El moreno alza la voz. Gira su rostro mientras agarra con fuerza las sábanas. Se muerde el labio.
Keith le tiene debajo de él como sus e lo fuera a comer. Que lo haría... vaya que si lo haría.
Por cada beso y cada movimiento en sus caderas, le arranca un conjunto vocal y melódico al moreno.
Cada toque de caderas se convierte en un gemido... y que gemido. De verdad, Keith quiere escuchar eso a todas horas.
El moreno gira de nuevo su cara hacia a él.

-Keith... -susurra el moreno.
El galra va a gemir. No puede más. No puede evitarlo.

Y se despierta.
Otro con la misma historia.
Se levanta con el cuerpo caliente, muy caliente. Pasa sus manos por su frente Y por su cabello. Cierra los ojos y suspira.
Cuando abre sus ojos y gira su rostro tiene a Lance dormido, a su lado. Ah, cierto. Ese no es su cuarto. Es el cuarto de Lance.
Está en la cama de Lance, entre las sábanas de Lance junto al mismo Lance. ¿Ha dicho que le encanta ver a Lance dormido? Por que eso también le gusta. Es atractivo lo mires como lo mires...
Pero ese no es su sitio. Su sitio está en su cuarto. Está en dormir y dejar espacio vital al príncipe.
Se levanta con cuidado y se mira de arrriba a abajo. ¿Se puede saber exactamente por que va sin ropa?... ah ya. Es verdad.
Empieza a recordar cosas aleatorias y desordenadas. Que si subir a trompicones las escaleras, que si 2 y 3 vasos más, que si la lengua hasta la garganta, que si se quita la ropa, que si quédate a dormir...
Quédate a dormir. ¿Era una orden? Mierda.
Espera que no y que la resaca no le deje razonar.
Coge su traje y se lo pone en silencio en el baño.
Antes de irse se acerca a Lance. Es... es un maldito Dios. Es imposible que nadie en su sano juicio no caiga en las garras de ese chico. Esas pestañas, esos rasgos, su cabello, sin importar el color, sus respiración lenta, su cuerpo...
Le tapa hasta la cintura y sale en silencio de la habitación.
Se mete en la suya y se mete en la cama con cuidado de que Shiro no le vea.
No parece que se haya dado cuenta así que... misión cumplida.
Aunque... le falta la parte más "importante": arreglar un problemilla que le ha surgido en alguna zona de allí abajo.
Se mete en el baño, una vez más en silencio, y se pone en ello.

Y llega la mañana.
En alguna habitación ya empieza a haber vida. Incluso en las que menos te esperas...
La luz apenas entra por la ventana cuando Keith y Shiro empiezan a ponerse en marcha.

-Iré a trabajar en el garaje. Haz lo que te digan. -el mayor sonríe y alborota su pelo. -No te canses. -el galra más pequeño sonríe. Se pone el traje y baja las escaleras entre bostezos.
Y unx criadx le para.

-Podría... ¿llevarle esto al...? -son prendas de ropa. Asiente.

-Por supuesto. -coge las mencionadas y sube a su cuarto.
Toca a la puerta y abre con cuidado.
Lance no está en la cama.
-¿Alteza? -susurra. Y cuando se da cuenta escucha una arcada. Deja la ropa en los pies de la cama, una vez más bien doblada, y corre a la puerta del baño. Toca la mencionada con los nudillos y frunce el ceño. -¿Alteza? -de nuevo pregunta.

- Que... -una voz cascada y débil se oye en el otro lado. Keith abre la mencionada poco a poco. Lance está de rodillas, con las manos en el retrete, con la mirada agotada y palidez en la cara.

-Alteza por Dios... -el galra cierra la puerta y se acerca a Lance. -Debería avisar...

-Quería pero... -tose cara al váter. - ...no me ha dado tiempo... -el galra suspira. Y otra arcada. Y tras la arcada, lo que le acompaña. El galra cierra los ojos y sujeta la frente del príncipe. Tócate los huevos tener que vivir lo mismo... otra vez.
Lance lloriquea y mira a Keith.

-¿Está... mejor?

-Me quiero morir... -el galra suspira y acaricia la cara de Lance.

-¿Quiere que le traiga algo? -el alteano no responde. Otra náusea. Y otra vez lo mismo.
Keith no se despega de él y de su frente. Huele a sudor y a jabón caro.
Lance acaba de devolver y acomoda su cabeza entre sus brazos. Su frente húmeda de pega a la piel de sus extremidades superiores. Le da todo vueltas. Siente que con tan sólo respirar va a vomitar de nuevo. Susurra algo con cuidado.

-Agua... -murmura. Desliza su frente por sus brazos y mira al galra.

-¿Estaréis bien lo que tarde en volver?

-Keith... vas a tardar 2 minutos... se donde tengo que potar... -murmura el alteano.

-No tardo. -Keith se despega de Lance y baja las escaleras. En el camino de encuentra a Shiro, con aceite en la cara y arremangado como puede. Frunce el ceño al ver a Keith.

-¿Donde vas?

-A por agua para el príncipe.

-Keith... -Shiro bufa. -Hay mucha faena. No te centres únicamente en el príncipe. -el galra más joven frunce el ceño. Pasa de él y camina hacia la cocina. -Eh, oye Keith. -el azabache suspira con fuerza y mira a Shiro con el vaso de agua en la mano.

-El príncipe necesita mi ayuda. Es mi obligación como guarda.

-Tu obligación es cumplir tareas de palacio.

-Shiro, esta es una. Déjame. -el galra más joven sube las escaleras tal vez mosqueado. Shiro se queda allí, con la mirada apenada, observando como Keith sube las escaleras sin dejarle preguntar que ocurre si quiera.
Toca la puerta y la abre. Nadie dentro.
Se mete en el baño. Lance sigue en la misma posición.
-Alteza, traigo vuestra agua...

-No puedo moverme... -murmura el alteano.

-Esperad, le ayudaré a ir a la cama... -el galra se acerca a él de nuevo y, como un pensamiento fugaz, clava las mismas poses y movimientos de la noche anterior. Lo sujeta por los hombros y le lleva a su cama con cuidado.
Lance se tumba lentamente una vez bebé agua, con los ojos cerrados y el ceño fruncido.
-¿Mejor?...

-No lo se. -murmura.

-Esto... es por anoche. Ya sabe, el alcohol. -Lance se queda mirándolo.

-No bebí tanto.

-Bueno... -el alteano rueda sus ojos. - ...no podía apenas subir las escaleras.

-Eso igual no. -el alteano sonríe y se acomoda de lado. Se queja en voz baja y cierra sus ojos. -Joder...

-¿Necesitais algo más?

-No, es sólo que... -abre sus ojos y mira a Keith. Está ahí, a su lado, tal y como siempre le ha prometido. -Creo que no es el alcohol esto...

-¿El que?

-Los dolores... creo que... como ayer no cené...

-¿Bebisteis sin cenar? -el alteano sonríe apenado al ver si reacción. Keith frunce su ceño. -¡Eso es peligroso Alteza!

-Ya, ya lo se. No hace falta que me lo recuerdes... -se hace una bolita y cierra sus ojos. -¿Me podrías... traer algo de desayuno? Diles que no me encuentro bien... con que me vean la cara de mierda que tengo lo entenderán... - Keith asiente.

-Si, Alteza. -se incorpora y se dirige a la puerta.

-Desayuna abajo tranquilo. -el galra, antes de salir por la puerta, se gira hacia él. Aceptaría la proposición pero... son dos factores los que no se lo permite. Uno es Shiro. Ni quiere verle ni quiere hablar con él. No ahora. El otro es que quiere estar junto a Lance. Junto al príncipe.

-Alteza, preferiría desayunar... aquí. -el alteano siente como sus mejillas se calientan lentamente. -¿Podría? -asiente.

-Si si... claro. -el galra sale por la puerta. Lance, que aún tiene ganas de vomitar, sonríe de forma boba en su ausencia.