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👑82👑

Por abajo, en la cocina, ya se escucha el jaleo de siempre. Plato arriba plato abajo, cuchicheos para no molestar a sus honorables príncipe y princesa, que si la escoba, que si la fregona...

Son las seis y poco de la mañana.
Y adivinad quien ha despertado primero.

-Hhmm... -su cuerpo de despega del colchón. Rasca sus ojos y mira el despertador. 06:05
Es malditamente pronto. Lance suspira y gira su cara adormilada hacia el otro cuerpo que yace dormido en la cama. Keith tiene el cabello despeinado, en la cara y ondulado. Lance sonríe y acerca sus labios a su hombro. Está desnudo. Desnudo pero con ropa interior y lleno de cicatrices.

-Keith... -besa su piel suavemente. El azabache responde con un suspiro. -Son las seis... -el galra se gira hacia él.

-¿Seis y...?

-Seis y seis. -Keith suspira. Hasta y cuarto o y veinte no tiene que estar abajo.

-Dios... -su voz está seca y cascada. -¿Que haces despierto?... -ambos hablan en voz bajita.

-Me he despertado sin querer... - murmura. Aún tiene las sábanas pegadas, tiene el rostro adormilado.

-Dormid, anda... -murmura el galra. Pero Lance tiene otros planes para él.
El castaño sonríe. Con las sábanas por la cintura y un cuerpo de escándalo, dirige su dedo índice al brazo ajeno.

-Déjate de vos y modestias... -susurra el castaño. El moreno sonríe y mira al galra a los ojos. Incluso por las mañanas está guapo.
Con cuidado sonríe y se coloca sobre él.

- Lance... -murmura en un tono de regaño. -Yo de vos... o sea... de ti... dormiría. -Lance sonríe. Está sobre su pecho.

-Es que no tengo sueño...

-Pues descansa... -Keith acaricia su cabello con sus dedos. -Es pronto para ti. -Lance suspira.

-Y si... aprovechamos la mañana. -el alteano alza una ceja y sonríe. -Ya sabes...

- No... se que quieres decir...

-Si. Vamos a comenzar bien la mañana. -ahora es el príncipe quien guiña el ojo a Keith. El alteano sonríe y incorporándose sobre él, se sienta en su vientre.
Keith entiende por donde va.

-Nooo no no no no. -Keith niega. -Alte... Lance, no. Y si nos oyen.

-Pues aprendes a mantener la voz. -ambos hablan en susurros. El alteano muerde su labio y se restriega sobre la zona más baja y peligrosa de su vientre. -Vamos... uno y ya... -Keith suspira. -¿Tengo que recordar quien manda aquí? -el rostro de Lance se acerca al ajeno. Keith abre sus ojos. Comienza a entender esas segundas intenciones del príncipe.

-No, Alteza. - susurra contra sus labios. Lance se muerde el ajeno. Y vuelve a deslizarse. Ambos aguantan las vocales que van a nacer de su boca.

-Uno sólo... - susurra. Keith mira la puerta. -Son las seis. Apenas son y cuarto. No entrará nadie. -Keith suspira.

-Está bien... -Lance sonríe contento.
Ama los polvos mañaneros. Y ya si es con él... madre mía...
Baja la goma de la ropa interior de Keith y la misma arrasa con todo el poco vello que tiene. Eso duele.
Lance lo mismo. Está sobre su vientre, con las sábanas tapando esa zona tan peligrosa. Keith está tumbado. Es como ver a un ángel del infierno.
El alteano frunce el ceño. Está preparándose un poco. No es tan bonito todo como lo parece a primera vista.

-¿Bien?... -susurra Keith, acariciando su piel con sus dedos. Lance asiente. Suelta otro jadeo y saca sus dedos.

-Ya está... -y allá van.

Entra tan lentamente que mata a ambos por dentro.
Lance suelta un gemido suave gustoso. Keith igual. Tiene las manos a los lados de la cama. Lance tiene los ojos cerrados. Los abre. Keith sigue ahí.
Sus manos se conducen a sus caderas, y con estas ahí empieza a guiarle lentamente.
No hay prisa. Quieren disfrutarlo, no correrse. Lance gime en voz baja, igual que Keith. Los dedos de Keith se distribuyen por la cintura y las caderas del alteano. Lance sube y baja con tal lentitud que ambos morirían.
Tienen calor. A Lance le brillan las marcas ligeramente.
El alteano coloca una mano sobre la ajena, y la otra en el pecho de Keith.
No se sabe que pasa con esa postura, pero a ambos les gusta.
Lance gime al profundizar un movimiento. Keith muerde su labio. Está hermoso. Está precioso. Se ve tan... humano. Que por ser príncipe no quita que no puedas follar, bailar o chillar.
El alteano alza su cabeza y mira a Keith.

-Lance... -susurra el galra.

Ambos están tan cerca.
No hay prisa, de verdad que no la hay. Van con calma, con lentitud, con pausas y con movimientos suaves y gustosos.
Lance ha descubierto un mundo de color y orgasmos.

-Keith... -gime Lance. -Keith... -repite. Muerde su labio y acelera ligeramente, no mucho. Lo suficiente como para que Keith entienda que está llegando.
Le ayuda.
Sus manos se conducen a su sexo.
Keith comienza a "ayudar" a Lance. El alteano gime de forma seguida y clava sus uñas en el pecho de Keith.

Y son segundos los que necesitan para alcanzar el clímax.
Ambos.
Y si, protección ante todo. Mientras uno de prepara el otro también lo hace.

Lance termina soltando el aire y cayendo sobre su pecho sonriente.

-Dios... -murmura. -Pero muy buenos días... -Keith ríe. Besa su cabeza y lo abraza contra él.

-Estás pegajoso...

-Me acabo de correr, Keith...

-Ah... o sea... eh... - el alteano le mira desde su pecho.

-¿Te da asco?

-No... al contrario... si le da... o sea te da... asco a ti... -Lance sonríe. Besa su mandíbula.

-A mi no... de momento... -y tras unos segundos suspira. -Vale, me equivocaba, esto empieza a ser incómodo. -Keith ríe. Lance se levanta y el galra le imita.

-Ahora vuelvo... -va al baño y vuelve con papel. Limpia el vientre ajeno y luego el suyo. Lance sonríe. Le cuida demasiado bien...

-¿Te quedas un poco más? -Keith suspira.

-No puedo, Lance. Debo ir a ayudar. -ira el reloj. Son y 17. -Tengo 3 minutos. - Lance suspira.

-¿Nos vemos luego?

-Por supuesto. -Lance abraza su cuello y besa sus labios, y acto seguido su mejilla varias veces con rapidez. -¡Alteza! -Keith ríe en voz baja.

Keith acaba vistiendose delante suya. No se oyen nada más que silbidos y risas bajas de Lance. Keith no entiende por que se ríe. Lance simplemente se ríe al verle el culito y pensar en maldades.
Se va tras darle varios besos y guiñarle un ojo al salir de la puerta.

Entra en su cuarto. Shiro está vistiendose de espaldas a la puerta.
Suspira.

-Buenos días Shiro.

-Buenos días Keith. - el galra mayor sonríe suavemente. Keith se mete en el baño a recogerse el cabello. -Keith.

-¿Si?

-¿Has podado el jardín?

-Si.

-Genial. Y... oye.

-¿Si?

-¿Donde estabas anoche? -traga saliva.

-Ocupado, me necesitaban abajo.

-Quien te necesitaba, ¿el príncipe? -se le congela la sangre. -Keith, ¿que hacías anoche con él?...

Ahora se quiere mudar al espacio.

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