👑64👑
La noche es larga. Eterna.
Una mano recorre su nuca.
Lance cierra sus ojos y suelta el aliento lentamente. Su mano va descendiendo muy poco a poco por su espalda.
Cierra sus ojos y echa hacia atrás su cabeza.
Traga saliva de forma dura y entreabre sus labios.
Los labios que se encuentran en su cuello se tuercen creando una sonrisa. Sus mano libre parece que se abre camino entre sus muslos.
Su piel reacciona y se pone de gallina en cuanto siente sus dedos fríos en sus piernas. La mano de la espalda desciende lentamente.
-¿Que pasa... Alteza? -susurra en su oído una voz grave pero conocida. Lance nota su respiración agitada.
Jadea al sentir sus manos en sus muslos, en la zona interior de sus piernas, doblandolas suavemente. Él está entre ellas.
-Ke... Ke... -y Lance no puede finalizar el nombre.
Se levanta de golpe, jadeando, con un calor indescriptible en el cuerpo. Puta temperatura... y puto beso...
Ha sido el sueño más real en meses. Esos dedos, ese frío... joder. Demasiado real.
En su cama sigue faltando alguien.
Suspira y se rasca los ojos. Dirige sus ojos hacia las sábanas. Coge aire y las levanta. Está empalmado.
Se levanta y se mete en el baño.
Escucha unas risas de azúcar en otra estancia.
Keith se levanta en poco.
No tiene demasiado sueño.
No puede dejar de pensar en los labios de Lance, en su mano en su mejilla, en sus palabras.
Te he echado mucho de menos.
Le ha echado de menos. Pero ¿tanto como él? Empieza a dudarlo...
-Buenos días Shiro. -murmura en cuanto sale del baño.
-Buenos días Keith. -y nada más. No parece saber nada de la noche anterior... genial. Mejor. Mucho mejor.
Baja las escaleras y se encuentra unx criadx.
-¿Podrías dejarle estas prendas al príncipe?
-Por supuesto. -murmura el galra. Coge aire y sube. Abre la puerta tras tocar. Escucha el sonido del agua desde dentro del cuarto. Lance está en la ducha.
Deja sus prendas dobladas en la cama y sale de allí. Cuanto tiempo sin ver ese cuarto... sigue igual.
Ojalá la nota hubiera estado allí.
Baja de nuevo y comienza a ayudar a lxs criadxs.
Lance sale con el albornoz y la ropa interior. La ropa que se encuentra se la pone. Sonríe de forma tonta: sabe que ha sido Keith. Lxs criadxs no doblan su ropa. Levanta su rostro a su tocador. Sus marcas brillan suavemente. Joder...
Romelle entra a su cuarto con una sonrisa que se le borra en cuanto ve a Lance con los pantalones a medio subir.
-¿Que haces... te he despertado?
-Que va. Tenía mucho calor y...
-Ayer hizo más que hoy. Lance, has madrugado. -dice la rubia sonriendo orgullosa.
-Cállate. Te pareces a mi hermana. -rueda sus ojos. La rubia se echa a reír.
La rubia baja las escaleras junto a Lance.
Allura abre los ojos allí abajo, mirándole. Corre hacia Lance.
-¡Lance! -el moreno levanta su cabeza. -¡Lance!, ¿estas bien?
-Eh... ¿si? ¿Ha pasado algo?
-Son las nueve y media. ¿Qué haces despierto?
-Ir a... -el moreno pone los ojos en blanco. -Ja ja, que graciosa. Muy ingenioso, Allura. - murmura irónicamente el alteano.
-Vamos a desayunar. -dice la albina, sonriendo.
Keith continua poniendo cubiertos y platos.
Antes de entrar al salón, Lance coge la mano de Allura.
-Espera.
-Que.
-Quería... contarte algo que había pensado. -la albina suspira.
-No acepto tríos mientras yo esté presente en este Palacio. -Lance rueda sus ojos.
-Madura Allura. Yo lo he hecho. -suspira y mira los ojos de su hermana. -Quería pedirte si podíamos llevar a cabo una fiesta hoy.
-No no no. Ni en broma. - el moreno rueda sus ojos.
-Escucha que no escuchas. Es para Romelle. -y ahí va otra de sus actuaciones. -Es para que no se olvide de su ida. Hasta a saber cuando no vuelve a pasar una semana aquí. -la albina mira un punto fijo en el suelo.
-Pero...
-Pocos invitados. Los justos. -la albina suspira.
-Pero ella... ¿sabe algo?
-Detalles sueltos. No demasiado.
-Bueno... está bien. Pero para ella. -Lance asiente. Suspira y deja que su hermana se dirija al salón.
Y allí dentro se encuentran a todos sentados, con comida en los platos.
Y allí está Keith, con... ¡sorpresa! una pieza de fruta. Que mono es, piensa Lance al verle morder el trozo de piña. ¿Le gusta la piña? Es raro. Pocas veces hay piña en Palacio. Pedirá que compren más melocotones.
-Buenos días Príncipe Lance. - murmura Corán. -Que grata sorpresa verle tan temprano aquí. -el hombre ríe tras su bigote.
-Otro... que no es tan raro, joder.
-Lenguaje. -retoma el pelirrojo. Keith sonríe de forma disimulada. Le encantan esas peleitas de familia.
Y acaba el desayuno entre miradas disimuladas.
-Keith. -murmurs Shiro, cortando su camino. -Me han pedido que te diga que te encargues del jardín.
-Vale. -y antes de que el mayor se vaya, se pronuncia. -Pero... ¿tú que harás?
-Tienen una nave averiada detrás. Estoy intentando repararla por si tienen alguna urgencia. Corán está pendiente del tema, no te preocupes. -palmea su espalda y sonríe. -No te canses.
-Igualmente... - murmura el galra.
Y al jardín que se va.
Menos mal que tiene la podadora y la cortacesped....
En una mesa, en medio del jardín, Lance tiene el cuerpo resbalando por la silla, mirando el cielo a través de las hojas. No deja de pensar en Keith, en su boca, en su voz en su sueño, en el tacto de sus manos, en el momento en el que él va a...
-Bu. -y la voz de Romelle le hace chillar y levantarse. -Soy yo, tranquilo.
-Joder.
-Lenguaje.
-Primero eres mi hermana, ¿ahora eres Corán? -Romelle sonríe y se sienta en la silla que tiene al otro lado de la mesita.
-Oye... -el moreno suspira y se acomoda de nuevo. -Podemos hablar de... ¿ ese tema? -Romelle frunce el ceño. -Ya sabes... -y con la mirada encuentra a Keith. Se queda mirándole. Romelle busca que es lo que mira y, al divisarlo, sonríe.
-Ah... de eso. Claro. -la rubia sonríe y apoya su cabeza en sus manos, atenta.
-Verás... es que... anoche... -Keith está posando un arbusto. Mira de reojo a Lance junto a Romelle. La cara de Lance parece preocupada, y eso le asusta.
El moreno comienza a narrar. - ...anoche no podía dormir y salí a la piscina.
-Si. -asiente la rubia.
-Y me encontré con Keith. -la rubia abre sus ojos sorprendida.
-¿Está bañándose... sin permiso?
-No, además lo tiene. Se lo he concedido.
-Ah... -el mencionado está a unos largos, muy largos metros. No escucha nada. Sólo ve las caras de la parejita. -Vale. ¿Y...?
-Pues que... -suspira. -Estuvimos juntos en la piscina jugando y...
-Ya me pareció a mi oir agua... - murmura la rubia.
-Ya, lo se. Espera... ¿tú donde estabas? -la rubia sonríe y rasca su mejilla avergonzada.
-En.. en... el baño.
-Bueno... el caso es... -el moreno suspira y mira los ojos de la rubia. -Que le dije que le había echado de menos. -Romelle sonríe entusiasmada y enternecida.
-¿Y?
-Pues que... él también me echaba de menos. -Romelle se incorpora aún más entusiasmada.
Keith está observando las caras de Romelle. Son enérgicas, llenas de brillo. Y eso a Keith le produce ternura y tal vez angustia.
-¿Y, y?...
-Pues... -el alteano mueve sus ojos nervioso y juega con sus dedos. -Que nos besamos. -Romelle sonríe y abre sus ojos eufórica. -Creo... creo que me gusta Romelle.
-¡No me lo creo! -alza suavemente la voz.
-¡Sshhh!...
-¡Lance eso es... es precioso! -coge su mano alegre, con la cara iluminada. Lance está rojo.
Keith observa la escena a la lejanía.
Está viendo a Lance rojo, avergonzado, mandando callar a Romelle y diciéndole cosas con timidez. La rubia sigue sonriendo, acariciando su mano
Se alegra por el príncipe. Parece feliz. Pero a la vez...
A la vez siente que jamás podrá estar en el lugar de la alteana. Que jamás le podría hacer feliz de esa manera.
No a él, el príncipe.
Tal vez ese beso fuese como ese beso. Ese capricho. Esa vez...
O como los encontronazos con Shiro.
Tal vez fuera todo mentira.
Pero el estaba para servirle, después de todo...
Coge aire y sigue con lo suyo.
Romelle sigue mirando a Lance, alegre por oírle.
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