Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5.

Media hora y el colegio acababa.

No sé si se puede considerar colegio.

Efectivamente. Ese día, más que nunca, era una guardería para adolescentes.

Nos habíamos pasado el día pintando elfos vestidos de Papá Noel y cantando villancicos. Ah, y haciendo belenes de plastilina. Supongo que se debe a que los profesores siguen pensando que estamos en infantil. Es cierto que nuestro comportamiento indica eso, pero sólo hace falta ver nuestras caras de asco para darse cuenta de que no es así.

Peeero... ¡ya casi acaba el día!

-¡Os echaré de menos! -dijo Paula antes de abrazarnos a todas con fuerza.

Yo no.

No mientas. Sabes que un poco sí.

Bueno, sí. Pero no demasiado.

Ahí ya no te digo nada.

-Haremos algún día videollamada -impuso Ana.

-¡Síiiiiii! -respondió Sofía.

-Claro -me obligué a sonreír.

Estábamos todas en la puerta del colegio, paradas cuales estatuas.

Tanto interés en que acabara el colegio y ahora se quedan en la puerta. No hay quien entienda a esta juventud.

-Qué ganas tengo de estar de vacaciones ya -dijo Ángela, pareciendo soñar despierta.

-Oye... ¿y cuándo pensáis hacer los deberes de verano? -preguntó Sofía.

-Mañana mismo -respondió Paula.

-Bien, en ese caso pásamelos cuando los tengas -pidió la otra.

Espera... ¡¿QUÉ?!

-¡¿Os váis a poner a traficar con deberes?! -grité, dándome igual que la mitad de la calle se girara para verme.

-No es traficar, es ayudarnos mutuamente -me cortó Sofía.

-Y además -seguí ignorándola-, la idea es hacerlos poco a poco, para acordarnos de todo al principio del curso.

-¿Y eso qué importa? Lo bueno es descansar, joder -dijo Ana.

-¡Habla bien! -sí, seguían sin hacerme caso.

-Argh, cállate -murmuró la chica.

Puse los ojos en blanco y opté por no intentar razonar con ellas.

-Nos cuentas qué tal te va la vida en el pueblo -le dijo Sofía a Ángela.

Mi amiga se iba por no-me-acuerdo-qué a pasar las vacaciones a un pueblo cuyo-nombre-no-recuerdo junto a unos familiares que-no-sabía-quienes-eran.

-Seguro que va a ser tan aburrida como siempre -se quejó ella-. Aunque estaré estudiando, así que no tendré que hablar mucho con ellos.

¿Quiénes son "ellos"?

Haberla escuchado cuando te lo contaba.

-Ánimo -dijo Sofía-. Y no estudies mucho.

-Déjala estudiar -intervine-. Es bueno para la mente -me llevé la mano a la cabeza y me di unos cuantos golpecitos en la frente.

-Voy a estudiar para hacerme tiktoker -especificó la chica.

Ya decía yo.

-Y tú -se giró hacia mí Ana-, mantenos informadas de tu verano -pidió antes de señalarme con el índice.

Anda que no tengo yo nada mejor que hacer. Como por ejemplo leer.

-Sí, por supuesto -mentí.

-Ya me dirás si pasa algo con Rodrigo -finalizó Paula antes de guiñarme un ojo.

Sí, puede que les hubiera hablado de Rodrigo a mis amigas. Pero él había hecho lo mismo con los suyos. ¿Que cómo lo sé? Digamos que fue un despiste suyo.

* * *

Estábamos desde hacía hora y media metidos en el agua. Y no porque yo quisiera.

A este paso acabáis arrugados como pasas.

Se debía a que Rodrigo tenía unos amigos más o menos de nuestra edad que iban a estar unos cuantos días en la playa y quería aprovechar el máximo tiempo con ellos.

Yo pasaba un poquito de ellos. A ver, entendedme: estaba a su lado, pero no tomaba parte en sus conversaciones. ¡Sólo hablaban de fútbol! Lo único que hacía era escuchar y de vez en cuando bucear un poco.

Estábamos todos nadando (yo me daba por satisfecha con mantenerme a flote) hacia nuestra zona de la playa, ya que nos habíamos desplazado unos cuantos kilómetros. Me había quedado un poco atrás, no me daban las piernas para más.

Y fue ahí cuando oí que Rodrigo le estaba hablando de mí a uno de sus amigos.

-...Adriana es única, ¿sabes? -lo oí decir.

-Es una chica más -le respondió el otro.

Que te lo crees tú, chaval.

-Creo que me gusta -admitió Rodrigo.

-Suerte -le dijo el otro dándole una palmada en la espalda-. Creo que ella pasa un poquito de ti.

¡¿Cómo pueden nadar, hablar y darse palmadas en la espalda al mismo tiempo?!

¿En serio te has quedado con eso de toda la conversación?

Eh.. ¿sí?

Calla y escucha, que siguen hablando.

-Estás pilladísimo, ¿verdad? -dijo el otro chico.

¿Qué es estar pilladísimo?

¿Pero tú vives en este mundo o qué?

-No te imaginas cuánto -respondió Rodrigo.

-¿Y cuál es el plan? -siguió el otro.

-No hay plan. Improvisaré. Espero que algún día deje de verme como a un simple amigo -suspiró Rodrigo.

Y ahí fue cuando decidí hacerles partícipes de mi presencia quejándome por enésima vez de lo lejos que estaba nuestra zona de playa.

* * *

Esperaba que, al menos, ya no le interesara de ninguna otra que no fuera amistad.

Porque a mí no me gustaba.

En absoluto.

Éramos buenos amigos, nos acompañábamos mutuamente en la playa, nos entendíamos y teníamos tema de conversación. Eso era todo.

Y también que ambos teníamos las mismas ganas de vacaciones.

Playita, allá vamos.

* * *

Fueron cinco horas en coche. Las pasé escuchando la misma canción en bucle todo el rato y ocultando bostezos con la mascarilla.

-Id sacando las cosas -dijo mi padre una vez llegamos a la urbanización-. Aparco y os ayudo.

Salí del coche y comencé a sacar las cosas del maletero junto a mi madre. Hicimos varios viajes para llevar todo hasta el ascensor y, una vez ahí, lo metimos todo dentro.

-Qué ganas tenía ya de llegar -dijo mi madre antes de abrir la puerta de casa.

El piso en el que veraneamos es pequeño, apenas un estudio. Tiene un baño, una cocina separada del resto de la casa por una barra americana, un pequeño cuarto (sin puerta, por cierto), donde duermo yo y el salón (que tiene una cama para mis padres).

Ah, y la terraza desde donde se puede cotillear a los vecinos.

Y ver el mar.

Ya, pero cotillear es más importante.

-Yo también -respondió mi padre-. Menos mal que ya estamos de vacaciones -suspiró antes de sentarse en el sofá.

-Ajá -fue lo único que dije yo.

-¿Acaso no tienes ganas de venir? -preguntó mi madre.

-Che -respondí.

-¿Puedes decir algo más de una palabra cada vez? -pidió mi padre.

-No -dije antes de empezar a guardar mi ropa en el armario.

Oí a mis padres bufar -como siempre- y acabé de guardar las cosas. Me senté junto a ellos en el sofá.

Un gran plan.

-¿Sabes algo de Rodrigo? -me preguntó mi madre.

-Viene mañana -informé.

-¿Y qué vas a hacer esta tarde? -siguió ella.

-Leer -respondí con una amplia sonrisa.

Mi madre puso los ojos en blanco mientras yo me subía a la cama y comenzaba a devorar libros que ni siquiera recordaba tener.

Primer capítulo de 2023.  Qué ilusión, jajaja.

Ahora ya se pone interesante la cosa, os lo aseguro.  La historia de Ángela es completamente improvisada, así que os voy a pedir vuestra ayuda.

¿Quiénes creéis que son "ellos"?  Para facilitarlos la vida os voy a dar unas cuantas opciones.

-Hermanos.

-Primos.

-Tíos.

-Otra (por favor, comentad qué).

Se os quiere.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro