Los días han sido penosos para todos, en especial para Megan.  Ya han transcurrido dos semanas  desde el velorio y entierro de su hermana, y debo admitir que desde aquel día ella no es la misma. Aunque sus constantes pesadillas han cesado y ha logrado conciliar el sueño de nuevo, la veo muy deprimida. Ya no hay lágrimas en sus ojos pero sé que el dolor sigue allí, dentro suyo, adueñandose de sus pensamientos y arrebatando su felicidad; quitando el brillo característico de sus ojos.
Me recuerda mucho a mí; superar la muerte de Alice me fue muy difícil, y sin embargo no podría jurar que lo he hecho.
Me da mucha impotencia no poder hacer nada al respecto, mas que permanecer a su lado y asegurarle que todo estará bien.
Extraño a la Megan de antes, sus bromas, escucharla quejarse de Scott, verla con su cuaderno ya sea dibujando o catalogando a las las personas. Ahora es otra, está ausente. Ni siquiera habla conmigo, sólo va a trabajar y al regresar se recuesta y duerme. Como si de esa forma podría olvidarse de ella, de lo sucedido.

Un golpe en la puerta me obliga a volver a la realidad abruptamente. Al abrir me encuentro con Scott. Me saluda y pregunta por Megan, a lo que respondo que aún no ha despertado. Me es difícil describir la expresión en su rostro, pareciera como si estuviese angustiado.

—¿Cómo es eso posible? Ya son las dos de la tarde.—pregunta con la mirada perdida.

—Lo sé, ha estado así desde ese día. Ya no sé que hacer. —respondo.

—¿Puedo verla? —pregunta de manera repentina.

—Claro, pasa.

Me hago a un costado, permitiéndole entrar en la habitación. Luego samarreo a mi amiga, intentando despertarla. Ella abre sus ojos al cabo de unos instantes, y al notar la presencia de Scott me mira confundida.

—Megan, Scott vino a verte.

—¿Qué es lo que quieres? Hoy es mí día libre, ¿Por qué estás aquí?—responde Megan apoyando su espalda en el respaldar de la cama.

—Estaba preocupado por ti. Ayer no te ví a la hora de la cena y tampoco hoy en el desayuno. —contesta Scott con cierto nerviosismo en su voz. Hace una pausa y agrega  —  Debo estar loco pero creo que me hacía falta escuchar tus insultos. Vamos actúa grosera conmigo.

Su comentario me toma por sorpresa, ¿Scott pidiendo a Megan que lo insulte?, reprimo una sonrisa y miro de reojo a mi amiga quien luce algo molesta.

—¿Es un chiste verdad? —pregunta con el ceño fruncido. — Estoy bien, no necesito de tu compasión ni de la nadie. Mejor vete y déjame dormir.

—No te enfades, sólo quería saber como estabas.

—Pues ya lo sabes, asi que ahora puedes retirarte.

La expresión de Scott es difícil de leer, pero puedo distinguir una muestra de enojo y complacencia en él.

—Aunque me molesta que me trates como un perro, te lo agradezco.  — responde aclarando su garganta y se dirige hacia la puerta para marcharse pero antes de hacerlo añade : Por cierto, te ves linda cuando te enfadas.

Las mejillas de Megan se tiñen de rojo, aunque no sabría decir si es a causa de que está furiosa o porque se ruborizó ante el último comentario de él.

—Ya lárgate. —dice en tono frío.

Scott se marcha y Megan se recuesta de nuevo, con la intención de retomar su sueño. Esto me supera, sé que necesita tiempo; que no es fácil por lo que está pasando pero tampoco creo que dormir sea la solución a sus problemas; no voy a permitir que siga desperdiciando su vida así. Me dirijo a su cama y quito las colchas de ésta .

— Ya es suficiente, ¿me escuchaste? — espero pero Megan no da respuesta alguna, por lo que prosigo. ¿Es esto lo que piensas hacer con tu vida de ahora en adelante?, ¿dormir? Entiendo que estés mal por tu hermana pero ya debes superarlo. No me digas que eres de esas chicas que se dejan vencer ante el primer golpe que les da la vida. Esta no es la Megan que conozco, mi amiga no se rinde tan fácilmente.

—¿A qué te refieres?, ¿Crees que es fácil sonreir y seguir como si nada hubiese pasado? Mi hermana está muerta. ¿Acaso no lo entiendes? Ella era la única persona que tenía a mi lado, mí única familia porque papá nunca estaba con nosotras; y ya no está. Dime todas estas estupicedes, cuando tu también hayas pasado por lo mismo, cuando hayas experimentado en carne propia lo que es perder a lo que más querías en este mundo. No tienes derecho a juzgarme. —sus ojos marrones se vuelven vidriosos, su expresión dolida.

—¿Y qué pasaría si te digo que también perdí a una hermana, que he sufrido tanto como tú y que hasta hace poco no sabía la razón por la cual decidió acabar con su vida?

— ¿Qué estas diciendo? — Megan alza la mirada extraviada y se  deshace en sollozos.

—Lo que estás oyendo. Sí, ella misma lo hizo, ella tomó la decisión de dejarnos sin detenerse a pensar en cómo nos sentiríamos con su partida o en las grandes repercusiones que esto causaría en la familia.Como puedes ver no eres la única. —respondo y me siento en el borde de su cama. Mi cara se encuentra bañada en lágrimas.

Megan se acerca a mí y  tras un sollozo se abalanza hacía mí y me encierra en un fuerte abrazo.

—Lo siento, de haberlo sabido, juro que... —hace una pausa y continúa — ¿Por qué nunca lo mencionaste?

—Creo que me avergonzaba decirlo. Tampoco quería recibir un trato distinto y que sintieran pena por mí.

— Entiendo. Pero dime, Emily ¿Cómo hago para superarlo? Es que no puedo dejarla ir. Aún creo que todo esto es una pesadilla, aún despierto con la esperanza de verla de nuevo, con esa sonrisa que se dibujaba en su rostro cada vez que la visitaba en el hospital.

—No lo sé, Megan. Pero lo que te puedo asegurar es que lo superaremos juntas, y que no estás sola. Me tienes a mí y a los chicos que también te aprecian, incluso a Scott, a quien al parecer  le agradas.

—No lo comprendo. No comprendía su furia aquel día en el que Dylan intento abusar de mí , o el porque reaccionó de esa manera. Siempre creí que me odiaba.

—Sí te defendió fue porque le importas. Quizás no es tan malo como tu piensas.

—Quizás, eso el tiempo lo dirá. Pero tengo una gran deuda con él. Le debo demasiado y sin embargo lo sigo tratando mal. Soy un desastre.

Continuamos hablando por un largo rato, le conté los detalles sobre la muerte de Alice e incluso le enseñé las cartas que encontré en casa.
Me sentía aliviada de finalmente poder desahogarme y hablar con alguien sobre el tema. También me alegraba ver a Megan mejor. Sé que será sumamente difícil para ella, pero saldrá adelante de esta situación.

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He estado nerviosa en numerosas situaciones, pero esta es la peor de ellas. Jamás me había sentido así. No dejo de caminar de un lado para el otro, y por primera vez estoy mordiendo mis uñas, cosa que nunca había hecho porque me resulta desagradable. ¿Qué se supone que debo ponerme? Es la primera vez que voy a salir con un chico. ¿Y si comienzo a tartamudear de los nervios?, o ¿y qué si no puedo mantener el contacto visual con él? ¿Por qué no puedo retroceder el tiempo? De poder hacerlo, respondería: "Es muy amable de tu parte, pero no creo que sea posible. Ya tengo planes" Pero seamos honestas, ¿qué planes podría tener una chica como yo, que se la pasa encerrada y que su círculo de amigos se reduce a una sola persona? Calma, todo estará bien. Respira profundo. Relájate. Hasta parezco demente hablando sola.

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Megan como siempre, me ayudó con el vestuario, e incluso aplicó un poco de maquillaje en mi rostro. Opté por ponerme una blusa negra con vuelos y un jean oscuro. Con respecto a mi cabello, decidí dejarlo suelto. Espero haber quedado linda.

Caleb me condujó al final del campamento, donde habíamos jugado "gana o asume las consecuencias" aque día que reemplacé a Megan en su trabajo.
Una manta se encontraba en el medio del césped y sobre ésta había sandwiches, tarta de manzana y refrescos.
El sol ya había entrado y el cielo se encontraba cubierto de estrellas.
Comimos y hablamos de distintos temas, Caleb es muy gracioso. Nunca deja de sorprenderme, hay tantos aspectos de su personalidad que no conocía. Me es fácil hablar con él. Hay cierta calma en su presencia que me tranquiliza. Pero por otro lado, provoca que me ponga nerviosa y que mi corazón se acelere cada vez que sus ojos encuentran los míos.

—Emily, lo diré de una vez por todas, me gustas.

Su comentario me toma por sorpresa y puedo sentir el rubor aparecer en mis mejillas. Me quedo atónita, sin saber que responder.

—Eres distinta a todas las demás; eres sencilla y callada pero eso me atrae. Creo que estoy enamorado de ti. —se aclara la garganta y añade: "por favor dime algo".

La intensidad de su mirada no me deja pensar.
Me da miedo entregarme a lo que siento. Pero, no puedo luchar eternamente contra estos sentimientos.
Cada día que pasa la sensación que tengo al verlo aumenta. No puedo controlar las emociones que siento, ellas me controlan a mí.

—El hecho de que esté aquí contigo,¿no crees que significa algo? —hago una pausa intentando buscar las palabras. — Siento cosas por ti, pero tengo miedo, ¿Y si no resulto ser lo que esperabas?, ¿Y si sales lastimado de esto? Lo que menos quiero es hacerte sufrir.

—Detente, eso es imposible; y si existe la posibilidad de que me lastimes, encantado correré el riesgo. —dice con una breve sonrisa.

—Creo que te conviene olvidarte de mí, hay muchas chicas que te aseguro te harán más feliz que yo.

—No lo creo. Por más de que intentará olvidarte, no lo conseguiría. Estás en mi mente todo el tiempo, invadiendo mis sueños. Ya entraste en mi vida, ahora ya no puedes salir, ¿entiendes?

—No sé que decir. Estás cometiendo un grave error en elegirme a mí. — digo evitando su mirada.

Luego de manera repentina, se inclina hacia mi, toma mi rostro en sus manos y cierra mis labios con un tierno beso.

—Tus mejillas se han teñido de rojo—observa Caleb.

Acabo de besarme con él, la pregunta es ¿qué sucederá ahora?

N/A: Hola a todos! 🙆¿Cómo están? Espero que super bien.😊 Lamento haberme demorado demasiado en actualizar; he estado muy ocupada 😭. Pero para compensarlos, hice este capítulo más largo que los anteriores. ¿Qué les pareció? Ya saben que acepto críticas, éstas me ayudan a crecer y mejorar cada día. Los invito a votar y comentar.
Los quiere, ❤
                            Indescifrable_7