Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

Me desperté a las siete y tomé un baño antes de comenzar el día. Sentía que iba a necesitar mucha suerte, por lo que opté por ponerme mis jeans acampanados y una blusa con hombros caídos de color rosa. Estas prendas eran las favoritas de mi hermana y las únicas que mamá me dejó conservar. Cuando terminé de vestirme, peiné mi cabello y lo tomé en una trenza espiga. Estaba terminando de ordenar mi cama, cuando Megan despertó.

- Estás loca, solo tú te despiertas a esta hora. ¿Cuál es el motivo por el qué te despiertas tan temprano?-dijo entre bostezos.

- Veras, hoy es mi primer día en el trabajo por lo que no me gustaría llegar tarde y causar una mala impresión.

-Entiendo, pero por favor, cuando te vayas apaga la luz.

- No entiendo, ¿acaso no trabajas hoy?

-Sí, pero qué más da. Si llego un poco tarde, no pasa nada. Solo diré que no pude dormir del todo anoche ya que no me podía dormir debido al dolor de migraña que tenía y que sumado a eso el despertador no sonó.

-Pero, ¡qué mentirosa eres Megan Clark! Nunca me habría imaginado algo así de ti-dije sonriendo.

-Ay pequeña, hay tantas cosas que no sabes de mí. Sólo vete y apaga la luz ¿si?-respondió y se dio vuelta para continuar durmiendo.

Al llegar al trabajo, los encargados de la cocina, Martha y Philips, me explicaron cómo funcionaba todo. Me presentaron al personal; los roles que ocupaba cada uno e indicaron cuales eran sus reglas. Entre ellas se incluían la puntualidad, el respeto, pero sobre todo: el buen trato con los clientes. Luego de esto todos nos dispusimos a trabajar. El menú del día era leche con tostadas de desayuno, spaghetti con albóndigas de almuerzo; ensalada de frutas de merienda y hamburguesas como cena. Mientras todos cocinaban, yo me encargaba de barrer el piso e ir colocando las mesas y sillas en su lugar.

La jornada transcurría de lo más normal hasta que llegó la hora del almuerzo...

Había terminado de repartir la comida al grupo de niños (que por cierto venían super hambrientos y alterados) y me dirigía a una de las mesas de los chicos de mi edad. Ellos eran los encargados de coordinar las actividades del campamento. Pero claro, mi gran aliada llamada "torpeza" no podía ausentarse ni si siquiera por un día. Cuando estaba llegando a la mesa, algo en el piso hizo que me resbalara, por lo que perdí el control sobre mi cuerpo y el plato de fideos terminó en la cabeza de un chico que se encontraba sentado.

En ese momento lo que más quería era desaparecer; deseé con todas mis fuerzas que esto solo hubiese sido un mal sueño; pero no era así. Me quedé paralizada, sin saber cómo reaccionar.

-¿Pero qué te pasa niña estúpida? ¿Acaso no ves por dónde caminas? Al menos ten la educación de disculparte-dijo una chica pelirroja que se encontraba sentada a su lado.

-Veo que se sumó una chica nueva al campamento, y por lo visto es bastante torpe- dijo con una sonrisa maliciosa un chico rubio de ojos azules que también se encontraba allí.

-No me explico cómo te contrataron, ¿Caleb te encuentras bien?-preguntó la pelirroja. El joven de cabello castaño oscuro tan solo asintió.

Fue en ese instante cuando reaccioné.

-Lo siento, no fue mi intención, de veras. Soy una tonta, lo sé tienes todo el derecho a enojarte, mira hasta te ensucié tu remera-dije intentando limpiar el desastre que había provocado.

-No te preocupes, es sólo una remera. La próxima vez ten más cuidado. Iré a tomar una ducha.-dijo y se encaminó hacia la salida.

Cuando me marché hacia la cocina, pude escuchar que los que al parecer eran su grupo de amigos se burlaban de mí. Podía percibir sus miradas de desprecio. Martha y Philips, no me regañaron, sólo dijeron que debía encargarme de limpiar lo que había ensuciado; al fin y al cabo era algo que a cualquiera le podría haber sucedido. Sin embargo, yo no dejaba de torturarme a mí misma. Me reclamaba el haber sido tan ciega, el no haber visto el charco de jugo en el piso.

Por fortuna, ningún otro accidente ocurrió. Al llegar a la habitación, Megan se encontraba escuchando música a todo volúmen y anotando algo, que no alcancé a ver.

-ey, Emily aquí estás, ¿qué onda, ¿cómo te fue?

-Por favor, espero que no te molestes, pero preferiría no hablar de eso en este momento.

-Está bien, pero ¿adivina qué? muchas veces me han dicho que soy muy buena escuchando, pero claro si tu no quieres...

-No, Megan, tan sólo quiero dormir-dije y cerré los ojos intentando olvidar el horrible día de hoy.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro