Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2

Uno por uno, todos los escudos construidos formando un muro a mi alrededor, van cayendo y me dejan indefensa en el único lugar del mundo donde nadie debería sentirse desprotegido; mi propio hogar.

Mis brazos muertos a cada lado de mi anatomía son el vivo reflejo del sentimiento que ahora echa raíces en mi alma. Camino con los hombros bajos, una lucha interna entre lágrimas que se niegan a salir y otras que por el contrario, ya han empezado ha hacerlo.

Como si alguien hubiera atravesado mi pecho y me hubiera robado el oxígeno, siento la impetuosa necesidad de aire fresco y me arrastro cual fantasma a través del salón hasta llegar al jardín. La puerta de cristal corredera se abre paso para mí con un movimiento de muñeca. La hierba me hace cosquillas bajos los pies, está caliente y casi seca ya que la he descuidado las últimas semanas.

Qué irónico, tal vez las briznas amarillentas bajo mis pies no sean más que una metáfora agria de mi relación.
—¿Por qué? ¿acaso he sido una novia tan mala? ¿No le he dado lo suficiente de mí?
—Susurro interrogantes con una voz tan tibia y tímida, que el endeble aire del verano las mezcla entre sí y se las lleva cuales hojas caídas en otoño.

Quisiera gritar desde el extremo más profundo de mis pulmones pero al mismo tiempo, siento que según transcurren los minutos, mis fuerzas para hablar se vuelven más y más escasas.

—¿Por qué tuviste que hacerme esto, destino?
¿por qué tuve que cruzarme con él? —Presiono mis piezas dentales entre sí, una llamarada de furia va arremolinándose en mi torrente sanguíneo y llegando a cada centímetro de mi cuerpo.

Me pongo de pie y eso me hace caer en cuenta de que he estado sentada durante estos minutos, ni siquiera sé en que momento me dejé caer al reseco césped.
—¿Por qué me hiciste esto, vida, universo o quien demonios seas? ¿Acaso no he tenido suficiente? 

Al viento le grito todas las cosas que no te grité a ti, Jerry. Todas las cosas que mi corazón se negó a decirte, ahora las expreso a seres invisibles en un patético intento de no sentirme tan culpable por escogerte, tan miserable. 

—¿Por qué demonios tuve que cruzar mi camino con el suyo?
Maldito sea quien quiera que maneja los hilos de nuestro destino y maldito seas tú, amor. —Desde fuera, puedo imaginar lo increíblemente ridícula que debo parecer. Una chica loca hablando y gritando sola, desdichada y desconsolada.

Me doy media vuelta sobre los talones, es hora de que deje de hacer el ridículo. Pero cuando mis ojos se posan sobre el interior de la casa, mi corazón se salta un latido y el aire se me escapa de golpe. De pie en el jardín, tapando la entrada acristalada a mi hogar, se encuentra una figura masculina y altanera.

Por la más pura de las inercias, doy varios pasos atrás y mis pies se enredan, provocando que caiga de culo sin poder remediarlo.
—¿Quién eres tú? ¿Qué haces en mi casa? —El joven, de cabellos rubios y una altura media, parece no inmutarse ante mi presencia. Me dedica una ojeada que recorre todo mi cuerpo y me hace sentir aún más molesta.

—¿Me estás oyendo, acaso? ¿Quién demonios eres tú?
Como si fuera la cosa más común y normal del mundo, el extraño desconocido desliza la palabra por su boca: —Amor.
¿Amor? ¿Es una broma acaso o simplemente se está burlando?

Por alguna razón que desconozco, encuentro la firmeza para volver a mi postura erguida y correr dentro de mi hogar. Entre mis manos tomo mi teléfono móvil y marco el número de emergencias antes de llevarme el aparato al oído.

—¿Policía? —Aunque en la otra línea aún no han respondido, utilizo la baza del miedo con el sujeto, con la esperanza de que se asuste y corra.
—No hagas eso, Nara. No vas a poder explicarles esto. El teléfono casi se me resbala cuando le oigo pronunciar esas palabras pero sobre todo, cuando le oigo decir mi nombre.

—¿Cómo sabes mi nombre? ¿Qué es lo que quieres de mí?
Trabajo en una perfumería, no tengo mucho dinero. —No sé si tenga algún sentido pero algo en mi interior me dice que el hombre frente a mí, no me supone ningún peligro.
Es como un presentimiento, una voz afinada al fondo de mi cabeza a la que me niego a escuchar.

—Acabo de decírtelo; soy Amor.
Me has invocado con tus palabras y ahora debo cumplir una última misión, con tu ayuda. —Y si mi corazón albergaba algún resquicio de miedo hacia Amor, éste desaparece de golpe.
No puedo contener las risas y preveo que mañana tendré unas maravillosas agujetas.

Aparto mi teléfono móvil y camino para abrir el pedazo de madera que me separa de la calle.
—Si eres un ladrón, te has equivocado de sitio y si eres un payaso, no tengo tiempo para ti.
¡Largo de mi casa! —El joven se encoge de hombros, camina y por raro que parezca, me hace caso y se marcha.

Pero antes de desaparecer por completo, mira por encima de su hombro.
—Sé que es la forma en la que acostumbras a vivir; escapando.
Pero no puedes huir de tu destino, Nara. Nos veremos muy pronto.

Cuando la puerta se interpone entre nosotros, me tapo la boca para reír tranquila. De todo lo malo que me ha sucedido hoy, jamás habría previsto la aparición de este hombre que se hace llamar Amor.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro