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Capítulo 12 Hipofrenia

Con las pisadas rápidas que daban Shouto y Katsuki, encontraron un buen lugar que se podía considerar el punto ciego. Nadie los escucharía, nadie los vería y nadie iría allí.

Katsuki se preguntaba porqué nuevamente estaba en un jardín, se supone que estos lugares son como un foco de luz para las personas, no son privados y cualquiera puede venir y escucharlos sin siquiera desearlo. Pero el menor de los Todoroki le aseguraba que todo estaría bien, sus familiares se estarían dividiendo los bienes en estos momentos y a nadie le interesaría pasearse por aquí. Los menores de diez años jamás iban a esos eventos porque los consideran una distracción latente para sus negocios.

Todoroki aún no entendía muy bien a su familia, siendo que hace solo unos meses cumplió los quince años y estaba entrando lento pero seguro al mundo adulto de sus mayores. Pero lo poco que podía deducir, se lo explicó al rubio.

"De acuerdo, dime qué es lo que está pasando ahora." exigió apenas se sentaron en el piso, con una alta jardinera como en las que Shouto habló con su padre y Midoriya hace solo unos momentos, pero estas estaban del otro extremo del lugar.

Su intención era evidente, querían ser cubiertos por el granito, porque a pesar de ser un buen lugar debían mantener unas cuantas precauciones.

Shouto sabía que esto no sería fácil de explicar, lo estuvo pensando en todo el rato que esperó por la llegada de su amigo a la funeraria. Porque a pesar de que él haya llegado hasta aquí para ayudarlo, él no podía pronunciar bien ni una palabra respecto al posible caso que involucraba a su mamá, y por qué no, a su familia entera.

"Yo... mi mamá, quiero decir... ella..." titubeó varias veces a lo largo de su monólogo, era simple motivación que no entendía de dónde la sacaban personas como Bakugo, e incluso Midoriya. En ese ámbito, el sentimental, siempre estaría diez niveles por debajo.

"¿Crees que alguien interfirió con su muerte?" Bakugo había estado hurgando en su vocabulario una palabra que describiera la situación con facilidad sin mencionar alguna palabra fuerte que repentinamente pudiera romper más a Shouto. "¿Que su corazón no dejó de bombear solo porque sí?"

Shouto asintió con un deje hipofrenico.

Aunque la reacción pudo ser causada por más de un elemento.

La brusca forma en la que Bakugo solía hablar, pero que cuando estaba con él bajaba a una suave y melodiosa más allá de gritos e improperios; podía ser una de las causas de su sentir, porque en esos momentos donde Bakugo le mostraba un lado de que tal vez nadie más conocía, le recordaba que tenía un hombro donde podría recargarse.

También estaba el factor de la muerte de su madre y todo lo que eso conlleva. Porque Shouto sabía que sus tías y abuela le reclamarían las ciento y un cosas a Enji, su padre. Porque sabía que muchos no estaban en el funeral por el lecho de muerte que allí yacía, unas habitaciones más a lo profundo del edificio. Porque así son los adultos.

Y porque, por primera vez en su vida, tenía un lío hecho en la cabeza. Donde no sabía qué era lo que pasaba y no tenía muchas pistas para averiguar quién era el culpable de todo.

Pero entonces, cuando estaba por hablar, la voz de su hermano se hizo presencia detrás de ambos. Sonsacando un brinco de su parte.

"Oh, y yo me preguntaba a dónde habías ido cuando saliste corriendo." dijo. "Hombre, llevo minutos buscándote."

La cara del rubio se tornó de odio, pintando clara y cuidadosamente en ella las palabras "Nadie viene aquí, ¿verdad?". Obvio eran para Shouto esas palabras agrias.

Primero porque era un momento serio, que no debía ser interrumpido por nadie. Y segundo, quería pasar un poco de tiempo a solas con el bicolor, ya que en la escuela siempre están Kirishima o Midoriya rondando a su al rededor, como si no tuvieran cosas más interesantes qué hacer.

Katsuki suspiró, y le siguió Shouto.

"¿Quién es él?" pregunto hastiado de la cara sonriente del tipo que lo miraba como si no hubiera rosas en el jardín que lo entretuvieran mejor que seguirle la mirada.

"Mi hermano." contestó con el mismo tono. No queriendo admitir que estaban emparentados por ningún motivo.

"Quita ese tono." lo miró Touya con una cara igual a la que tenía Shouto.

"¿Dónde dejaste a Midoriya?" preguntó interesado por el bienestar de su amigo. Quién sabe qué cosas locas podría hacer el albino solo para meterse en líos.

"Aquí está detrás de mí." dijo moviéndose al costado para dejar ver a la silueta del peliverde.

Él, solo se vio interesado en la presencia de Bakugo, cerciorandose de que en verdad él no debía estar ahí y no se había confundido.

"Kacchan..." diji por inercia, a punto de preguntar por más, no obstante, irritado por el apodo que le había puesto, Katsuki saltó enojado fuera de su lugar.

"Oh, con que ese es tu nombre." habló Touya una vez más, sacando de quicio al rubio. No permitiría que ese maldito apodo se quedara ni que lo llamen por él. "Qué suerte que Midoriya vino, porque sino, estoy seguro que mi hermano no nos hubiera presentado." el albino le sonrió a su hermano con un júbilo exagerado que hasta parecía mentira. "Me llamo Touya, un gusto."

"¿No deberías estar con papá?" cambió en abrupto el tema.

"¿El viejo?" se rascó el mentón, fingiendo que consideraba sus palabras, cuando era más que obvio que no lo hacía. "No quiero ir. Solo hablan de dinero y más dinero, ni siquiera les importa que hayan matado a mamá."

Shouto por poco está de acuerdo con su comentario, pero su mirada demostró el impactó que las palabras de su hermano le ocasionaron. No le había contado a nadie, más que a Bakugo, sus sospechas de que su madre no murió al natural como todos adentro parecían estar seguros.

"¿Lo sabías?" su mirada penetrante se elevó a la décima potencia cuando Bakugo y Midoriya se unieron al cuestionario.

"Cálmate" pidió, con las manos alzadas en zon de paz. ", solo repito lo que te escuché decir. Yo no tenía la más mínima idea."

Sus palabras tranquilizaron a Shouto, permitiéndole respirar nuevamente.

"¿Entonces?" preguntó Touya, pero al no obtener respuestas por parte de nadie en realidad, siguió diciendo: "¿Qué es lo que descubriste?"

Su mirada seria viajaba de Bakugo a Shouto, y nuevamente a Bakugo. Misoriya, quien estaba siendo ignorado con facilidad, solo retrocedió unos pasos pues las miradas pesadas que se dirigían en recíproca similitud, le incomodaban un poco, bastante a decir verdad.

Shouto fue quien cedió, dejándolo en claro con un largo y cansino suspiro.

"No mucho." aclaró, desviando la mirada hacia uno de los rosales. "Solo es una suposición, después de todo."

"¿Importa?" habló descarado, pero sin que ese descaro fuera dirigido a alguien directamente. "No importa si solo hay un cero punto cero cero uno por ciento, mientras haya posibilidades, es una amenaza."

"Creo que ese es el problema, ¿no, Todo- Shouto-kun?" dijo Midoriya, analizando de principio a din la expresión de miedo, o tal vez pánico, que su amigo de infancia yacía cargando desde hace buen rato.

Bakugo se sintió lamentable, se sentía como un ser no perteneciente ahí, considerando que se coló sin avisar, eso podía ser verídico. Se sentía como estar rodeado de dos grandes mentes maestras, y Midoriya, que lo rebasaban com creces en cuanto a intelecto.

Pero nuevamente, no de quedaría atrás.

"Por desgracia" esta vez fue turno de Bakugo de hablar, provocando la atención directa de los presentes. Hubo una, su atención fija le gustó demás. ", ese porcentaje no es solo del cero punto cero cero uno por ciento."

Todos hicieron una cara amarga.

Era obvio, pero Bakugo no dijo nada malo, solo les hizo ver la realidad que por poco se les olvida, dejándose llevar en un círculo que no daba fin.

Antes de que alguien pudiera decir nada más, siendo las palabras de Katsuki las últimas, como las trompetas que dictaminarán el apocalipsis algún día, se escuchó un grito agudo en demasía.

Para la mala suerte que siempre pareció caracterizar a los Todoroki, Touya y Shouto conocían muy bien esa voz. Más de lo que les hubiera gustado.

Todos se levantaron rápido, siendo el primero en reaccionar, Bakugo, y el último, Shouto. Sin perder tiempo en mirarse ni en intentar comprender la situación, todos corrieron dirigiéndose al lugar de donde supusieron, provenía el grito.

Shouto se iba quedando atrás, quería saber lo que sucedía con su hermana, quería asegurarse de que todo estaba bien con ella. Pero la sola idea de que algo malo le hubiera pasado, le dejaba acalambrado cada músculo de sus piernas, evitando así centrarse por completo en la realidad y prestar más atención a su estado físico.

Jadeante por un momento de respiro tranquilo, en este y cualquier otro momento de su vida, Shouto sintió una mano que lo tomó de la espalda. Aún si seguían corriendo, el rubio que siempre lo estuvo acompañando, y que iba más adelantado que nadie, había ralentizado su correr para sacar de su mente a Shouto. Y demostrarle que ahí estaba él, sujetando su espalda por si se atrevía a caer.

Pudo sentir un tono cálido en el toque, a pesar de que no lo volteó a ver cuando Shouto lo hizo, todavía si su toque fue delicado, se sintió más como una amenaza. No pudo sacar el sello de la personalidad de Katsuki.

Y esa acción casi lo hizo reír. De no ser porque llegaron al lugar de donde provinieron los gritos.

Natsuo y Enji venían llegando también, y más gente detrás de ellos. Pero el primero en abrir fue Touya.

Bakugo detuvo a Midoriya por el brazo antes de entrar, de hecho, no lo dejó entrar. Era una clase de respeto que quiso hacer Bakugo, porque, por muy amigo de infancia que el peliverde fuera de los Todoroki, seguía siendo un familiar de sangre el que estaba peligrando. Poco a poco lo soltó, dejando que el pecoso se adentre solo, pues él mismo no quiso entrar por las mismas razones de que no era un miembro de la familia. No quería entrometerse en donde no le habían llamado, y de por sí no lo habían invitado.

"¡Saca a Shouto de aquí!" gritó una voz gruesa en los adentros de la habitación. "Lleva lejos de aquí a Shouto."

La figura de Touya se había mostrado en el marco de la puerta con una mirada dura, ordenando algo de lo que Katsuki no se sentía merecedor, pero aún así, lo hizo. Entró al lugar donde no se sentía invitado, pero toda angustia se rompió cuando vio a los dos Todoroki más importantes del momento. Primero Fuyumi; importante para todo el que la conociera y estuviera ahí, porque su cuerpo sin vida yacía mutilado en el espacio más cercano a lo que parecía ser el centro de la habitación.

Y luego Shouto; importante para Bakugo más que nada, pues su cara delataba todo el mar de emociones que le caló de golpe en cuanto vio la figura de su hermana de esa manera. Ahora Bakugo entendía bien las indicaciones de Touya, sacar a Shouto era indispensable si no querían dejarle un evento traumático más de lo que ya parecía estar teniendo.

Sus manos se anclaron con firmeza, pero suave, alrededor de los hombros del bicolor, y pese a la altura, la fuerza para sacarlo no fue mucha.

"¿Qué está pasando?" sollozó una vez fuera del lugar. Desde luego que Shouto odiaba que su familia lo tratara como si todavía fuera un bebé que no debe ver esos escenarios, cuando perfectamente ha ayudado a su padre en casos peores. Pero se tragó su orgullo y lo agradeció, pues de no ser por ellos, dudó de que pudiera salir del trance por su propia cuenta. "En verdad, ¿qué carajos está pasando?"

Y una vez más, rompió en llanto frente a Bakugo.

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