Los Anhelos
No me encontraba del todo de buenas. Detesto las aglomeraciones y lo que ellas conllevan.
Tenía en mi cabeza la idea de "no afecto de cualquier forma " con otras personas. Entonces, el que te toquen sin tu consentimiento entraba en esa clase.
No sé porque, pero soy la única persona que conozco a la cuál no le gusta el simple hecho que lo abracen, aun por accidente o sumo aprecio. No lo odiaba completamente. Solo no me gustaba, no lo soportaba, y al estar en el aeropuerto, rodeado de otras gentes..., era obvio que explotaría y diría «¡Basta!». Suena extralimitado y muy celoso que prefiera el espacio que se establece para no incomodar y que este permanezca. A fin de cuentas, no pensar excesivamente en ello me ha venido bien.
Sin embrago, en este momento, es imposible escapar de lo que uno realmente siente; de lo que se quiere realmente. A diferencia de las muchas cosas que he obtenido, lo que quería no lo podía tener, ni siquiera hacer. Lo supe al instante que vi todo lo que me rodeaba, y cuando aparté la vista y comencé a determinar el cómo a los demás se les da de modo apremiante, tuve un sentir cercano a los celos. Era que, acaso, ¿no lo merezco? No digo que no sea un privilegio verlo de esta manera. Lo es, pero no suficiente.
Hay algo peculiar en cómo imagino que sería abrazar a Presley, incluso tonto, si me lo pregunto dos veces. He aprendido con tan solo verla allí parada, inocentemente, tranquila y en completa calma. Mis ojos se anclaban y pensaba: quiero experimentar lo que todo el mundo al mostrar sus sentimientos con algo totalmente básico, tan sencillo, como aquello; un abrazo. No supone un problema esencial, incluso se puede elegir dar o no dar.
Estoy incómodo y no hay lógica en querer algo que no te gusta, o estabas seguro que no te gustaba. Y casi hallarte impulsado a hacerlo porque mueres por dentro a causa de la imperiosa necesidad, también me hace un pelafustan que no va por lo que quiere. Que tal vez no lo quiere lo suficiente, o se inventa excusas inexorables.
Estar esperando, sin saber cuál es el momento, me llenaba de agonía porque quería decirle, mostrarle lo mucho que la quiero, dándole ese abrazo que tanto me persuade; robarle un beso importándome poco que reciba sin duda una gran abofetada de su parte; lo haría, porque quiero saber qué se sienten todas esas emociones y compartirlas con ella, así no me sentiría fuera de foco y diferente de los otros. Como un gran amargado. Pero no sabía cómo hacerlo. Últimamente he considerado atender esos dichos que mi abuela me decía estando adolescente, aún a esta edad, sobre aprovechar cada circustancia que venga, ya que, nunca se sabe cuándo es la última vez que puedas tener oportunidades frente a ti.
Sabía que para Eliseo no es indiferente esta situación en la que no nos metimos Presley y yo. Porque ella puede fingir ignorancia toda la vida y tendría mi permiso, pero las tonterías no son su estilo. Y mucho menos el mío.
El viaje se transformó en miles de diferentes cuestiones al detallarla: ¿el que yo esté aquí, la incomoda, cuando no quiero eso? ¿Cómo puede ser perceptiva para casi cualquier menudencia pero no de mis ansias? ¿Seré brusco o amigable? ¿eso añadiría diferencia alguna en el cómo tendré una respuesta? Porque la espero. De tener una contestación suya, sé que nunca voy a salir defraudado.
—Esa cara está rara.
Llevo el vaso de agua que pedí cuando nos ofrecieron bebidas, sintiendo la garganta mas ligera. Demasiado acostumbrado a los nudos en ella.
—La tuya está peor —le respondo a Monilley.
Ella se apoya en los asientos delante del mío, dándoles la espalda al resto de los tripulantes que charlan sobre la despedida plural que tendrá ella y Leitan, su futuro marido. Le elevo mis cejas al tener esa sensación de espera, de la pregunta o la acusación en la punta de su lengua.
—Tengo cara de estarme a punto de casar y no lo sabe nadie —contraataca. Levanto mi vaso a su dirección, concediéndole la razón. Monilley resopla moviendo su cabello en un gesto estresado—. No creas que no me encanta pero... No va a estar papá. Me habría gustado tenerle aquí conmigo.
—No se resentirá contigo por no traerlo a tu segunda boda.
Abre su boca bien grande con indignación y cierta diversión, diciendo:
—¡No cuenta y lo sabes!
—Sí, sí —acepté como si hablase con mi hermanita—. Lo que quite el peso de tus hombros, mi reina.
El vuelo no duró lo suficiente para que yo pudiese continuar en mi investigación de campo de cuáles son mis posibilidades y cuáles reacciones de Presley puedo adivinar. Nos dividimos en el hotel que la asistente de Leitan hizo bien en reservar y en cuanto estuve a solas, me planteé una, solo una, posibilidad.
Convencer a Eliseo de olvidar nuestro comportamiento para que yo pueda ser útil y ágil, usar el celular de Leitan con la mentira de mi poca batería y presentarme puntual frente a la habitación de Presley no fue lo más difícil que he tenido que vivir a conciencia.
Lo difícil es soportar. Y seguir soportando.
Sigo soportando que me vea, sin verme en verdad. Soporto que piense lo que sea de mí. Soporto que no la hago sentir ella misma sino que opta por su versión de animadversión, por gusto o disgusto; también soporto no enterarme de nada, como si ese fuese un escudo que hará invisible las apetencias.
Pero cambia de parecer, y no permito, no permitiré de nuevo, que ese escudo aparezca. Solo me aclimato a la espera. Esperar es un amigo lejano que veo de vez en cuando y al estar juntos es como si el tiempo no pasara, nos sentamos a conversar y es genial.
Hasta que se va.
Es ahí cuando pierdo toda la paciencia que creí tener con mi mejor amigo. Entonces tomo una decisión, de las trascendentales como pocas he tomado: beso a Presley, mi bella respondona. La beso porque de otro modo no va a callarse, ni ella, ni la perenne ansiedad que me acompaña hace mas tiempo del que estoy dispuesto a admitir.
Deseé poder fundirme en ella y que la irrelevancia no fuese mas una nimiedad, sino que ambos fuésemos lo que yo quiero que seamos. Que ya dejara de ser una parte intrínseca de mi que está motivando a las otras a hacer lo que en verdad no quieren pero soportan mis decisiones impulsadas por el terror.
Cree que me volví loco. Y cree que empujarme va a impedir que siga sintiéndome como me siento. Eso, a mis ojos, le hace ver mas inocente de lo que llegué a imaginar y nunca he pensando que Presley sea. Por ello sonrío. Por ello confieso a medias que no sé porque la besé. Y por eso no le doy la explicación que se merece. Ahí, si fui bastante honesto.
—No vuelvas a hacerlo —dice ella.
Como no me gusta el como se está yendo, cruzo el espacio que nos divide y la hago retroceder con delicadeza. Y por suerte deja que lo haga; algo que no esperaba.
—No sé si sea posible.
Libero mi mano de su brazo y ella se gira para decir determinada:
—No es una pregunta, Elias. Tú... ¿ves lo mismo que yo?
Porque no puedo no decirlo, le suelto—. Yo solo te veo a ti, Presley.
Abre sus ojos que de por sí son enormes y da una patada al suelo bastante cómica.
—¡Ves mis labios, eso es lo que ves! ¡Y no tiene nada de sentido!
—Los besos no son para explicarlos y menos este.
—Aun así deberías darme una explicación solo por ser tú.
¿Cómo es que no oyó lo que dije? ¿Además de inocente no entiende las indirectas? O quizá...
Me abstengo de responder y froto mi cuello, sintiéndome desubicado en el sitio en que estoy de pie.
No es como si no preví que esto podría salir mal o salir bien. Mas bien no tuve que plantearlo porque simplemente era inaguantable. El no poder tolerarlo sobrepasó a mis otros pensamientos que decían que recibo una información inadecuada. Pero ahora que estoy frente a Presley y que constato que no le soy indistinta, voy por la opción de darle lo que necesita, y eso es un respiro de mí.
Sonrío y me excuso, pidiéndole por favor que les diga a todos que fui de regreso al hotel porque no me siento bien. Ella no me cree en lo absoluto, sin embargo, tampoco pregunta ni refuta. Pasa la cortina de cuentas y doy un paso a los baños para levar mi rostro y pensar qué se hace. Qué es lo siguiente.
Y no tardo en decir en voz alta, porque es real, que Presley me tiene donde quiere aun sin haberlo querido.
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