Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12


—Megan, despierta! Ya llegué—dije zamarreando a mi compañera de cuarto quien se encontraba sumergida en un sueño profundo.

—¿Quién eres? Dejame dormir.-la voz de Megan casi susurrando fue disminuyendo hasta quedar en un balbuceo ilegible.

—Soy Emily, tu compañera de cuarto. Ya despierta, o¿ piensas llegar tarde de nuevo? Te aseguro que al señor Richard no le agradaría en absoluto, incluso correrías el riesgo de ser despedida.

—Ah si eres tú...Calmate, eso no sucederá, deberías dejar de preocuparte tanto por mí—respondió Megan al mismo tiempo que resfregaba sus ojos en un intento por abrirlos.

—Entonces no me des motivos para hacerlo.

—Okay, lo tendré en cuenta— respondió levantando su dedo pulgar en señal de aprobación
—.¿Hace cuanto estás aquí?

—Llegué hace una hora, pero era muy temprano para despertarte.

—¿Y que estuviste haciendo en ese tiempo? Espera, espera no me digas, lo adivinaré-dijo Meg masajeando sus sienes con sus delgados dedos como lo haría una adivina.—Leyendo.

—Ay que graciosa eres—respondí en tono sarcástico—pero sí estuve leyendo, y para que lo sepas no me avergüenzo de ello.

—Está bien, sólo bromeaba.

—¿Tú cuando llegaste?

—Ayer en la noche, hoy es el día libre de papá; por lo que me dijo que me reemplazará.

—Que bueno, podrás descansar.

—Sí, aunque estaba planeando organizar una fogata a la noche, para festejar tu cumpleaños, se que fue ayer pero ya sabes es mejor tarde que nunca. ¿Qué opinas?

—No lo sé, no quiero causarte molestias. Creo que deberías aprovechar el día de hoy para recuperar fuerzas. Pasaste el fin de semana en un hospital, de seguro no has dormido bien.

—Emily, quiero hacerlo. Sé que hace poco nos conocemos, pero durante el tiempo que llevamos aquí, te he tomado mucho aprecio. Además, vamos a pasarla super bien. Todos los años organizamos una con los chicos y nos divertimos muchísimo.

—Bien, hazlo ¿Quieres que te ayude con algo?

—No, de ninguna manera. Yo misma me ocuparé.

Decidí obedecer las órdenes de Megan que consistían en sólo ocuparme de mi trabajo y cuando hubiese finalizado ponerme linda para la noche.

Para cuando se hicieron las diez ya había tomado una ducha, cambiado y hasta arreglado mis uñas, algo que no suelo hacer muy seguido por no decir nunca pero debía hacer tiempo.

Con respecto a la ropa, quería sentirme cómoda por lo que opté por usar un short blanco, una remera y mis zapatillas John Foos negras. En peinarse, no me hice tanto problema, tan sólo tomé mi cabello en una media cola.

Me encontraba colocando la ropa en su lugar cuando Megan llegó.

—¿Ya estás lista?—preguntó entusiasmada. Pude notar el brillo en sus ojos.

—Eso creo—respondí.

—Genial, sigueme.

Caminamos hasta llegar a una sección del campamento, cerca de un lago donde abundaban árboles. Era el espacio propicio para una fogata. El cielo favorecía la vista brindando luz por medio de la luna y centellares de estrellas.
Al llegar nos encontramos con Samantha, Kaytlin, Scott y Caleb.
Saludamos en voz alta para evitarnos el tener que saludar a cada uno y nos unimos a ellos. Ellos ya habían encendido la fogata y se encontraban sentados formando un círculo.
Caleb había llevado su guitarra por lo que pasamos la mitad de la noche cantando canciones. Fue la parte que más disfrute. La otra mitad estuvimos contando historias de terror y chistes, a los cuales tuvimos que recurrir para deshacernos del miedo que se había instalado en algunos de nosotros.
En toda la noche no crucé palabra con Caleb, pero pude notar su mirada puesta en mí en reiteradas ocasiones. Esto me incomodaba y enfurecía al mismo tiempo. El hecho de no comprender porque este chico lograba intimidarme a tal punto de tener que fingir no darme cuenta y simular estar viendo hacía otra dirección me ponía los pelos de punta.
Luego de dos horas y media, decidimos regresar a nuestras respectivas habitaciones ya que al día siguiente debíamos levantarnos temprano.
Fue en ese momento cuando me encontraba dirigiendome con Megan a la habitación que pasó lo que me temía que iba a suceder.
Caleb se dirigía hacia nosotras.

—Emily me darías unos minutos. Es que hay algo que me gustaría decirte.

—Disculpa Caleb pero ya es tarde, si quieres mañana hablamos.

—No tomará más que el trayecto hacia tu habitación. Megan...¿podrías?

—De acuerdo, está bien, ya me dí cuenta que mi presencia estorba, procedan. Luego los alcanzó—.respondió Megan haciendo un movimiento con sus manos en señal de que nos marcharamos.

Caminamos en silencio hasta que llegamos a la puerta de la habitación. Fue entonces cuando Caleb sacó un ramo de flores que se encontraba escondido detrás de una de las macetas de la habitación contigua.

—Emily, tengo algo para ti. Espero que sean de tu agrado, la verdad es que me costó elegirlas—.dijo Caleb entregándome un ramo de margaritas.

Mis flores favoritas ¿cómo lo supo? Basta, recuerda quien es Emily.

—¿Qué esto Caleb?—pregunté cruzandome de brazos.

—flores?—respondió algo confundido ante mi pregunta.

—No me gustan, odio las margaritas. Llevatelas.

—Lo siento, pensé que te gustarían.

—Pues al parecer te equivocaste. Dime algo Caleb, ¿Qué pretendes con todo esto?

—Nada, sólo quise tener un lindo gesto contigo por tu cumpleaños. Pero ya me dejaste en claro que no te gustan, aunque podrías haber sido más sutil al decirlo.

—No te creo nada, ya sé lo que haces Caleb pero quiero que sepas que no soy como ellas. Yo no me dejo engañar por una cara bonita o unas cuántas palabras de elogio sacadas de un libro o una película. Así que pierdes tu tiempo.

—¿De qué hablas?Explicate por que no entiendo nada de lo que dices.

—No te hagas el estúpido, sabes perfectamente de lo que hablo. Sé que haces esto con todas las chicas, las enamoras y luego cuando te aburres de ellas las dejas para ilusionar a otra tonta.

—¿Quién te dijo eso?¿Sabes que? Mejor no respondas, creí que eras diferente, por eso me llamaste la atención. Pero me equivoqué.

—Bien, me alegro que te hayas dado cuenta ahora y no después.

—Vete al diablo, Emily—.dijo él alejándose.

—Ah ¿sí? Pues tu también Caleb
—le grité por detrás y cerré la puerta de la habitación.

Estaba furiosa, no sabía que hacer para calmarme, me recosté en mi cama y me puse los audífonos. No quería pensar en lo sucedido. Estaba escuchando música a todo volumen cuando entró Megan a la habitación y comenzó a hablar.

—¿Me puedes explicar que sucedió? Acabó de ver a Caleb y lucía muy enojado. No me respondió cuando pregunté por ti; sólo arrojó este ramo de flores. ¿Eran para ti? ¿Por qué no las aceptaste?

—No quiero hablar sobre Caleb.

—No me importa, exijo que me cuentes todo en este instante ¿Por qué siempre soy yo la última en enterarse de las cosas?

—Okay te contaré, siéntate me pone nerviosa verte de pie.

No me quedó más remedio que contarle todo a Megan desde el principio, específicamente a partir de la fiesta. Una vez que concluí con mi relato Megan abrió la boca para hablar. Había permanecido en silencio hasta entonces.

—Eres una tonta, en verdad ¿Cómo pudiste creerle a Samantha? Es una maldita mentirosa. Sólo te dijo eso para alejarte de Caleb; seguramente se dio cuenta de su interés por ti. Ellos cortaron, pero ella aún no lo acepta. Siempre se le pega como chicle y coquetea con él ante la primera ocasión que se le presenta.
Pero que ingenua. Pobre Caleb, no merecía todo lo que le dijiste. Él es muy buena persona, fue el primero que se ofreció a ayudarme cuando les conté sobre la fogata a los chicos.

—No sabía, ella parecía sincera cuando me lo dijo; incluso estuvo a punto de llorar. Soy una tonta, tienes razón ¿Qué voy a hacer ahora?; ¿Me podrías dar las flores?—pregunté y cuando Megan me las entregó las coloqué en un frasco con agua.

—Lo primero que debes hacer es disculparte con Caleb.

—Él debe odiarme en este momento.

—Sí, Emily pero tienes que hacerlo.

—Lo sé...

Me sentía terrible. Había actuado como una idiota. Ahora tenía que dejar a un lado mi orgullo y disculparme con él. Lo único que esperaba era que el me escuchará y logrará perdonarme. Aunque sinceramente lo dudaba.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro