Prólogo
Saludos mi querido ser obscuro, de seguro viniste aquí para que te cuente con lujo de detalle la historia de amor que viví con mi general durante la guerra ¿no es así? eres una criaturita demasiado curiosa querido/a amigo/a, la curiosidad no es mala te lleva por varios caminos que jamás pensaste que tomarías; algunos de ellos te llevaran hacia la felicidad y otros a la tristeza y al dolor, yo personalmente he tomado los dos caminos apuesto que tú también.
Que desconsiderada soy, por favor permíteme tomar una forma más presentable para ti después de todo tengo un invitado/a muy especial a mi lado por lo que debo darte una bienvenida más apropiada.
Listo, esta forma es mucho más agradable para platicar; deja que me presente como es debido mi nombre es Serafina the Septarsis, también me puedes llamar "la guerrera azulada", "la princesa de los monstruos oscuros", "la justiciera septariana" o simplemente "Sera-chan" puedes decirme por cualquiera de mis apodos. Ahora que tienes una imagen más clara sobre mí comencemos con lo que es mi historia ¿vale?
Conocí a Toffee en el escenario menos romántico posible y no, no fue en el campo de batalla sino en el funeral de uno de los monstruos más grandes y poderosos que había conocido... Seth the Septarsis, un monstruo que hasta el último momento luchó para que los mewmanos se fueran de nuestro territorio por las buenas o por las malas.
Él estaba a un lado del ataúd que llevaba al antiguo general, te parecerá un poco loco lo que te voy a decir pero en ese momento las lágrimas que derramaba por mi sargento se fueron yendo de poco a poco mientras pensaba algo así:
—Que hombre tan apuesto, cuando el luto por mi general pase comenzaré a cortejarlo.
Lo sé era tan ingenua, tan bebé en aquel tiempo como si fuera tan fácil llegar al corazón de un hombre, tarde me daría cuenta que los septarianos varones eran fríos respecto a demostrarse afecto y que conquistarlos tardaría su tiempo.
—Buenos días general Toffee.
—Buenos días cadete.
Así era como nos saludábamos todos los días; en serio intenté de todo para hacer que mi crush se fijará en mí, lo saludaba todos los días, hacia todas las misiones a las que me mandaba, le hacía el desayuno de vez en cuando pero todo era inútil mi general era más difícil de conquistar que la toda la tierra de Mewni.
—¿Saben qué? ya me harté de andar atrás de mi general— les dije a mis amigas del ejército—ni a mi ni a ninguna chica de su escuadrón nos hace caso así que tomaré la poca dignidad que me queda y seguiré con mi camino sin él.
Una de mis amigas llamada Missy me dijo:
—Haber si esta vez es cierto.
Yo hablaba muy en serio.
—Es en serio Missy, sólo me voy a centrar en el ataque táctico y ya.
Cuando deje de ser atenta con el general, rápidamente Rasticore apareció para hacerme compañía ¿porqué el sí me daba todo ese afecto que yo quería de Toffee? ¿porqué se hacía tanto del rogar?
—Hemos hecho muy buen equipo Serafina, hemos aplastado muchos mewmanos juntos.
—Yo también me la he pasado muy bien trabajando contigo Rasticore.
—¿Nos vemos mañana en otra misión?
—Sí Rasticore no me lo perdería por nada del mundo.
Él me entregó un gran ramo de flores y me dio un beso en la mejilla antes de irse a su tienda de campaña, me sentía feliz finalmente tenía a alguien a quién realmente le gustaba y que disfrutaba mi compañía.
Sí adiós Toffee, bueno por lo menos en lo sentimental porqué en lo laboral sería otra cosa; me puse una pijama, coloqué una espada cerca de mi almohada por si había un motín mewmano en la noche y me fui a dormir.
Toc Toc.
—Agh ¿quién será a esta hora?
Me levante de mi cama, tomé mi espada 🗡 y le dije lo siguiente a la persona que estaba afuera de mi tienda de campaña.
—Haber pedazo de mierda, más te vale que alguien se esté muriendo o de lo contrario no te perdonaré por haberme despertado a semejantes horas.
—Serafina ¿qué clase de vocabulario es ese?
Cuando vi de quién se trataba, casi me quería morir.
—Ge... ¿general?... dije casi tartamudeando— ¿general qué hace aquí?
—Necesito atender unos asuntos pendientes contigo ¿puedo pasar?
En el fondo quería decirle que sí, pero mi otro yo sabía que no sería una buena idea, no podía seguir enamorada de él toda la vida.
—Lo que sea que me quiera decir, me lo dice en la mañana en su tienda de campaña como todos los días que pase una buena noche mi general.
Estuve apunto de cerrar mi tienda de campaña cuando vi que el pie del general impedía que lo hiciera.
—No me pienso ir hasta que me escuches.
—¿Qué le pasa? ¿matar tantos mewmanos ya lo volvió loco o qué?
—Ellos me sacan de quicio eso lo puedo aceptar, pero ¿sabes quién me vuelve realmente loco en estos momentos? tú.
Esas palabras bastaron para que bajara la guardia y mi general entrara a mi tienda de campaña abalanzándose encima de mí y quitándome mi espada.
—¿Qué es lo que hace jefe? ¡suélteme ya!
—No te pienso soltar, no dejaré que otro septariano te aparte de mi lado.
¿Otro septariano? no querrá decir...
—Ra... ¿Rasticore?
—Exacto.
—¿Me ha estado siguiendo?
El sólo asintió y dijo:
—Te estabas comportando realmente extraña conmigo ya no eras cálida y sonriente cuando te dirigías a mí era obvio que quería saber que te pasaba.
—¿Y a usted qué le importa con quién salgo o con quién no? después de todo yo a usted no le importo.
Después de un silencio incómodo de un minuto, el general Toffee me preguntó:
—¿Quién te dijo que no me importas?
—Nadie tiene que decírmelo, usted es muy frío conmigo no importa lo que haga usted jamás me verá con los mismos ojos que yo lo miro.
Oh, oh creo que hablé de más en esa parte.
—¿Soy frío eh?
—Así es— dije asintiendo con mi cabeza.
—Lo que tú necesitas es calor ¿verdad? pues muy bien... yo te voy a dar ese calor que necesitas.
En ese preciso momento Toffee tomó suavemente mi mentón y me dio un tierno beso justo en mis labios, mis ojos estaban abiertos como si fueran platos pero en un ratito más los fui cerrando más y más dejando que nuestro beso se hiciera más profundo y sincero.
El comenzó a acariciarme mi espalda a lo cuál yo solo podía soltar suaves gemidos.
—Ge...general.
—Aquí no me digas general... llámame por mi nombre— me dijo Toffee mordiendo un poco mi cuello.
—To... Toffee.
En ese momento Toffee fue más brusco y me empujó contra mi cama poniéndose encima de mí una vez más.
—Te voy a demostrar aquí y ahora lo cálido que puedo ser contigo Serafina.
(Advertencia: Las escenas Lemon iniciarán a partir de aquí, así que sino te gustan estas escenas o eres menor de 18 años mejor retírate. Ahora sí continuemos).
El comenzó a quitarme mi gran camisón de pijama, quedando mi piel azulada completamente descubierta ante él.
—Oh por Glossaryck, que vergüenza— dije tapándome mi pecho y mi rostro con una de mis almohadas, Toffee dándose cuenta de esto me arrebató la almohada y me dijo:
—No te cubras Serafina, tú para mí eres la septariana más hermosa de todas.
Que amables palabras ¿qué le costaba ser dulce conmigo todo el tiempo? no sólo en la intimidad.
—Toffee.
En ese momento tomé la iniciativa, la pena se me fue y lo besé apasionadamente incluso jalé un poco su pelo sin llegar a lastimarlo era más suave de lo que me imaginé.
El ya estaba listo para nuestro "ritual de apareamiento" desnudándose por completo ante mí yo solamente podía mirar como una boba tantos sus bíceps como sus cuádriceps.
El viendo el deleite visual que tenía me preguntó con un tono burlón:
—¿Te gusta lo que vez?
Yo tímidamente dije:
—Sí, eres muy... guapo.
—Me alegra que te guste, porqué muy pronto todo esto va a ser solamente tuyo.
Esa autoestima tan grande ¿dónde la puedo conseguir?
—Toffee.
—Permíteme un momento, voy a prepararte.
—Prepararme para...—.
No pude terminar de articular la frase porque un dedo del apuesto septariano ya estaba dentro de mí explorando el terreno, después un segundo dedo hizo acto de presencia y junto al primero simulaban pequeñas embestidas en mi interior.
—¿Qué te parece?
—Toffee creo que ya me voy a...
En ese preciso instante un líquido comenzó a salir de mí, Toffee sacó sus dedos y los probó para deleitarse con mi sabor.
—Eres deliciosa querida ¿ya puedo entrar?
—Sí pero... ve despacio ¿sí?
—Una virgen ¿eh? está bien, si eso es lo que quieres accederé a tu petición.
El sólo empujó mi cola hacia un lado, abrió mis patas y me metió solamente la puntita de su miembro en mi vagina, lágrimas comenzaron a salir de mí pues no lograba aguantar el dolor.
—Auch.
—¿Quieres que paremos amor? respetaré si ya no quieres— dijo secando mis lágrimas con sus dedos.
Sí quería, estuve soñando muchas veces ese momento y no dejaría pasar esta gran oportunidad.
—No continua, solo sigue yendo despacio ¿de acuerdo?
—Está bien.
Él comenzó a moverse en mi interior, haciendo pequeñas pero firmes embestidas con el tiempo mi cuerpo se fue acaparando y el dolor que antes sentía se fue convirtiendo, poniendo mis ojos en blanco y con ganas de más.
—Más Toffee... quiero más.
—Perdón querida, creo que tenía un poco de cera en el oído y no alcancé a escucharte.
—¡Que más fuerte Toffee!
El sonrió de la misma manera en la que decía "Surprise" y me respondió:
—Tus deseos son órdenes Sera-chan.
Las embestidas de Toffee cada vez se hacían más fuertes y placenteras, me sentía tocando las estrellas con él; afuera de mi tienda de campaña sólo se podían oír los gemidos de ambos y los choques de nuestras pieles de lagartijas.
—Toffee no sé que me está pasando.
—Estás apunto de correrte querida al igual que yo.
Dicho esto, todo el líquido seminal de mi amado entró en mí y unos minutos después me corrí yo. Los dos ya cansados nos recostamos y comenzamos a dormir profundamente.
Al día siguiente pensé que todo lo que había pasado entre nosotros había sido un sueño, pero cuando intenté levantarme sentía que me dolía todo el cuerpo.
—¿No puede ser? ¿realmente me acosté con él?
En mi cabecera había una nota.
Gracias por la noche de ayer querida, lamento haberme ido desde temprano pero ya sabes trabajo, hoy tómate todo el día del libre debes estar muy adolorida por lo que hicimos anoche ¿verdad? y por Rasticore no te preocupes, le asignaré alguien más para que vaya a su misión.
Atentamente: Tu enamorado.
Posdata: Te amo y a partir de hoy eres mi pareja.
—Yo a usted también lo amo mi general— dije mientras sostenía la nota que me había dejado mi general, quiero decir mi novio.
A lo lejos del campamento monstruo se encontraba mi incomprendido enamorado haciendo una misión, él estaba más sonriente que de costumbre y ustedes ya saben el porqué je je.
Bueno eso ha sido todo lo que te contaré por el día de hoy, supongo que te veré después ¿no? siendo así hasta luego y gracias por haber escuchado esta primera parte de mi historia hasta el final chao chao.
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