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Capitulo 15.

** Capitulo realizado por LadyMaximoff14 **

No podía dejar de mirar sorprendida lo que estaba pasando frente a mis ojos. La luz que iluminaba aquel pasillo oscuro se estaba acercando a mi amado hijo Isaac. Al principio caminaba normal, pero más tarde empezó a correr y comenzó a llover. Tanta lluvia había, que no podía diferenciar a aquella extraña figura. Pero si de algo estaba segura era que quería a mi hijo para algo.

Se acercó primero a mí y agarro mi mano derecha sin que me diera cuenta, al instante de notar el contacto mi piel se erizó.

-Es hora de cumplir la profecía, Isabel, no debiste traicionar el código de las hadas.-susurró la persona en mi oído.

-No puedes, no he tenido tiempo de contárselo, es demasiado pequeño.- expliqué con algo de nerviosismo en mi voz.

-No has cambiado nada, sigues sin saber mentir.-dijo esto antes de acercarse a mi hijo.

Soltó mi mano para dirigirse a mi hijo Isaac, quien se dio la vuelta para ver como mi rostro se ponía pálido, era tan pálido que no se podían distinguir las lágrimas que caían de mis ojos de las gotas de lluvia.
Mientras aquella figura le susurraba algo a mi hijo, él solo la miraba a los ojos azules, dado que estaba con una capucha en su cabeza. Con una de sus manos tocó el brazo de Isaac, en el cual se empezó a formar una leve quemadura que dio origen a una marca en su cuello con una V y un dragón alrededor de ella.

Por instinto, aparte a aquella persona que cayó al suelo dejando al descubierto su rostro, era un joven de pelo oscuro como la noche y ojos azul cielo, lo reconocí al instante era Valtor uno de los más peligrosos hechiceros y el más fiel servidor de la Muerte.

No tuve el suficiente tiempo para reaccionar y en menos de lo que esperaba mi cuerpo cayó al suelo y aparecí en otro lugar distinto en Guipúzcoa, el lugar de donde venía Leire, solo que era yo la que se encontraba en su cuerpo. Valtor me había hecho reencarnar en Leire.
Intente encontrar una explicación coherente, pero mi tiempo se acabó, pues una luz cegadora hizo que me tapara los ojos con las manos y para cuando los abrí ya no estaba en el cuerpo de Leire sino en el mío, pero me encontraba en un lugar donde me había criado desde pequeña hasta cuando me enviaron a la Tierra.

El lugar era espacioso con grandes muros blancos y restos de roca donde se podían ver escritos algunas profecías y rituales antiguos, me paré en frente de una roca que hablaba de una profecía sobre el elegido, una persona que un día iba a conseguir que ambos reinos coexistan en paz, pero mi sangre se heló cuando vi que esa misma persona podía destruir ambos reinos y crear uno a partir de la misma materia para lograr la paz y gobernar en ambos reinos.


''Aquel, nacido del amor verdadero de un hada y un mundano, tendrá en su interior un gran poder que logrará unificar ambos reinos, solo si hay un sacrificio por el cual el elegido sufra su muerte y la asuma para alcanzar tal poder, pero es una misión difícil y un guía necesitara, en una noche de luna llena la profecía se cumplirá y el destino de todos llegara.''

-Isaac- pensé en voz alta con la esperanza de que nadie escuchará el nombre.

Eso explicaba muchas cosas, entre ellas el porqué mi muerte no le afectó a mi hijo, lo que le dijo Valtor era la profecía que fue conocida como ''Esperanza y Apocalipsis'', pero, había algo que impedía que fuera real, pues un hada tenía terminalmente prohibido enamorarse de un mundano, iba en contra del código.

No me podía creer que había hecho esto, yo misma cree a un niño que tenía demasiado poder que no podía controlar, necesitaba llegar a tiempo para impedir que toda la profecía no se cumpliera, tenía que quitarle los poderes a mi hijo Isaac antes de que Valtor los consiga y cree el Apocalipsis. 

De repente otra luz cegadora provocó que cerrara los ojos cuando los abrí de nuevo me encontraba en el presente, en el cuerpo de Leire tenía que ir a ver a mi esposo César como sea, la única forma que se me ocurrió era ir con la excusa de que tenía un viaje con mis amigas a Londres.

Me dirigí a mi habitación para preparar lo más rápido, una maleta en la que metí un poco de ropa, suficiente para cuatro días, y de un hueco de la habitación saque un libro que tenía desde pequeña donde se explicaba como detener algunas profecías. Cerré la maleta y les explique a mis padres, los padres de Leire, que tenía que ir a un viaje a Londres donde tendría una entrevista con una editorial para sacar mi libro en físico y firmar un contrato.
Tras esto fui a la parada de autobuses más cercana y me dirigí al aeropuerto de Madrid, al llegar allí me encontré con el aeropuerto precintado.

-Lo lamento señorita, pero no se puede acceder al aeropuerto ahora mismo.-me explicó uno de los agentes de policía que estaban vigilando dicho aeropuerto.

-Agente, necesito ir al aeropuerto, todos corremos un gran peligro si no consigo llegar a Londres.-dije lo mejor que pude.

-Ya le dije que no se puede acceder, vuelva más tarde cuando las obras hayan terminado, buenas tardes.-contestó el policía cortante mientras giraba su cabeza a los lados.

Mi vista se fijó en una marca que tenía en su cuello, era una V mayúscula con un dragón alrededor, era exactamente igual a la que se formó en el cuello de mi hijo, Valtor estaba haciendo todo lo posible para que yo no llegara a tiempo para impedir la profecía.
Desesperada, baje del coche de alquiler que pedí prestado, abrí el maletero y saque un libro pequeño, pasaba las páginas, desesperada por encontrar el hechizo que necesitaba, cuando lo encontré recite las palabras del hechizo y en unos pocos instantes me encontraba en Londres.
Busqué rápidamente y todavía desesperada un taxi para que me llevara a casa de César, cuando lo encontré le di la dirección mientras en el taxi que iba el silencio se hizo presente, tanto era que me empezó a incomodar.

-La notó alterada, ¿Qué le preocupa?- me preguntó el taxista al ver que no dejaba de mover mis manos debido a mi nerviosismo.

No estaba segura si podía contárselo, pues el policía al que se lo conté anteriormente estaba bajo el control de Valtor, tome aire y cuando me aseguré de que no tenía la marca me arme de valor.

-Mi hermano pequeño está en peligro.-mentí para no hacer descubrir mi tapadera.

-Lo lamento mucho no queda poco para llegar.

Cuando llegamos pagué la cantidad de libras que era el viaje, agarré mi maleta y empecé a buscar la casa cuando la encontré entré lo más rápido posible dejando la maleta en la entrada de la cual saqué el libro. Me dirigí al patio de la casa, pero la escena que me encontré frente a mis ojos hizo que todo mi mundo se cayese encima, mi hijo Isaac estaba sentado recitando algo mientras Valtor lo animaba y sonreía para que continuara.

-Beatus forti superior.-era lo que repetía Isaac una y otra vez.

*** Y parecía que la trama estaba casi llegando a su fin, y nuestra autora nos pone de nuevo en tensión. Felicidades por tu capitulo, y tu forma de narrar. Enhorabuena por tu escritura y por participar en este reto. Nos vemos en el próximo capitulo, el cual será ya de los últimos en publicarse ***

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