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Capitulo 14 Qué mierda

“No iré.” dijo firme el Todoroki menor. A pesar de ser una desición que podría parecer precipitada, él ya tenía en mente lo que su hermano mayor le estaría pidiendo dentro de poco. Porque Shouto y Touya piensan similar, y era obvio que no había algo que uno pensara que el otro no. Además, no necesitaba meditar una pregunta que sabe cómo terminará. “No necesito que me lleves a Estados Unidos.”

Nuevamente, Touya puso un semblante vencido, esbozando una apenas perceptible sonrisa de derrota. No le gustaba la sensación de que su hermano le dé esa clase de palabras cortantes y afiladas.

“Ni siquiera me deja terminar.” mencionó como una esperanza o algo parecido, solo quería que el pequeño Shouto le volviera a ver con esos ojos brillosos por la admiración que le tenía, o que le tuvo. Pero él mismo sabía que no volvería a pasar. Lo corroboró una vez más con la mirada que le dedicó su hermano, como invitándolo a que acabara una historia de mentiras. “El que te quedes aquí es peligroso.” no lo convenció, así que Shouto continuó revolviendo sus cosas de un estante a otro, fingiendo que acomodaba su habitación. “Y, necesito tu ayuda en un caso.”

Bingo, porque la familia Todoroki estaba sedienta de conocimiento.

“¿Con qué caso?” dijo dubitativo al verse atrapado por algo tan burdo. “Exactamente.”

“Es muy famoso, en realidad.” le aseguró agitando su cabeza de arriba abajo con lentitud. “Un psicópata anda suelto en las calles. A donde sea que vaya, nadie le puede seguir la pista, y al parecer trabaja con dos personas más. Puede que incluso todo un grupo.”

“Nunca escuché del caso.” le dijo monótono.

“Normal.” respondió alzándose de hombros. “Los japoneses al otro lado del mundo no tienen por qué preocuparse de cosas estadounidenses.” pero una vez que dejó su actuación de estar relajado, tomó ambos hombros de su hermano y lo miró serio, con unos ojos que lo quedarían vivo si no fuera porque su hermano no quería eso. “Shouto, hay... un peligro del que no te puedo proteger.” suspiró profundo. “Hay algo que quiere a nuestra familia destruida, no sé de dónde viene, cuáles son sus planes, y mucho menos sé quién es su siguiente víctima.”

Shouto por primera vez en un tiempo ya, se tomó las palabras de su hermano en serio. Era verdad todo lo que decía, después de todo.

Un peligro del que cada quién se tendría que cuidar. No involucrando a nadie más.

“Lo resolveré.” se posó firme como Bakugo siempre hacía, haciéndose ver más intimidante de lo que ya podía ser por su chispeante carácter. Haciéndose ver seguro de las cosas que dice y hace, así podría lograr que su hermano, y tal vez toda su familia, lo pueda tomar en serio, con las de una edad que ya no es de un niño, y aún así, sin llegar al adulto. “Aunque sea muerto lo resolveré, no cabe dudas de ello. Sea solo o acompañado, lo resolveré.”

“Ya veo.” Touya le dirigió una sonrisa triste a su hermano. Le palmeó por última vez el hombro, y con su decepción y tristeza, se alejó de él, saliendo de la habitación sin decir una mínima palabra más.

Hubiera esperado un adiós, o hubiera esperado algo que hiciera que cambiara su imágen  de él.

Pero, eso era curioso. Shouto no recuerda con certeza la razón por la que dejó de idolatrar a su hermano y en cambio, lo suplantó un sentimiento de decepción que podría llegar al odio si fuera ayudado a germinar con cuidados y atención. Solo sabía que el sentimiento que le dejó no lo quería cambiar, lo mantendría ahí, porque algo dentro de sí le gritaba aferrarse con garras y dientes a ese sentir.

¿Tenía lógica? Para nada.

Y así como Shouto se perdió en su mundo, la semana antes de que el otoño entrara se perdió en alguna parte del pasado. Con los recuerdos que el bicolor guardaba con Fuyumi y con su mamá. Parecía ayer cuando apenas era un niño pequeño sonriendo en compañía de las mujeres más importantes de su vida.

Actualmente no sabía mucho de Natsuo, el dolor lo había corrompido a tal grado que dejó su trabajo, afortunadamente el sueldo que alguna vez ganó lo está manteniendo, por ahora. Solo sabe que está bien, y eso es gracias a una de sus tías que lo va a visitar con frecuencia allá en Tokyo.

Su padre, quién sabrá dónde está metido. Hace semanas que fue a un viaje de negocios, pero no ha regresado y Shouto no ha vuelto a saber nada de él. No atiende llamadas, y no intenta devolverlas. Pero no puede decir que sea algo anormal en el comportamiento del viejo, dl idiota es un adicto al trabajo, y todos en la familia saben (sabían) por qué. Y eso es que ser detective era lo único que se le daba bien.

Sus migos estaban bien, Midoriya y Kirishima se hacían más cercanos al grado de que salían sin Bakugo y él porque "eran aguafiestas", no sabía bien a lo que se refería. Bakugo, últimamente está súper pegado a Shouto, tal vez fue de hace un par de semanas, cuando le dijo que su hermano le propuso irse con él y luego se largó.

Si tenía interés de que el bicolor se fuera con su mayor, podía dejar de fantasear con perder a su rival a mitad del ciclo. Porque, por favor, apenas están a una semana y media de los exámenes finales del primer semestre.

¿Sus vacaciones de verano? La peor experiencia que podría tener jamás. Como tuvo que repetir materias oara no quedarse atrasado antes de los exámenes, hasta hace unos días se quedó en la escuela para unas clases de orientación que no quería hacer.

Ahora entendía por qué Bakugo quería que se recuperara pronto.

No podía creer que en una semana adelantaran como diez temas de cada materia. Sin duda era pesado para un alma. Así que sí, ahora están por regresar a clases una vez más, pero no era problema. La rutina seguiría igual.

Los que se quedaron en los dormitorios, Shouto incluído, disfrutaron de toda comodidad sin toque de queda pues los profesores parecían entender el gozo de un adolescente en la madrugada. Eso sí, las reglas permanencias intactas, pero nadie realmente tenía deseo de romperlas, mas que por ser regañados, era una disciplina que siempre tuvieron, no romper las reglas.

Todoroki y Bakugo eran de los que se quedaron en la escuela, junto con Iida o Kamimari, muchos compañeros regresaron a sus casa para pasar tiempo y convivir en familia. Pero ellos simplemente no quisieron y aquí están.

Los primeros dos mencionados están mirando sus celulares en la sala común, ya casi es hora de la comida y están a tres días para retomar la rutina tediosa del inicio a clases. Se suponía que sus exámenes serían antes de las vacaciones, para empezar todo su siguiente semestre con todo, pero debido a las cosas que han pasado desde el inicio, tuvieron que dejar los exámenes y el inicio del siguiente semestre tan pegados como las olas del mar a la arena.

Por su parte, Todoroki esperaba que su amigo rubio cocinara. Tenía talento en ello, la comida le quedaba exquisita, si no estuviera en una escuela de intensivo para el coeficiente intelectual, está seguro que se podría largar a una escuela culinaria.

Pero su celular sonó con un mensaje nuevo recibido en la bandeja de entrada. Como no suele recibir muchos mensajes, es normal que le lleguen más por spam o por extorsiones, así que no se imaginó que era un mensaje de Natsuo hasta que lo abrió. Si sumamos que no había sabido nada de él en unas semanas, era casi imposible de adivinar quién sería el emisor de dicha mensajería.

Te envié algo, mamá lo dejó para ti. No debe tardar en llegarte a la escuela.

La mirada de Shouto debió haberse visto perdida, como se había estado mirando en los últimos meses, más que en todos estos años. Porque Bakugo pronto se movió frente a él, levantándose de su sitio, y le preguntó qué era lo que le pasaba.

“Oye, bastardo, te estoy hablan-” quiso decir, mas fue interrumpido por el timbre de la entrada y Shoyto se levantó a recibir como si su vida se le fuera en eso. Ahí Bakugo supo que algo le pasaba.

“Aizawa-sensei...” Shouto pronunció con una imperceptible decepción plasmada en su pecho. Tal vez esperaba un cartero.

Su profesor lo notó y enseguida le extendió un papel grueso, doblado de tal forma que en su interior pudiera resguardar otra hoja, libre de daños, rasgaduras y demás.

“Ha llegado esto para ti.” dijo, y la mano de Shouto se suspendió en el aire al mismo tiempo.

¿De verdad quería agarrarla?

Por un lado, sabría lo que su mamá le quería decir después de estar tanto tiempo en coma pero, por otro lado, estaría leyendo palabras dejadas por un muerto.

Y eso le dolía a mares.

“¿Qué mierda es eso?” escuchó detrás suyo, en ningún momento sintió la mano rasposa y cálida sobre su hombro, pero sí sintió la mirada que el ojirubí le dirigía.

“Algo que mi mamá dejó para mí, aparentemente.” dice, y ambos hombres en la habitación se ponen rígidos. Ambos sabiendo lo que podría significar para Shouto, y al mismo tiempo, no sabiendo bien qué podría estar pensando.

“¿La vas a leer?” pregunta Bakugo a secas, y su profesor siente que debe regañarlo, pero igual no lo hace, porque Shoyto no se ve en penumbras por su incógnita y siente que todo está bien con él, entonces lo que puede hacer (y hace) es mantenerse al margen, en el silencio de los chicos, donde Todoroki se queda pensando su respuesta, Aizawa deja la habitación.

Sabe que es algo que no le concierne. La vida privada de sus alumnos es un terreno que no debe tocar. No quiere hacer distinciones, porque aunque no haya problema si de un chico se trata, si intenta ayudar a una alumna de la misma forma, sin segundas intenciones, los rumores se crearán. Entonces no puede ayudar a ninguno de sus alumnos, porque entonces viene los rumores de favoritismo, hasta que las personas vuelvan a confiar en los profesores una vez más moverá sus manos para ayudarlos. Mientras tanto, se debe quedar en las sombras.

Sin embargo, dentro del calor que yace en la habitación de la sala común, Shouto decide por primera vez confiar en sí mismo fuera de algo que tenga que ver con un caso. Decide confiar en sus sentimientos y en que estará bien.

No sabe de dónde viene esa fuerza, la que era normal que no viera o naciera por su cuenta dentro de él. Pero algo le dice que es por estar acompañado.

Así que retira la primera esquina del sobre, para sacar la carta de su interior.

Lo que ve en la carta le sorprende, pues si bien era de su madre, todo estaba redactado por Natsuo.

De: Mamá
Para: Shouto
Escrito por: Natsuo.

Shouto, me alegra que esta carta llegue a tus manos de alguna forma u otra. Auque siempre he querido decirte esto a la cara, no creo poder hacerlo antes de que un caos mayor empiece.

Recuerdo cuando estabas en el jardín de niños todavía, la vez que trajiste a Izuku-kunnpor primera vez a la casa, exclamando alegremente que era tu mejor amigo. Me alegro que ese cambio de escuela provocado por Touya te haya ayudado a conocer a tan buena persona. Aunque no sé si sabes los detalles de eso, pero estoy seguro que un día hablarás de eso con él.

Como decía, yo siempre te he querido decir, así como se lo he dicho a tus hermanos, que ames tu son. El don del conocimiento infinito y de la sabiduría, aprender y razonar son buenas cualidades que no debes desaprovechar. Pero también quiero que compartas ese don con alguien, una persona que esté a tu lado en las buenas y en las malas.

Por más cosas que te lanze la vida, no debes caer, pero eso no lo lograrás si te quedas tú solo, debes buscarte a alguien que te cuide, y cuidarle tú también.

Tal vez sea tarde para decírtelo, pero en quiero decirte esto porque hace unas semanas llegaste llorando porque un niño te dijo cosas solo por ser inteligente. No eres nada de eso, solo eres mi pequeño Shouto. Mi pequeño hijo.

Recuerda que tienes mucho por hacer en esta vida tuya, vive y sé feliz.

Te dejo esta carta para el futuro, porque si te lo digo ahora no me entenderías, porque sé que eres inteligente, pero hay problemas que todavía no te puedo dejar a cargo. Tus relaciones sociales son una de ellas. En estos tiempos, eres un niño pequeño que debe gozar de eso, de su niñez.

Y, si te preguntas porqué Natsuo escribe esto por mí, es solo porque ahora mismo me duelen las manos, hice movimientos rudos en la cocina y me terminé cortando y ahora me duelen. Pero me pareció un momento perfecto para decirte esto y que veas, que a pesar de lo que me pase, haré que a tu lado llegue siempre el amor de tu mamá.

Y ahí termina la carta. Con una gota bien desgastada.

Se imaginaba a Natsuo llorando con esa última frase. Una que sintió muy dentro de su pecho, pero aún así, no lo hizo llorar.

Esta vez no se sentía insensible por no llorar debido a la carta, sino que podía percibir los cambios de emociones que tenía. La felicidad de que su mamá había estado velando por él desde siempre, y que seguiría siendo así, hasta que él muera.

En lugar de llanto esta vez, lo que le enseñó a Bakugo en su rostro, fue una sonrisa de felicidad por haber tenido una mamá que lo quiso tanto y que se preocupó de igual manera por él.

Esta vez no había llanto, solo felicidad de un recuerdo que le llegarán profundo hoy y siempre.

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