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105... Jeon Jungkook x Tamara, A si que ¿te gusta el atuendo verdad?.

Resumen: Algo sobre ver a Jungkook desde el backstage durante una actuación te ha irritado. Cuando Jungkook no puede lograr que admitas lo sexy que encuentras su atuendo en el escenario, está decidido a encontrar tu honestidad en el camerino después del espectáculo.

♦ Pareja: Jungkook—Tamara.

—Top: Jungkook.

—Bottom: Tamara.

♦ Clasificación: 18+ Los menores tienen estrictamente prohibido interactuar con este contenido. Cualquier menor que se descubra interactuando con contenido para adultos será bloqueado de inmediato.

♦ Género: relación establecida, ambos son Idol. Tamara unos años más grande que jungkook.

♦ Advertencias: Dom!jk, sumisa:su Noona tamara, oral (f. y m. recibir), azotes, gatear (¿más o menos?), perversión de Daddy, lenguaje explícito, sexo sin protección por favor, termínenlo, todos), tipo ¡Tengo soft!dom JK, torcedura de impregnación si entrecierras los ojos, habla sucia levemente.

           
                     ...Sin más advertencia comenzemos...

La música vibraba a través de tu caja torácica. Fue difícil escuchar cuando la base terminó, una bomba de relojería mientras Namjoon guiaba al grupo de chicos corriendo hacia el escenario. Habías visto la actuación desde las gradas varias veces. Les tocaba una cancion que solo los hombres del grupo eran incluidos gustosa fuiste dónde estaban los de seguridad para poder apreciar a tu Daddy.

Estar detrás del escenario era algo diferente. Observar la forma en que los trabajadores corrían, frotando toallas frías sobre los miembros mientras corrían para cambiarse de ropa. Dándoles oxígeno adicional para ayudarlos entre series rigurosas era fascinante y abrumador, y mucho más fuerte mirar desde Serca, por eso a veces los admiraba tanto al grupo del Staff.

Tus ojos recorrieron cada miembro a medida que aparecían. Los miembros mayores estaban arriba y cerca del escenario, esperando entre bastidores mientras los estilistas zumbaban a su alrededor, frotándole y cepillando cambiaste de un pie a otro, con los ojos fijos en el vestidor, esperando a que apareciera Jungkook.

Verlo trabajar de cerca era otra cosa. Era difícil no intervenir cuando lo veías salir jadeando del escenario, ahora mientras se preparaban para las últimas canciones, era difícil no estarpara ayudarlo entre el terror de que se derrumbaría exhausto después del espectáculo y el deseo de saltar para estar hay para el como lo tenías acostumbrado desde que llegó al grupo.

A pesar de que crecieron juntos y lo ayudaste en sus noches oscuras cuando era un pequeño, Algo en ti cambio al verlo sobre la forma en que se entregaba a cada espectáculo era ridículamente atractivo, adictivo Y abrumador.

Jungkook apareció, corriendo al azar mientras intentaba arreglar su paquete de micrófonos, persiguiendo a sus compañeros de banda mientras la música sonaba. Como si te sintiera, miró hacia arriba, buscando en el mar de trabajadores antes de que sus ojos de cierva se posaran en ti y se oscurecieran apretaste alrededor del apoya brazo de la silla donde estabas sentada mientras él sonreía. Amabas esa sonrisa.

Querías agradecer a su estilista y asesinarlos a todos a la vez. El cabello sudoroso de Jungkook colgaba sobre su rostro mientras trotaba. La chaqueta de camuflaje estaba ceñida sobre sus fuertes hombros podías ver la camiseta tirando sobre su pecho mientras arreglaba el micrófono justo cuando te alcanzaba. Te agarró bruscamente por los lados de la cara, haciéndote chillar mientras te acercaba para besarte. No obstante por la adrenalina de que alguien pudiera verlos le pegaste sobre su brazo haciéndole cosquillas ya que por los ejercicios que el hacía los tenía bien duros.

—Un pajarito me dijo que realmente te gustaba este atuendo.—Maldijiste mentalmente a Jimin ya que estabas a su lado cuando suspiraste embobada viendo a tu menor, tu otro compañero sonrió cómplice y te saco el comentario luego corrió a cambiarse y le comento a su hermano tu dicho comentario, Sonrió. Su voz era baja y rasposa por haber cantado toda la noche. Se mordió el labio y sentiste que te temblaban las rodillas. —¿Está a la altura en persona?.

Tus ojos lo recorrieron, Dios lo hizo alguna vez.—No sé de qué estás hablando.—Dijiste cruzándose de brazos y buscando con tu mirada al pajarito este los estaba viendo y cuando choco con tu mirada sintió su espalda conjelarse "Jimin estás muerto", pensó para el mismo, decidió dejarlos solos e ir con su estilista.

—Hmmm, Estás mintiendo, ¿verdad?.—Curosio el pequeño.

—No miento.—Lo miraste e iniciaron una guerra de miradas al principio siempre ganas por qué el era menor y le daba vergüenza estar con una mujer, pero como todo tiene que crecer ahora cuando ambos se miraban el te intimidaba, sonrió burlón al ver cómo corridos tus ojos de los de el.

Te chasqueó la lengua, pinchando con la lengua el interior de su mejilla mientras su mirada acalorada te miraba de arriba abajo. —Eso es dos veces seguidas.—Ronroneó.—¿Qué se supone que debemos hacer al respecto?.—Pregunto sentiste tu espalda baja conjelarse.

Le gritó uno de sus compañeros.—Oh, mira Namjoon te llama.—Dijiste, nerviosa.—Tienes que irte.

—Pueden esperar un momento Admítelo cariño. El atuendo, mueres por el.—Dijo girando en su eje.

—Está bien.—Dijiste reccinada, Su mirada se oscureció.—Di la verdad, bebe.

Oh mierda Esta voz. La maldita voz baja que usaba contigo cuando estaba excitado y quería jugar al gato y al ratón. Te enderezaste de inmediato, hábito que su voz dominante despertó en ti sus ojos no se perdieron nada mientras sonreía. —Quiero escucharlo, bebé.—Ordeno viéndote enderezada en tu silla.

—Jungkook, llegas tarde.—Gritó una chica por parte del Staff llegando a ustedes en cuanto te vio te saludo en reverencia por respeto.

—¡Jungkook, vete!.—Lo empujaste leve, Te besó en la mejilla rápidamente, haciendo una pausa cuando su cálido aliento golpeó tu oído.—Métete en el puto camerino. Quiero que me esperes. Ni siquiera pienses en moverte de allí, ¿entendido? Es la habitación individual a la izquierda.—Te dijo lo observarse enderezarse, bueno más bien te ordenó.

Tarareó suavemente, mordiendo tu oído con una risa entrecortada. Luego, se fue. Te estremeciste, jadeando ligeramente cuando él se fue en una ráfaga de oscuridad y piezas escénicas enredadas Escuchaste a la multitud gritar mientras subían al escenario, los sonidos de apertura de The Boy comenzaron.

Distraídamente te preguntaste si la canción debería haberse llamado panty drop porque mientras observabas a Jungkook metiéndose esos ajustados pantalones negros, algo en ti se encendió. La canción estaba llegando a su fin y entraste en pánico estabas tan encantada por la forma en que se movía que habías olvidado su advertencia.

Un vestidor muy pequeño que parecía haber sido abastecido con solo unas pocas toallas y botellas de agua estaba al final del pasillo. El sonido amortiguado de la música y la multitud aquí silenciados por la puerta, un marcado contraste con la habitación vacía todavía te zumbaban los oídos. Había dos sofás sentados uno al lado del otro. Un televisor en la esquina mostraba el escenario mientras se preparaban.

No había nada más que pudieras hacer más que caminar. Seguiste mirando entre la puerta y la pantalla, con los nervios en llamas mientras esperabas. Mierda. Te estaba haciendo esperar mientras realizaban bises no podías evitar temblar, sabiendo que lo había hecho a propósito. A Jungkook le gustaba hacerte esperar por él, sentándose en el borde de tu asiento mientras él jugaba contigo, bordeándote sin tocarte y a pesar de que eras su mayor el jodido mocoso te hacía sentir cosas que nunca nadie te haria sentir.

Justo cuando pensabas que ibas a perder la cabeza, la puerta se abrió. Te pusiste de pie, agarrando la botella de agua con tanta fuerza que el plástico se deformó en tu mano. Jungkook cerró la puerta con firmeza detrás de él y le dio la vuelta a la cerradura estaba agitado y sudoroso, su cabello goteaba. Su ropa se aferraba a él cuando se dio la vuelta, sus ojos oscuros se concentraron en ti.

"Mierda mierda mierda mierda".—Sus pupilas estaban hinchadas y la sonrisa sensual que te dio era de naturaleza felina. Sus ojos se posaron en el sofá.—Sientate.—Te ordenó y no lo dudaste ni dos segundos.

Inmediatamente te sentadte en el sofá. Jungkook se acercó al sofá frente a ti, se recostó e inclinó, con los brazos extendidos sobre el respaldo del sofá y las piernas abiertas. Te estremeciste cuando sus ojos recorrieron cada centímetro de ti se detuvieron en la botella de agua. Rápidamente se lo ofreciste. Él arqueó una sola ceja antes de inclinarse hacia adelante y tomarlo, asegurándose de rozar las ásperas yemas de sus dedos contra los tuyos. Te estremeciste sabías exactamente lo que esos dedos eran capaces de hacer.

Jungkook terminó la botella en unos pocos tragos. Observaste la forma en que su garganta se flexionó, su boca salivando. Querías extender la mano y besar su cuello, lamer la sal de su piel.

—Ven aquí.—Te ordenó señalando con su dedo, Te pusiste de pie para moverte.—No, no.—Te Interrumpió.—Puedes gatear sobre la mesa de café.—Lo miraste incrédula.

Santa mierda Sentiste que la excitación se acumulaba entre tus piernas mientras asentías. Te pusiste de pie, inclinándote para inclinarte y moverte a través de la mesa cuando te chasqueó la lengua, lo miraste.—¿Qué decimos cuando te pido que hagas algo?.

—Yes daddy.—Susurraste en un leve suspiro.

Se recostó de nuevo, mirándote. Pasaste por encima de la mesa con facilidad, con cuidado de no volcarte. Era un espacio pequeño, difícilmente una exhibición real de gateo para él sus ojos nunca te dejaron mientras llegabas al otro lado, balanceando tus piernas para que estuvieras sentada en la mesa frente a él. Una sola mano dejó el respaldo del sofá para acariciar su regazo.

Tus ojos se sintieron atraídos por sus poderosos y gruesos muslos. Amabas sus malditos muslos, amabas follarte en sus muslos aún mejor te arrastraste con cuidado hasta su regazo, poniendo tus rodillas a cada lado de él mientras te acomodabas, tu núcleo vestido presionando contra su erección ya tensa. Un gemido salió de tu boca necesitabas fricción y la necesitabas ahora, pero si te movías lo más mínimo, sabías que Jungkook se irritaría aún más. Aunque nunca había dejado que te corrieras, no estabas dispuesta a probar el límite.

—Manos detrás de tu espalda, bebé.—Ordeno, pero Empezaste a hacer pucheros y él gruñó.—Tu puchero no funcionará esta noche, niña.

—Sí, Daddy.—Susurraste, tirando de tus manos detrás de tu espalda.

—Buena chica.

Jungkook levantó una mano del sofá y sus dedos rozaron tu cuello. Tus clavículas. Las hinchazones de tus pechos. Simplemente deslizó sus dedos por toda tu piel, apenas tocándote mientras observaba la forma en que apretabas y aflojabas la mandíbula sonrió mientras sus manos bajaban lentamente los tirantes de tu camisa y sostén, la tela te hacía cosquillas en la piel. Tu pecho desnudo estaba cubierto de piel de gallina cuando el aire frío te golpeó, los pezones se endurecieron de inmediato Luchaste contra un escalofrío cuando su mirada hambrienta se deslizó hacia abajo.

Lentamente, Jungkook movió sus manos sobre tu pecho, siempre asegurándose de evitar los brotes endurecidos de tus pezones. Gimoteaste levemente y él te pellizcó levemente el costado, haciéndote retorcerse en su regazo podías sentir lo mojada que estabas, necesitando desesperadamente que él hiciera algo, que te tocara, que te follara, que hiciera cualquier cosa para aliviar la tensión que latía en ti.

Mordiéndose el labio, arrastró sus dedos hacia tus labios, tocando tu boca ligeramente. Inmediatamente abriste la boca, dejando que Jungkook pusiera dos dedos en tu boca tu lengua se envolvió alrededor de sus dígitos inmediatamente, succionando suavemente mientras él gemía, con la cabeza apoyada en el respaldo del sofá. Tu lengua lamió sus dedos como si fuera su polla, deseando que lo fuera.

Jungkook sacó sus dedos de tu boca, usando los dedos recién lubricados para trazar círculos en tus pezones. Te sacudiste ante la repentina sensación de sus dedos y tu saliva, gimiendo en voz alta los tiró y los pellizcó, haciendo que tu afilaras y te inclinaras hacia adelante. Sus manos agarraron tus caderas, golpeando tu espalda firmemente contra su regazo.

—Daddy no dijo que la niña podía moverse.—Reprendió.

—Daddy.—Te quejaste.

—¿Quieres algo?.—Preguntó Asentiste con la cabeza. Estabas lista para suplicar. Ya parecía jodido, su mirada alimentaba el sentimiento de codicia en lo profundo de tu estómago por él.—Usa tus palabras.—Te ordenó.

—Necesito que me toques.—Pediste desesperada.

—Te estoy tocando.—Resoplaste La mano de Jungkook cayó con fuerza sobre tu trasero, provocando un sonido entre un gemido y un grito de sorpresa.—Las mocosas no pueden ser tocados, ¿verdad?.

—No.—Dijiste desesperada.

—Has sido un mocosa hoy, ¿no?.—Pregunto.

—Si.—Dijiste.

—Si, ¿Que?.—Pregunto en una orden.

—Si, Daddy.

Él tarareó.—Buena jodida chica.—Volvió a acomodarse en el sofá. Estabas temblando en su regazo, sin camisa y expuesta y joder, lo deseabas tanto.—Tal vez te toque, pero tienes que ganártelo bebé.

—Dime.—Suplicaste.—¿Dime qué hacer?.—Preguntaste desesperada.

—De rodillas.—Saltaste de su regazo y te pusiste de rodillas. Tus manos fueron a por su cremallera pero él te golpeó las manos.—Manos a la espalda.

Estabas hipnotizado cuando las manos de Jungkook se desabrocharon los pantalones. Estabas codicioso por su lado, viendo los nudillos tatuados trabajar en la cremallera, tirando. Levantó las caderas para bajar los pantalones y los calzoncillos con él, su polla saltando libre gemiste al verlo, la punta leyó y enojado, goteando líquido preseminal. Luchaste contra el impulso de agarrar su longitud en tus manos y darle un pequeño lametón. Sólo lo querías en tu boca, lo querías en cualquier parte.

La belleza de jungkook no se detuvo en su rostro. Su polla era jodidamente impresionante. Llegó a todos los lugares correctos, estaba surcado en todos los lugares correctos y joder, lo querías agarró la base, lamiendo sus labios mientras se agarraba firmemente y golpeaba tu labio inferior con la punta. Abriste la boca automáticamente, dándole una suave lamida a la punta echó la cabeza hacia atrás al sentir tu lengua, observándote con los ojos entrecerrados.

Suavemente, lamiste el punto sensible justo debajo de la punta, haciéndolo retroceder un poco.tarareabas de felicidad mientras envolvías tu boca pecaminosa alrededor de la cabeza de su reloj, tu lengua corría deliciosamente alrededor de él mientras metías lentamente tu boca en su polla sus manos estaban cerradas en puños a sus costados, su control no se deshilachaba mientras te observaba tomar más y más en tu boca.

Jungkook de repente te sorprendió dándote un empujón limpio en la boca. La saliva corrió por un lado de tu boca, pero no te importó, ahuecando tus mejillas mientras Jungkook te daba empujones superficiales en la boca.—Dime si tengo que parar", gruñó.—Si te lastimo, dímelo. Toca mi muslo, ¿recuerdas?.—Asentiste lo mejor que pudiste alrededor de un bocado de polla. —Buena puta chica.

Confiado en tu respuesta, Jungkook jodió hacia arriba en tu boca, gimiendo en voz alta. Respiraste con cuidado por la nariz, los ojos llorosos mientras su punta rozaba profundamente tu garganta con cada embestida él folló en tu boca con abandono, el duro chasquido de sus caderas una dura y una posición a la forma suave en que sus manos acunaron tu rostro. Gemiste a su alrededor mientras Jungkook maldecía una y otra vez, tu nombre salía de sus labios se apartó de ti de repente y se puso de pie.

—En el sofá, con el culo frente a mí.—Exigió, Te pusiste de pie de inmediato, mareada por la forma en que sus palabras te hicieron sentir. Se colocó detrás de ti mientras te arrodillabas en el sofá, de espaldas a él su mano presionó contra tu espalda, inclinándote sobre la parte superior del sofá.—Este culo.—murmuró mientras sus manos tiraban de tus jeans con dureza.—Es jodidamente perfecto.

Sus manos descendieron sobre la carne recién expuesta, haciéndote gemir. Sus manos acariciaron la carne recién roja. Sus dedos rasgaron tu ropa interior, arrojándola con tus jeans. Abrió las piernas de tu padre y gimió.

—Bebé, estás jodidamente goteando.—Para probar su punto, sus dedos trazaron la parte posterior de tu muslo antes de rozar brevemente tus pliegues. Dejaste escapar un fuerte gemido, sin siquiera tratar de ocultarlo.—¿Todo esto por mí?

—Yes, daddy.

—Mmmm, no puedo evitarlo.—Lo sentiste moverse detrás de ti mientras te empujaba hacia el respaldo del sofá. Sentiste su aliento en tu interior, un temblor recorriendo tu columna, ojos entrecerrados.—Solo realmente necesito un jodido sabor.

Jungkook lamió tu coño desde el clítoris hasta el centro, haciéndote casi gritar te lamió con avidez, sin darte un segundo para respirar mientras su lengua bailaba alrededor de tu apretado agujero, acumulando tu excitación antes de levantarte para chupar con dureza tu clítoris estabas cayendo sobre el respaldo del sofá, con los ojos cerrados mientras él sostenía tu trasero con fuerza, asegurando su agarre sobre ti mientras su lengua te penetraba. Podías escuchar lo jodidamente mojado que estabas, Jungkook feliz de darse un festín contigo con cuidados acalorados y descuidados.

—Joder.—Gimoteaste, con las manos agarrando el sofá. Jungkook tarareó, la risa se atascó en su garganta mientras sus manos masajeaban la carne de tu trasero, extendiéndote más mientras su lengua penetraba en tu agujero.—Oh.

—¿Mmm si?.—preguntó Jungkook, los labios rozando tu coño empapado.—A mi bebé le encanta cuando le follo el coño con la lengua, ¿sí?.

—Sí.—jadeaste. Una espiral blanca y caliente se enderezó en tu estómago y te lanzaste a rogar antes de que pudieras correrte sin permiso:—Daddy, ¿puedo correrme? Por favor, ¿puedo correrme?, Por favor, por favor, por favor.—Jungkook te dio una palmada en el culo mientras metía su lengua más profundamente en tu coño Semen. No necesitabas nada más. Tu orgasmo te cegó. Escuchaste el sonido de algo lejano. Tardíamente te diste cuenta de que eran tus gritos, temblando en su boca mientras te lamía a través de tu orgasmo estabas temblando y corcoveando y no podías quedarte quieto cuando comenzó la sobreestimulación. Jungkook se fue repentinamente de ti. Fue solo por un segundo antes de que regresara, recostándose en el sofá mientras te acercaba a su cara.

—Fóllate en mi lengua y dame otra.—Te resististe por un segundo. Tus muslos temblaban y todavía estabas tratando de recuperar el aliento del último. Jungkook frotó tus muslos suavemente.—Tienes este bebé eres tan buena conmigo. Estabas jodidamente hecha para mí. te quiero. ¿Puedes darme otro?.—Asentiste. Él te trajo de vuelta, su boca saboreándote desde un nuevo ángulo. Jadeaste cuando su agarre en tus caderas te ayudó a moverte de un lado a otro. Estabas temblando y temblando, tus manos enredadas en su cabello. A él no parecía importarle que movieras tus manos sin preguntar, estaba demasiado ocupado pasando de aplanar su lengua para que tú la montaras y chupar tu clítoris con su boca pecaminosa.

Un segundo orgasmo te envió a un grito silencioso. Caíste hacia adelante, agarrándote al respaldo del sofá mientras él te ayudaba a atravesar el segundo. .su mano golpeó nuestro trasero pero apenas lo sentiste, jadeando mientras tu cabeza daba vueltas, los nervios en llamas por dos orgasmos consecutivos. Jungkook de debajo de ti. Besó tu giro, sus manos frotando tus costados de arriba abajo mientras dejaba que recuperaras el aliento.

—Eres tan jodidamente perfecta.—Susurró.—Hermosa, deslumbrante, jodidamente hecho para mí. Me encanta la forma en que suenas, la forma en que te mueves. Te quiero.—Jungkook besó tu hombro y mordió tu cuello mientras tu respiración se estabilizaba.—¿Puede?.

—Sí.—Casi sollozaste.—Por favor.—Sentiste su sonrisa contra tu piel. Besó tu hombro.—Mi puta novia perfecta.—Sentiste la punta de su polla en tu entrada y contuviste un gemido cuando él entró en ti rápidamente, enterrándose hasta el fondo jadeaste, sintiéndote tan llena y perfecta, dios Jungkook se sintió perfecto dentro de ti. Se estremeció sobre ti, su pecho presionado contra tu espalda.

—Te convertiré en mi jodida esposa algún día.—gruñó, sacándose casi por completo antes de volver a entrar.—Voy a poner a mis jodidos hijos en este bonito coño.—Se estrelló contra tu espalda, haciéndote gemir en voz alta.—Te voy a follar así todos los días. Joder, puedo sentir cómo te aprietas, nena.

Jungkook aceleró el paso, embistiendo hacia ti con un ritmo constante. Sus manos se posaron sobre las tuyas en la parte superior del sofá, entrelazando sus dedos con los tuyos los apretaste con toda tu vida mientras su polla rozaba ese lugar dentro de ti, haciéndote rogar por él. Decías de todo y nada, tonterías saliendo de tu boca mientras empezabas a vibrar con otro orgasmo.

Tu visión nadaba mientras jadeabas por aire, tu cuerpo se sentía caliente. Todo se sentía como si estuviera subiendo y subiendo, el mundo alcanzando un crescendo completo cerraste los ojos con fuerza, apenas podías respirar cuando él agarró tus manos con más fuerza, gimiendo en tu oído mientras se estrellaba contra ti repetidamente.

—Joder~joder~joder... Jungkook, voy a...—No podías pronunciar una frase completa.

Te apretó las manos.—Córrete para mí.—Susurró contra tu oído. Sus dientes tiraban de la tierna carne de tu cuello mientras daba profundas y poderosas caricias.—Córrete en mi puta polla, nena.

Cada músculo de tu cuerpo sufrió un espasmo como tú. Jungkook Gritó una maldición en voz alta, su orgasmo llegó inmediatamente después de que te apretaste contra él, corriéndote tan fuerte que casi te desmayas estabas viendo estrellas, tratando de encontrar el camino de regreso de la felicidad mientras jadeabas por aire. Jungkook te abrazó con fuerza, sus labios dejando un rastro de ligeros besos por toda tu piel. Tu cuello, tus hombros, tu espalda sus manos recorrieron todo tu cuerpo, gentiles, reverentes y amorosas. Estabas girando mientras te hundías en él. Te sostuvo en sus brazos con fuerza, susurrándote al oído. Perfecto. Hermoso. Tan jodidamente bueno para mí. te quiero. Mía.

—Entonces.—Susurró Jungkook mientras te empujaba hacia el sofá con él. Estaba jadeando y sudoroso, pero te acurrucó contra su costado por un momento, acariciándote te sentías segura en el círculo de sus brazos, cerrando los ojos mientras dejabas que frotara sus manos arriba y abajo de tu espalda.—Así que te gusta el atuendo, ¿verdad?.

3699 palabras...


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