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Chapter 7 - Ferdinho


Las hojas del calendario son arrancadas con el transcurso del tiempo y así, los días pasan más rápido que un jet supersónico.

Aldebarán alcanza la felicidad absoluta cuando en Enero, contabiliza 45 días durmiendo sin interrupciones o sueños nostálgicos. Su emoción se refleja en el trabajo y en sus relaciones.

Incluso, para inicios de Febrero, retoma la amistad con Cassios.

Sobre todo porque, para ese mes, Cassios es el encargado de remodelar su casa de cabo a rabo. Aldebarán pone especial énfasis en su habitación, pero respeta la de Teneo. De alguna forma, quiere que su hijo tenga la certeza de quién era su madre.

No por haberse ido, su hijo debe odiarla o reprocharle nada.

Mientras su sueño se regula y su cuerpo alcanza el descanso apropiado, su relación con Shura se vuelve... pintoresca.

Consciente de la atracción que le despierta su socio, poco a poco encuentra excusas para compartir más tiempo con él.

Las cenas acompañados son casi el pan de cada día para mitad de Febrero y en esas fechas, salen algunos sábados después del trabajo y pasean por los parques o encuentran sitios a los cuales llevar al inquieto Teneo.

Para Marzo acuden al cine a un par de estrenos de las secuelas de sus películas favoritas, gracias a la ayuda de Cassios, quien funge de niñera del niño. Para esas fechas, hay momentos en que los comentarios de su socio le sacan de balance y le hacen cuestionarse seriamente si bromea o... ¿le coquetea?

¿Shura coquetea? ¿El serio de Shura le coquetea o sólo se ilusiona en vano?

Ya no sabe qué pensar porque nunca logra penetrar la armadura de oro que lo protege. Shura es una torre imperturbable.

A finales de Marzo, sus sueños lo despiertan un día sí y al otro también.

Su protagonista ya no es Shaina... es Shura y cada sueño es más intenso que el anterior. Hay noches en que su erección es insoportable o bien, como en su adolescencia temprana, despierta mojado.

"Bonito me veo, como toro en brama en plena primavera" sisea una noche, descargando su frustración sexual con ayuda de su mano.




—¡Papai, papai! —llama extendiendo las manitas, corriendo con más firmeza.

Teneo está a mes y medio de cumplir sus 2 flamantes añitos.

Aldebarán no cabe de gusto y orgullo por los éxitos de su hijo, entre los que están caminar sin caerse, comer con su cuchara sin llenarse la cabeza de alimento y el inicio de su vida como dibujante abstracto, según palabras de Shura.

—Teninho —responde levantando a su hijo en brazos y deja que lo bese con más control de sus labios y por ende, menos babas—, ¿qué pasa, hijo?

—Te amo —susurra en su oído, feliz y complacido por estar en el mejor sitio del mundo, los brazos de papá.

—Y yo a ti... —ronronea contra su cuellito—. Te amo, mi amor, te amo —declara con el corazón derretido ante tremenda ternura contenida en un pequeño cuerpecito.

—Papai... —lo llama poniendo sus manecitas en las mejillas del mayor para obligarlo a centrar toda su atención en él—. ¿Qué es "vidia"?

El mes de Marzo inició una fase trascendental en Teneo, gracias a la frase mortal: "Papai, ¿qué es eso?".

Lo más difícil, hasta ahora, fue explicarle qué son dos perros unidos por el trasero y por qué no se podían separar... Por supuesto, eso se lo dejó a Shura.

¡Él tiene más temple y se abochorna menos!

—¿Vidia? ¿Dónde viste eso, Teninho? —cuestiona llevando a su pequeño a la sala para aprovechar la tarde del domingo y dedicarse a jugar con él.

—Shudinho "diche" que "vidia" Teninho "puando" papai no "tá".

—Shurinho dice que vidia a Teninho cuando papai no está —repite con cuidado, entrecerrando los ojos mientras deja a su hijo en el piso con cuidado.

—Sim —asiente con la cabeza, gateando por la manta desplegada en la sala, entre los cojines y los juguetes, así como las grandes hojas de papel y los colores de cera, previamente preparados por Aldebarán.

El pequeño agarra a su toro Ferdinando y lo estrecha con fuerza.

Ya a estas alturas de la vida, al peluche le falta la rosa que llevaba en la boca (que perdió tras un encuentro mortal con una caja que lo aplastó y donde Teneo se vio obligado a jalarlo para salvarlo de la caja mala) y tiene uno de los cuernos más chico, a pesar de recibir los primeros auxilios de la habilidosa Marin (porque el niño lo utilizó como mordedor para aliviar el dolor en su proceso de dentición y hasta terminar comiendo guata [1]).

Sin contar el color carcomido por tantas lavadas y el cambio de rabo cuando a finales de Febrero y en plena jornada agotadora, al condenado peluche no se le ocurrió algo mejor qué hacer para complicarle más la vida a Aldebarán, que abandonar el rabo quién sabe dónde. Por supuesto, el llanto desesperado de Teneo duró horas.

"Papai, Fedinho 'pedió' su 'coyita', papai" decía el pequeño entre sollozos. "¿'Pómo' 'hadá' pipí y popó? Ayuda, papai, ayuda Fedinho".

Eso necesitó del apoyo incondicional de los trabajadores de su establecimiento y una hora de paro total buscando el susodicho rabo, hasta que le pusieron un sustituto al condenado Ferdinando para devolverle la tranquilidad al niño.

A pesar de tantas desventuras, Ferdinando es el juguete favorito de Teneo y Aldebarán carece del corazón para explicarle que deberían jubilarlo pronto, antes de que el condenado toro pierda otra cosa.

—¿Shurinho te dice "vidia" cuando no estoy?

—Sim, "puando" papai "abacha" a Teninho, Shudinho "diche" eso —responde con una sonrisa que le achica los ojitos y le forma un hoyuelo en su mejilla.

—Cuando papai abraza a Teninho, Shurinho dice eso... —traduce pensativo.

A últimas fechas, se ha tomado a pecho la idea de inscribirse en la carrera de Traducción porque se está volviendo todo un experto.

¡Deberían darle un títu...lo!

Su corazón se salta dos latidos y la respiración se le corta de tajo. El rostro queda lívido por la sorpresa al creer cuál es la respuesta.

     »¿Shurinho envidia a Teninho porque papai abraza a Teninho? —cuestiona con un pálpito creciente y un hoyo en el estómago.

—Sim, "vidia" —repite entre gorjeos—. ¡"Vidia"! —asegura sacudiendo sus manitas.

—Shurinho envidia a Teninho porque papai lo abraza... —susurra con un nudo en la garganta ante semejante descubrimiento.

—Sim, "puque" papai "abacha" a Teninho —repite contento.

—Hijo, ¿sabes cuánto te amo? —indaga abrazando a su pequeño con todo y su peluche, acomodándolos sobre su enorme pecho.

—¡"Musho"! —celebra alzando los puñitos.

—Sí, muchísimo. Eres el niño más inteligente del mundo.

—¡Sim!

Lo llena de besos y, entre los grititos felices de su hijo, Aldebarán agradece por tantas bendiciones.

¡Shura envidia a Teneo porque lo abraza! ¡Lo envidia!

"Mañana te meteré en problemas y veré si esta vez logras escaparte de la trampa, cabra escurridiza" se promete entre risas.


¡Hola, mis Paballed@s!

Por fin el Aldebarán se entera de que la cabra escurridiza le corresponde. ¡Gracias, Teninho!

¿Cómo vamos hasta acá? ¿Qué te va pareciendo?

Te mando una caja de chocolates para el siguiente capítulo y te aviso que espero no te hayas acabado los pañuelos porque los necesitarás prontito.

Recibe un abrazo y cuídate mucho. 

¡Gracias por leer y por comentar y todo lo demás!

¡Hasta mañana!

NOTAS DE LA AUTORA

[1] Guata — es la tela con la que rellenan los peluches.

La imagen de la portada, es la de Ferdinando en sus buenos días xD


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