Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4.

Una semana, cinco días, treinta horas, mil ochocientos minutos, ciento ocho...

Creo que lo hemos pillado.

...mil segundos y el colegio acababa.

Aunque para que eso pasara tenía que sobrevivir esos días. Sobretodo teniendo en cuenta que mis amigas habían dicho de quedar ese sábado por la tarde.

-Vas a ir -comenzó mi madre.

-No tengo ganas -me quejé.

-Me da igual -continuó-. Te vas a vestir, vas a confirmarles que vas y luego esperas a que tu padre te lleve. ¿Está claro?

-Pero...

-¿Quieres que te vista yo? -amenazó-. No, ¿verdad? Tienes diez minutos a partir de este momento para volver aquí preparada.

Ni falta hace decir que apuré hasta el último segundo.

* * *

Y sí, al final había tenido que ir.

Y no, no podíamos ir a un sitio al aire libre: habíamos quedado en un centro comercial.

Y sí, quisieron entrar a mirar ropa.

Y no, no me gustan los centros comerciales.

-¿Me queda bien esta camiseta? -preguntó Paula mientras daba una vuelta sobre sí misma.

-Sí, creo que te va un poco mejor que las otras -contestó Ana.

¡Pero si es exactamente igual a las que se ha probado antes!

-¿No os parece que este pantalón quedaría super bien con esto? -Paula se señaló la camiseta y cogió un pantalón vaquero que estaba a su izquierda.

-No creo, la tonalidad de azul es diferente -intervino Sofía.

¡Es azul! ¿Qué más da la tonalidad?

Eso mismo me pregunto yo, conciencia.

-Es verdad -reconoció Paula-. Mejor no me compro nada.

Resúmen de la tarde: tres horas en una tienda para al final irnos sin comprar nada.

* * *

Eran casi las ocho, por lo que poco tiempo después volveríamos a nuestras respectivas casas. Mi objetivo era adelantar ese momento todo lo posible para después de cenar meterme pronto a la cama.

-Vamos a comer algo -propuso Ana.

Y como todas la siguieron, no me quedó otra opción que hacer lo mismo.

-¿Qué os apetece? -preguntó ella.

-¡Tacos! -dijo Paula todo entusiasmada a ver la tienda frente a nosotras.

Esperaba que alguna de las otras se quejara. ¿Por qué? Básicamente porque los tacos son sinónimo de salsas. Y digamos que no me gustan demasiado.

-¡Vale! -aceptó Sofía antes de encaminarse al mostrador.

Aunque hubiera dicho algo, no hubiera servido de nada: eran cuatro contra una.

Eso es lo malo de la democracia.

-¡Hola! -nos saludó la mujer del "take away"-. ¿Qué queréis?

-Para mí un taco normal -pidió Ángela, otra de mis amigas.

-Para todas lo mismo -decidió acotar Ana mientras se adelantaba un poco.

-Bien, entonces cinco tacos normales con la salsa especial de la casa, ¿verdad? -preguntó la mujer del mostrador.

-Eh... -intervine- ¿Tiene que llevar salsa sí o sí?

-Puedes cambiarla si quieres -me informó.

-Esto... sí, estaría bien -respondí. La presión de tener a mis amigas y a la mujer mirándome fijamente era demasiada como para pensar con claridad.

Exagerada.

-¿Ketchup? -ofreció la mujer al ver que estaba indecisa.

Negué con la cabeza.

-¿Mayonesa? -siguió diciendo.

-No, gracias -rechacé.

-¿Quieres comerte el taco sin salsa? -casi parecía ofendida. O quizás contrariada, no lo sé.

-Es que no me gustan las salsas -me defendí.

* * *

-¡¿Qué?! -preguntó (o gritó) Rodrigo antes de pararse en seco.

Estábamos casi llegando a la fila de los helados, si nos dábamos prisa llegaríamos antes que la familia que iba a nuestro lado, por lo que tendríamos que esperar dos minutos menos.

Qué drama tener que esperar un poco más para un triste helado.

¿Verdad que sí?

-¿Algún problema? -dije mientras me cruzaba de brazos frente a él.

-Es imposible que no te gusten las salsas.

-Porque tú lo digas -rebatí.

-A ver, ¿has probado el ketchup?

-Sí -respondí mientras hacía una mueca de asco.

-¿Y la mayonesa?

-También -repetí la acción anterior.

-Esto hay que arreglarlo -dijo antes de tirar de mi mano para llevarme a un sitio de tacos.

-¿Y los helados? -pregunté al tiempo que corría para poder seguir su ritmo.

-Es prioritaria tu cultura culinaria -respondió.

* * *

-¿Y bien? -preguntó.

Había pedido un taco raro que tenía una salsa rara y un nombre aún más raro. Le di un mordisco para nada segura de lo que hacía, pero me sorprendí al ver que sabía bien.

Y él, durante todo ese tiempo, no había parado de mirarme con cara inexpresiva.

-Me siento observada -respondí con un susurro.

-Adriana, céntrate -me regañó-. ¿Te gusta o no? -insistió.

-No está mal -respondí.

A ver, no iba a decirle que estaba buenísimo. Sería como darle la razón.

Es que la tiene.

-Menos mal, ya pensaba que lo tuyo no tenía arreglo -bromeó.

Entrecerré los ojos y lo miré con mala cara.

-Era broma, ¿sabes? -se apresuró a añadir.

-Ah, bueno, entonces vale -dije cambiando la mala cara por una sonrisa-. Una cosita... ¿cómo se llama la cosa esta?

-¿La cosa esta? -repitió después de soltar una pequeña carcajada-. Se llama salsa -explicó-. Y su nombre es velouté.

-¿Y se vende en el mercadona? -continué.

-Y yo que sé -ladeé la cabeza para darle a entender que eso no me servía como respuesta-. Supongo que sí -completó.

* * *

-Aunque si tienen salsa velouté, me sirve -le dije a la camarera.

Me miró con cara rara pero al final asintió antes de meterse en el interior de la cocina tras cobrarnos.

-¿Alguien quiere? -ofrecí.

Estábamos todas sentadas en la azotea del centro comercial, sitio en el que se ponen todos los jóvenes para no tener vigilancia. Mientras cenábamos -o más bien nos llenábamos el organismo de comida basura- Ana estaba viendo un partido de tenis conmigo (la final de no-se-qué-historia) y las otras hablaban de cotilleos.

-No, gracias -rechazaron todas.

-¿Por qué? -pregunté. Minutos antes Sofía había ofrecido parte de su taco y todas lo habían aceptado.

Mis amigas se giraron hacia mí y me miraron significativamente.

-¿Cómo sabéis que no os gusta la salsa si no la habéis probado? -les recriminé.

Ventajas de ser amigas: que sabes lo que piensan con una mirada.

-Lo tuyo no tiene arreglo -murmuró Ana.

Hoy os quiero preguntar por vuestra comida favorita.

¿Sois tan raros como yo u os sirve prácticamente todo?

Os estoy leyendo, contestad, no seáis lectores fantasma.

Y dadle a la estrellita, que así os ganáis un huequito en mi corazón.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro