📘🧚Capítulo escrito por DayaniLimontaFalcon 🧚📘

NÁYADE

¿Leire? ¿Náyade? ¿Quién soy?
La confusión se ha apoderado de mi mente de una forma inaguantable. Todo lo que creí que era ya no existe: mis orígenes, mi familia, el mundo, yo.
Incluso yo.

Mi visión del mundo ha cambiado a la fuerza, sin embargo, hay muchas cosas que aún no logro entender, una barrera bloqueando aquello que sería la explicación de mis dudas.
En mi interior se ha desarrollado una sed de información insaciable y no voy a parar hasta encontrar las respuestas y derribar esa barrera que se interpone entre mi verdad y yo, para así poder entender quién soy.
Joseba aún con sus labios fruncidos, me miraba atónito.

—Estás hermosa Leire, quiero decir Náyade.

— Gracias Joseba.

Dirigí la mirada a la muchacha a su lado, ella debería ser Khione, la chica la cual mi madre me habló en ese mensaje.

—¿Eres Khione verdad?

—Sí, esa soy yo.

No logro entender la razón, pero algo en esa chica es raro y no logra convencerme del todo, quizás es la forma en que mi corazón se agita como gritando peligro y la manera en que ella me mira. ¿Qué es ese destello en su mirada?
O tal vez es porque la situación me ha obligado a volverme paranoica y a desconfiar de todos, incluyéndome a mi misma.

No puedo explicar lo que siento en estos momentos, es algo incomparable y sé que solo me entenderían si ocuparan mi lugar, pero por ahora para mí todo grita peligro, maldad, mentiras, secretos y sufrimiento.

— Khione— le llamé.

— ¿Sí?

— Hay muchas cosas que no entiendo.

— Para eso estoy aquí, para hacerte entender— dijo con una sonrisa amable— pregunta lo que quieras.

— ¿Quién es César?

La vi tensarse en el momento que ese nombre dejó mis labios.
Aclaró su garganta antes de hablar.

— ¿César? No sé quién es ese.

– Verás Khione, soy escritora y en una de mis historias escribí sobre Náyade, que luego terminé siendo yo.

En mi historia, Náyade amaba a César, pero él era casado, su esposa era una mujer increíble. Náyade los observaba y sabía que su amor era inmenso, lejos de odiarla le tenía mucho cariño y aunque ella amaba a César no podía impedir su amor, al contrario, los observó desde la distancia.
La esposa de César amaba la lluvia, de hecho murió un día lluvioso. La lluvia había sido un regalo de Náyade para ella, porque tenía conocimiento de lo mucho que le gustaba. Un día César conoció a Náyade y su secreto, ella era un hada del agua perseguida por Merlín, un brujo que quería capturarla para revivir a los brujos que murieron debido a que el día de su nacimiento un dragón se desestabilizó y comenzó a matar. Entonces César decidió defenderla de Merlín, a pesar de que él era un simple humano que acababa de conocer un mundo totalmente diferente al que había creído que existía.

¿Cómo es posible que yo haya escrito sobre Merlín y hadas y que mi verdadero nombre sea el mismo de esa hada? ¿Acaso son recuerdos? Eso no tendría sentido, porque hasta ahora no sabía de mis padres.
No sabía lo que soy. Solo era una simple humana que disfrutaba escribiendo sobre mundos diferentes para escapar de su realidad, del vacío que habitaba su pecho porque sentía que algo le faltaba y no sabía qué.

— No entiendo tu pregunta Náyade. Quizás solamente lo imaginaste y por alguna razón que desconozco escribiste una historia así, con una protagonista llamada igual que tú.

Tienen sentido sus palabras. ¿Pero por qué siento que está mintiendo?

Definitivamente, hay algo raro en esta chica y debo encontrar la pieza que está faltando en este rompecabezas.
De repente mi corazón se aceleró, entonces lo supe, él estaba aquí.

— Él está aquí— susurré.

—¿Él? ¿Quién es él?— cuestionó Joseba.

Como para responder su pregunta, Merlín apareció frente a nosotros. Su mirada encontró la mía y la ferocidad de esta me hizo tragar grueso. No sé por qué motivo, pero sentí la necesidad de aferrarme a él, de envolverme en sus brazos como si no hubiera un mañana. El tiempo se detuvo mientras intercambiábamos mirada y mis ojos indagaron en los suyos.

¿Quién eres Merlín? ¿Por qué a pesar de que todo apunta a que eres peligroso, quiero correr a tus brazos?
Un intenso dolor atacó mi cabeza y caí de rodillas al suelo.

— Leire— gritó Joseba antes de correr en mi dirección.

Pero antes que llegara a mí, una poderosa fuerza lo empujó hacia atrás y ante mí apareció la impactante figura de Merlín ofreciendo su mano para ayudarme.
Dudé un instante si tomarla o no, pero escuché los latidos de su corazón, parecían sinceros a diferencia de Khione. Escudriñé su rostro y no encontré rostro de maldad, solo encontré preocupación. Entonces me decidí a tomar su mano.
El dolor en mi cabeza aumentó y mi pecho se unió a este, mis piernas fallaron y Merlín intensificó su agarre. Una serie de imágenes cambiantes invadieron mi mente. ¿Acaso son recuerdos?

—¿Quién es él?— le pregunté a una chica a mi lado.

— Su nombre es Merlín, dicen que es un poco misterioso. ¿A que es apuesto?

— Si— respondí con sinceridad.

— ¿Al parecer a alguien le gusta Merlín?— bromeó.

Bajé mi cabeza sonrojada.

— Un poco— respondí con una sonrisa idiota en mis labios.

De repente Merlín comenzó a acercarse a nosotras y mis nervios aparecieron.

— Hola— dijo él.

— Hola— respondimos al unísono.

— Soy nuevo por acá, mi nombre es Merlín Areth— dijo ofreciendo su mano.

— Yo soy María— respondió ella a su saludo.

— Le... Leire— tomé su mano para saludarlo y en cuanto miré sus ojos sentí el tiempo detenerse. 

Ya no estaba aquí, no sentía que lo estuviera. Me vi en una habitación. Las imágenes se iban sucediendo sin parar en mi confusa mente.

— Me gusta escribir, pero nunca se lo he mostrado a nadie— le dije.

— ¿Puedo leer una de tus historias algún día?— preguntó Merlín, a lo que yo asentí con la cabeza.

— Tienes una hermosa sonrisa Leire, pero tus labios, son algo mágico— susurró acercándose a mí y colocando su pulgar sobre mis labios antes de besarme con ternura.

— Te quiero Leire— dijo mientras me besaba apasionadamente y nuestras prendas caían al suelo para que nuestros cuerpos fueran envueltos por el placer y la lujuria. Me entregué a él por primera vez, descubrí un mundo desconocido en sus brazos, con su cuerpo junto al mío y los gemidos escapando sin control.

— Yo te amo Merlín.

Las imágenes felices dejaron de serlo de repente. Vi mi cuerpo desnudo envuelto en una sábana mientras tomaba conocimiento de que en realidad soy Náyade y que él solo quería utilizarme.

— Esas eran mis intenciones, pero cuando te fui conociendo me enamoré de ti, créeme por favor - me dijo él en apenas un susurro de voz mientras otra imagen se sucedía en mi cabeza.

— No quiero volver a verte— tomé el valor suficiente para decirle y me vestí para salir de ahí lo antes posible. De esa habitación donde le había entregado todo a un hombre que apenas conocía y del que me había enamorado tan profunda y locamente. 

Agité mi cabeza para alejar todos esas imágenes y pensamientos que cada vez eran más claros. No quería ver a Merlín, no después de lo que acababa de escuchar y ver en mi mente, de la forma en que intentó usarme. Me sentía como que no valía nada, sin contar que mi mente estaba hecha un lío intentando procesar toda la información.

— Leire— llamó, pero no volteé hasta que escuché — Náyade.

Eso fue lo necesario para hacer que mi rabia aumentara y que las palabras salieran de mis labios como cuchillos afilados directamente a su corazón.

— ¿A quién amas Merlín? ¿Amas a Leire, la humana que solamente tiene amor para ofrecerte, o a Náyade, el hada que usas para lograr tus propósitos malvados?

— Te amo a ti, porque algún día entenderás quién eres para mí en realidad.

Más recuerdos acuden a mi mente. Y cada vez lo tengo más claro. Conocí a César, me enamoré en la manera en que trataba a su esposa, yo también quería ser amada así, sin que la otra persona esperara nada a cambio, solo amor y quise ocupar su lugar, pero supe que eso nunca podría ser porque ellos se amaban. Hasta que ella murió. Al verlo tan destrozado quise estar a su lado, consolarlo. ¿Pero quién era yo para hacerlo? No era nadie, no podía aprovecharme de su sufrimiento.
Sin embargo, la vida quiso que él me conociera.

Huí de Merlín, no quería verlo. Temía que quisiera tomarme por la fuerza, ya que no pudo hacerlo por las buenas, así que me marché.

Caí en el jardín de César y así nos conocimos. Pero Merlín no luchó contra él, sino que ese día me dedicó una mirada de desaprobación que nunca entendí hasta qué...

Hasta que fui utilizada nuevamente, César no sentía nada por mí y yo no quise invadir su privacidad, así que no escuché sus latidos. Creí en él, pero él solo quería revivir a su esposa muerta. Destrozada por ser usada nuevamente, por pensar que no valía nada, recurrí a la muerte, pero Merlín lo evitó.

— No puedes dejarme Náyade.

— Hazme olvidar por favor, no quiero recordar nada, quiero bloquear mis poderes y volver a ser humana, vivir normal — Supliqué.

— ¿Estás segura de esto?

— Sí

Entonces reaccioné, Merlín aún sostenía mi mano, ya sabía que no era un peligro.
Entendí mi deber, debía descubrir y aceptar todo de mí. Enfrentar mi realidad, no escapar de ella.

Que no soy Leire, pero tampoco Náyade.

Que soy ambas, y eso es lo que Merlín amaba de mí, que no solo era el hada más poderosa y la heredera al trono, sino que también era capaz de sentir, de amar y que era yo sobre todas las cosas . Él amaba cada parte de mí, cada célula de mi cuerpo, mis virtudes, mis defectos.

Pero no todo está resuelto, aún faltaban cosas por entender, verdades por descubrir.

Estaba segura de que había vuelto a recordar al entregarme a él en esa casa de madera. Nuevamente, sin cargo está el misterio de Khione. ¿Si esta mentía cuál era su motivo?
Eso lo descubriría.

— Sé que algo ocultas Khione.

— Ya veo que eres inteligente Náyade— dijo con arrogancia —en el mundo no existen las personas inteligentes, sino las personas ignorantes, y si pensaste que yo era ignorante, pues te equivocaste, porque soy más poderosa de lo que te imaginas.

🧚📘🧚📘🧚📘🧚📘🧚

** ¡Que bonito capítulo! Enhorabuena a la autora por ayudarnos a resolver los misterios de nuestra protagonista y provocar aún más enredo en la historia. Bravo.

Estamos casi a la mitad de ésta historia. Por eso, le rogamos a los próximos autores que si es necesario vuelvan a leerse la historia para saber a qué se enfrentan en el capítulo que le toque escribir.

Es importante a estas alturas, mantener algo de coherencia con la historia, respetando el trabajo de los anteriores autores. Sabemos que es difícil por lo avanzado de la trama. Pero ésta historia aún no acaba.

Quiero darle las gracias a DayaniLimontaFalcon por las portadas que ha realizado para nuestra historia. Muchas gracias por el gran trabajo y esfuerzo. Ha quedado preciosa.

Y sin más, nos leemos en el siguiente capítulo.