—Al fin, terminé. —Dije un poco estresada, Mientras  me retumbaba en la alfombra, de la habitación de quién en pocos días se convertiría, en mi hermano mayor.  Pues mis padres nunca pudieron tener más hijos aparte de mí, y bueno como yo suelo ser una chica muy distraída mi madre pensó que lo que necesitaría fuera la compañía de alguien que me cuide en momentos de peligro. Pero en realidad yo no tengo ningún problema con eso, ya sé cuidarme sola. Además me encanta la moda, las artes marciales y unos que otros géneros musicales, pero por desgracia también mis padres eligieron por mí que estudiara arqueología. Sé que es algo hermoso y tiene sus beneficios, pero en fin. En lo personal también me apasiona el océano, las flores, el turismo, pero lo que más suelo hacer es meter la cabeza en un libro y observar las estrellas todas las noches.

—A veces me pregunto, ¿Qué pasaría si algún día las estrellas dejaran de brillar?

—Si las estrellas dejaran de brillar...
Entonces significa que el clima que existe entre tú y yo, se enfriaría rápidamente... y qué el planeta con todas las formas de vida correrían el riesgo de arder en el infierno.

El susto rápido de mí corazón me hizo levantarme de pronto del suelo para luego responderle a mi supuesto profesor:  —Lo siento, pero creo que no hace falta tanta intensidad para explicarme una simple teoría.

—Cuando lo entiendas me darás las gracias. —Me respondió Edrien, limpiando unos anteojos y caminó para irse.

—Espera, ¿A qué te refieres? —Le dije con rapidez, sujetándole el abrigo.

—Descuida, en estos momentos estás evitando que suceda ésa tragedia.

Diciendo eso se marchó. Más no lo comprendí hasta que descubrí que...