Todo empezó cuando tenía 14, mi vida era la usual  de un chico de esa edad, tenía mis amigos (no muchos), tenía mi familia y tenía mis mascotas (aunque no todo el mundo tiene mascotas). Sentía que todo en la vida era un drama, sinceramente no conocía lo que era sufrir de verdad, aunque unos piensen que cada quien tiene sus problemas y cada quien sufre de manera diferente, yo opino firmemente que alguien que tiene una maldita bala en su pecho sufre más que yo, que lloraba desconsoladamente porque alguien en la escuela 'no me paraba bolas' pero si opinara esto del todo, ¿Por que estaría aquí contándoles esto entonces?

Se sentía una agonizante mañana de primavera, aunque la primavera no existiera en mi país, yo la consideraba tal, (¿Por qué? Porque tengo el complejo de todo latino de creerse gringo) relativamente calurosa como para ser agradable y sobre-acogedora para mi gusto.
Me emprendí en mi lúgubre travesía hacia el colegio, todas las mañanas me despertaba y empezaba la misma exuberante rutina, una parte de mi quería olvidar ejecutarla, otra le agradaba. Cada latido de mi corazón era una razón más para pensar que en serio estaba vivo. El despertador sonaba a las cinco de la madrugada, muy temprano para el gusto de muchos, muy tarde para mi placer, muy efímero para lo que realmente es la vida, cada tic y cada tac identificaba como el frío reloj se alejaba de mi realidad.
Sin ánimos siempre me levantaba,  todo a mi alrededor parecía desvanecerse frente a mis narices.

¿Debí haber olvidado lo fácil que era respirar?

Me puse de pie, nunca toleré el frio y nefasto suelo (siempre olvidaba donde dejaba las chanclas la noche anterior).
Abría la ventana para ver como el sol salía de su escondite, para apreciar la muy callada mañana, llena de sonidos de grillos y de hogares rotos.
Sin animo entraba al baño, a veces me sentaba en el retrete minutos pensando que sería de mi vida, pensando si alguna vez llegaría al llamado progreso del cual este mundo nos quiere hacer pensar que queremos llegar, me preguntaba que pensaban las personas de mí, me preguntaba qué tan fastidioso era, me preguntaba qué tan iluso e impotente me sentía.
Luego de mi reflexión diaria me pare y me dispuse a bañarme.
Ponía música para no aburrirme a la hora de bañarme, a veces cantaba, dependía más de mi estado de ánimo que del sueño que sentía, dependía de la canción obviamente, dependía de la circunstancia del baño.
Todo había terminado, el agua se drenaba lentamente por el desagüe. La vida, mi vida, había empezado de nuevo, ya era hora de irme para la escuela.
Clásicamente, espere la ruta *(1), era una tediosa travesía de una hora solo para ir al lugar de rejas del cual muchos decían que ilustraba futuro y educación. Del cual yo decía que salía decepción, incompetencia, intolerancia, poder, resentimiento, falta de innovación *(2).
Pasada la primera hora de clases, comencé a observar el reloj, que tan lento era un segundo y que tan rápido pasaban las horas, en un estallido de luz, ya había asistido a  todas las clases, ya era tiempo de irme a casa a reposar, a pensar, a perderme en cada letra de cada canción, de cada álbum.

No era alguien de muchos amigos, como dije antes, los contaba con los dedos de mi mano, no hablaba mucho, me decían que soy hiperactivo, lo que no tenía realmente mucho sentido, alguien con un gran corazón, espero que alguna mujer vea eso alguna vez.
Por lo general me hacía solo en la ruta, no tenía con quien hablar.
Ese día, una bella dama pasó cerca de mí, ella era exuberante, era de baja estatura, de no más de ciento sesenta centímetros, era con quién yo alguna vez yo había soñado.
Su cabello era negro como la noche, tan oscuro como el más profundo abismo, sin embargo, tan alegre como una dulce mañana de navidad. Sus ojos eran café, eran tan oscuros que ni el tartato se le comparaba, sus ojos eran perfectos.
Ella tenía una sonrisa maravillosa, cada diente hacia una armonía que se convertía en una canción, la mejor canción de 'Alesana' *(3) no se le inmutaba a esta perfecta mujer, ella se sentó al lado mío, en sorpresa le pregunté su nombre, no la conocía, la había visto, pero jamás la había demarcado de esta manera. Un adjetivo dijo, un adjetivo nombró, encajaba con su apariencia, porque ella era más hermosa que la más bella ninfa de Grecia, ninguna diosa se le comparaba, mi corazón empezó a  latir cada vez más fuerte, pude sentir como mi ritmo cardíaco se aceleraba exponencialmente, me pregunté, ¿Sería correcto que alguien como ella hablase con alguien como yo, una perfecta mujer de  belleza irracional se estaba comparando con este simple mortal, el cual, en pocos segundos, ya le tenía el mundo de cabeza? Yo estaría dispuesto a estar con ella a todo costo, espero esta vez no inundarla. Ella estaba muy cerca, tan cerca que mi respiración se hacía difícil, todo gracias a tener su mirada en mi.
De su laringe se transportaba un dulce sonido para preguntarme 'y, ¿El tuyo?' Por un minuto olvidé mi nombre, es curioso cómo llega alguien tan repentinamente a hacerte pensar que no tienes nombre alguno y que eres tan desconocido como aquel que observas en la buseta al ir a tu destino.
Le dije Juan, ella sonrió, me dijo que me llamaba igual que su novio.
Todo ese mundo, todo ese universo de fantasías había colapsado, si ella se había fijado en mi sería como amistad, me tendría que acoplar. No, no tendría porque, porque realmente amistad es lo que yo quería. Aquello que yo había deseado, aquella que yo ya había encontrado, o bueno, más bien ella a mí.
¿Por que ella se había acordado a mí tan deportivamente?
Ella era bastante agradable, como el mejor viaje de vacaciones a california, como la más gloriosa cena de acción de gracias, la manera en que ella fortalecía mas el fuego de la conversación, aún cuando yo daba respuestas cortantes y frías, tan frías como el espacio, tan fría como la mirada que yo le daba a ella ¿Mi interior me decía que no quería conocerla? ¿Yo mismo me estaba castigando por patético?
La manera en que ella me quería encontrar era fantástica, era como si en serio lo quisiera, era como si en serio se sintiera a gusto de estar conmigo.
El mejor amigo tendría entonces.
La conversación seguía, entre colores hasta gustos musicales era el tema de conversación. Fue la hora más corta de mi vida, fue la hora que desearía vivir toda mi vidaz como en una especie de bucle.
De alguna manera, esa tarde me acosté en mi cama un rato a reflexionar sobre aquello que había ocurrido, me había reído con una mujer, y por primera vez, ella no se reía de mí, se reía conmigo. Me gustaba, era una dulce agonía, ¿agonía? ¿En que estaba pensando? yo disfruté la manera en que reímos, no sé porque todo el tiempo mi cuerpo se sentía pesado, se sentía extraño, se sentía como si no merecía ser querido, me gustaría cambiar esa mentalidad, lástima que este pegada, y que me guste la manera en que esta me hiere. Me imagine que yo era Superman con una capa en su espalda, la cual ocultaba todo mi pasado, me la imaginé a ella como Louis Lane, fotografiando cada parte de mi personalidad para adaptarla a su imagen, a la imagen que ella tenía de mí. Aquí vamos de nuevo, mi imaginación ya creo un mundo donde ella y yo somos protagonistas, lástima que, como dije antes, es solo un sueño y la manera en que duele despertar, cada vez hace que baje más mi autoestima, ¿estará bien?
Entre fantasía y fantasía, me quede dormido, desperté alrededor de las diez de la noche, tenía que entregar mañana mi proyecto final de síntesis de matemáticas del cual dependía si no quería perder el año escolar o bueno el periodo si hablamos acerca de esa materia, no me preocupe, algo habilidoso era yo en matemáticas, el problema es que no podía dejar de pensar en su hermosa cara, la veía reflejada en la pantalla de mi ordenador, del vidrio de mi cuarto, de mi ventana de la sala, incluso en el brillo de los ojos de mi madre.
Le pegue fuerte a un muro, necesitaba bajarme de esa nube, necesitaba estrellarme contra la realidad y aceptar que ella jamás estaría al lado mío. Necesitaba olvidar que no hay esperanza, necesitaba concentrarme, pero un gran deseo de volverla a ver sentía, pensé, lo lograre, alguna vez estaré con ella.
Termine la tarea, estaba exhausto, era la una de la madrugada, las luces de los vecinos estaban apagadas, parecía escena de terror, parecía como si un asesino pronto vendría a por mí, se sentía como si mi propia mente se pusiera en contra mía y comenzara a correrme en círculos imaginando todo aquello que me atormenta.
Me recosté, pensé que no dormiría esa noche, lastimosamente caí profundo como el gran cañón, tan profundo como el tamaño de la imaginación de un niño pequeño, quizás aún sea un niño pequeño, aquel que imagina que todo es perfecto, aquel que tiene su propia realidad, aquel que no sufre por cosas que son subjetivas para la humanidad, aquel que llora solo al recibir un moretón, aquel que es feliz ante cada situación, aquel que deseo volver a ser.
Recuerdo que llegue a imaginar algo, recordé a detalle lo que aconteció ese día, pero tuvo una diferencia, soñé que al final yo comía una galleta que me había encontrado en mi pantalón, la cual no recuerdo si compré o me regalaron, el caso es que comencé a comer, le ofrecí una a ella y estábamos los dos sentados, en la buseta, cuando la iba a introducir a mi boca, ella me la arrebato, se la comió, luego de diez segundos me besó, el beso fue tan largo que sentí que no podía respirar, sentía como si me estuviera ahogando en un mar profundo y basto, sentía haber caído en una olla, pero era algo extraño, sentí satisfacción de morir un poco, sentí como si este mar, estuviese lleno de alegría y que me ahogaría entre tanta felicidad ¿esto es lo que se siente estar enamorado?
Estar enamorado es sufrir mucho para disfrutar un poco, es interesante la connotación que nos da la vida, para que la función del amor sea igual al sufrimiento al cuadrado que multiplica a uno (mismo), más sufrimiento que multiplica de nuevo a uno mismo, más uno que multiplica a cariño a la menos cincuenta. Más o menos asi: F(amor)=〖Yo(Sufrimiento)〗^2+Yo(sufrimiento)+〖Yo(cariño)〗^(-50)
Explicaciones
(1) Ruta: manera en que yo y mis compañeros del colegio nos referiamos al bus escolar que pasaba por nuestros hogares.
(2) Mi proyecto de grado fue sobre la falta de creatividad e innovación en los colegios y cuando escribí la historia me sentía orgulloso de presentar esa vomitiva idea de proyecto en cualquier cosa.
(3) Banda de Post-Hardcore la cual, hoy en día, sigo deslumbrado.