6to. El músico y su hater.
Quizás está demasiado ebrio como para pensar con claridad, quiere convencerse de que esa es la única verdad. Se mentaliza en que las luces lo marean, que la gente bailando lo sofoca y que el alcohol en sangre lo está haciendo más sensible que de costumbre.
Sí, debe ser eso.
Acaba siendo cierto que Katsuki no está en sus cinco cabales y ese es uno de los porqué de su extraño sentir; de porque está, notoriamente, enojado, sentado cruzando casi todo lo que puede cruzar y con el ceño fruncido.
Sero, uno de sus compañeros de copa, hace el intento de acercarse a hablarle—Viejo, ¿te sucede al-
—No. Cállate.
Pero, ¿cómo había terminado él, amargado en un momento como este?
Si se lo pone a pensar, todo es culpa de la vocalista (y a veces, bajista) de su banda. Kyouka, junto al tonto que tienen por representante, consiguieron e insistieron en hacer una colaboración con un reconocido grupo de rock.
Y está bien, aceptaron rápido. El amor al arte no paga facturas y desear que ojalá fuera así tampoco. La industria musical data de ser cruel con quienes inician de cero, en realidad, y colaborar con alguien de tal magnitud les daría el pequeño gran empujón que necesitan en el mundo del espectáculo.
Ese no fue el problema. Él estuvo, aunque resignado por la injusticia, de acuerdo con ello.
La cosa radica en con quiénes iban a tocar. Y lo descubrió esa misma tarde, tras tipear en su buscador de YouTube Lady Red Riot.
Y Dios, Bakugō no es un (puto) conservador de mierda. En su cabeza, que cada uno haga de su puto culo un santuario si así lo desea... perooo que no se putas acerquen a él.
Kirishima Eijirou (a.k.a Lady Red Riot) es vocalista de esa banda, junto a un tal Tokoyami y Aoyama (el rubio nunca les prestó verdadera atención). Se solía mostrar como un joven bastante entusiasta, fortachón... y como una jodida Drag queen.
🎶🎶🎶
La primera semana de convivencia fue bastante curiosa, por decirlo de alguna manera. Kirishima era demasiado amigable para alguien como Bakugō, pero podía tolerarlo de lejos. No intercambiaron muchas palabras, a pesar de la pequeña insistencia por parte del pelirrojo.
Algunos días después, la idea de que todos deberían hacer drag (en caso de que el tema sea un éxito y deban hacer un videoclip) para no romper la estética de Lady Red Riot fue barajada por Ashido, la representante de la banda.
¡Claro que se negó! Un hombre como él, vestido con un estúpido vestido y una fea peluca, y maquillaje exagerado y horrible. Aish, seguro ni siquiera combinaría con sus hermosos ojos rojos, ¡terrible!
Les dejó en claro su disconformidad con el tema y desde entonces, Kirishima pareció dejar sus intentos de amistad. No volvieron a hablar de ello por el momento, tan solo era el inicio de las cosas.
En los días de grabación, Katsuki quedó más que maravillado por Eijirou.
Y está bien, lo admite: el chabón tiene talento, demasiado. Su voz es bastante buena para hacer sonidos guturales y es algo que admira pero que no diría en voz alta nunca. Lo que no entiende, es por qué debe de maquillarse un poco antes de cada grabación. Un ritual raro que tiene, al parecer.
Y para no alargarla, fueron algunos meses de preparación, de práctica y de un éxito musical. Claro que sí, todo fue viento en popa para ambos grupos, que se hicieron de una buena amistad.
Ahora, porque el pelirrojo resultó no solo tener talento, sino de un gran carisma; han sido invitados a un reconocido bar en una noche de Sábado por Eijirou.
Aunque molesto, terminó siendo arrastrado por Jirou, Denki y Sero al lugar donde el travesti los esperaba, pero no bebió más de lo que suele poder tolerar, de hecho.
La noche comenzó bien, con pocas interacciones entre ellos y algunas bromas y amenas conversaciones. Katsuki de vez en cuando se sentía vigilado por el chico, como si deseara acercarse pero no acabara de convencerse. No le prestó atención.
El momento donde todo se fue a la mierda, es cuando empezaron a soltarse con el ambiente. Uno a uno, se fueron metiendo a la pista, quizás con muchos tragos encima; pero Kirishima se quedó haciéndole el aguante, hablando de él sabrá qué. Katsuki estuvo embelesado, observando su marcado… abdomen al descubierto, ya que el moreno llevaba puesto un crop top rojo oscuro y…
Y para cuando despabiló, un chico de cabello bicolor se ha acercado a hablarle. Uno que intercambia tres palabras, una risa y, en menos de lo que canta un gallo, estaban los dos toqueteándose en la pista.
El estómago de Katsuki se revuelve por el alcohol y el asco, ¿qué más sino? Ve como el caraquemada tiene una mano sobre la cadera del chico y el otro no dice nada por el contacto, hasta parece gustarle.
Malditos homosexuales.
—Ugh, cara plana —llama con voz gruesa a su amigo.
—¿Ehm, sí?
—A bailar.
—¿Q-
Sin esperar más (y sin saber por qué realmente), el rubio toma la muñeca del azabache y lo saca a la pista. Sero se queja de que estuvo bailando antes y quería descansar, pero no tiene opinión o voto en este momento.
Katsuki lo obliga a bailar lo más pegados que pueden, es incómodo. Hanta le pone la mejor mas Katsuki, al estar atento a los otros dos, no está prestando atención a sus movimientos, por lo que chocan y se pisan a cada rato.
Es un desastre.
—Viejo, ¿sabes qué? Esto no está funcionando —dice Sero, deteniéndose—. Hagamos algo.
—¿Qué?
—Llevas todo el rato con la mirada puesta en esos dos, un poco más y en cualquier momento, te les echas encima —Bakugou rueda los ojos y se cruza de brazos—. No me parece muy heterosexual de tu parte.
—¡¿Pero qué mierdas-...—Hanta le dedica una expresión de obviedad—. ¡Aish, solo me da asco que…
—¡Cómo sea! —Interrumpe, rodeando los hombros contrarios para empezar a caminar. Susurra en su oído—. A mí se me hace guapo el bicolor, así que te daré una mano con esto, chico heterosexual.
Siquiera sabe cómo el azabache hace malabares para arrastrarlos cerca de ambos pelirrojos entre todas las personas, chocándolos "sin querer". Sero intercambia algunas palabras con ambos, unas risas y segundos después, tiene a Todoroki donde él desea.
Bakugou no pensaba en que el guitarrista de Ground Zero fuese gay, pero él nunca dudó de su propia heterosexualidad hasta esa noche. Esta se está volviendo toda una aventura llena de sorpresas, pero ¡en fin!
—Parece que nos cambiaron, aish —murmura Eijirou, sobresaltándolo.
—A mí no me cambio nadie, él se lo pierde —Bakugou se golpea mentalmente por ese comentario tan gay, mas no se arrepiento al oír la risa del otro.
—¿Quieres bailar?
—Uh, ya qué.
Eijirou asiente y ahora, están bailando torpemente junto al otro. Es gracioso, el ambiente es incómodo, aunque poco a poco se van apegando más y más. La canción de fondo contribuye a ello. No sabe cuál es, pero es lenta, como para arrimarse a alguien.
Kirishima es muy sensual por naturaleza, con su fornido cuerpo adornado de ropa ajustada y oscura, con el cabello bien peinado y con algo de maquillaje en su rostro. Es apenas perceptible, mas le favorece muchísimo. Y, aún así, mantiene su masculinidad al margen.
No estoy en mis cinco sentidos, se reitera, esto no está pasando. El chico no puede gustarle y solo está caliente por el alcohol —que, repito, tampoco bebió mucho—. Puede sentir la respiración de Eijirou cerca de su oreja y eriza sus vellitos.
—No creí que… Eres muy lindo, Katsuki…
Katsuki suspira cuando las manos de Ei lo tocan por la cintura. No son suaves, están callosas probablemente por tocar guitarra y hacer ejercicio. Son firmes y cálidas.
Se deja llevar por el otro.
De la nada, Eijirou empieza a cantar al ritmo de la canción de fondo. Su voz, aunque gruesa y rasposa, es dulce, calmada. Añora un poco más del pelirrojo y es probable que lo consiga pronto. Bakugou se relaja y está a la defensiva al mismo tiempo.
La canción acaba y empieza otra algo más movida. No se separan porque no quieren, Katsuki no quiere tenerlo lejos. Desea que lo toque y se arrime lo más posible, desea todo tipo de contactos.
Un beso es depositado en su blanco cuello, sacándole un gemido. Uno tras otro y va subiendo hasta su mandíbula. No pide permiso, porque no lo necesita. Eijirou lo contempla fijamente a los ojos antes de besarlo con cierta posesividad, robando el último suspiro de heterosexualidad que poseía el muchacho.
«—Creo que a Baku no le van esas cosas». Kirishima ríe sobre los labios contrarios, convidándolos de bálsamo labial.
Toda la velada, sintió como Katsuki lo aborrecía y comía con la mirada, típico de closetero, mas no le prestó atención hasta el final. Simplemente, se dejó llevar por la música.
- día culero y sinsentido pero ando con un pequeño bloqueo, lo siento u,u
palabras totales: 1500.
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