los muslos. —¿Qué puede salir mal?

— ¡Eso! — Erza abre los ojos como platos asintiendo. — Solo beberemos un poco, no hace falta ni que bailes.

—No puedo beber, Erz —Bufo para acabar accediendo. —. Está bien... Alguien tendrá que conducir de vuelta a casa.

Jhett sonríe disimuladamente y me pasa una mano por la nuca masajeando mis cervicales. Es su forma de decirme que lo he hecho bien.

Ambas sueltan un chillido mientras saltan a abrazarme.

🕷🕷🕷

El olor salino del mar impregna en el ambiente. La casa está a pie de playa y aunque no hace tanto calor hay personas  en el agua nocturna.

La Fraternidad de Reed está a rebosar de extraños que beben y bailan sin filtro alguno. Obviamente en la fraternidad no podían faltar los niños ricos y malcriados de alguna estúpida universidad. Media docena de chicos se encuentran alrededor de una pequeña mesa en el comedor con alguna que otra chica sobre sus rodillas.

—¿Podrías dejar de mirar a todo el mundo con cara de culo? — Erza me dedica una mirada cansada antes de darle un sorbo a su botellín de cerveza.

— Vaya ¿Mi cara de culo no es de su agrado alteza? —Le pregunto alzando ambas cejas.

—Estás insoportable ¿Lo sabes? ¿Tanto te costaría llenarte un vaso y disfrutar un poco? Venga... Porfi.

Sí, soy insoportable y malhumorada desde que tengo memoria. Ya debería estar acostumbrada.

— Te he dicho que no quiero estar aquí, y si no me equivoco alguien tiene que estar sobria por si vuelves a hinflarte a helado de Oreo para luego vomitarlo encima de tu conquista.

Las mejillas pecosas de Erza se tornan de un color rojo carmesí mientras se dispone a embestir con todo su repertorio de insultos contra mí. Me río con disimulo.

— ¡Chicas! —Interviene Chloe situándose entre ambas. —¿Cómo lo estáis pasando?

Erza me fulmina con la mirada y yo le sonrío desafiante observandola inhalar por la nariz. Sé que no está enfadada de verdad, pero me encanta provocarla.

Chloe sacude la cabeza quitándole importancia.

— Unos amigos de Reed nos han invitado a la cabaña. —Pronuncia eso último con demasiada euforia.

— ¿Qué es eso de la cabaña? — Pregunto limpiando el sudor de mi frente con el dorso de la mano. — No suena muy...

— ¡Jude! —Explota Erza. —Vas a mover tu culo hasta lo que sea esa mierda de la cabaña y vas a...

Erza se interrumpe cuando alguien choca con ella empapándole completamente la camiseta negra.

— ¿Pero qué... —Empieza dándose la vuelta.

El sujeto en concreto es un tipo de metro ochenta que la observa con desdén. Lo que llama la atención de él son los ojos. Son de un verde tan intenso que no pueden no ser lentillas.

— Cuidado, coño — Gruñe al pasar por su lado sin darle importancia.

La rubia hace una mueca gesticulando con los brazos.

— ¿Y este tío? —Murmura cabreada. —¿Lo habéis visto?

Sigo al tipo con la mirada. Camina entre la multitud como el amo y señor del lugar sin llegar a tocar a nadie. Un cliché andante.

— Déjalo, es un... un subnormal. —Suelta Chloe.

Erza y yo intercambiamos una mirada antes de reírnos. Los insultos no son el punto fuerte de nuestra amiga, ella es como un conejito inofensivo.

— Bien dicho. — Le sonrío enseñando los pulgares.

Ella asiente asimilando si ha hecho bien en insultarlo.

— Ya le diré yo lo que son dos y dos.

Me tapo la cara riendo mientras Erza la rodea por el cuello riendo también.

— Eres imposible...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro