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4| Críticas

Habían pasado dos días desde que Ulises echó a Jae de su estudio por arruinarle el equipo. Días en que el compositor se las tuvo que arreglar con su vieja laptop para terminar los últimos arreglos de las canciones que 4Season sacaría en un mes.

Se sentía muy frustrado. Bueno, siempre lo estaba cuando se trataba de dar lo mejor de sí mismo en su trabajo, pero últimamente algo lo tenía más irritable de lo normal.

La última foto que había publicado en su Instagram se había llenado de comentarios de odio. Toda cortesía de las newbies, las fanáticas locas de NewB.

Al principio no les había dado la mínima importancia, ya que sabía de antemano que las coreanas eran muy sensibles con las críticas que recibían sus grupos favoritos y que lo que fueran a decirle no sería más que un desahogo por no saber soportar opiniones diferentes.

Sin embargo, la situación cambió cuando los comentarios pasaron de ser doscientos a más de cinco mil, y contando. Si bien tenía a muchos usuarios de su lado que le enviaban su apoyo con palabras cálidas, la gran mayoría decía pestes sobre su música, deseándole la muerte y metiéndose con su físico que nada venía al caso en la discusión en primer lugar.

Ya pasaban de las dos de la tarde. Uli estaba en su hora de descanso, pero no tenía el apetito suficiente como para bajar a comer algo en la cafetería. Decidió que le vendría bien visitar a las chicas del grupo, quienes se ponían en posición para practicar la coreografía que Woo les había preparado.

—No te preocupes demasiado por lo que la gente dice de ti —trató de animarlo un poco Sunhee, la mayor de las cuatro y quien se había vuelto una amiga muy cercana a él—. Todos nos creemos valientes detrás de un píxel que oculta nuestra identidad.

—Si todos esos imbéciles tuvieran la oportunidad de decirte esas babosadas de frente, no harían más que agachar la cabeza y huir porque son unos cobardes.

—Mimi tiene razón, Uli —aceptó Panpriya con una ligera sonrisa, mientras estiraba para relajar sus músculos que ya empezaban a entrar en calor—. Ya verás que cuando saquen la canción se olvidarán de que te odian y hasta te agradecerán por haber incrementado la fama de NewB a nivel mundial.

—Ni siquiera sé si la canción será tan buena —cinco pares de ojos inquisidores giraron para verlo, invitándole implícitamente a explicarse—. Todas las canciones que he compuesto hasta ahora no tuvieron el éxito que esperábamos. Ustedes no han ganado ni un solo premio desde que debutaron hace casi dos años y a muy duras penas la última canción entró en el top cien de los MelOn.

—Pero eso se debe a que no tenemos muchos fans en el país. No es tu culpa, Uli.

—Sí lo es. Para que un grupo sea famoso, debe tener buenas canciones que lleguen a nuevos oyentes. Aún no pude darles esas canciones dignas de ser escuchadas por más que me esfuerce en hacerlo. Es molesto.

El silencio reinó por unos cuantos segundos en la sala de prácticas. Ni Wooseok ni Sunhee encontraban las palabras indicadas para hacerle cambiar de opinión respecto a cómo veía el fracaso de sus trabajos anteriores.

Desde sus inicios en la cruda industria musical, Ulises había lidiado con algo mucho peor que comentarios maliciosos y amenazas de muerte: el autosabotaje.

Las ideas no eran escasas y su inspiración fluía como un río en la montaña. Pese a ello, cuando una pista o una letra estaban terminadas por completo, el bichito de la duda hacía de las suyas y le llenaba la cabeza con blasfemias que, aunque se negaba a creer, terminaban por hacerle perder el interés en sus proyectos.

Era bueno, pero no era suficiente.

Y en una industria como esta, en un país como ese, ser suficiente ni siquiera llegaba a ser aceptable.

—¿No te cansas de decir estupideces?

Lina, la cuarta integrante del grupo y su hermana menor, quien había permanecido callada hasta entonces, se acercó a él sin quitarle los ojos de encima.

—Si vuelvo a escuchar cómo te menosprecias, voy a lanzarte al río Han.

—Depende. Quizás lo haga primero y te ahorre las molestias —la menor ahogó una risa y volvió a su posición, seguida de las demás—. ¿Ya decidieron cuál será la canción principal del álbum?

Sunhee asintió por todas.

—Nos costó bastante porque todas están geniales, pero al final nos decidimos por Bloody Heart.

—Y el bside que promocionaremos junto con esa será Electric Soul —se sumó Mimi, visiblemente emocionada—El coro resalta mucho nuestros vocales, así que será una buena oportunidad para mostrar otro lado nuestro a los fans.

—Suena bien. ¿Wooseok ya les armó la coreografía para ambas?

—En eso estoy, maldito ansioso —renegó el aludido como si de un niño se tratase, lo que provocó que Uli riera enternecido y se olvidara un poco de sus preocupaciones—. De todos modos, le pedí a Lina que me ayudara a terminar de pulir ciertas cosas que no me convencen del todo. ¡Señoritas! Algo me dice que este será su regreso más exitoso, así que mejor nos ponemos a trabajar.

La alarma de su teléfono comenzó a sonar, indicando que el descanso de cuarenta minutos había llegado a su fin y que le correspondía volver a su oscuro y solitario estudio. Con las canciones del álbum de las chicas ya terminado, podría enfocarse al cien por ciento en las que ahora tendría que componer para los chicos de NewB.

Al día siguiente tenían una cita programada en la compañía del aclamado grupo masculino, pues parte del acuerdo les alentaba a trabajar en ámbitos laborales en los que todos estuvieran cómodos y bien acostumbrados.

Aspiró profundo y dejó que el aire escapara de sus pulmones, preparándose a sí mismo para lo que vendría y convenciéndose de que la demanda latente no sería la peor de las amenazas.

Wooseok se consideraba a sí mismo como un cero a la izquierda.

Todos en su familia eran hombres y mujeres de negocios.

Sus padres eran dueños de una marca de ropa lujosa que se había abierto paso en la industria de la moda durante los últimos diez años.

Su hermana mayor se dedicó a estudiar Administración de Empresas y de a poco se iba consagrando como la futura heredera de la compañía que a sus trabajadores padres tanto les había costado levantar.

Ella incluso se había casado con el amor de su vida y la hija de ambos ya estaba próxima a iniciar la primaria.

Su otro hermano, el del medio, había sido durante toda su juventud un indeciso.
Cambió de carrera unas tres veces porque cada vez que se le presentaba alguna dificultad con sus estudios tiraba la toalla. Estaba convencido de que la universidad no era para él.

Sin embargo, después de mucho tiempo, encontró algo en lo que era muy bueno: convencer a las personas.

La capacidad de manejar el lenguaje y de defender un punto de vista no es para cualquiera. El hermano de Wooseok tenía talento en lo que hacía, sumado a su encantadora sonrisa y su actitud relajada, pronto se había hecho paso en la empresa donde antes parecía no tener lugar.

Al día de hoy era el encargado de organizar las juntas ejecutivas para tratar las ventas anuales y la expansión de sus productos en el mercado internacional.

Sus padres habían creado un imperio y sus hijos mayores los llenaban de orgullo con cada paso que daban.

Pero Wooseok fue diferente.

Él no quería ser prisionero de la herencia de sus padres ni obligarse a trabajar en algo que no le llamaba para nada la atención.

Tenía sueños diferentes y metas poco compatibles con la idea de hacer funcionar una compañía de miles de millones de wones.

A él le gustaba bailar.

Dejar fluir su imaginación cuando creaba coreografías, ver cada paso ejecutado de forma impecable frente al enorme espejo del salón de prácticas y hacerse uno con la música.

El arte le devolvía las ganas de seguir con vida. Un sentimiento que su monótona y estructurada familia no entendería jamás.

Incluso después de obtener una beca en la academia de danza de Seúl —porque su padre se rehusó a pagarle la matrícula— y conseguir trabajo como coreógrafo en Starlight Entertainment, un área importante de su vida seguía sintiéndose vacía.

Tener pareja.

Amar a una persona con la intensidad de mil soles y sentirse correspondido de igual forma. Él quería, deseaba estar enamorado.

Pero el universo vivía conspirando para que cada chico que le gustaba terminara siendo un completo idiota o lo acabara cambiando por una mujer. O ambas.

Y él solo podía hundirse en su cama, sintiéndose el ser humano más desafortunado del mundo mientras miraba dramas románticos donde los protagonistas vivían felices para siempre.

¿Cuándo dejaría de ser espectador de su propia vida?

—Algunas personas están destinadas a estar solteras. Mientras más rápido lo aceptes, menos sufrirás.

Quizás haberle pedido ese consejo a Uli había sido una de sus peores decisiones. El pelinegro no sabía absolutamente nada sobre cómo animar a las personas y mucho menos a ser sutil con sus palabras.

Cada vez que fallaba en ligar con hombres guapos y decentes, volvía a su mente el rostro inexpresivo de su amigo soltando esa verdad que hasta ahora se negaba a aceptar.

¿Estaba destinado a pasar el resto de su vida solo?

No era parte de quienes creen que todos tienen una media naranja que aguarda por hallar a su par y ser felices para siempre. De hecho se sentía liberador saber que cada vez más jóvenes le decían no a las relaciones románticas para disfrutar de los placeres de la vida en soledad.

Sin embargo, él no pertenecía a ese grupo de personas. Él sí quería amar y ser amado. Tener a alguien con quien compartir sus alegrías y quien pudiera consolarlo en sus momentos de tristeza.

Estaba cansado de abrazarse a sí mismo cuando sentía frío y tener que ver de lejos a dulces parejas regalándose flores.

Ya estaba harto de sentir que el problema era él.

—La puerta no va a abrirse sola, Wooseok.

La voz de Uli lo sacó de sus pensamientos, encontrándose frente a una puerta pintada de rojo completamente cerrada.

—¿Dónde estamos?

—En la compañía de NewB. ¿Tú dónde estás?

—¿Qué?

El menor chasqueó su lengua.

—Estuviste ido durante todo el viaje en auto hasta acá. Tuve que arrastrarte por todo el maldito edificio porque no respondías a mis llamados y la gente que trabaja aquí hasta empezaba a mirarte raro. No volviste a juntarte con el tipo ese que te gustaba que terminó siendo un drogadicto, ¿verdad?

Woo se alteró y le dio un golpecito en el hombro. De pronto, el calor se apoderó de sus pálidas mejillas y tragó saliva con vergüenza.

—Jamás me volvería con un drogadicto. Puede que me atraigan los vagos, inadaptados y de higiene dudosa, pero adictos a sustancias ilícitas jamás.

—Solo estaba jugando, Woo.

El teléfono del más joven vibró en el bolsillo de su pantalón. Lo tomó y echó un vistazo a su tablero de notificaciones.
Un número sin registrar le había hablado por Kakao, preguntándole de manera cortante a qué hora planeaba aparecerse por el estudio.

El pelirrojo, quien miraba la pantalla del aparato con disimulo, quiso reír a carcajadas cuando Ulises tecleó rápido una respuesta poco ortodoxa y mascullaba algún que otro insulto dirigido al dueño de aquel mensaje.

—¿Quién es?

—¿Quién crees que es? —le respondió con molestia, sin quitar la vista de la pantalla—. ¿Acaba de enviarme un sticker de un pingüino enojado?

—¡Aww! Es tan lindo.

—Corrección, es un idiota.

—¿Sigues con eso? Para tu información, mucha gente mataría por tener el número de ese idiota. ¡Y a ti te llegó un mensaje suyo así como así! El universo debe adorarte, amigo.

Uli lanzó un fuerte suspiro y bloqueó la pantalla para guardar nuevamente el teléfono, ignorando los mensajes que seguían llegando.

—El universo debería empezar a ordenar sus prioridades entonces. En unas horas volveré para conocer a los demás miembros del grupo o para pedirte que me ayudes a esconder un cadáver. Lo que ocurra primero.

Cuando su silueta desapareció por el pasillo contiguo, el pelirrojo decidió esperarlo en la sala de prácticas como habían acordado antes de llegar a la compañía.

Se suponía que estaría solo por un buen rato, ya que Dongsun le aseguró que nadie solía usar ese cuarto sino hasta después del mediodía. Tal vez incluso podría aprovechar para terminar de arreglar unos pasos que no le convencían aún de la coreo de Electric Soul.

Sin embargo, sus planes se vieron frustrados cuando al entrar a la sala se encontró con otra persona que se le había adelantado e incluso practicaba unos pasos de hip hop con la música a todo volumen.

La desesperación se apoderó de él, por lo que procuró darse la vuelta y abandonar la sala de prácticas antes que el otro le recriminara por interrumpirlo.

Pero como las fuerzas del universo siempre se ponían en su contra, acabó chocando su rostro contra la puerta y cayendo al piso al son de un sonido seco que hizo eco dentro de las cuatro paredes.

Eso pareció alertar por fin al bailarín, quien se apresuró a poner pausa a la canción que estaba a nada de terminar y se acercó al cuerpo tendido de Wooseok para auxiliarlo.

—Oiga, ¿está bien? —Wooseok ni siquiera tuvo que abrir los ojos para saber que aquella era la voz de un ángel—. Venga, lo ayudaré a levantarse.

Wooseok se sentó como pudo, tratando de ignorar ese palpitar insoportable en medio de su frente. Ya hasta podía predecir la enormidad del moretón que le saldría en esa zona.

Cuando dejó de sentir que su mundo daba las mil y un vueltas, abrió los ojos y se encontró con el ser más bellísimo que alguna vez había visto en su tan desafortunada vida.

Sus cabellos negros le cubrían parte del rostro, aunque eso no opacaba para nada el brillo tan peculiar en sus negras pupilas que lo analizaban con la más profunda de las preocupaciones. Su piel era de un bonito tono acaramelado, uno que solía perderse en las fotos que le sacaba su empresa donde cientos de filtros la volvían de un insulso color blanco.

Y sus labios... Esponjosos y abultados, hacían un desesperado llamamiento a ser besados con urgencia.

Él era el tipo de chico que podría admirar todos los días sin cansarse.

Yoshida Yuri, el bailarín principal de NewB.

—¿Seguro que está bien? Lleva un buen rato sin reaccionar, señor.

—¿Señor? —una palabra que siempre oía por parte de los nefastos adolescentes. ¡Como si se viera tan viejo!—. ¿Qué edad crees que tengo?

A Yuri se le tiñeron las mejillas, mientras negaba efusivamente con la cabeza.

—¡No era mi intención ofenderlo! Mmh, ¿necesita que llame a alguien para revisarlo? Se golpeó muy fuerte.

—Estoy bien, Yuri-ssi.

El bailarín mostró sorpresa en su rostro.

—¿Sabe quién soy?

—Eres un miembro de NewB, el grupo de chicos más famoso del momento a nivel nacional. ¿Por qué no sabría quién eres?

—Bueno, no suelo ser el favorito de las fans. Supongo que es la costumbre.

Esa confesión no le gustó para nada a Wooseok. Sobre todo por el tono decaído con el que aquel ángel había formulado la primera oración.

El menos favorito sus huevos.

—¿Cómo podría alguien tan talentoso ser tan ignorado por sus propios fans?

—No soy tan bueno, tengo que mejorar muchísimo si quiero que me noten.

—¿Es una broma? —con su trasero empezando a doler, Wooseok se incorporó del suelo; lo mismo hizo el bailarín que hasta entonces había estado agachado a su altura—. Tus pasos son limpios y bien ejecutados, tienes carisma y buenas expresiones faciales. Transmites todas las emociones de una canción cuando estás arriba del escenario. Incluso en esta simplona sala das tu doscientos por ciento. Créeme, no hay nada que mejorar en ese aspecto.

Y, por primera vez desde que entró en ese cuarto, Yuri le sonrió.

—Parece que sabe de lo que habla.

—Si dejas de tratarme de usted, te diré la razón.

—Está bien. Parece que sabes de lo que hablas. ¿Mejor?

Sí, mucho mejor.

—Soy coreógrafo.

Al más bajo se le iluminaron los ojos con mayor intensidad.

—¿Eres ese coreógrafo? ¿Park Wooseok?

—¡Vaya! Ahora el sorprendido soy yo.

—Nuestro manager nos habló de la colaboración, pero en cuanto mencionó tu nombre sentí que iba a morirme. ¡Te admiro como no tienes idea!

¿Estaba escuchando bien?

¿Un ídolo famoso lo admiraba? ¿A un coreógrafo don nadie como él?

—Es la primera vez que alguien me dice que me admira. No sé qué decir más que gracias.

—Yo soy quien debería agradecerte —Yuri se acercó más a él y Wooseok pudo sentir su corazón bailar de la emoción—. Si he mejorado algo en estos últimos meses fue gracias a tus videos.

—Espera, ¿videos? ¿Mis videos de covers? ¿De esos videos hablas? —el azabache asintió emocionado—. Pero esos son de hace más de siete años, ni siquiera era coreógrafo profesional en ese momento.

—Lo sé. No quiero parecer un fanático loco, pero vengo siguiendo tus pasos desde que publicaste el primero. No sé si lo recuerdas, pero antes de comenzar a bailar dijiste que esperabas ser el faro de alguien que, al igual que tú, vive para perseguir sus sueños. Desde ese instante, supe que serías mi modelo a seguir. Incluso al día de hoy, cuando me siento desanimado, vuelvo a ese video y me recuerdo que lo mejor siempre es seguir adelante. Así que gracias por nunca darte por vencido, Wooseok-ssi.

Yuri no lo sabía, pero con esas banales palabras y su preciosa sonrisa había logrado despertar un sentimiento que Wooseok creía dormido en lo más profundo de su ser.

Yoshida Yuri le recordó que quizás no era un bueno para nada después de todo.

Al menos no ante sus brillantes y cálidos ojos.


No sé por qué la pareja secundaria de mis libros siempre es tan 🎀✨️💗🌸🩷💖💘💞💫
Cuando la principal es tan 🙄😡💀💥💢💣🔪

•¿Qué tal este cuarto capítulo?

Creo que es el más largo hasta ahora jsjs pero quería que conocieran un poquito más de Wooseok.

•¿Tienen algún personaje favorito?

•¿Alguno que les dé curiosidad o quieran que aparezca más seguido?

No sé si lo notaron pero cambié la portada y los separadores. ¿Qué les parecen? ¿O les gustaban más los anteriores?

¡No olviden votar y comentar! Así sé si les va gustando🥹

Nos leemos en el próximo capítulo.

Amor infinito para ustedes 🦔 ❤️

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