8vo. Si se lo ponen a pensar...
spoilers: puella magi madoka magica.
leer recién en el separador para evitarlos <3
* leer comentarios.
El re-zumbido de las explosiones se le hace interminable, doloroso. Es tan fuerte, tan escuchable, que comienza a taladrarle la cabeza como si no hubiera un jodido mañana. Es innegable, se equivocó al aceptar esa vil mentira de felicidad.
Pero Bakugō Katsuki no se rendiría tan fácil ante un error.
Por lo que, con cada salto y con cada pirueta dada, solo puede oír cuanto odia su propio deseo. Cuanto odia escuchar fuerte y claro los gritos, el miedo, el todo que lo rodea y es malditamente ensordecedor.
Es probable que su tímpano este sangrando. Aquella bruja no quiere dar tregua y con razón de destruir todo a su paso y sembrar el mal. Enfrentarse a Walpurgis* jamás ha sido fácil, las leyendas lo dicen, y menos cuando eres el último en pie con apenas consciencia.
Deku ya ha caído frente a él, segundos atrás. No le quedan semillas, ni los cuerpos de sus compañeros poseen alguna. Aoyama, Izuku, Uraraka. Todo acabará corrompido y será la perdición del mundo si él deja de tener esperanza.
Da una explosión fuerte y cree dañar aunque sea un poco a esa cosa amorfa que alguna vez fue una persona, quizás varias. Sonríe con suficiencia, pero que un latigazo logre tirarle es lo peor, consiguiendo que caiga sin cuidado sobre un monto de escombro, dañándose más fuerte.
—¡Bakugō!
A lo lejos, un deshecho Kirishima aparece. Es quién ha estado socorriendo a los chicos antes de sus terribles finales, sin llegar a ser él un mahou shonen y provisto de un botiquín casi inservible. Tiene pequeños rasguños y eso Bakugō lo nota. El azabache toma al rubio, quien se queja de ser arrastrado, para ocultarle tras los restos de algo.
—Deja esas mierdas, ya estoy a nada de ganarle —Confiado como siempre, Bakugō miente. Su mirada está llena de miedo y su cuerpo y energía están por agotarse.
Kirishima trata de pasarle un poco de alcohol para limpiar la sangre seca en su frente, el otro golpea su mano y aleja con una mueca—Bakugō.
—Qué estoy a nada de ganar, dije —Vuelve a empujar por otro intento. Se levanta tambaleante. Y le dedica una mirada deplorable—... Cuídate, ¿okey?
—¡Espera!
Y vuelve con explosiones y poder. Y vuelve a oír todo, el llanto quebrado de Kirishima mientras da un último golpe del que nadie podría sobrevivir. Se concentra. Es el final de ambos seres mágicos. Al menos, tiene la certeza de que su gema no se ha corrompido, no será un monstruo.
Saber que Kirishima está bien fue su cable a la tierra y el último impulso que necesitó. No le teme a la muerte porque la ha buscado sin querer y cree merecerlo por haber sido un ingenuo, tan solo desea que esta mierda haya valido la pena.
Una explosión gigantesca se desata de sus armas y gana cuando lo amorfo cae. Walpurgis chilla. Él suspira de tranquilidad y muerte, mientras se desploma. Eijirō trata de atraparlo en el aire, pero es imposible.
—¡¿Bakugō, estás bien?! —No recibe respuesta, sus ojos apenas se abren—. ¡Respóndeme, por favor!
—Ei-Eijirō, lo logré. La derroté...—Suelta complacido, antes de dejar el mundo y abandonarle a él. Sus ojos pierden aquel brillo imponente y tose sangre—. Eijirō...
—¡Katsuki, no!
El azabache trata de darle RCP, reanimarlo. Intenta con toda la desesperanza posible. Abraza el cadáver del chico, su mejor amigo, cuando cae en la fatalidad del asunto.
Katsuki ha muerto como un héroe para todos, pero le cuesta pensar eso. Solo puede llorar.
Entonces, Kyubey hace acto de presencia tras examinarle a lo lejos. Aparece con la cola en alto. Bakugō le ha avisado que esa rata alienígena es una embustera, que no le haga caso y no acepte nada de lo que le diga. Nunca ha entendido bien el por qué.
—Me parece que deseas algo —habla, imperturbable—. ¡Sea lo que fuere, tienes verdadero potencial! Supongo que ya conoces la reglas. Puedes pedir lo que quieras-...
—A cambio de mi alma. Claro que las sé —Decide no verle, por mantener su mirada sobre Bakugō.
No puede creerlo.
—¡Excelente! Entonces, ¿qué es lo que tu corazón desea para arreglar este contrato? ¿Cuál es tu plegaría, niño?
Kirishima suspira, divagante. Si se lo ponía a pensar, deseaba tanto tantas cosas, desconociendo los posibles males de las mismas. La felicidad de sus amigos, la propia, cosas bonitas, ser la persona más masculina del mundo, y... Debía analizarlo bien, nunca ha sido bueno en esas cosas, la perspicacia no era lo suyo.
Al final, acaba encontrando aquello que añora con locura. Cae en la tentación de volver a ver esos ojos fieros y escuchar esa voz rasposa.
—Lo siento mucho, Katsuki —solloza, atrapando la gema rota de alma del chico entre sus manos—. Lo siento, pero no puedo perderte así.
Con mucha duda en su corazón, Eijirō contempla una última vez al rubio para convencerse de que lo que está por hacer es lo correcto. Besa su frente. Se levanta y proclama:
—Deseo volver a conocer a Bakugō, ¡esta vez, siendo lo suficientemente fuerte como para protegerlo a él!*
Kyubey asiente—Es un trato.
Lagrimas caen y su cuerpo se contrae en colores. Si tan solo, el rubio pudiera escuchar sus palabras, habría impedido...
• ○🌙● •
Toda la clase 2°A se encuentra expectantes de una lluvia de meteoros, en las afueras de sus dormitorios. El cielo se ve tan hermoso a pesar de la contaminación lumínica. Los aspirantes a héroes siquiera saben cómo Aizawa les permitió salir esa noche, simplemente lo agradecían.
Aunque sospechaban que algo tenía que ver el hecho de no ocasionar desmadres en todo un mes, detallitos.
Están, aunque todos juntos en una zona vigilada, separados en grupitos; charlando con sus amigos de cualquier cosa en realidad. Y eso no eximía al aclamado Bakusquad de estar en la suya.
—¡Hey! ¿No podíamos pedir deseos con estas cosas? —cuestiona un emocionado Kaminari, tumbado en una manta; próximo a un sentado Sero.
—¡Es verdad!
—Esas son las estrellas fugaces, imbéciles —contesta el iracundo rubio, quien está sentado al ras de la tela, tratando de mantener distancia...
Y fallando, porque Kirishima está con la cabeza recostada en su regazo y una sonrisa expectante al cielo. No lo diría en voz alta, pero hace rato está sonrojado por ello y no por el frío nocturno.
—¡Oh! Pedir un deseo suena genial —Acompaña la pelirosa, junto con el trío de ñoños—. ¡Hay que hacerlo! Retóricamente...
—Manga de idiotas —murmura el rubio—. Además, ¿que no saben que si pides cosas a la ligera, te pueden venir en contra? —Les sigue el juego para fastidiarles.
—¡No seas malo! ¿No sería divertido intentarlo? —Mina prosigue. Sero y Kaminari comienzan a divagar en voz alta sobre algunos bienes materiales que querrían tener ya mismo—. ¿Qué es lo que más desea tu corazoncito, Bakugō?
Tch—No hay nada que me interese. Y los deseos no se dicen en voz alta.
—¿Seguro que no hay nada que quieras? —codea con malicia. Y él vuelve a chistar—. ¡Va, va! No te enfades, puff. ¿Y tú, Kiri?
El mencionado la observa—Mmh, en realidad no lo sé...—Hace un gesto pensativo—. Es que... si me lo pongo a pensar, no hay nada que me haga falta o necesite en este instante. Ya tengo todo lo que quiero.
—¡Waa, qué cursi!
Eijirō se encoge de hombros, con una sonrisa, y se reacomoda en las piernas del rubio. No falta mucho para que la lluvia de meteoros comience. Busca la mano de su compañero y la encuentra cálida.
De todo lo que podía pedir, tenía lo más importante a su lado.
- siempre quise hacer un MHA x MM jsjdjdjdjd aunque cortito.
¡y ojalá hayan disfrutado de esta week! ¿cuál fue su día favorito? si es que se acuerdan sobre qué escribí xddd
en fin, nos leemos en la serokiri weekend/serokami week ùwú 💕💕
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