Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3

El sonido de la lluvia desapareció.

Mi cigarrillo se apagó por el agua pero sigue entre mis labios.

Mis pasos se detuvieron por completo y mi respiración también.

Ella está aquí, luego de una semana donde desesperadamente la buscaba con la mirada, está aquí, sin ser más que una desconocida, pidiendo mi ayuda.

Tantas preguntas, hay tantas preguntas que pasan por mi mente pero ninguna parece ser la indicada.

Ninguna de mis preguntas tienen lógica y menos al siquiera imaginarme la respuesta que ella pueda dar.

Solo la veo, más claramente que cuando lo hacía desde el otro lado del escenario pero no del todo por la intensa lluvia que no hace más que aumentar.

Sus labios están casi morados, su pequeño cuerpo tiembla por el frío pero sus pálidos ojos están decididos, no apartan la mirada, como si no notara que un tremendo resfriado le llegaría si sigue exponiéndose así.

Sus pequeñas y rosadas mejillas pecosas están un poco manchadas por color negro, su delineado se ha corrido.

Mi boca se abre un poco tratando de procesar todo pero lo único que pasa es que mi cigarrillo cae al suelo, empapándose en un charco sucio.






Cierro la puerta del edificio, encerrándonos dentro.

La chica se recuesta en una pared mientras ajusta uno de sus botines. La luz es muy poca, las pequeñas ventanas en la pared del pasillo es lo único que ilumina el lugar.

Suspiro sin saber que hacer pero al escuchar un trueno es cuando realizo para lo que estoy aquí.

Troto por el pasillo, esperando que la chica me siga, para poder llegar al salón principal.

Maldigo al ver que la mayoría de las ventanas están abiertas y que una gran cantidad de agua está entrando.

—Mierda.—las pisadas de la chica se hacen presentes, volteo a verla y ella asiente, entendiendo sin decirle que necesito su ayuda.—Ve al cuarto de ahí.—le digo señalando una puerta un poco alejada, cerca de la plataforma.

La chica se quita el gorro de su suéter, su empapado cabello negro se hace presente, de su oreja puedo notar un leve brillo, un par de piercings se muestran pero antes de poder ver más detalles ella sale corriendo.

Alejo la mirada de la puerta donde entró para empezar a cerrar las ventanas.

Gruño un poco al notar que algunas son más difíciles de cerrar ya que son tan viejas que están atascadas.

Luego de unos minutos logro cerrar todas las de la habitación principal y las pocas que estaban abiertas de los pequeños cuartos del lado derecho.

Otro trueno ilumina más el cuarto oscuro y recuerdo a la chica.

Quizás por el cansancio, el frío o las pocas horas de sueño me quedo un momento viendo la puerta abierta, pensando si lo que vi antes fue más que eso, una imaginación debido a todo. O si realmente la chica está ahí.

—¡Finn!—su grito me hace salir corriendo, entro al oscuro cuarto buscándola con la mirada, hasta que la veo—¡Finn!

Salgo corriendo hacia ella, la chica está arriba de una patoja silla de madera, tratando de bajar una ventana que parece estar atascada.

Una gran ventisca de aire con lluvia entra por la ventana, empapando más y mojando la mesa con algunos libros de Ben.

Llego hasta ella y empiezo a apoyarla, gruño un poco al notar que realmente estaba trabada.

La vieja madera con grietas se resiste pero poco a poco, mientras la lluvia nos golpea la cara bruscamente, la madera empieza a ceder.

Y luego de lo que parece mucho tiempo, finalmente, la ventana se cierra.

Los dos caemos derrotados, la chica sobre la silla y yo sobre el sofá que está al lado.

El ruido de la lluvia tintinea en la ventana, los truenos iluminan la habitación por ratos. Pero dentro del edificio solo son nuestras respiraciones las que se escuchan.

Me acuesto completamente sobre el sofá, dejando mis piernas sobre él.

Miss ojos se cierran un rato tratando de regular mi cansada respiración.

¿Como se nos ocurre irnos sin revisar si todas las ventanas están cerradas?

Levanto mi rostro cuando me acuerdo nuevamente que no estoy solo.

La chica está abrazándose a sí misma en la silla, sus pies están sobre la silla mientras sus brazos abrazando sus piernas, su respiración está agitada también, tiene los ojos cerrados y su piel parece más blanca que antes.

Me levanto del sofá, ella abre sus ojos y sin moverse de la misma posición sigue mis pasos con sus azules ojos.

Voy hasta el pequeño closet y abro uno de los cajones buscando algo de ropa seca. Salgo del cuarto y entro al baño buscando toallas limpias.

Cuando entro nuevamente la chica ya no está en la silla, está agachada recogiendo algunos papeles que se han caído por la brisa.

Al escuchar mis pasos se levanta y los deja sobre la mesa mientras me mira.

Me acerco un poco y le entrego la toalla, una vieja camisa mía que tengo de respaldo y unos pantalones de deporte de Lio, que son los más pequeños que pude encontrar.

—Puedes cambiarte en el baño, puedes ducharte también si quieres aunque dudo que el agua caliente esté funcionando con la tormenta.—digo, los claros ojos de la chica pelinegra no apartan mi mirada.

Sus mojados labios tiemblan un poco, toma las cosas y las pega a su pecho antes de salir del cuarto y dirigirse al baño luego de que le indicará donde está.

Cierro la puerta de la habitación y empiezo a secarme y me cambio de ropa también.

Olvido completamente que mi celular está en mi bolsillo de mi jeans y este cae bruscamente cuando me los quito. Bufo, termino de cambiarme, tiro la ropa mojada en un cesto y luego tomo mi celular.

Es un reporte de Ben, diciéndome que Lío está bien y que su fiebre bajó un poco. Me pregunta si estoy bien y le digo que esperaré a que la tormenta baje para regresar y si en dado caso no lo hace me quedaré.

Recibo su respuesta pero mis ojos van a la puerta.

La chica toca tres veces pero luego abre sin esperar respuesta.

Tiene la ropa mojada en una mano y con la otra trata de secar su cabello con la toalla.

Me acerco a ella, tomo su ropa mojada y la tiendo en una silla cerca del radiador, que encendí hace unos minutos para que la habitación esté más cálida.

La chica termina de secarse el cabello con ambas manos antes de colgar la toalla también.

Le tiendo un viejo suéter de Ben, la chica lo acepta con una pequeña sonrisa.

Asiento caminando hacia el closet sacando uno para mí también.

Me lo pongo rápidamente y luego lo cierro.

Miro que la chica se ha sentado en uno de los cojines en el piso, supongo qué son los únicos que no están mojados.

Escucho algo pillar, camino hacia una mesa alejada de las ventanas, donde he puesto a calentar café sobre una estufa de baterías.

No duran mucho pero en momentos así cuando la energía no sirve son muy útiles.

—¿Te gusta con azúcar?—pregunto volteando a verla, la chica levanta su mirada de unas páginas con partituras de canciones solo para asentir con la cabeza, haciendo la seña de paz con los dedos.

Me río un poco antes de poner dos cucharadas de azúcar en su café y dejando el mio sin azúcar, me acerco a ella.

Sonrío al darme cuenta que ha acercado otro cojín como el suyo y lo ha puesto al lado de ella, frente a la ventana cerrada.

Me siento dejando mi café en el suelo, le tiendo la taza y ella la sujeta con sus dos manos.

Cierra los ojos unos segundos disfrutando del olor y la calidez de la taza.

—Lo lamento, no tenemos mucha comida aquí, pude encontrar unos muffins y unas papas fritas.—digo sacándolos del bolsillo de mi suéter y dejándolos sobre el piso.

La chica asiente.

Un trueno nos hace mirar la ventana nuevamente.

Las preguntas aparecen en mi cabeza pero no encuentro el momento indicado, ni la manera para formularlas.

Cuando me armo de valor para hacerlo, vuelvo a verla y ella lo hace también, al mismo tiempo.

—Tengo una lista, con cosas que necesito hacer, pero no puedo hacerlo sin ayuda. Y tienes que ser tú.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro