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Capítulo. 05

Say something, I'm giving up on you 
I'll be the one, if you want me to
Anywhere, I would've followed you 
Say something, I'm giving up on you
And I am feeling so small 
It was over my head 
I know nothing at all
And I will stumble and fall 
I'm still learning to love 
🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼

(Christina Aguilera)

Wade llegó al apartamento y se encontró a Raven sentada en el alféizar de la ventana con el cabello revuelto, un libro sobre las piernas que obviamente no leía y una de las viejas sudaderas del mercenario, la que tenía el logo estampado en la pechera. Supo al instante que lo había estado esperando, así como supo también que ella no estaba molesta, sino preocupada.

Apenas acaba de regresar del Infierno y tú te esfuerzas por incomodarla, eres un idiota, se recriminó.

—¡Hey! —intentó actuar normal y comenzó a despojarse de los artilugios que acompañaban al traje— No creerás la locura que ha sido este día —soltó un silbido para recalcar lo dicho— Incluso he tenido que ayudar a una anciana a bajar a su gato de un árbol cuando venía de camino, ¿sabes? Mejor no te digo los lugares que me rasguñó el muy...

Su voz se fue apagando al comprobar la expresión con que le contemplaba la chica.

Ahora comenzará a gritarte y te lo mereces, porque además de idiota eres un cobarde mentiroso.

El canadiense hubiera dado ambos brazos con tal de lograr que la voz en su cabeza guardara silencio un rato. Odiaba saber que llevaba tanta razón.

Tragó fuerte, apretó los enguantados puños y avanzó un par de pasos. La sensación de estar caminando al matadero le provocó un nudo en la garganta.

—¿Revi? Nena, di algo.

La chica se puso en pie, acercándose con una expresión que el mercenario no lograba descifrar. ¿Era de enfado? ¿Preocupación? ¿De odio, tal vez?

Se quedó anclado al sitio esperando los gritos y quizás algún que otro bofetón, pero nada de eso sucedió. Por el contrario, Rave le echó los brazos al cuello, subió la máscara hasta encima de su nariz y le besó para luego abrazarlo.

Todo ocurrió tan deprisa que Wilson no lograba interiorizarlo, seguía esperando los golpes e insultos y en lugar de ello tenía una novia que le recibía con caricias.

—¿Wade? —aún no se había apartado de su pecho.

Se esforzó por responderle y solo consiguió emitir un quejido de animalillo moribundo. Parpadeó varias veces, buscando mentalmente su botón de reinicio.

—Se supone que tienes que abrazarme también si me extrañaste.

Finalmente el comentario logró sacarlo de su estupor y atinó a rodearla con sus brazos, su mentón descansando en la cabeza de trigueños cabellos de Rave.

Entonces es así como se siente llegar a casa, pensó. Una sonrisa comenzó a dibujarse en su rostro.

Es esto lo que sucede cuando alguien de verdad te quiere lo suficiente como para echarte de menos.

Se dio un segundo para sentir las proverbiales mariposas en el estómago y sí, ahí estaban, revoloteando tan embobadas como se encontraba él en ese instante.

Tú no lo mereces.

El pensamiento fue como una nube negra instalándose en un cielo de primavera. Hizo que se zafara apresurado del cómodo abrazo y retrocediera tambaleante.

—¿Te encuentras bien? —Raven se alarmó ante el repentino cambio de actitud. Trató de acercarse e instintivamente el otro retrocedió.

La trigueña se mordió el labio inferior con fuerza, conteniéndose para no avanzar hasta Wilson, tomarle de los hombros y sacudirle para que reaccionara de una vez. Sabía que los demonios que habitaban la cabeza de Deadpool lo estaban torturando; que por cada cosa buena que ocurriera en su vida ellos le darían mil ideas retorcidas sobre su persona para minar su autoestima. Tenía una idea bastante clara de los juicios crueles que emitían esas voces porque, aunque evitara comentarlo, ella albergaba en su interior una versión bastante similar de esos monstruos.

Era un infierno que cargaban todas las horas del día, los 365 días del año.

—Wade, cariño, lo que sea que estés pensando de forma negativa, no es real. —le hablaba como lo haría si intentase calmar a un niño pequeño— Tú y yo somos reales. Lo que tenemos es...

—¿Por lástima? —la interrumpió.

Se mordió la lengua después de casi escupir aquella pregunta. No había querido apartarla de su lado antes y no supo que iba a decir algo tan estúpido ahora hasta que fue demasiado tarde. Su bocaza volvía a funcionar con libre albedrío y la expresión anonadada de ella solo confirmaba lo obvio: había vuelto a embarrarla con la única mujer que le importaba.

IDIOTA. Idiotaidiotaidiotaidiota.

—¿De verdad crees que acepté esta relación porque te tengo lástima? —deseaba gritarle, pero algo la instaba a mantener la cordura. Uno de los dos tenía que hacerlo al menos.

—No quise decir eso. —Aunque sabes que es la verdad.

—Responde la pregunta, Wilson. Sin rodeos.

Wade dejó ir el aire con un suspiro, se acomodó la máscara, de nuevo en busca de un escudo y la miró a los ojos. Se rindió dejando caer los hombros.

—¿Y acaso no tengo razón?

—No. No la tienes. —su autocontrol se fue a paseo— ¡Maldición, Wilson! ¿¡Qué tengo que hacer para que dejes de pensar que me estoy burlando de ti!?

Raven pateó el libro que antes había caído al suelo con fuerza suficiente para que llegara al otro lado de la habitación, apretó los puños, evitando mirarle. No quería ser brusca con él y al mismo tiempo deseaba saltarle encima y estrangularle por imbécil.

—No tienes que hacer nada, Revi. No es tu culpa —notaba la voz entrecortada por el nudo que tenía en la garganta— Simplemente... sé que mereces a alguien mejor.

Esa frase le arrebató de golpe el enfado. Los ojos se le llenaron de lágrimas que apartó a manotazos.

¿Alguien mejor que él? ¿Quién? ¿Uno de los que estaban tan enamorados que habían logrado seguir con su vida sin detenerse a esperarla? Rave no quería que nadie se estancara en el pasado por su causa, no quería que la extrañaran, pero... ¿Acaso era mentira que le había explotado el corazón de felicidad al darse cuenta que Deadpool seguía tan enamorado de ella como el día que se fue? Y sus sentimientos hacia él, ¿dónde estaban? Pues en el mismo sitio que estuvieron toda la vida.

—Yo te amo, Wade Wilson —al decirlo, clavó sus ojos dispares en los blancos de la máscara— Estoy enamorada de ti de la misma forma que lo estuve cuando nos conocimos.

—Para... —suplicó. No deseaba escucharla decir todo eso, aún sabiendo que era cierto.

—Traté de matarte y tú me besaste, ¿recuerdas? —Tampoco deseaba recordar o tendría que hacerse cargo de sus sentimientos— Dejaste que te atravesara con la espada solo para poder besarme y lo supe...

—Ya basta, Revi.

—Íbamos a estar dando vueltas en círculos alrededor de lo que sentíamos uno por el otro durante años. —concluyó apoyando una mano en la mejilla cubierta de spandex.

—No... —Wade la apartó y acto seguido la atrajo hasta tenerla enredada en sus brazos una vez más— Te mereces a alguien que no esté roto.

La chica dejó escapar una risita carente de diversión.

—Claro, porque yo estoy tan completa —ironizó con la cara enterrada en el pecho de su compañero— Yo te quiero así, Wade.

—Y eso demuestra lo loca que estás. La escritora de este fic podía haberte imaginado menos demente, no costaba nada.

—Habló el más cuerdo —ahora sí su carcajada estaba teñida de humor. Empezaban a relajarse los ánimos.

Rave se apartó despacio, sin romper el lazo de sus miradas, hasta sentarse nuevamente en el bordillo de la ventana. Se alborotó un poco más los cabellos y se frotó las sienes con ambos pulgares antes de preguntar.

—¿Acaso tú no sientes lo mismo por mí?

—Si te digo que sí, decidirás quedarte conmigo y no sé si soy capaz de soportar el hacerte algo así —habló mientras recogía las cartucheras y las pistolas que dejara sobre el sofá al llegar— Creo que es mejor que me vaya.

Soltó un bufido enojado al escucharle. ¿En qué diablos pensaba él?

¡Solo dime que me quieres, sé que lo haces, llévame a la cama y resolvamos esto a nuestro modo habitual!, le hubiera gustado gritarle. En lugar de eso comentó con frialdad.

—No quiero tu sacrificio, Wilson.

—Ya me lo agradecerás —levantó la máscara para que pudiera ver su sonrisa forzada.

Todo era tan absurdo. Wade no quería irse, dejar las cosas de aquella forma; una relación que siempre deseó, y su mente no paraba de acosarlo, repitiendo la letanía de que no merecía lo que ella pudiera darle. Raven no quería dejarle ir, perderle de esa manera tan tonta, sin embargo, dejó que su orgullo hablara más fuerte.

—En ese caso —señaló la puerta con un gesto— No tengo que mostrarte la salida, ya sabes dónde está.

Ahora ambos se odiaban a sí mismos por esto.

Deadpool se marchó sin despedirse y Raven se encerró en su habitación a descargar su furia contra la almohada.


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Playlist:

➡️ Canción Say Something / Intérprete A Great Big World and Christina Aguilera

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