👑94👑
Se lo llevan a una sala aislada.
El galra va con la cabeza agachada. ¿Ha hecho algo mal? Tal vez se ha pasado de listo yendo a ver a su madre o... yo que se... se ha dejado la luz encendida y eso conlleva un castigo.
No lo entiende.
Kolivan le indica con el pulgar que entre en una sala blanca y vacía.
Entra y se sienta.
Los fluorescentes fríos se encienden delante de sus ojos.
Kolivan, junto dos miembros más de Marmora se sienta delante de él.
-Keith, suelta todo lo que tengas encima. -obedece. Kolivan frunce el ceño. Es irónico que un chico como él, obediente y responsable, haya podido hacer semejante cosa.
-¿Ocurre al...?
-No puedes hablar. Deja todo lo que tengas. -saca de su traje las armas y los objetos de supervivencia que lleva encima.
Agua, alimento, bolsas vacías de alimentos, algún arma sin usar...
Nada más.
No lleva nada más.
Kolivan tira el aire por su nariz y se sienta cara a él.
-Keith. ¿Dónde está la corona de Altea? - Keith niega. No quiere decir donde está. No va a permitir que sepan donde está. No cuando Lance va a ser el heredero.
-No pienso decirlo. -murmura. Kolivan bufa. Golpea la mesa con la palma de la mesa.
-El príncipe y la princesa están en serios problemas por que tú tenías la corona y la has llevado al imperio galra. -mira de reojo al animal. Está en una jaula. Keith gira el rostro suavemente.
Cuando ve al animal gruñir y gimotear por el agobio de estar entre barras de acero, mira a Kolivan con algo de odio.
-Suelta al lobo. -pide.
-Dónde está la corona.
-No se de que me hablas, Kolivan. Suelta al lobo, por favor. - susurra Keith. El comandante de los miembros chaqueta el dedo. Sueltan al lobo.
El animal gruñe y se acerca donde Keith. Se sienta a su lado. Keith mira a Kolivan con el entrecejo fruncido.
-Kolivan... ¿qué está pasando?
-Han robado la corona de Altea. El último que salió de allí fuiste tú, casualmente por conducta. -Keith niega.
-No... Kolivan no es así... estás equivocado... -el miembro cruza sus brazos.
-Dime entonces.
-Yo no he robado nada. Yo... yo estuve haciendo la maleta y... - no va a sacar el tema del príncipe. No ahora.
-Y que.
-Nada más.
-Keith. Contéstame.
-No... es importante...
-¡Keith, cuéntalo todo! -al galra le da miedo el plan que está tomando Kolivan. Da miedo. Su mirada da mucho miedo. Tiene las manos clavadas en la tabla de la mesa. Keith traga saliva.
-Estuve con el príncipe...
-¿Y que más? - Keith abre su boca. No acaba de hablar. Otrxs dos miembrxs de Marmora se hacen detrás de Kolivan.
-Kolivan, no lleva nada. Es posible que la haya vendido en su destino de parada.
-Dame el mapa que le otorgamos. -el galra alto despliega el mencionado. Tanto el plano como su retransmisor marcan el Quantum Abyss.
-Puede haberlo planeado. -murmura el galra.
-Mi madre comunicó un mensaje... - el galra chasquea su dedo.
-Llamadla. Llamad a Krolia. -Keith niega.
-Está en una misión de...
-A callar, novato. Ahora no puedes entrometerte en esto. -el galra agacha su cabeza.
Coge el retransmisor y marca la línea de la galra. Sigue infiltrada. Sabe apañarselas.
-Krolia. -murmura Kolivan.
-Hola Kolivan.
-Necesitamos tu ayuda. ¿Te has visto con Keith?
-Si. Tenía un mensaje. -el galra mira al joven. Tiene la cabeza agachada. -Kolivan, ¿qué pasa? Le mandé un mensaje en mi nombre.
-Ha robado la corona de Altea. - Krolia bufa.
-No ha robado nada.
-No hay evidencias.
-Kolivan. Vale que no confíes en él, pero confía en mi. -murmura. -¿Te he fallado alguna vez? Por que llevo de misión años, y aquí sigo, jugando la piel por ti y por mi hijo. -Keith traga saliva. Levanta la cabeza. -¿Está ahí?
-Si. -Kolivan gira el retransmisor cara a él.
-Hijo.
-Mamá.
-¿Has robado algo? -niega.
-No. Estuve con la maleta y ya... - Kolivan niega. Sabe que hay algo más.
-Keith. -Kolivan hace que el galra le mire. -Dinos la verdad. Ahora. Que hacias además de la maleta. -Keith agacha la cabeza. Traga saliva.
Y allá va. Coge aire y lo tira.
-Despedirme del príncipe... -y tal como lo pronuncia las líneas violetas de sus pómulos se encienden suavemente.
Kolivan frunce el ceño.
-Novato. Levanta la cabeza. -Keith obedece. Kolivan observa las marcas fascinado. -Soltadle. -murmura. Coge el retransmisor y carraspea. -Krolia. Continúa tranquila. Todo en condiciones. Todo bien.
-Lo mismo digo Kolivan. Y por favor, dejar a mi hijo en paz.
Mientras en una celda provisional Keith siente la mayor vergüenza del mundo y un calor intenso en sus pómulos, Lance se encuentra en su habitación.
Coge su cabello con sus dedos. Está como al principio: blanco como la misma nieve. Brilla como una estrella y está suave como el terciopelo.
Mira detrás suya.
Le encantaría que estuviera Keith diciéndole lo mucho que le queda bien, abrazando su cuello y besandolo después. Y después se quitarían la ropa. Y tras una merecida ducha se quedarían viendo el cielo juntos.
Pero no está. Coge aire y lo tira.
Le escuecen las marcas. Estira la piel de su cara con la palma de sus manos y cierra sus ojos.
Tiene que dejar de pensar en él.
Ha robado la corona. Ya no hay nada que hacer.
No va a volver.
Tiene que centrarse en... ¿en qué?
Su matrimonio concertado es una farsa, porque ambos están enamorados de una persona. Él de Keith, Romelle de... pues de algún alteano de por allí. Quien sabe.
Se sienta en la cama.
Es tarde. Muy tarde.
Su hermana ya ha llamado, y no hay noticias. Saldrían mañana por la mañana, si es que habían. Es decir, por la noche allí.
Se tumba y se tapa hasta la cintura.
Se masturbaria para pasar el rato al menos pero... es que tampoco.
Es que no quiere.
Quiere que sean las doce, escuchar piedras contra el cristal y que una sonrisa blanca y afilada murmure un "Alteza" .
Pero no va a ser así.
Ya son las doce y veinte.
Romelle no aparece.
-Que coño hace... - murmura.
No puede dormir sin calor a su lado.
Se levanta y descalzo camina por su cuarto amplio, blanco como el mismo mármol del que está hecho.
Ve el traje de Keith. Antes de salir por la puerta acerca la licra a su nariz y Coge aire lentamente. Huele a él.
Le encanta como huele.
Su tonto gatito... ay cuando te vea, piensa.
Y desde la puerta de su cuarto ve las piernas de Romelle. Y la mano de Allura.
Levanta la cabeza y la gira. Y ve a Romelle sonreír. Y con la misma sonrisa planta sus labios en los de Allura.
Lance abre los ojos al ver el beso.
Deja el traje en el suelo y corre al cuarto de Allura.
Y les encuentra de pleno.
Abre la puerta de golpe. Allura separa sus labios de Romelle y abre los ojos.
-¡¡Lance, que coño haces...!! - la rubia tapa su cara avergonzada. Las marcas de Allura se van apagando lentamente.
-¡Qué fuerte me parece! -alza la voz el ahora albino. Bufa y entra en su cuarto. O lo intenta.
-Lance, espera, oye Lance... -la albina coge su mano.
-¡Que demonios haces! -se libra de Allura. La albina frunce el ceño preocupada. Y entonces se fija en lo que hay en el suelo.
-¿Eso... es un traje de licra? -Lance abre su boca. No consigue decir nada. -¿¡Es de Keith!? -Lance traga saliva. Niega de forma rápida.
-¡¡No cambies el tema!! -Romelle entra con vergüenza en el cuarto en cuanto escucha como ambos empiezan a discutir y recriminarle al contrario lo más mínimo.
-Chicos. -nada. -Chicos... -la rubia mira a uno y al otro poco a poco. -¡Chicos! -ambos callan. Lance mira a Romelle y sonríe ampliamente.
-¡Era ella, ¿no?! -Allura mira a Romelle sin entender absolutamente nada.
-¿Como ella, ¡es que lo sabe!?
-¡Basta ya! -la rubia respira hondo. -Por favor, basta. -peina su cabello tras su oreja. Con la cara roja y con algo de miedo, tira el aire por la boca. -Creo que tenéis que hablar un par de cosas... -mira a ambos. -Tenemos...
-¿Tú lo sabías? -el albino muestra su dentadura blanca.
-Claro. -Romelle rueda sus ojos. -O sea no, sabía que a ella le gustaba alguien.
-¿Y te daba igual? Por que a ti estas cosas no te dan igual. Y menos cuando son tías. -Lance juega con sus dedos.
-Eh. -Romelle mira a Allura y a Lance. -Por... por el principio.
Lance coge aire y traga saliva.
Se pone de pie y guarda el traje de licra.
El primero en pecar es él.
Y el primero en hablar es él.
Guarda el traje y se sienta. Jugando con sus dedos y con las marcas encendidas, habla.
-A mi... me gusta Keith.
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