👑26👑
Keith se duchó tranquilamente. Salió de allí y se dirigió a donde le habían reclamado.
En cambio Lance estuvo un largo rato dando vueltas en el campo de batalla.
Dio varios estocadas contra diferentes puntos muertos. Solia usar "sustitutos", es decir, cuerpos únicamente de combate, como robots, para que entendáis. Allura se acercó al campo de batalla al ver a su hermano tan concentrado.
-Pero que haces. -Lance soltó un chillido que reventó los tímpanos de su hermana. La espada se le escapó de las manos y terminó chocando el acero contra el campo. -¿Que haces aquí?
-Nada que te interese Allura. - dice su hermano, agachandose para coger su espada. Peina su cabello sudado hacia atrás y mira a su hermana, quien sonríe de forma confiada. -Que.
-Se me hace divertido verte blandiendo la espada.
-Se me da de muerte. -se tira rosas a sí mismo.
-De pena. - dice entre risas. -En 3 horas vendrá Romelle. No quiero que huelas a sudor.
-Descuida, oleré tan bien que llegará al orgasmo. -Allura chasqueó su lengua y se dió la vuelta.
-No piensas cambiar.
-Lo veo complicado a estas alturas. - dice riendo. A la lejanía ve a Shiro. Al ver a Allura vuelve con ella. ¿Por qué él si podía follarle a él, pero Lance a él no? Es decir ¿qué le importaba? Sólo un poco...
Se peina de nuevo el cabello y nota un vacío en una de sus orejas. -¿Y mi pendiente? -dirige los ojos a la zona del suelo. Ni rastro de él.
Sale de la ducha con su albornoz. Sus pies chocan contra el suelo frío.
Lance casi se muere del susto al ver a Keith en su cuarto de espaldas.
-¡Joder! -Keith se gira. -¿Que haces aquí dentro sin mi permiso, Keith?
-Lo siento alteza. Su hermana... me dijo que le trajera esto. Se lo han dejado en la lavandería. -le tiende la ropa que debe ponerse. Lance la lira cuidadosamente.
-Ah, es verdad. -mira al galra a los ojos. -Gracias.
-No las de alteza. -el albino se sienta en su sillón, sólo con su albornoz. Deja sus piernas abiertas, y Keith no tiene otra opción que darse la vuelta. -Alteza, no debería sentarse así...
-¿Por qué no...? -mira sus muslos. Desnudos. Igual que las zonas que hay más arriba de ellos. -Ah... - Lance deja en el aire una risa estúpida. Mira el cuerpo de Keith. Su espalda ancha pero delgada, su cintura recta pero modelada, sus brazos largos y formados, su culo... Ay dios que culo. Si no fuese galra, piensa. -¿Me pasas mi ropa interior, por fa? Aquí en la ropa de vestir no tengo... -podría haberse levantado él, si. Pero no lo hizo. El culito de Keith se dirigió hacía los cajones del príncipe. No sabía si se arrepentiria más tarde, pero aún así miró cada prensa antes de coger una aleatoriamente.
Le pasó unos boxers claros y Lance sonrió.
-Gracias. -si, lo confirmó: tenía un culo proveniente del cielo.
-De nada, Alteza. -murmuró el galra.
Tardó media hora en vestirse y arreglarse. Salió con la piel más suave que el culito de un bebé, junto a su guarda. Llevaba esas prendas que en algún momento tuvo que elegir.
Keith observó al príncipe bajar con ese portento y elegancia que tenía. Parecía mentira, pero tenía clase. Detrás de la arrogancia y la tonteria, podía ser refinado. Incluso al sentarse.
Lance miró de reojo al galra.
-¿Voy bien?
-Va perfecto alteza. -Lance giró su rostro. Sentía sus mejillas arder. Y no entendía por que. Cogió aire y bajo las escaleras.
Junto a su hermana y al galra, divisó una chica de piel de porcelana, pelo rubio bien peinado, piernas infinitas y un vestido pastel que marcaba su cintura. Lance abrió los ojos. Y la boca.
Faltaba que se le cayera la baba.
- Joder. - susurra por lo bajo. Keith nota como Lance baja acelerado por las escaleras. Llega donde están todos, junto a Keith. Bueno, igual le llevaba un metro de distancia... -Hola. -susurra sonriendo de forma atractiva. Algo así como seductora.
-Al fin. -dice sonriendo su hermana, queriendo en el fondo ahorcar a su hermano. -Lance, esta es Romelle. Romelle, este es Lance. -la rubia contaba con un guarda propio. No, no era galra. Tampoco era de su edad...
-Encantado. -dijo sonriendo. Coge la mano de la rubia y la besa. Esta misma ríe por lo bajo. Su hermana carraspea.
-Habíamos pensado en dejaros la noche para hablar y demás. ¿Qué le parece, alteza? - murmura Corán. El albino sonríe mirando a la rubia.
-Por mi genial.
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